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Suerte y perseverancia

Pequeña aclaración: Cada volumen es independiente del otro. Sigue su propia línea de historia y no se ve afectado por los volúmenes anteriores. Bueno, salvo por algún poder o habilidad que se viene arrastrando por el conocimiento y la personalidad del protagonista que va evolucionando. Volumen 1 Cross over entre nasuverso y Madam ou no Vanadis Volumen 2 viaje por Juego de Tronos, Señor de los anillos y Dark Soul 3 Volumen 3 Mushoku Tensei y Danmachi. Volumen 4 Naruto y muchos otros. -o- Kain, antiguo vástago del equilibrio. Renació en el mundo de Fate y vivió durante varios siglos. Sin embargo, al encontrarse con su viejo enemigo, el dios Hilden, lucho y perdió. Ahora su alma viaja a través del multiverso buscando el poder y la forma de volver a aquel mundo por la venganza. -o- Reglas del juego: 1.- No hay power up indiscriminados 2.- Todo se estudia y se gana hasta dominarlo 3.- El alma influye sobre el cuerpo, por ende, el cabello y los ojos siempre serán los mismo (ojos color lazuli y pelo blanco). 4.-La fuerza es proporcional al conocimiento adquirido, la técnica y la fuerza del alma. 5.- El nivel del mundo es proporcional al alma. Eso quiere decir que si el alma del protagonista es fuerte, irá a un mundo de mayor nivel.

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858 Chs

Mundo Shinobi - PGM - 155

Kaoru se recubrió con una capa de chakra como le había enseñado Kain, se cruzó de brazos y recibió el ataque del espadachín de Kiri. Este último ataco con su particular espada similar a un largo pergamino. Una vez que la espada golpeo el pequeño cuerpo de Kaoru, traspaso varios sellos explosivos. Gracias al impacto, Kaoru salió volando y a los tres metros de distancia, los sellos explotaron y levantaron una nube de arena.

El espadachín de Kiri quedó mirando la nube de arena y espero que, por fin la pequeña monstruo hubiera sido vencida. No obstante, igual que otras veces, Kaoru se levantó atravesando la nube de arena a una gran velocidad. El espadachín de Kiri saltó hacia atrás para esquivar, pero Kaoru fue más rápida y cuando estuvo a distancia, lanzó una poderosa palmada al estómago. El espadachín de Kiri soltó una bocanada de sangre mientras sentía que le arrancaban los intestinos.

Kaoru cayó al suelo mientras el cuerpo del espadachín de Kiri volaba a la distancia hasta perder su inercia y rodar por el suelo. Ella miró el cadáver mientras sus pequeños hombros subían y bajaban en un esfuerzo de sus pulmones por recuperar el aliento. Al mismo tiempo, la playa en la que luchaba con el espadachín estaba llena de cadáveres de shinobis de Konoha.

Kaoru se volteó y vio en medio del mar a Mari Hatake luchando contra tres espadachines. Mucho más allá estaban dos shinobis luchando contra su madre y los escuadrones de Konoha. Kaoru quería ir a ayudar, pero se había quedado sin chakra y ahora solo tenía lo suficiente para mantenerse de pie. Ella sintió que su vista se volvía borrosa y sus piernas endebles. Trato de dar un paso adelante, pero su tobillo se dobló hacia afuera y perdió el equilibrio. Sin embargo, un shinobi del clan Hyuga corrió en su dirección y la sostuvo.

-Perdone mi imprudencia, Kaoru-hime. Permítame sostenerla por mientras que usted se encuentra débil- dijo el shinobi

Kaoru asintió y miró a la distancia, como los shinobis de Konoha trataban de soportar los ataques de los espadachines de Kiri.

Al mismo tiempo, dos mujeres de cabello oscuro pertenecientes a los espadachines de Kiri estaban de pie en la orilla del mar, retomaban su posición de combate mientras empuñaban sus espadas. Por otro lado, Aoi Hyuga respaldada por los shinobis de Konoha que se mantenían en la playa.

-Uchiha- dijo Aoi

Al instante siguiente avanzaron cinco jounin del clan Uchiha, realizaron sellos de manos y gritaron -Katon, goukakyu no jutsu-. Ellos soplaron largas llamaradas que se condensaron en grandes bolas de fuego y volaron hasta los espadachines de Kiri.

Una de las mujeres llamada Ame, con una espada larga con la estructura de aguja, realizo sellos con una sola mano y dijo en un tono frio mientras engrosaba la voz -suiton, suijinheki-. Una larga muralla de agua se elevó desde la superficie del mar, las bolas de fuego se estrellaron con ella y se neutralizaron el uno al otro. Esto produjo otra llovizna mientras los espadachines de Kiri y los shinobis de Konoha se miraban desde una distancia de veinte metros.

-Maldición, estamos en un punto muerto- grito un Uchiha

-Mantén la calma, no es momento para volverse locos- grito otro.

Al instante siguiente, la otra mujer de los espadachines de Kiri, llamada Aneko, portadora de dos espadas con dos puntas que sobresalían de los lados, similar a una rama de árbol, dio un paso al frente, coloco ambas espadas en el agua y las toco entre sí. Esto genero una larga corriente eléctrica que fue visible para todos. La electricidad viajo por el agua hasta llegar a la arena y se detuvo. Sin embargo, el mensaje fue claro, si se acercaban al agua, quedarían rostizados.

-Malditos, solo porque iban perdiendo se retiran- dijo Aoi con su byakugan activo.

-Valiente cosas dices, shinobi de Konoha- respondió Ame, la mujer que levantó el muro de agua. Ella trataba de engrosar su voz para hacer sonar más varonil -pero, ustedes son un centenar contra nosotras dos-

Aoi bufo y dijo -dudo que, si te invito a luchar uno a uno, vengas-

-Somos shinobis- dijo Ame con una voz divertida -no siempre podemos jugar de frente-

-Sí, es verdad, pero obtener un poder de un arma tampoco es jugar de frente-

-El arma está muerta, yo soy quien le da su fortaleza- respondió Ame dando un salto hacia adelante

-¡Atentos!- grito Aoi

Ame avanzó a una gran velocidad hasta la orilla del mar y desde ahí lanzó su espada con forma de aguja como si fuera un arpón. La espada perforó al instante a una decena de shinobis, pero Aoi ocupo esta oportunidad y se impuso para atacarla. Ame soltó el hilo semi trasparente atado a la parte posterior de su espada. Aoi lanzó una palmada al pecho, Ame contrataco golpeando la muñeca y el ataque de Aoi fue desviado. Entonces Ame se hizo a un lado, dejo pasar a Aoi y se dio una vuelta sobre su eje al mismo tiempo que alzaba su pierna y descargaba una patada en la nuca. Aoi cayó de cara contra el suelo mientras los shinobis de Konoha se lanzaban a luchar contra Ame.

Por su parte, Ame se movía esquivando los ataques, acercándose poco a poco a la cuerda atada a la parte posterior de su espada hasta que la alcanzo. Entonces ella tiró de la cuerda y la espada voló a su mano. Entonces ella dejo de retroceder y comenzó a lanzar cortes mientras se ayudaba de la cuerda semitransparente, amarrando a sus enemigos como si ella fuera una araña. Su patrón era presionar a los shinobis por los costados para que de forma inconsciente se alinearan y una vez que lo lograba, lanzaba su espada como si fuera un arpón perforando a todos los que pudiera.

No obstante, en la emoción de la lucha escucho a su hermana Aneko gritar algo. Volteó su rostro y la vio correr por la parte superior del mar con un rostro cargado de preocupación. En ese momento Ame sonreía, pero cuando su vista fue cubierta por la cara de Aoi Hyuga, con sus ojos pálidos y esas venas a los costados, su sonrisa se desvaneció.

Aoi junto una gran cantidad de chakra en la palma de su mano y golpeo con todas sus fuerzas en un ángulo ascendente. Ame solo sintió que sus costillas se hundían y sentía una gran presión en sus pulmones. Todo se fue a negro mientras su cuerpo volaba por el aire y escupía sangre por la boca. Al mismo tiempo, Aneko grito furiosa dejando la seguridad del agua. Ella cayó a la playa solo mirando el cuerpo de su hermana rodar por la arena, sin prestar atención a nada más. Ella avanzó cortando todo lo que estuviera enfrente, desplegando electricidad con sus espadas, pero al estar perdida en sus pensamientos, no vio como los shinobis de Konoha se lanzaban sobre su espalda y la apuñaban con sus espadas y kunais.

A pesar del dolor, Aneko nunca dejo de mirar a su hermana tendida en la playa. Ella estiraba su brazo como si la quisiera alcanzar, pero no se movía, lo único que sentía eran las perforaciones de los cuchillos en su espalda mientras poco a poco perdía sus fuerzas.

Un Uchiha se acercó a Aoi mientras jadeaba y le dijo -capitán, ya neutralizamos a las dos. Kaoru-sama derroto a otro espadachín y la comandante está luchando contra otros tres ¿Le damos apoyo?-

Aoi Hyuga desactivo su byakugan y se volteó para mirar a la mar, a cien metros de distancia, donde Mari Hatake luchaba contra los otros espadachines. Ella negó -es mejor que no, solo seremos un estorbo. Lo mejor que pudimos hacer fue limitar la cantidad de shinobis y solo dejar a los de alto nivel luchando contra los espadachines. Ellos son hábiles, lo admito, pero su fuerte es atacar a los débiles con la habilidad de sus espadas y reducir sus números. Lo mejor que podemos hacer ahora es mirar como procede el combate de Mari y de ser necesario, sacrificarnos para salvarla-

El Uchiha de cabello y ojos oscuros miró a la distancia y asintió. Si él fuera y tratara de ayudar a su comandante, solo sería una piedra de tropieza. Ella perdería su concentración entre tratar de atacar y protegerlo para que no lo maten. Lo mejor era dejar que los fuertes luchen en vez de ser un estorbó.

Por su parte, Mari Hatake jadeaba del cansancio, pero sonreía con ferocidad ¿Cuántos años habían pasado desde que se sintió tan viva en el campo de batalla?

-Yo, Fudo, después de haber luchado contigo, te reconozco como un verdadero espadachín y te pido disculpas por haber dicho que solo eras la mitad. Como se esperaba de un guerrero que lucho contra el mejor guerrero, tienes mi gratitud, porque si hoy muero, será en la mejor condición- dijo el gran hombre de cabello oscuro y rostro cuadrado. Era dos palmos más altos que Mari y su espada era casi tan alta como él mientras estaba envuelta en vendajes. Él empuñaba su espada con ambas manos y en estos momentos tenía varios cortes en la cara y los brazos.

Mari, aunque cansada, permanecía sin ningún rasguño.

Los otros dos shinobis, ambos con grandes espadas, estaban iguales a Fudo, llenos de cortes por todo el cuerpo.

-¿Tu nombre espadachín?- preguntó Fudo con un tono de voz respetuoso

-Mari Hatake- respondió ella

-Mm, gracias, el mío es Fudo, recuérdalo- dijo Fudo con voz profunda, después se concentró en la espada que sostenía y dijo -Samehada, ayúdame una vez más-

Al instante siguiente, la espada se expandió como si tuviera largas espinas de color piedra y engroso casi al mismo tamaño de Fudo. Al mismo tiempo, el cuerpo de Fudo fue cubierto por una visible película de chakra azul y todas sus heridas se sanaron al instante. Sus músculos se volvieron más prominentes y se marcaron las venas en su rostro. Incluso dio la impresión de que se había vuelto más grande. No obstante, eso no preocupo a Mari Hatake. Para ella era claro que Fudo no podía controlar el poder de la espada.

El espadachín de Kiri a la derecha de Fudo, tomo su gran espada con dos mangos y concentro su chakra en la hoja. El chakra se expandió con la forma de un martillo mientras el espadachín fruncía el ceño.

Mari miró al otro espadachín que daba la impresión de solo tener una gran espada, pero sin ningún poder visible. La espada era gruesa como el cuerpo de un adulto, con un agujero en la punta de la hoja y una hendidura semicircular en el sector del guardamano. El espadachín de Kiri se mostraba serio, pero no parecía querer mostrar la habilidad de la espada. Mari negó, no necesariamente todas las espadas de Kiri deberían tener poderes activos. Sin embargo, gracias a la cordialidad de Fudo, ella tomo una resolución.

Mari enderezo su espalda y después apuntó a Fudo -te mostrare por un breve instante la cima del poder- entonces ella cerró sus ojos, se concentró y en su rostro aparecieron marcas negras. Un círculo en su frente con un punto en el centro mientras sus parpados estaban bordeados de negro.

Por su parte, Fudo se asombró del repentino cambió y cuando Mari abrió sus ojos, vio su determinación de cortar. Él se preparó, ella avanzó a una velocidad fantasmal y antes de que Fudo pudiera reaccionar, vio a Mari dibujar un corte ascendente con su espada dejando una estela de chakra verde.

Los otros dos shinobis vieron el pecho de Fudo cortado en diagonal, trataron de reaccionar, pero Mari se movió en un parpadeo, de derecha a izquierda, cortando uno detrás de otro, sin que ninguno pudiera hacer algo. Incluso cuando ellos caían mirando el cielo azul y se hundían en el mar, no supieron que paso.

Por otro lado, Mari se vio parada en un charco de sangre sobre el mar. Soltó un suspiro y las marcas del modo sabio desaparecieron de su rostro.