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Suerte y perseverancia

Pequeña aclaración: Cada volumen es independiente del otro. Sigue su propia línea de historia y no se ve afectado por los volúmenes anteriores. Bueno, salvo por algún poder o habilidad que se viene arrastrando por el conocimiento y la personalidad del protagonista que va evolucionando. Volumen 1 Cross over entre nasuverso y Madam ou no Vanadis Volumen 2 viaje por Juego de Tronos, Señor de los anillos y Dark Soul 3 Volumen 3 Mushoku Tensei y Danmachi. Volumen 4 Naruto y muchos otros. -o- Kain, antiguo vástago del equilibrio. Renació en el mundo de Fate y vivió durante varios siglos. Sin embargo, al encontrarse con su viejo enemigo, el dios Hilden, lucho y perdió. Ahora su alma viaja a través del multiverso buscando el poder y la forma de volver a aquel mundo por la venganza. -o- Reglas del juego: 1.- No hay power up indiscriminados 2.- Todo se estudia y se gana hasta dominarlo 3.- El alma influye sobre el cuerpo, por ende, el cabello y los ojos siempre serán los mismo (ojos color lazuli y pelo blanco). 4.-La fuerza es proporcional al conocimiento adquirido, la técnica y la fuerza del alma. 5.- El nivel del mundo es proporcional al alma. Eso quiere decir que si el alma del protagonista es fuerte, irá a un mundo de mayor nivel.

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Mundo Shinobi - Resultados - 232

—No estoy de acuerdo, es demasiado poco para empezar— protesto Akane levantándose de su silla mientras Kain y los otros la quedaban mirando desde sus asientos.

—Bueno, considerando que no tienes un taller y que ni siquiera has comenzado a diseñar y confeccionar de verdad— dijo Naomi con una voz fría y sofisticada —creo que es más que razonable. Kain-kun no ha dicho nada al respecto, así que creo que mi razonamiento es correcto—

—¡Otouto!— protesto Akane llena de esperanzas de que Kain dijera lo contrario, pero este último solo puso una sonrisa incomoda y bebió un poco de café de su taza.

—Lo que dice Naomi es verdad— dijo Kain —ni siquiera hemos vendido uno de tus diseños de ropa, ni las zapatillas shinobis. Creo que empezar con dos o tres kimonos con tus diseños más bonitos sería un buen comienzo. Por otro lado, creo que podríamos darle el trabajo de confeccionar las zapatillas shinobi a los civiles. Después de eso viene poner en funcionamiento la tienda, cosa que se ocupara Shishio— dijo apuntándolo con la mirada y Shishio asintió. Kain continuo —Por otro lado, y con respecto a la capital ¿Qué acordaste con esa princesa antes de que huyera con su amiga a la capital?—

—Ella empezara recopilar la información y a conversar con sus conocidos— dijo Akane —a fin de mes va a volver con la información y quiere reunirse con los dos—

Kain miró a Naomi, ella asintió, lo cual lo tranquilizo. Al final, cuando esa princesa molesta apareciera de nuevo, los conectaría con personas importantes o al menos, esa era la idea. Bueno, si es que todavía quedaban personas importantes en Keishi (capital de la nación del Fuego), ya que la gran mayoría de los nobles, por no hablar de casi todos, habían desaparecido.

—Naomi— dijo Kain —toma nota de que debemos empezar a expandir nuestra red de conocidos. Si queremos que esto crezca, necesitamos encontrar gente a la que venderle—

—Sí, en este momento nuestra red se conforma de personas en el mundo shinobi. Sarutobi-sama es el hokage y una gran ayuda para movernos sin problemas, pero todo tiene un límite y Konoha es una pequeña fracción del mundo—

—Exacto— respondió Kain guiñándole un ojo como si pensaran en una misma longitud, lo que le gusto a Naomi y la hizo sonreír complacida. Eso al mismo tiempo enfureció a Akane, iba a protestar, pero Sakumo a su lado le tomo las manos y la hizo que se sentara. No obstante, esto no pasó inadvertido a los ojos de Kain y continuo —¿Akane va a seguir trabajando sus diseños en su habitación o quiere algo más?—

—¡Quiero un taller!— respondió Akane en un tono molesto

—Bien, para que no digas que soy un mal otouto lo haremos así. Tú respetaras el presupuesto que te dio Naomi y a cambio, yo te daré un taller en el distrito que tú quieras y los fondos para que lo arregles según sea tu estado de ánimo—

—¡¿De verdad?!— preguntó Akane poniéndose de pie super emocionada y golpeando la mesa con las manos

—De verdad, pero siempre y cuando respetes los presupuestos. Estamos comenzando y sin ganancias, es solo inversión. Una vez que tus diseños generen alguna utilidad podremos seguir invirtiendo y arreglar mejores cosas—

—¿Lo prometes, otouto?—

—Lo prometo—

—Está bien, escuchare a esta víbora— respondió Akane de buen humor, sonrió como si fuera la gran vencedora y se dejó caer en su silla. Por otro lado, a Naomi no le hizo mucha gracia de la manera en que la llamo, pero se quedó callada sabiendo que, a lo mejor, jamás se podrían llevar bien. En la Academia fue así y quizá como adultas sea peor. Naomi solo espera que no empeore tanto la situación como para que Kain tenga que decidir entre ambas.

—Bien, dicho eso— dijo Kain —demos por terminada la reunión. Akane recibirá los fondos en unos días y comenzará a confeccionar algunos kimonos según sea su inspiración. También debes pensar en el lugar que quieres construir tu taller, también podría ser alguna casa y podríamos construirla, pero eso lo verás tú y consúltalo con tu amado Sakumo—

Akane miró a Sakumo, este último se sonrojo y miró hacia un lado, pero asintió. Al mismo tiempo, Kain se preguntó porque los hombres en Konoha eran tan tímidos. Itachi-san, el padre de Akane era el mismo y trataba a Naoko como si fuera de cristal. Kain soltó un suspiro y rogó al cielo para que su madre no vaya a tener una aventura con un hombre que parezca más interesante. Entonces pensó en la teoría de que cara es lo primero, pero el dinero vence a la cara y por último, la actitud vence al dinero. Ahora, si tienes dinero y actitud, no necesitas preocuparte por la belleza. No obstante ¿Qué pasa con él que tenía las tres? Negó con su cabeza divertido mientras los otros tres lo miraban raro y se preguntaban en que estaba pensando.

—Con esto damos por terminado— dijo Kain —Naomi, quédate conmigo, necesito que me acompañes, hagamos unas compras con Okita y su hermano. Después veremos otras cosas más, pero será algo entre los dos—

—Está bien— respondió Naomi con una sonrisa y las mejillas ruborizadas.

Akane frunció el ceño, pero ya no le prestó atención a Naomi, le desagradaba. Ella se levantó, tomo su estrafalario haori purpura y dijo —nos vemos, otouto, Naomi, Shishio y Okita. Vamos Sakumo—

Akane comenzó a caminar, Sakumo negó con su cabeza ante tal temperamento. Él se levantó de la silla y realizo una reverencia. Después se dio la vuelta y camino hasta alcanzar a Akane, quien ya había abierto la puerta de salida.

—Bueno, creo que también me retirare— dijo Shishio levantándose de su silla

—Espera— dijo Kain, metió la mano a una de sus mangas y sacó un papel con un sello de almacenaje —toma, digamos que es un adelanto. En este sello hay diez mil ryo, un adelanto para que cuando Okita y Mitsuo se vayan, puedas comprar cosas y amoblar la habitación dentro de la tienda como tú quieras. Después de que empieces a trabajar hablaremos de cómo me los devuelves—

Shishio iba a decir algo, pero las palabras no le salieron de la boca. Al morir su padre, lo primero que hicieron sus tíos fue indicarle la salida. Un shinobi sin chakra no tenía ninguna utilidad para el clan o la alianza y antes de que comenzara a ser humillado, sería mejor que se fuera por su propia cuenta. Ahora estaba por las suyas, así que, aunque tuviera algunas reservas con recibir dinero sin haber hecho nada a cambio, tenía que aceptarlo. Ahora estaba solo.

—Gracias Kain— dijo Shishio recibiendo el sello con el dinero

—De nada, de nada, sé que hay potencial ahí— dijo Kain con una sonrisa mientras apuntaba al pecho de Shishio —pero no es suficiente con que yo lo sepa. También tienes que creértelo tú. De lo contrario, todo ese potencial será en vano—

—Sí— respondió Shishio, se mordió el labio inferior y asintió. Después hizo una reverencia y dijo —nos vemos mañana para ver el tema de la distribución de los productos—

—Claro, nos vemos mañana, come bien y descansa, desde mañana empezaras una larga carrera—

—Sí—

Shishio hizo una reverencia a Naomi y después camino hasta la puerta y salió de la tienda.

Por otro lado, una vez que Kain, Naomi y Okita quedaron solos, Kain murmuro —Sakumo lo tiene difícil— recordando el temperamento de su onee-chan. Después se puso de pie, lo siguió Naomi y miraron a Okita, quien estaba sentada en una silla frente al mostrador de la tienda.

—¿Mitsuo se habrá despertado?— preguntó Kain

—Claro, hace media hora— respondió Okita con una sonrisa —ya debe estar listo para que vayamos. Anoche estaba tan emocionado que no pudo dormir y por eso se quedó dormido—

—No hay problema— respondió Kain —ve a buscarlo. Este será un gran día para ustedes—

Okita asintió, se levantó de la silla y camino hasta el extremo izquierdo del mostrador. Paso por el lado hasta una puerta que daba a una gran bodega y ahí desapareció.

Al mismo tiempo, Naomi miró a Kain, le arreglo el kimono y después el haori blanco —creo que fuiste demasiado generoso con Akane— dijo

—Lo sé, pero, aunque no estuviéramos haciendo negocios, la hubiera consentido— respondió Kain con tranquilidad —he ganado mucho dinero con mis servicios a Konoha. Hace una semana Onoki grito a los cuatro vientos que mate a Mu y a su abuelo, así que a Saru no le quedó otra que reconocerlo como mis méritos. Eso podría contar como dos misiones de rango S, mucho dinero— sonrió divertido y continuo —si te soy sincero, me divertí mucho, porque a pesar de que Saru es el hokage y comando un ejército, sus misiones solo se consideraron de rango A, lo cual equivalía como a la mitad de lo que yo gane—

—Incluso si tienes el dinero, debes cuidarlo. Quien no cuida el dinero, no sabe cómo multiplicarlo— respondió Naomi con normalidad

Kain sonrió y le dijo —por eso te tengo a ti, mi diosa de la fortuna—. Acercó su rostro y le dio un largo beso en los labios.

Por otro lado, Naomi se divertía y se emocionaba con la sensación del contacto. Por dentro se preguntaba cómo reaccionaría Kain si él supiera la realidad de su diosa de la fortuna.

Kain y Naomi se separaron y dos minutos después Okita y su hermano menor Mitsuo salieron de la bodega. La única diferencia entre la una y el otro era el cabello, ya que mientras Okita lo tenía rubio, liso y suave, Mitsuo lo tenía alborotado.

—¿Cómo estás Mitsuo?— preguntó Kain acercándose y extendiendo su brazo para mostrarle su puño derecho. Mitsuo sonrió y llevo su puño derecho para chocar nudillos.

—Bien, jefe, estoy esperando que compremos la casa— dijo Mitsuo

—Mitsuo, no soy tu jefe, pero podemos considerarnos amigos— respondió Kain

—Entonces, estoy esperando que compremos la casa, Kain—

Kain soltó una risita ante lo confiado del niño, pero no le desagrado. Ante gente tímida como Sakumo, Itachi o deprimidos por las circunstancias como Shishio, tener a alguien optimista, alegre y confiado era un alivio, incluso si solo era un niño de seis años.

Una vez todo preparado y asegurado, salieron de la tienda y caminaron por el distrito Ino-Shika-Cho mirando las casas ya construidas. En estos momentos, gracias a la mala suerte de unos, había una gran cantidad de casas a la venta. El trato con Okita salió a raíz de lo autoritario que fue Kain la otra vez. Okita sería la guardaespaldas (rango jounin) exclusiva de Naomi y su secretaria, a cambio, Kain le pagaría un sueldo y le prestaría el dinero necesario para comprar una casa. No obstante, al consultar en los clanes por las casas que le gustaron, Okita se llevó una decepción. Demasiado caro, pensó.

Como al medio día, Okita y su hermano estaban desanimados. Konoha era una gran villa, pero ya habían revisado los distritos Hyuga e Ino-Shika-Cho. Los Uchihas no aceptarían a nadie que no perteneciera a su clan dentro de su distrito, así que solo les quedaba el distrito Sarutobi.

—Vamos, no se desanimen— dijo Kain con Naomi tomada de su brazo izquierdo —todavía podemos ver a los Sarutobi. Saru es mi amigo, así que incluso si es un poco difícil, lo podemos conversar—

—Está bien, sensei— respondió Okita —vamos allá—

Kain hizo una mueca incomoda ante tal expresión desanimada, pero siguieron caminando hasta el distrito Sarutobi. Dieron unas cuantas vueltas y encontraron una casa que les gusto a los hermanos. Estaba cerca de la plaza que había hecho Sasuke Sarutobi para los niños de su clan, lo cual lo convertía en un gran atractivo, sobre todo para Mitsuo de seis años. El precio era mucho más asequible que en los otros clanes, pero lo complicado fue que la persona que estaba realizando las negociaciones era el viejo Sasuke Sarutobi.