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Suerte y perseverancia

Pequeña aclaración: Cada volumen es independiente del otro. Sigue su propia línea de historia y no se ve afectado por los volúmenes anteriores. Bueno, salvo por algún poder o habilidad que se viene arrastrando por el conocimiento y la personalidad del protagonista que va evolucionando. Volumen 1 Cross over entre nasuverso y Madam ou no Vanadis Volumen 2 viaje por Juego de Tronos, Señor de los anillos y Dark Soul 3 Volumen 3 Mushoku Tensei y Danmachi. Volumen 4 Naruto y muchos otros. -o- Kain, antiguo vástago del equilibrio. Renació en el mundo de Fate y vivió durante varios siglos. Sin embargo, al encontrarse con su viejo enemigo, el dios Hilden, lucho y perdió. Ahora su alma viaja a través del multiverso buscando el poder y la forma de volver a aquel mundo por la venganza. -o- Reglas del juego: 1.- No hay power up indiscriminados 2.- Todo se estudia y se gana hasta dominarlo 3.- El alma influye sobre el cuerpo, por ende, el cabello y los ojos siempre serán los mismo (ojos color lazuli y pelo blanco). 4.-La fuerza es proporcional al conocimiento adquirido, la técnica y la fuerza del alma. 5.- El nivel del mundo es proporcional al alma. Eso quiere decir que si el alma del protagonista es fuerte, irá a un mundo de mayor nivel.

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Mundo Shinobi - PGM - 190

Todos los shinobis de Konoha fueron puestos en estado de alerta a las cinco de la mañana y al salir de sus refugios, se encontraron con el océano convertido en hielo. La sola visión de la gran extensión de agua solidificada les robo el aliento. Los más jóvenes al verse superados por la sensación, cayeron de rodillas sobre la nieve sintiéndose pequeños e indefensos como insectos. Por otro lado, fue la labor de los veteranos animar a los más jóvenes y decirles que esto no era nada en comparación con la terrible lucha entre el Dios Shinobi y el demonio Uchiha. No obstante, aunque los Uchihas se sintieron un tanto ofendidos por la forma en que lo dijeron los veteranos, aceptaron la realidad. El mapa de la nación del Arroz y Fuego cambió demasiado después de aquella lucha.

Durante dos horas todos estuvieron en alerta máxima, todos los Hyuga estaban con su byakugan activado, escaneando la zona y buscando fluctuaciones de chakra. Al mismo tiempo, los Uchiha vigilaban el horizonte, pero no hubo cambios significativos. Solo que la temperatura ambiente siguió bajando hasta que se volvió insoportable para la mayoría y tuvieron que empezar a utilizar su chakra para proteger sus cuerpos.

A las 6 de la mañana, el veterano Mamoru Hyuga grito -hay un movimiento que viene desde el Este-

Todos se posicionaron detrás de los muros defensivos, otros Hyuga que también estaban realizando vigilancia esforzaron su byakugan, pero solo diez minutos después notaron lo que el viejo decía. Una fluctuación de chakra se movía por el mar de hielo. Era como si alguien estuviera corriendo, pero por dentro del hielo. Esto alerto a Mari Hatake y empezó a ordenar a los Uchihas y Sarutobis que estuvieran preparados (la gran mayoría con afinidad al fuego). El resto tomo su posición, prepararon sellos explosivos y sus armas.

-Cien metros- grito el viejo Mamoru a todo pulmón y continúo marcando la distancia -noventa metros. Ochenta metros…, diez metros-

No obstante, cuando la gran mancha de chackra llegó a diez metros de la costa, se detuvo. Los shinobis apretaron el agarre sobre sus armas, listos para lanzar sus sellos explosivos o cubrirse detrás de las murallas de protección de dos metros de alto por cinco de largo. Sin embargo, y para su sorpresa, el hielo se resquebrajo y fue lanzado al cielo en enormes circunferencias de diez metros de diámetro.

Todos los shinobis de Konoha se quedaron mirando el extraño movimiento hasta que vieron figuras humanoides traslucidas a través del hielo. Esas figuras emergieron del hielo, todos vestidos con kimonos blancos. Las mujeres parecían realmente esos hermosos demonios que llamaban mujeres de nieve (Yuuki-onna). No obstante, la belleza se transformó en terror, porque los shinobis de kimono blanco y cabello oscuro realizaron una secuencia de sellos y gritaron al unisonó -hyoton, tsubame fubuki-

Al instante siguiente generaron de sus manos un centenar de agujas de hielo que tomaron la forma de golondrinas y volaron en dirección a los shinobis de Konoha.

Los shinobis de Konoha que estaban atentos tomaron a sus compañeros y los ocultaron detrás del muro de protección. No obstante, los que quedaron desprotegidos fueron heridos de forma superficial y unos pocos de gravedad.

-Ataquen- grito Mari Hatake despertando a los shinobis, lo que hizo que los Uchihas, Sarutobi y los que tenían kunais explosivos, comenzaran a atacar.

Sin embargo, para sorpresa de la mayoría, el gran trozo de hielo de diez metros de diámetro comenzó a caer al mismo tiempo y cuando pensaron que golpearía a los shinobis vestidos de blanco, pero estos se hundieron en el hielo.

Los ataques de Konoha golpearon los grandes trozos de hielo hasta convertirlos en pequeños fragmentos, pero cuando cayeron a tierra, no hubo cadáveres.

Aoi Hyuga protegida detrás de una muralla, activo su byakugan y reviso los fragmentos de hielo -no están ahí- dijo

-¿Qué quieres decir?- preguntó Mari asomando sus ojos por un costado de la muralla

-Que no están, en el sentido literal. El chakra de los shinobis se trasladó al hielo del mar y se está reformando-

-Maldición- murmuro Mari, miró hacia las murallas de protección que estaban más atrás y grito -tengan cuidado, se pueden mover entre los hielos-

Todos quedaron confundidos, pero Mari negó. En esta situación no sacaba nada con andar gritando para explicar una habilidad. Puede que ni siquiera la mitad de los shinobis entienda lo que está diciendo.

Durante un largo minuto solo se escuchó el susurró de la fría ventisca, hasta que un shinobi emergió del campo de hielo. Su rostro era hermoso, como ningún otro que hayan visto, ninguno hubiera sabido distinguir si era hombre o mujer, su cuerpo era demasiado esbelto, sus facciones delicadas y su cabello oscuro largo hasta la cadera. No obstante, pudieron distinguir que los iba a atacar.

Un anciano Uchiha se apresuró, salió de su cobertura y activo su sharingan hasta el tercer tomoe. Vio con facilidad la secuencia de sellos que estaba realizando el joven y le lanzó un kunai con un sello explosivo. El joven fue alcanzado por el kunai y el sello exploto. El anciano ni tonto ni perezoso comenzó a retroceder sin apartar la mirada.

La explosión destrozo el hielo de los alrededores y mando a volar el agua del mar sin congelar. No obstante, igual que la vez anterior, no quedo un cadáver, ni sangre ni señales de que habían herido a alguien.

Sin embargo, esta vez el ataque de los shinobis de blanco no se hizo esperar y alrededor de cuarenta cuerpos diferentes emergieron de los campos hielo. Cada uno realizo una seguidilla de sellos y al instante siguiente extendieron un brazo hacia el lado. De la mano se creó una empuñadura de hielo y se extendió hasta formar una espada. Los cuarenta cuerpos corrieron hacia la playa, los shinobis de Konoha lanzaron sellos explosivos y destruyeron a la gran mayoría. No obstante, los pocos que sobrevivieron alcanzaron a los shinobis Konoha y lucharon cuerpo a cuerpo.

Varios shinobis de Konoha se vieron cortados por las espadas de hielo, pero igual lograron vencer al enemigo. No obstante, al vencerlo supieron la realidad. Todo ellos eran copias de hielo que se desmoronaron después de un golpe certero.

Este resultado alerto a Mari y se cuestionó si los estaban tratando de hacer perder la mayor cantidad posible de armas arrojadizas o solo los estaban estresando como una táctica de ataque.

-Ahí vienen de nuevo- grito uno de los shinobis, pero está vez la carga era del doble de cuerpos.

Los Uchiha de Konoha se lanzaron al combate con sus ojos carmesí atentos a todos los sutiles movimientos de las espadas de hielo. Una vez que vencieron a las copias de hielo regresaron a sus posiciones y aguardaron la siguiente oleada de ataques. No obstante, lo que paso fue mucho más aterrador.

Una ventisca soplo con fuerza impidiendo que los shinobis de Konoha se pudieron mover fuera de su cobertura y cuando ceso, aparecieron muros alrededor. Después se empezaron a formar más murallas de hielo y dividieron a los shinobis de Konoha en dos. Varios Uchihas corrieron hacia las murallas y se prepararon para lanzar bolas de fuego, pero se detuvieron al ver las siluetas de los shinobis enemigos.

Los hermosos shinobis emergieron de las murallas de hielo con sus espadas blancas y se lanzaron contra los Uchihas. Estos últimos se vieron superados por la cantidad, al mismo tiempo que emergían más murallas de hielo y se veían apartados de sus pares. Pronto se empezaron a generar pasillos mientras las murallas del hielo se alzaban como paneles de hielo. Poco a poco se formó un domo de varios pisos, hasta que los shinobis de Konoha fueron apresados en algo similar a un laberinto de hielo. Los pasillos fueron de cuatro metros de alto y por cinco de ancho. Solo se diferencia las murallas del suelo porque estos últimos eran más opacos.

Por su parte, Aoi quedó junto a un equipo de shinobis; dos del clan Uchiha, tres del Hyuga y dos Sarutobi y otros dos que no pertenecían a ningún clan influyente. Los diez juntos se pusieron espalda con espalda y miraron hacia afuera esperando un ataque de las murallas. No obstante, Aoi se sintió superada por la visión porque en todas las murallas, suelo y techo, se veía chakra moviéndose de un lado hacia otro, como si buscaran el ángulo correcto para atacar.

La mayor parte de los shinobis quedó atrapado en el primer piso del laberinto de hielo, los que trataron de escapar saltando solo alcanzaron a llegar al segundo piso. Solo Mari Hatake con su increíble fuerza, destreza y habilidad alcanzo a llegar al cuarto piso del laberinto de hielo. No obstante, este piso era diferente del resto. Para empezar, no había murallas ni divisiones. Solo era un extenso piso que debe haber tenido doscientos metros de diámetro. Las murallas se elevaban veinte metros de alto, tomando la forma cóncava de un domo.

Mari mantuvo firme su brazo sobre el de Kaoru mientras miraba los alrededores girando y tratando de encontrar una salida. Kaoru también seguía el movimiento de su sensei y vigilaba los alrededores con su byakugan.

-Eres mis ojos, Kaoru- dijo Mari como otras veces -¿Dónde está el enemigo?-

-Frente a nosotros, en la pared del fondo- respondió Kaoru con seriedad -se mueve permaneciendo frente a frente, como si nos estuviera analizando- tomo una profunda respiración y mantuvo el agarre sobre su espada, era la única que tenían ella y su maestra. Kaoru había aprendido durante varias sesiones de entrenamiento, pero estaba lejos de ser proficiente con la espada. Lo mejor para ella serían sus palmas y ocupar el puño suave. Al menos de esa manera podría generar un domo protector para ella y su sensei por si las atacaban.

-Tú espada- dijo Mari soltando la mano de Kaoru y esta última asintió. Desenvaino la espada y se la entrego por el mango. Mari tomo la espada y concentro el chakra en sus oídos. Al mismo tiempo, Kaoru tomo la postura del puño suave y creo una delgada cubierta de chakra azul sobre sus palmas. Todo el tiempo mantuvo su byakugan activado y apuntando sus manos hacia el enemigo. Era uno solo, se movía como una mancha luminosa mientras seguía sus movimientos.

-Es de mal gusto hacer esperar a una mujer, Mizukage, Byakuren-sama- dijo Mari con una sonrisa en los labios

-Jejejejeje- salió la voz de un anciano que viajo por toda la habitación generando un eco como si estuvieran en una caverna -nadie te está haciendo espera, Mari Hatake, solo estoy pensando en cual será tu siguiente movimiento. Tus shinobis están muriendo en los otros pisos y si no te apuras en hacer algo, pronto morirán todos-

Mari frunció el ceño y susurro para Kaoru -este anciano es totalmente desconfiado y nunca tomara la iniciativa. Sin embargo, sus contrataques serán mortíferos, así que espera lo peor después de atacarlo-

-¿Desconfiado?- pregunto la voz anciana

-¿No temías la actitud de Hashirama-sama en la reunión de kages?-

-Ooooh, eso, bueno, cualquiera lo sería. Si semejante monstruo se inclina delante de los insectos, cualquier esperaría lo peor-

-¿Eres un insecto?- pregunto Mari como queriendo provocarlo para que saliera de su escondite

-No me molesta que me llames así. Diferente de los otros, no soy tan arrogante como para ponerme al mismo nivel que el dios Shinobi. El orgullo es un mal consejero, ningún kage está a su altura. Solo había uno que podía luchar con él. Según entiendo, tú también lo conoces, te quito algo importante-

Gracias al frio y las palabras del anciano, Mari sintió otra vez el dolor fantasma sobre la extremidad perdida. No obstante, trato de mantener su concentración. Salir de esto tomaría un gran esfuerzo y mantener viva a su joven discípula, un esfuerzo mayor.