—Lo digo porque yo te puedo ayudar con tu cultivación como te prometí, pero cuando te vayas a cumplir tu promesa, yo no estaré para ti— dijo Kain frente a Kaoru mientras se miraban a los ojos. Ella era treinta centímetros más pequeña, así que tenía que levantar su rostro. Kain miró esos ojos color malva, el tierno rostro con forma de corazón y el cabello oscuro —lo más inteligente sería aprender conocimiento necesario y los procesos. No vaya a ser que a futuro necesites crear píldoras, pero solo puedas mirar los materiales con anhelo, pero con cero conocimiento de como procesarlos—
Kaoru vestida con el haori blanco que le regalo Kain y por debajo llevaba un hanfu blanco con bordes rosa. Ella miraba a su amado con seriedad y asintió —parece que Kaoru es parte de la ciencia, siempre estará ligada a este tipo de cosas. Sin embargo, no me disgusta, los momentos más felices los pase en compañía de ustedes dos— ella recordó una parte de su memoria como Carmen. Era un día soleado, ella y Kain estaban en el laboratorio y mezclaban hierbas para fabricar medicina. Era un proceso largo y meticuloso, pero no le desagradaba. El hecho de poder ayudar a otras personas en compañía de su amado Tytos (Kain en ese entonces), la hacía feliz, igual que ahora.
Kain asintió y dijo —eso es bueno, te daré acceso a tu propio laboratorio y te facilitare una unidad susano. Si no te gusta la interfaz avanzada, siempre puedes pedirme los libros necesarios y yo te los conseguiré—
—Gracias—
Kain miró al tubo de cristal con el pedestal y el quemador en la parte superior. La llama congelada emergía de la punta del quemador lanzando chispas con un brillo celestial —corta el suministro de todos los componentes— dijo
Al instante la llama congelada disminuyo su estatura hasta desvanecerse. Como el ambiente dentro del tubo de cristal era controlado, ni siquiera dejo residuos de hielo.
Por otro lado, Kain miró a Kaoru y sonrió —ahora, con respecto a la famosa espada voladora— dijo
—¿Lo lograste?— preguntó Kaoru mientras juntaba sus manos como si estuviera rezando. Sus ojos color malva estaban muy abiertos, llenos de expresión de anhelo.
—Sí— dijo Kain con una amplia sonrisa —fue más fácil de lo que pensé, aunque claro, necesité recurrir a los viejos conocimientos rúnicos. Por los materiales no fue tan difícil, pero darle la conexión con el usuario, en este caso tú, fue más complicado de lo que pensé— Kain llevó su mano derecha a la manga izquierda de su haori y sacó un sello de papel. Después extendió su brazo con el sello en su mano y se lo tendió a Kaoru. Esta última lo recibió y se mordió el labio inferior en un gesto de emoción.
Kaoru miró a Kain y le preguntó —¿Y Kain-sama? ¿No hizo una para usted?—
—No, no, para nada, yo puedo volar por mi propia cuenta, si quieres te puedo enseñar— dijo Kain con total tranquilidad y sin pretensiones
Kaoru frunció el ceño —solo Kain-sama diría algo así tan a la ligera— dijo
—Bien, lo que tu digas— dijo Kain con una sonrisa en los labios y levantando las manos en señal de rendición
Kaoru torno los ojos al techo y negó con la cabeza. A pesar de que ella amaba a Kain con todo su corazón, le molestaba esa faceta suya, como si todo el mundo pudiera hacer lo que él hace. El simple hecho de recrear una llama espiritual del tipo congelada ya era una blasfemia y haría escupir sangre a los cultivadores de todos los niveles ¿Cuántas masacres no se llevaron a cabo por que alguien descubrió que había una llama congelada en estado natural?
Kaoru sintió que le dolía la cabeza de solo pensarlo, así que mejor canalizo chakra al sello. Al instante siguiente, emergió una espada de doble filo con una empuñadura dorada. Ella tomo la espalda por la empuñadura, la hoja era filosa y perfecta. Su rostro se reflejaba en el metal.
—El un núcleo es de titanita centellante para que a futuro acepte tu poder divino— dijo Kain explicando las propiedades de la espada —por fuera es una aleación de mineral de chakra para mejorar la afinidad del hielo y acero de damasco para la flexibilidad y resistencia. Vamos, adelante, pruébala—
Kaoru tomo la espada en su mano derecha, después miró a Kain con una amplia sonrisa. Ella se concentró, se cortó la mano con la misma hoja de la espada y derramo su sangre sobre la hoja. Después cerró los ojos, se concentró y canalizo su qi de cultivador hacia la espada. Entonces la espada se sintió como una extensión más de su cuerpo. Kaoru abrió los ojos y levanto la espada en horizontal, a la altura de su cintura. La soltó y la espada levito por su cuenta. Ella dio un brinco y se posó sobre la espada voladora. Sí, era como ella lo recordaba.
—Que sentimiento más nostálgico— dijo Kaoru —mi primera espada voladora me la regalo mi padre en aquel mundo. Fue algo que gano en un encuentro marcial—
Kaoru se quedó callada y miró la nada mientras estaba de pie sobre la espada voladora. Kain la quedó mirando y pensando que seguramente Kaoru paso por muchas cosas terribles.
Kaoru estuvo en trance durante unos segundos y miró a Kain. Gracias a que la espada flotaba a un metro del suelo, ella fue más alta que Kain. Kaoru se lanzó y Kain la atrapo en sus brazos —¿En serio no quieres una?— preguntó —es super conveniente, sobre todo para luchar—
—Oooh, con respecto a eso— dijo Kain, le dio un beso en los labios a Kaoru y después la bajo. Kaoru extendió su mano y la espada voladora se movió a su mano derecha. Ella tomo la espada por la empuñadura y siguió mirando a Kain. Este último observo el movimiento de la espada y después miró a Kaoru a los ojos —no es como si necesitara una espada voladora, pero el hecho de ser útil en combate lo entiendo a la perfección— él llevo su mano derecha a manga izquierda de su haori.
Kaoru pensó que él iba a sacar una espada igual a la suya, pero al ver que él sacó una empuñadura dorada, frunció el ceño —¿Por qué solo la empuñadura?— preguntó
—Bueno, yo no necesito la hoja, solo se rompería. Por otro lado, lo que a mí me importa es la capacidad de lucha— respondió Kain, bajo su brazo mientras sostenía la empuñadura y a su alrededor se formaron diez espadas voladoras hechas de chakra verdoso.
Kaoru abrió la boca con incredulidad y de solo pensar en las posibilidad que le traería tener diez espadas voladoras al mismo tiempo, dijo —quiero una de esas—
Kain soltó una risita y levanto su mano enseñando la empuñadura dorada —hace algún tiempo, bueno, para ser claros, en mi vida anterior conocí a un niño que le dieron un juguete peligroso—
Kaoru frunció el ceño, un arma que podía manifestar diez espadas voladoras hechas de energía no era un juguete, sino un arma mortal, pero no interrumpió a Kain.
Kain continuo mientras miraba la empuñadura —el hecho es que la empuñadura podía manifestar trece espadas espirituales que atacaban junto a su portador, una fuerza terrible—
—¿Kain-sama solo pudo hacer diez?— preguntó Kaoru
Kain la miró con tranquilidad y negó con la cabeza —no, solo era una demostración— sujeto la empuñadura con firmeza y aparecieron veinte espadas voladoras hechas de un chakra verdoso.
Kaoru tomo una profunda respiración, se llevó la mano a la cara y se la paso con fuerza de arriba hacia abajo. Ella miró en otra dirección, soltó un largo suspiro y dijo —necesito sentarme— no había sillas, así que ella se sentó en el suelo, pero su dolor de cabeza era tanto que se recostó.
—Kaoru— dijo Kain
Kaoru soltó la espada voladora y se tapó los oídos —no te escucho, no te escucho, estúpido, apestoso, mugroso, no te escucho, cállate, idiota, te odio—
Kain soltó una risita ante la rabieta de Kaoru, así que no insistió. En su lugar, desvaneció las espadas voladoras y se recostó en el suelo, a un lado de Kaoru. Esta última se dio la vuelta para no mirarlo, tomo la espada voladora entre sus brazos y tomo una posición fetal.
Kaoru sintió un enorme cuerpo abrazándola por detrás. Ella se volteó y miró a Kain de frente. El rostro cuadrado, el cabello blanco peinado hacia atrás, esos ojos azules y la sonrisa descarada. Kaoru tomo una profunda respiración y preguntó —¿Me equivoque?—
—¿En qué?— preguntó Kain con una sonrisa, mirando ese tierno rostro con forma de corazón, grandes ojos color malva, hermosos y expresivos. Él llevó su mano izquierda a la mejilla de Kaoru, la acaricio y después le peino el cabello hacia atrás.
—Tú sabes— dijo Kaoru —al olvidarme de todo lo que aprendí como Carmen—
—Oooh, eso es parte de reencarnar— dijo Kain con suavidad —también me cuestione mis conocimientos la vez que reencarne y te conocí. Sabia muchas cosas, pero no podía hacer nada por mi propia cuenta. Tenía la segadora de almas, pero no podía controlar los elementos si no era a través del arma. También tuve un artefacto que me permitía viajar al pasado y al futuro, pero una vez que morí, lo perdí y no supe cómo construirlo. Y así, un montón de problemas por no saber cómo funcionaban las cosas o como construir otras cosas. Me tomo tres vidas llegar a este punto de entendimiento para poder lograr todas estas cosas. No sé si sentir orgullo o vergüenza—
Kaoru sonrió más tranquila y acercó su cabeza. Ella toco su frente con la de Kain y ambos cerraron los ojos. Kaoru entendió que Kain no era perfecto, estaba aprendiendo, pero eso nunca lo detuvo. Entonces ella se preguntó ¿Por qué ella se detuvo en el mundo de la cultivación?
—Kain-sama, creo que tiene razón— dijo Kaoru con voz suave —Kaoru debería retomar las cosas donde las dejo y volver a entender—
—Sería lo mejor, así Kaoru se puede valer por su propia cuenta—
—Kain-sama—
—¿Sí?—
—Usted es un peligro para el mundo de la cultivación y todos lo odiarían—
—¿Por qué?—
Kaoru mostro una pequeña sonrisa y le dijo —es un elogio—
Kain frunció el ceño, no entendió el cumplido, pero no abrió los ojos. Solo se quedó recostado en el suelo con su amada, sintiendo su presencia, escuchando la suave respiración, oliendo el suave perfume a mandarina. El calor del cuerpo, la tranquilidad de estar los dos solos sin que nadie los interrumpa.
Kain escucho una campanilla en su mente, se concentró en el dispositivo susano y vio la interfaz visual. Había varias cuadros de dialogo desplegados a un lado derecho de su campo de visión. El objetivo había sido encontrado, aquella persona que apuñalo a su clon hace meses, cuando estaban realizando la investigación sobre los discípulos del dios Jashin.
—Kaoru ¿Te acuerdas de la solicitud que te hice?— preguntó Kain, abrió los ojos y vio el rostro de Kaoru. Ella abrió sus parpados y lo miró con sus ojos color malva.
Kaoru asintió y le dijo —sí ¿Es el momento?—
—Sí, es el momento, pero primero tenemos que ir a ver al abuelo—
—Entiendo— dijo Kaoru y se apartó de Kain. Después apoyo su mano izquierda en el suelo y se sentó.
Kain también hizo lo propio, se puso de pie y le tendió una mano a Kaoru. Ella la tomo con la mano izquierda mientras que con la derecha sostenía la espada voladora.
Kain no le soltó la mano a Kaoru y le preguntó —¿Estás lista?—
—Sí, no necesito nada y con la espada voladora estoy más que preparada—
—No es tan fácil como crees, puede que mi padre este viejo, pero sigue siendo el usuario de mangekyo más fuerte de todo el clan Uchiha—
—Lo entiendo, Kain-sama, estaré atenta por si necesita ayuda—