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Suerte y perseverancia

Pequeña aclaración: Cada volumen es independiente del otro. Sigue su propia línea de historia y no se ve afectado por los volúmenes anteriores. Bueno, salvo por algún poder o habilidad que se viene arrastrando por el conocimiento y la personalidad del protagonista que va evolucionando. Volumen 1 Cross over entre nasuverso y Madam ou no Vanadis Volumen 2 viaje por Juego de Tronos, Señor de los anillos y Dark Soul 3 Volumen 3 Mushoku Tensei y Danmachi. Volumen 4 Naruto y muchos otros. -o- Kain, antiguo vástago del equilibrio. Renació en el mundo de Fate y vivió durante varios siglos. Sin embargo, al encontrarse con su viejo enemigo, el dios Hilden, lucho y perdió. Ahora su alma viaja a través del multiverso buscando el poder y la forma de volver a aquel mundo por la venganza. -o- Reglas del juego: 1.- No hay power up indiscriminados 2.- Todo se estudia y se gana hasta dominarlo 3.- El alma influye sobre el cuerpo, por ende, el cabello y los ojos siempre serán los mismo (ojos color lazuli y pelo blanco). 4.-La fuerza es proporcional al conocimiento adquirido, la técnica y la fuerza del alma. 5.- El nivel del mundo es proporcional al alma. Eso quiere decir que si el alma del protagonista es fuerte, irá a un mundo de mayor nivel.

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858 Chs

Mundo Shinobi - PGM - 179

-¡¿Eh?!- musito el tsuchikage lleno de incredulidad al perder la conexión con la araña que venía a su guarida con el cuerpo del niño. Él trato de levantarse del suelo cubierto de seda, pero su nieta y doctora, puso su mano en el pecho y lo obligo a permanecer acostado sobre el suelo cubierto de seda.

-¡No se puede levantar!- dijo la doctora -tiene que descansar otros quince minutos para poder realizar cualquier labor-

-No, tu no entiendes- dijo el tsuchikage -algo extraño pasa-

-Usted quedó débil por ese repentino ataque, puede que sea solo su imaginación-

El tsuchikage recostó su cabeza sobre el suelo de seda y asintió con dudas. Nunca le había pasado, a menos qué… pero era imposible, la araña olio el aroma a carne humana. Era el cadáver del niño, había muerto en la explosión. Estaba irreconocible por las quemaduras, pero de ningún modo podría engañar el sentido del olfato de la araña.

La doctora al ver al anciano preocupado sonrió y le dijo -no se preocupe, usted está seguro en este lugar. Mire bien, tiene a sus arañas y afuera están los shinobis que se mantuvieron leales a usted hasta el final. Nada malo podría pasar-

El anciano sonrió ante las palabras amables de su nieta, pero por dentro seguía preocupado.

Cinco minutos después, la doctora dejo reposando al tsuchikage y se acercó a uno de los guardias dentro de la cueva -disculpa- dijo -tsuchikage-sama está un poco preocupado por la seguridad ¿Puedes ir a verificar que todo esté en orden?-

-Claro, señora, deme un momento- respondió el shinobi. El tipo lo conversó con su compañero del frente y le dijo que saldría a verificar la seguridad. Entonces el tipo salió de la cueva y la doctora se dio la vuelta para volver con el tsuchikage.

A medida que la doctora se acercaba, podía distinguir la silueta oscura de las enormes arañas. Ella miró esos enormes ojos oscuros en la parte superior de la cabeza que no le quitaban la vista de encima y después miró esas enormes pinzas puntiagudas que antecedían a una monstruosa boca. Después estaban los espantosos pelos tan gruesos como una rama que crecían a lo largo del cuerpo.

La doctora paso por al lado de las monstruosas arañas y se acercó al tsuchikage sintiendo esa aterradora mirada. Ella se agacho, le tomo la mano al tsuchikage y le reviso una vez más el pulso. Todo parecía estar bien. Sin embargo, las arañas movieron sus patas apuñalando el suelo y dejaron escapar un zumbido suave. Lo cual asusto a la doctora y miró a sus espaldas. Pudo ver los dos enormes cuerpos de las arañas y como la cueva se extendía por decenas de metros hasta llegar a la salida de la cueva. Veinte metros por delante de las arañas, la cueva era iluminada por las antorchas mientras los shinobis estaban apostados a los lados.

Si alguien quería atacarlos, tendría que vencer a un gran grupo compuesto de chunin y jounin. También estaba ella y estas monstruosas cosas a los lados. Le desagradaba la sola visión de estas dos arañas monstruosas, pero resultaban una buena medida disuasoria.

Por otro lado, el shinobi que salió de la cueva, levantó su mano para proteger su vista del incandescente sol y avanzó por un camino de tierra hasta llegar al pasto que se extendía mil metros a la redonda. El shinobi se sintió seguro al ver a sus compañeros distribuidos a lo largo, sin ningún árbol o piedra en los alrededores donde alguien se pusiera a esconder. Si alguien atacaba, se sabría de inmediato. No obstante, cuando piso el pasto, escucho un chapoteo bajo su pie. Él levantó su pie y vio que su sandalia de madera se había humedecido. Entonces miró al cielo y se preguntó ¿En qué momento cayó esta agua? Que él sepa, no hubo garuga ni niebla matutina. No obstante, sin poder encontrar una respuesta lógica, avanzó hasta donde estaba un shinobi y le comenzó a realizar preguntas.

Dentro de la cueva, el tsuchikage empezó a escuchar un goteo. El sonido fue constante, marcado cada segundo del tiempo y molestándolo. El agua se apozo en el suelo y el sonido de la gotera tomo un sonido acuoso. El tsuchikage levantó su cuello para mirar mientras la doctora lo continuaba revisando, vio la posa de agua que reflejaba la luz de las antorchas y después recostó su cabeza.

Al mismo tiempo, las arañas sintieron gotas de agua helada caer sobre sus enormes traseros y produjeron un zumbido incomodo. Movieron sus largas patas tan filosas como espadas de forma peligrosa y las clavaron cerca del cuerpo del tsuchikage.

-¡Oye!- grito el tsuchikage y movió su mano ordenando a las arañas que se apartaran.

Las arañas se movieron un par de metros por delante y el tsuchikage soltó un suspiro de alivio al sentir el peligro lejos de él. No obstante, las molestas goteras continuaron y se multiplicaron. Después de un minuto, se escuchaban varias de goteras a lo largo de la cueva. El tsuchikage frunció el ceño, levantó la parta superior de su cuerpo y miró a lo largo del pasillo rocoso. Se veía una docena de posas de agua a lo largo del pasillo mientras las arañas daban vueltas mirando en todas las direcciones, inquietas por la caída constante de las gotas de agua.

-¡Ya quédense quietas!- grito el tsuchikage

-No se exalte- lo regaño la doctora

-¡Pero!-

-Nada de peros, usted debe descansar un par de minutos y después podrá revisar todo lo que quiera. Ya envié a alguien a revisar y pronto volverá-

El tsuchikage se sintió inquieto, pero de todos modos asintió. Se recostó una vez más, pero antes de depositar su cabeza sobre el suelo cubierto de seda, vio algo sobre la espalda de una de las arañas que brillaba como el cristal reflejando la luz de las antorchas. Apoyo sus manos en el suelo y se sentó de golpe, pero lo que había visto se esfumo. A lo mejor, solo fue el ángulo de la luz, pensó. Después de todo, está cueva era una mina de metal de chakra y otros minerales preciosos. Solo la ocupo para esta misión porque era el punto óptimo a la zona de encuentro con aquel mocoso.

No obstante, de repente una de las arañas soltó un zumbido más parecido a un rugido. Se comenzó a mover hacia los lados, chocando con las paredes y la otra araña. La araña golpeada, empujo con su cuerpo a su compañera que daba tumbos y la envió con dirección al tsuchikage. Este último se levantó lo más rápido que pudo y empujo a su nieta. Ella cayó de espaldas y vio como la araña gigante levantó una de sus afiladas patas y apuñalo al tsuchikage por la espalda. El rostro del tsuchikage se deformo en una expresión de espanto mientras caía al suelo aplastado.

La otra araña también lanzó un zumbido de dolor y comenzó a chocar con las paredes. Los shinobis del pasillo corrieron en su dirección para calmarla. Al mismo tiempo, el tsuchikage se vio apuñalado por la pata de la araña gigante y como el enorme cuerpo caía sobre él.

-¡No!- grito la doctora, se acercó a la araña, pero esta respondió abriendo y cerrando sus largas pinzas. Después la araña levantó sus patas tratando de lanzar un golpeo como si quisiera defenderse de algo, pero de repente se quedó quieta y ya no se movió más. La doctora, sin preocuparse de nada más, se acercó al cuerpo duro y peludo de la araña. Ella le tomo una pata, se cortó un poco las manos, pero las recubrió con chakra para poder hacer fuerza y empujar el enorme cuerpo lejos del Tsuchikage. No obstante, al voltear el cuerpo de la araña, esta quedó con el vientre hacia arriba, pero también elevo el cuerpo del tsuchikage empalado en la filosa pata.

La doctora comenzó a llorar, se acercó sin cuidado a la pata queriendo cortarla de un puñetazo, pero el chakra no fue suficiente y solo se hirió los nudillos al punto de que el blanco de sus huesos quedó a la vista. Ella sacó un kunai y comenzó a acerrar la pata, pero nada la heria. Al mismo tiempo, el rostro del tsuchikage se puso pálido mientras su sangre se escurría por la pata de la araña que le atravesaba la espalda y salía por su estómago.

Solo entonces, la doctora reacciono para pedir ayuda y se dio la vuelta para mirar al pasillo. No obstante, todo lo que vio fue el cuerpo de la otra araña abierto desde el interior y manando una sangre verde. Al mismo tiempo, los shinobis que hace solo unos segundos venían a ayudar, estaban en el suelo. Sus ojos estaban hinchados y una marca en su cuello los hacia ver como si alguien los hubiera estrangulado hasta la muerte. La doctora se cubrió la boca, tuvo náuseas, pero se contuvo de vomitar. Entonces camino por el pasillo en busca de ayuda, pasando por al lado del cadáver de la araña destrozada desde interior y de los shinobis tumbados con miradas llenas de espanto.

La doctora comenzó a derramar lágrimas, sin entender qué era lo que había ocasionado la repentina muerte de los shinobis ¿Acaso estaba dentro de un genjutsu sin que nadie se diera cuenta? ¿Fueron atacados sin que nadie lo notara? Ella avanzó a lo largo del pasillo rocoso, evitando a los muertos, pero quedándose con la imagen de sus miradas de espantó.

Una vez que la doctora salió de la cueva, vio que todo el campo que debería estar abierto con nada más que pastizales, cubierto por una espesa niebla que no dejaba ver más de cinco metros por delante.

-Alguien, ayuda- dijo la doctora con voz lastimosa, se llevó su mano a su vientre protegiendo a su hijo que quedaba oculto bajo su bata blanca -por favor- continuo ella con voz quebrada -ayuda, por favor- ella comenzó a llorar y continúo avanzando, encontrando un cuerpo muerto detrás de otro. A los pocos segundos encontró al shinobi que había enviado a inspeccionar. Estaba boca abajo, lo cual le produjo curiosidad. Ella se acercó y volteó el cuerpo para mirar, pero cuando lo hizo, noto que la cabeza no siguió la trayectoria del cuerpo. Ella se tapó los ojos sintiendo un terrible miedo y confusión ¿Qué era lo que había pasado?

-¿Ya murió esa viejo basura?- pregunto una voz joven que hizo eco como si estuvieran en una caverna.

-¿Quién eres?- preguntó la doctora con voz alterada, miró en todas las direcciones, pero todo lo que pudo ver fue la espesa niebla.

-Solo vengo por esa vieja cosa que me quiso dar caza-

Al instante siguiente, la doctora sintió algo frio en su pierna y noto como algo se enrollaba. Entonces miró hacia abajo y vio una especie de serpiente de cristal. Después sintió algo helado en su espalda y después en su otra pierna. Poco a poco las serpientes la comenzaron a envolver y ella comenzó a ocupar su chakra para quitárselas. Las tironeo, dio de puñetazos, pero nada funciono hasta que sintió algo frio en su cuello y noto que se estaba quedando sin aire.

-Por favor, mi hijo, por favor- rogo con voz ahogada, pero solo quedó el silencio eterno que lo lleno todo.

Después de unos segundos, las serpientes aflojaron su constricción y comenzaron a alejarse del cuerpo de la doctora. Una vez que cayeron al suelo, se volvieron charcos de agua. La doctora miró horrorizada el suelo y después los alrededores, sin estar segura de cuantas serpientes podían emerger de las pozas de agua en el pasto.

-¿Nombre?- pregunto la voz joven

-Kurotsuchi- dijo la doctora con voz compungida

-¿Eres algo del viejo fósil en el interior de la cueva?-

-No-

-No me mientas- dijo la voz joven en un tono serio

Kurotsuchi miraba la niebla en la dirección que ella creía que estaba el shinobi y pudo ver como dos ojos rojos como la sangre se encendían con una luz aterradora. Entonces Kurotsuchi dio un paso hacia atrás, puso su mano en su abdomen temiendo por el niño en su vientre y dijo llena de miedo -el anciano en la cueva es el primer tsuchikage y yo soy su nieta-

-Mmm, eso explica muchas cosas- respondió la voz joven.

Entonces Kurotsuji vio como los ojos con el fulgor rojo se acercaban atravesando la niebla como si no tuvieran un cuerpo que los sostuviera hasta que cinco metros por delante de ella, un cuerpo joven atravesó la niebla. Tenía el cabello blanco como si fuera un fantasma. Sin embargo, de repente sus intimidantes ojos rojos cambiaron a un azul celestial y pensó que el niño que estaba delante de ella era la criatura más tierna que haya conocido.

-Soy Kain, Kurotsuchi, no hagas nada raro y prometo respetar tu vida y la de tu hijo- dijo el niño.