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Suerte y perseverancia

Pequeña aclaración: Cada volumen es independiente del otro. Sigue su propia línea de historia y no se ve afectado por los volúmenes anteriores. Bueno, salvo por algún poder o habilidad que se viene arrastrando por el conocimiento y la personalidad del protagonista que va evolucionando. Volumen 1 Cross over entre nasuverso y Madam ou no Vanadis Volumen 2 viaje por Juego de Tronos, Señor de los anillos y Dark Soul 3 Volumen 3 Mushoku Tensei y Danmachi. Volumen 4 Naruto y muchos otros. -o- Kain, antiguo vástago del equilibrio. Renació en el mundo de Fate y vivió durante varios siglos. Sin embargo, al encontrarse con su viejo enemigo, el dios Hilden, lucho y perdió. Ahora su alma viaja a través del multiverso buscando el poder y la forma de volver a aquel mundo por la venganza. -o- Reglas del juego: 1.- No hay power up indiscriminados 2.- Todo se estudia y se gana hasta dominarlo 3.- El alma influye sobre el cuerpo, por ende, el cabello y los ojos siempre serán los mismo (ojos color lazuli y pelo blanco). 4.-La fuerza es proporcional al conocimiento adquirido, la técnica y la fuerza del alma. 5.- El nivel del mundo es proporcional al alma. Eso quiere decir que si el alma del protagonista es fuerte, irá a un mundo de mayor nivel.

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Mundo Shinobi - Señores de la guerra - 469

—¿Qué hora es, Kain-sama?— preguntó Elizabeth, incrédula de lo que estaba viendo. Los tres (Abigail, Kain y ella) estaban de pie en un camino adoquinado que conectaba un pequeño puerto de madera con una enorme mansión blanca con techo de tejas rojas.

Había una playa de arena blanca y por delante el mar de color turquesa. Las palmeras a una decena de metros de la orilla. El cielo azul, despejado y hermoso. El sol iluminando con fuerza y un calor abrazador que solo era atenuado por la brisa marina. Las gaviotas volando y soltando sus graznidos.

—En la nación del Rayo, ciudad Tengu— dijo Kain —son las diez de la noche, pero aquí son las tres de la tarde—

Abigail a su lado, miraba el paisaje impresionada por su belleza. Había viajado a las costas de la nación del Fuego, pero nada se le podía comparar a esto. Ella estaba de pie entre Kain y Elizabeth. Abigail estiro su mano y tomo la mano de Kain mientras admiraba el paisaje.

Kain comenzó a caminar y Abigail lo siguió mientras Elizabeth los seguía a los dos. Kain señalo al puerto de madera sobre tocones de madera. El techo estaba soportado sobre las mismas vigas que sostenían el pequeño puerto. Se adentraba una decena de metros en el mar. El oleaje era suave y armonioso. Kain señalo al puerto y dijo —adentro hay hamacas, muebles, bebidas y una nevera. Tengo de todos los tipos de licores y varios suministros para que puedan preparar tragos. Aunque considerando que Elizabeth trabaja en eso, no sé si tendrá ganas de prepararlos—

Abigail y Elizabeth miraban a Kain y lo escuchaban explicar todo lo que tenía el lugar y como lo podían disfrutar.

—Se pueden bañar en la costa, hay un rompeolas que impide que entren las olas demasiado grandes y mantiene alejado a los tiburones—

—¡¿Tiburones?!— gritaron Abigail y Elizabeth

—Sí, tiburones— dijo Kain como si no fuera nada, señalo el mar y dijo —andan por los alrededores, pero mientras ustedes se mantengan dentro del perímetro creador por el rompeolas, todo estará bien. Ahora, tengan cuidado con el sol. A las chicas les gusta tomar el sol, pero en este lugar es muy potente. En todo caso, si no les gusta el exterior— se detuvo, se dio la vuelta y señalo a la casa —pueden ocupar la casa. Hay una piscina con un techo de vidrio que deja ver el hermoso cielo azul, pero no es lo mismo que estar en la playa. Adentro de la casa el ambiente es agradable y la temperatura es regulable. Hay cocina, baño en cada habitación, un comedor grande, uno pequeño y una pequeña terraza por si quieren comer en su habitación. Pueden ocupar cualquier habitación del primer piso—

Kain hablaba y hablaba, pero Abigail y Elizabeth solo lo escuchaban y asentían. Kain y ellas subieron los escalones de madera del puerto, avanzaron por el puerto y se detuvieron frente a la barra mientras escuchaban como las olas pasaban por debajo del puerto y alcanzaban la orilla de la playa.

Kain las llevó a la nevera, la abrió y les mostro todos los licores, frutas y en especial, los cítricos que ocupaba Elizabeth para preparar sus tragos —como puedes ver— dijo —hay de todo—

—Kain-sama— dijo Elizabeth con timidez. Era una mujer adulta, en sus treinta, rubia, con el cabello ordenado en un moño. La sombra en sus parpados, el rubor en sus pómulos y los labios pintados de color rosa pastel, parecía que iba a un evento social. Se veía hermosa en ese traje de baño de una pieza de color blanco. Entre Abigail y Elizabeth, esta última era la única que todavía conservaba sus zapatos con tacón de aguja.

—¿Sí, Eli?— preguntó Kain

Elizabeth sonrió al ser llamada de esa manera —¿Estamos solos?— preguntó

—Sí, por su puesto— respondió Kain

—Para empezar— dijo Abigail, ella hizo su camino a la nevera, sacó una lata de cerveza y la abrió —¿Dónde estamos?—

—¿No les dije?— preguntó Kain levantando la ceja derecha en señal de confusión

—No— respondieron Abigail y Elizabeth

—Estamos en la nación del Viento— respondió Kain

—¡Pero si eso es puro desierto!— dijo Abigail

—Solo una parte del territorio— dijo Kain con una sonrisa astuta —esto es la costa oeste. El mar es rico en fauna y flora, pero como hace demasiado calor y no hay sistemas de transporte, nadie se atreve a vivir en esta región—

—Kain-sama— dijo Elizabeth, llevó su mano al pecho y soltó un suspiro —por favor, avíseme estás cosas, mi pobre corazón no lo podrá soportar—

—Yo creo que sí, bastante bien— respondió Kain, sacó una lata de cerveza y se la tendió.

Elizabeth miró la lata, la tomo, la abrió y le dio un largo sorbo —Aaaaah— dijo ella y sonrió. Entonces miró a Abigail y parpadeo un par de veces —¿Cuándo te vas a cubrir la entrepierna? Además ¿En que estaban tú y Kain-sama que quedaste en ese estado?—

Abigail miró hacia abajo y se dio cuenta que no llevaba la parte inferior. Hizo memoria, se había soltado la amarra izquierda pensando en tentar a Kain, pero este no respondió como ella esperaba. Después el accidente de Elizabeth. Ella corrió y se torció el tobillo por culpa de los zapatos con tacón de aguja —seguramente se me cayó en algún lugar, pero eso no importa. Kain-sama dijo que no había nadie, así que nadie se puede quejar—

—Se llama decencia—

—Sí, sí, lo sé—

Kain sonrió al ver a las dos, era una extraña, muy extraña relación. Abigail y Elizabeth eran viejas amigas que se conocieron en la universidad. Fueron amigas, amantes, socias de negocios, hermanas. Elizabeth era la responsable y tímida mientras que Abigail era la divertida y valiente. Entre las dos se cuidaban, habían formado un negocio juntas. Lamentablemente la hija de Elizabeth no podía cerrar la boca y las metió en un problema. Sin embargo, parece que en ningún momento fue un indicativo para que ellas se separarán.

—Kain ¿Cuándo vas a volver por nosotras?— preguntó Abigail mientras sostenía la lata de cerveza en su mano derecha.

Kain la quedó mirando y respondió —en dos días, pero si termino mi negocio antes de lo previsto, volveré antes—

—Bien, eso me gusta— dijo Abigail mirando hacia otro lado, se ruborizo y llevó la lata de cerveza a la boca. Ella le dio un sorbo, pero le dio una mirada de soslayo a Kain.

Kain sonrió, miró a Elizabeth, quien era demasiado tímida para exigir cosas. Ella era el tipo de mujer que te miraba y esperaba que leyeras su mente. Por sus pupilas dilatadas y la forma en que sostenía la lata de cerveza, como si estuviera rezando, parece que ella también esperaba que él se quedara.

—Pórtense bien y tengan cuidado con el mar. Sobre todo por el hecho de que no habrá nadie que las venga a socorrer ¿Entendido?—

—Sí, Kain-sama— dijo Elizabeth

—Aaaah, una cosa más. El segundo piso es de mis esposas. No se metan a sus habitaciones o ellas se darán cuenta—

Abigail se atraganto con la cerveza y comenzó a toser. Kain y Elizabeth la miraron, Abigail les dio la espalda.

Kain miró a Elizabeth y le dijo —asegúrate de que Abigail no ande revisando lo que no es de ella, por favor—

—Sí, Kain-sama— respondió Elizabeth con seriedad

Kain sonrió al ver lo preocupada que se veía Elizabeth. Él se acercó un poco, fue leyendo las expresiones de su rostro y como sus ojos se dilataban. Kain acercó sus labios y le dio un pequeño beso. Elizabeth sonrió, se colgó del cuello de Kain y lo beso profundamente.

Kain se apartó de Elizabeth y la quedó mirando a los ojos. Ella sonrió y después se mordió el labio inferior. Kain llevó su mano a la mejilla de Elizabeth y le acaricio la mejilla con el dorso de los dedos. Después miró a Abigail, quien lo miraba y observaba a Elizabeth. Kain se movió a Abigail, parecía molesta por lo bien que se llevaban Kain y Elizabeth. Sin embargo, Abigail dijo que no eran nada en especial, a veces pasaba el sexo, pero no es como si fueran algo más que amigas.

Kain se detuvo delante de Abigail, ella lo miraba a los ojos como si él fuera un ladrón que estaba tomando algo que era de ella. Kain estiro su mano para acariciarle el rostro, pero ella volteó su rostro hacia otro lado en un gesto soberbio y encantador. Kain le tomo la barbilla y se la giro con sutileza para que ella lo mirara. Ellos se miraron a los ojos. Era un rostro bonito. Kain llevó su palma y le acaricio la mejilla. Llevó su pulgar a los labios, los acaricio con suavidad. Él acercó su rostro y la beso. Primero cerrando los ojos, dándole un pequeño beso, sintiendo el cosquilleo del roce de sus labios con los de ella. Después volviendo el beso más apasionado y apartándose para mirarse a los ojos.

Abigail ahora ponía una mirada compleja y sus ojos se deslizaban hacia Elizabeth para ver como ella reaccionaba.

Kain acercó su rostro, Abigail se sorprendió y pensó que él la iba a besar, pero Kain le dio un beso en la mejilla. Él acercó su boca al oído de Abigail y le susurro —creo que hay algo que debes conversar. No seas tu usual tú, juguetón. Por una vez, deja que Elizabeth vea a la real tú—

Abigail quedó mirando a Kain, frunció el ceño y miró hacia otro lado —tú no sabes nada— dijo

—Oh, en serio, bien, en ese caso, ignora mi consejo, pero después no te quejes—

Abigail miró a Kain, él sonreía de forma astuta, como si supiera algo que nadie más sabia —eres molesto ¿Lo sabes?— dijo

—Me lo suelen decir, pero nunca me lo he tomado personal. Lo tomo de quien viene— respondió Kain, se acercó, beso a Abigail y ella respondió a sus avances. Kain se apartó y le guiño un ojo —hazme caso, tengo un buen don de gente y pudo reconocer algo en cuanto lo veo—

Abigail lo quedó mirando, se mordió el labio inferior, se peinó el cabello oscuro y rizado hacia atrás. Llevó la lata de cerveza a su boca y le dio un sorbo mientras lo miraba. Ella aparto la cerveza de su boca, se relamió el labio inferior y trago la cerveza. Ella tomo una profunda respiración, lo miró a los ojos y asintió con seriedad.

Kain mostro una sonrisa amplia, se dio media vuelta y miró a Elizabeth —cuídate y preocúpate de que ella no toque lo que no es suyo— dijo

—Oye, eso es calumnia— protesto Abigail

Elizabeth miró a Kain y sonrió. Después miró a Abigail, camino hacia ella, la abrazó y la beso en la mejilla.

—¿Qué pasa? ¿También crees que no puedo controlar mi curiosidad?— preguntó Abigail con el ceño fruncido

Elizabeth sonreía y la abrazaba mientras se reía.

—Oye, al menos di algo— dijo Abigail esperando ser defendida, pero Elizabeth solo se reía al entender lo curiosa que era Abigail. Lo peor de todo es que Kain le dijo a Abigail que no tocara las cosas. Eso para Abigail era un llamado a transgredir.

Kain desapareció de la costa de la nación del Viento y volvió a su habitación en el último piso del hotel. Era de noche, el cielo oscuro y estrellado. Él camino hacia los grandes ventanales con vistas a ciudad Tengu y pudo ver el aura purpura levitar en el aire. La pequeña princesa de la nación del Rayo, Yoruichi, ya lo estaba esperando en el exterior.

Kain sonrió ampliamente, mostrando dos hileras de dientes blancos y dijo —traje de combate—

Al instante sus ropas se comenzaron a desvanecer como si estuvieran siendo quemadas y todo lo que quedó fue un traje negro con una textura de hebras plásticas. Kain desapareció del interior del edificio y apareció en medio del cielo nocturno. Su cuerpo se rodeó de un aura purpura y levitó con dirección al aura de la princesa. Tenía técnicas totalmente desconocidas para Kain, pero no es como si lo pillara desprevenido o indefenso.

—Buenas noches, Yoruichi— dijo Kain con voz tranquila. El viento se llevó el sonido de su voz, pero la otra parte lo pudo escuchar. Como ejemplo de eso, Yoruichi se volvió visible. Estaba de pie en medio del cielo nocturno como si hubiera un piso firme debajo de sus pies. No emitía ningún tipo de técnica especial, pero la energía invisible que rodeaba su cuerpo le permitía dominar el cielo como si fuera su segunda naturaleza. Ella llevaba su cabello purpura amarrado en una coleta y usaba un traje oscuro como los antiguos shinobis que servían a los daimios. Su rostro era serio, nada de sonrisas falsas. Sin embargo, sus ojos con ese aire felino emitían una mirada triste, como si no quisiera hacer esto.