Mundo Shinobi - PGM - 174

En un día despejado, el daimio reunió a los nobles de su nación y principales funcionarios para mirar la lucha entre los dos candidatos a futuro daimio. Ellos estaban sentados en unas gradas en la parte posterior del castillo, con un palco central, bordeado madera roja y hermosos asientos de seda roja con llamativos dibujos de enredaderas dorados.

En ese palco principal estaba el daimio y Kasumi cubiertos por una gran sombrilla de color crema con bordes dorados. También hubiera podido estar Kumiko, hermana de Kasumi, pero Minoru Senju anuncio que ella se quedaría fuera del evento. El resto de los participantes estaban sentados en las gradas a los lados y por debajo del daimio, todos expectantes al cuadrilátero formado a cincuenta metros de ellos. Frente a la grada cien policías de Konoha habían formado un muro de contención por si algún ataque se desviaba.

Por otro lado, en el cuadrilátero cubierto de gravilla blanca, Kazuhiko, nieto del daimio estaba sentado en seiza a cincuenta metros de Minoru Senju. Él miraba a su cuñado a la distancia, como un pequeño hombre vestido con una vestimenta de combate que utilizan los shinobis de Konoha. Al igual que Yahiko, no tenía ninguna arma a mano. Solo sería un combate basado en el taijutsu y ninjutsu.

Sin embargo, Yahiko ignoraba si su cuñado tenía las manos tan traspiradas o sentía esta inquietud en su pecho como él. Sakumo le pudo decir que diera lo mejor de sí, pero enfrentarse a alguien mayor y más experimentado, siempre era un desafió. Al menos para Yahiko, se estaba volviendo un dolor de estómago.

No obstante, antes de que Yahiko pudiera seguir cavilando, sonó un poderoso gon que lo alerto. Entonces él volteó su rostro hacia la izquierda y miró hacia el centro de las grandas, donde estaba el palco rojo de su abuelo y Kazumi. Desde esta distancia no pudo distinguir demasiado, más que un leve asentimiento de su abuelo a uno de los shinobis que conformaban el muro de contención, por delante de las gradas.

El shinobi de la policía militar, dio un paso al frente y realizo un sello de mano con su derecha -su excelencia, el Daimio de la nación del Fuego- dijo con voz amplificada -ha dado su autorización para que comience el combate. De este duelo, saldrá el próximo gobernante nación del Fuego. Así que se les recuerda que respeten la seriedad y honorabilidad del evento-

Yahiko y Minoru, separados por más de cincuenta metros de gravilla blanca, se pusieron de pie. Sin embargo, diferente de Yahiko quien miró a su abuelo e hizo una reverencia, Minoru Senju miró con desprecio al daimio y escupió hacia un lado. Los nobles ante tal actitud se horrorizaron y se preguntaron que le podría haber ocurrido a una persona tan sensata como Minoru. Lo mismo paso con Yahiko, quien paso su vista desde su abuelo hasta posarla sobre Minoru. Desde esta distancia, poco podía discernir y Yahiko deseó tener ojos mágicos como los de la policía militar. Sin embargo, nada se le podía hacer.

-A mi señal- dijo el policía frente a las gradas con voz amplificada

Yahiko tomo una profunda respiración, soltó los hombros y dejo los brazos a los costados de su cuerpo mientras abría las piernas a la altura de los hombros. Toda su atención fue absorbida por Minoru Senju y el resto del mundo desapareció de su mente. Del otro lado, Minoru también tomo la misma posición y miró en su dirección.

-¡Adelante!- grito el policía

Al instante siguiente, Yahiko corrió con todas sus fuerzas mientras escuchaba el crujido de la gravilla bajo sus pies y como Minoru se acercaba. A los pocos segundos, Yahiko y Minoru sobrepasaron veinte metros de distancia y dieron un gran salto hacia adelante. Al momento del encuentro ambos lanzaron un codazo, chocando en simultaneo ambos antebrazos. El impacto, velocidad y fuerza fueron tal que toda la gravilla bajo sus pies se dispersó formando un círculo perfecto.

Yahiko se sintió bien ante este intercambio, estaba en control. Su fuerza no era inferior y su velocidad podía coincidir y responder contra el hijo del dios Shinobi. Yahiko sonrió, empujo su codo y Minoru hizo lo propio. De esta manera, ambos se empujaron hacia adelante y cuando no pudieron seguir manteniendo su posición, dieron un salto hacia atrás. Una vez que cayeron al suelo, se impulsaron hacia adelante y lanzaron una patada alta al mismo tiempo. Las canillas chocaron y Yahiko se mantuvo seguro de su primera impresión; estaba en control, tenía la fuerza y la velocidad. Así que se arriesgó un poco más y retrajo su pierna. Después avanzó y lanzó una seguidilla de puñetazos que Minoru esquivo por un pequeño margen. Después llegó el turno de Minoru y Yahiko hizo lo propio, incluso sonrió al ver que podía seguir los movimientos de Minoru. Yahiko se estaba emocionando poco a poco, así que comenzó a atacar con ímpetu y fuerza, seguro que podría soportar el intercambio con Minoru.

Un minuto después, ambos saltaron hacia atrás dando piruetas hasta que se pusieron a diez metros de distancia. Yahiko comenzó a realizar una seguidilla de sellos de mano a una velocidad que se le podría considerar un experto mientras Minoru hacia lo mismo: Buey, mono, liebre, rata, jabalí, ave, buey, caballo… Una vez que Yahiko estuvo listo, grito a gran voz -Suiton, suiryudan no jutsu-

Sin embargo, y para su sorpresa, Minoru tan bien realizo el mismo jutsu y grito -Suiton, suiryudan no jutsu-

Entonces, el agua se condenso bajo sus pies y comenzó a subir rodeando su cuerpo hasta formar un cuerpo alargado, cuya cabeza monstruosa se posiciono por encima de los usuarios. Al instante siguiente, ambas bestias hechas de agua se lanzaron hacia el oponente y se interceptaron chocando entre sí. Las bestias se destruyeron y el agua de sus cuerpos salpico en todas las direcciones.

Esta demostración del maravilloso poder llamado chakra, dejo a los nobles más que satisfechos. Sin embargo, hizo fruncir el ceño a Okita quien acompañaba a Murasaki en las grandas junto a los otros nobles. También hizo fruncir el ceño a Yahiko, quien parecía insatisfecho con ser imitado e igualado.

Yahiko al ver que su gran jutsu no sirvió de nada, se lanzó hacia adelante e intercambio golpes con Minoru. Sin embargo, por mucho entusiasmo que pusiera, no podía superar sus defensas. Ya sean puñetazos, patadas, codazos o agarres para lanzarlo al suelo. Minoru siempre estaba un paso por delante de él y su habilidad nulificaba cualquier esfuerzo que pudiera hacer Yahiko.

De manera insatisfactoria, la lucha se alargó y Yahiko se comenzó a cansar. Una vez que llego su segundo aire, ataco con todas sus fuerzas, pero esto ocasionó que se volviera descuidado y Minoru lo castigara lanzándolo al suelo una y otra vez. Yahiko se empezó a poner furioso y a llenarse de angustia. Cada vez que se levantaba, un golpe lo enviaba de nuevo al suelo. Era como si Minoru supiera todo lo que iba a hacer desde el principio y supiera como reflejarlo.

<<Se dice que Minoru Senju fue entrenado por el hokage>> escucho Yahiko en su mente y por fin creyó entender lo que pasaba. Yahiko detuvo su avance y tomo nota de su estado físico. Sentía dolor en la espalda por los constantes agarres que los mandaban contra el suelo. Estaba jadeando del cansancio y estaba cubierto de sudor. Se pregunto en qué momento había perdido el control de la pelea. No obstante, tomo una profunda respiración y en lugar de ocupar la forma de luchar que le enseño Tobirama, apretó los puños apuntando hacia delante y se mentalizo en seguir las formas de los anbus.

Minoru, cinco metros por delante de él, sonrió por un momento, pero volvió a ponerse serio. Entonces él tomo la iniciativa y ataco como antes. Yahiko pudo interceptar gran parte de los golpes, pero cuando Minoru aumento su fuerza en el ataque, Yahiko empezó a perder en iniciativa. Minoru lo castigo con severidad, está vez ya no lanzándolo al suelo, si no que golpeándolo a la cara y a las costillas hasta hacerlo gritar de dolor.

Yahiko se vio horrorizado por la diferencia de habilidad. Entonces se preguntó por qué en un principio, Minoru no lo ataco con esta intensidad. La lucha podría haber durado unos pocos minutos y él se hubiera coronado daimio sin tener que cansarse tanto. Yahiko recibió un puñetazo en medio de pecho y escupió una bocanada de sangre que lo dejo casi inconsciente. Respiro con dificultad tratando de recuperar el aliento y miró hacia adelante, solo para ver como un enorme puño se dirigía a su rostro. Entonces él cerró los ojos esperando que esto fuera su fin, pero el golpe jamás llego. Yahiko solo escucho el grito de asombro que venía de las gradas y después unos pasos que trituraban la gravilla y se alejaban.

Yahiko abrió los ojos y vio la espalda de Minoru alejándose de él. Después miró en dirección de donde venían los gritos y vio a su abuelo poniéndose de pie en su palco rojo y señalando con su dedo. Al mismo tiempo, la vista de Yahiko se puso borrosa y él cayó de espaldas sobre la gravilla. Lo último que vio, fue el cielo despejado mientras todo se iba a negro.

Una vez que Yahiko abrió los ojos, vio que estaba acostado en un futon en una habitación que no era la suya. Tenía la vista borrosa y le dolía la cabeza como si alguien se la hubiera martillado.

-¿Dónde estoy?- pregunto Yahiko queriéndose levantar del futon, pero lo detuvieron unas pequeñas manos sobre su pecho.

-No, nii-sama- dijo Kasumi quien estaba sentada en seiza al lado del futon -todavía no estas bien-

-Kasumi- dijo Yahiko con voz aletargada mientras recostaba su cabeza en la almohada -¿Qué paso?-

-Por ahora descansa- respondió Kasumi queriéndole ahorrar los problemas a su hermano.

Entonces Yahiko se tranquilizó por un momento hasta que recordó que estaba luchando por el título de daimio con Minoru. Todos sus músculos se tensaron por la impresión y soltó un grito de dolor. Se quedó un rato en shock, sobre todo por el dolor en la espalda y el pecho, después abrió los ojos.

-Kasumi ¿Qué paso?- pregunto Yahiko una vez más

Kasumi junto los labios formando una línea y después se mordió el labio inferior -perdiste- dijo en voz baja

Yahiko se tapó la cara con la mano, quiso llorar, pero por alguna razón, no se sintió tan mal -¿Minoru-nii-sama ya fue nombrado daimio?-

-No-

-¡Que!- grito Yahiko, impulsándose para sentarse y una vez que lo hizo, se abrazó a sí mismo sintiendo dolor por todo su cuerpo. Se quedó quieto durante un instante y después pregunto –¿Por qué?-

-El abuelo acuso a Minoru-nii-sama de haber conspirado la noche anterior al duelo y haber mandado a shinobis a matarte- dijo Kasumi frunciendo el ceño

-Eso es imposible- refuto Yahiko

-Sí, también pienso lo mismo, pero por alguna razón, Minoru-nii-sama acepto los cargos y dejo que lo encarcelaran-

-¡¿Por qué?!- grito Yahiko

Kasumi hizo su rostro hacia atrás ante el grito y respondió -nadie lo sabe. Ayer lo fui a ver y no me quiso decir nada-

-Algo está mal, muy mal- dijo Yahiko y puso sus manos hacia los lados para apoyarse y ponerse de pie. Sin embargo, Kasumi puso sus manos en el pecho y negó.

-No puedes- dijo Kasumi -estás muy débil. Minoru-nii-sama ataco tus puntos vitales y casi te mata. Es un milagro que estes vivo-

-¿Eso…?- dijo Yahiko sin poder creer lo que decían

-Eso es la verdad, ya te vieron tres médicos diferentes. Uno de ellos era shinobi-

<< tú abuelo está jugando un juego demasiado peligroso al desafiar a mi padre. Ten cuidado de estar cerca suyo cuando salten las repercusiones>> escucho Yahiko las palabras de Sakumo en su cabeza.

-Necesito respuestas- dijo Yahiko levantando su rostro y mirando lleno de preocupación a Kasumi. Ella miró en otra dirección, pero Yahiko le tomo las manos e insistió -por favor, ayúdame a llegar con el abuelo-

-No puedes, el abuelo dijo que tienes prohibido levantarte hasta que estes sano. Una vez que te hayas recuperado, serás coronado daimio-

-¡Kasumi, esto está mal! El abuelo hizo algo que tendrá serias repercusiones y tenemos que ver la forma de repararlo-

Kasumi levantó la mirada y vio a Yahiko con un rostro temeroso. Jamás lo había visto tan asustado.