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Suerte y perseverancia

Pequeña aclaración: Cada volumen es independiente del otro. Sigue su propia línea de historia y no se ve afectado por los volúmenes anteriores. Bueno, salvo por algún poder o habilidad que se viene arrastrando por el conocimiento y la personalidad del protagonista que va evolucionando. Volumen 1 Cross over entre nasuverso y Madam ou no Vanadis Volumen 2 viaje por Juego de Tronos, Señor de los anillos y Dark Soul 3 Volumen 3 Mushoku Tensei y Danmachi. Volumen 4 Naruto y muchos otros. -o- Kain, antiguo vástago del equilibrio. Renació en el mundo de Fate y vivió durante varios siglos. Sin embargo, al encontrarse con su viejo enemigo, el dios Hilden, lucho y perdió. Ahora su alma viaja a través del multiverso buscando el poder y la forma de volver a aquel mundo por la venganza. -o- Reglas del juego: 1.- No hay power up indiscriminados 2.- Todo se estudia y se gana hasta dominarlo 3.- El alma influye sobre el cuerpo, por ende, el cabello y los ojos siempre serán los mismo (ojos color lazuli y pelo blanco). 4.-La fuerza es proporcional al conocimiento adquirido, la técnica y la fuerza del alma. 5.- El nivel del mundo es proporcional al alma. Eso quiere decir que si el alma del protagonista es fuerte, irá a un mundo de mayor nivel.

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858 Chs

Mundo Shinobi - Mundo impuro - 382

—Hana y Mana— dijo Kain, sentado frente a la mesa. Los pasteles y el té se habían acabado. Kokoro Yotsuki estaba más tranquila y menos furiosa con Kain.

Hana y Mana de cabello blanco y piel oscura, miraban a Kain con grandes y hermosos ojos expresivos. Tenían el iris rojo como señal de que tenían un poco de sangre de la familia real. Ellas llevaban ropa oscura como la mayoría de los shinobis, pero ya no llevaban la chaqueta táctica blanca de Kumo.

—Yo las conozco hace medio año— dijo Kain —nuestro comienzo fue un poco caótico, pero con el tiempo nos volvimos amigos—

Hana y Mana se ruborizaron y agacharon la mirada mientras sonreían de solo recordar los primeros encuentros con Kain.

La gran Kokoro Yotsuki de cabello rubio y piel morena miró a las gemelas y frunció el ceño. Ese "caótico" de Kain quería decir un encuentro lascivo o erótico. Pequeñas zorras, pensó Kokoro. A pesar de que ella les preguntó, ellas le dijeron que no paso nada, pero era claro que había pasado algo.

Kain miró a Hana y Mana, ignoro los celos de Kokoro y continuo —lo que voy a decir debe quedar entre nosotros—

Hana y Mana se miraron y después asintieron.

Kain sonrió con suavidad y les dijo —puedo resucitar a su abuelo—

Kokoro abrió los ojos amplios de asombro ante tales palabras. Abrió la boca como queriendo decir algo, pero las palabras no le salían.

—Sin embargo— dijo Kain —no lo recomiendo—

Kokoro cerró la boca aún más sorprendida y miró a Hana y Mana. Ellas miraron a Kain con sorpresa y esperanza.

Hana soltó un suspiro, miró a su hermana y Mana asintió. Entonces Hana asintió y miró a Kain —¿Por qué no lo recomienda, sensei?— preguntó

—No hay nada más saludable que la muerte—

—¡Kain!— grito Kokoro y se puso de pie para regañarlo por decir estupideces. La muerte destruye a los seres queridos de aquellos que sobreviven.

Kain miró a Kokoro y frunció el ceño —siéntate— respondió con un tono de voz serio —no me interrumpas, no estoy hablando a la ligera. Esto es importante—

Kokoro cerró su boca, algo impresionada por la forma en que Kain le hablaba. Ella balbuceo un par de veces, pero al final cerró su boca y se sentó en su silla. Kokoro miró a Hana y Mana y noto que ellas la miraban con suspicacia. Kokoro les dio una mirada amenazante y ellas se rieron por lo bajo.

Hana y Mana miraron a Kain y este último asintió.

—Volviendo al tema— dijo Kain —no hay nada más saludable que morir, dentro del contexto de la vida. Por eso existe algo llamado el ciclo de la vida. Deben saber que, si ignoran lo último, aunque reviva a su abuelo, no extenderé su vida útil. Él morirá en diez años más, quince con mucha suerte. Su abuelo es igual de anciano que mi abuelo, ya cumplió su ciclo vital. Lo más probable es que vivió tanto tiempo solo para cuidar de ustedes—

Hana y Mana agacharon la mirada y asintieron.

—Por último, serán mis sirvientes hasta el final de su vida— añadió Kain

—¡Kain!— volvió a gritar Kokoro

Kain miró a Kokoro, levantó su mano derecha y del concreto emergieron enredaderas que la rodearon. Ella quedó completamente inmovilizada y un grupo de enredaderas le tapó la boca. Las enredaderas se contrajeron y Kokoro quedó sentada en su silla. Kokoro protesto, pero con su boca cubierta por las enredaderas sus quejas fueron ahogadas.

Kain miró a Hana y Mana y les dijo —ahora, continuemos. Lo que dije recién, lo digo en serio. Incluso si hay eruditos en el mundo, grandes shinobis y personas de renombre, la resurrección es un tema tabú y no debe haber más de un puñado de personas que sepan acerca de esto. Además, esto no es algo que comparto con todo el mundo. Si van a recibir este gran regalo, deben pagar un precio igual de grande. Por eso y lo anterior, yo soy de la idea de que los muertos se queden en su lado del mundo y los vivos se queden en el suyo—

Hana y Mana agacharon la mirada. Los hermosos cabellos blancos cayeron a los lados del hermoso rostro.

—Hace frio— dijo Kain, miró hacia atrás y vio la barrera roja a prueba de ruido. Más allá de la barrera se veía el estacionamiento del estadio, los pilares y techo. La lluvia seguía cayendo con violencia y los cielos estaban cubiertos de nubes negras. A pesar de que el viento no los alcanzaba, la humedad en el aire seguía disminuyendo la temperatura. Kain miró a Kokoro (rodeada de las enredaderas que la mantenían tranquila) y Hana y Mana —por ahora, vamos a mi casa. Mañana es la reunión con el clan Hoshino. Descansaremos hoy y mañana volveremos a la capital de la nación del Rayo—

Hana y Mana asintieron. Kokoro seguía gritando, lo más probable que palabrotas y maldiciones.

Kain soltó una risita, hizo un ademan con la mano y las enredaderas soltaron a Kokoro.

—Maldición, Kain, hijo de la gran…— dijo Kokoro

Kain escucho cinco minutos de maldiciones y palabrotas hasta que él levantó su mano en señal de amenaza. Kokoro entendió de inmediato y cubrió su boca. Sin embargo, si ella hubiera podido, hubiera seguido maldiciendo a Kain.

—¿Cómo vamos a viajar, sensei?— preguntó Mana

Kain sonrió y miró el diamante con el ojo rojo levitando a la altura de su hombro —este muchacho nos ayudara— dijo. Él miró a Hana, Mana y Kokoro —prepárense—

Kokoro, Mana y Hana se pusieron nerviosas, pero asintieron.

Kain miró a Vástago y dijo —viaje de regreso a mi casa—

En un instante, pasaron del frio estacionamiento del estadio, al cálido y veraniego frontis de la casa. Con el jardín de flores de Mito a los lados del camino, la puerta torii roja sobre su cabeza y el sol en lo alto del cielo. Por el cambio de horario, recién eran las diez de la mañana en Konoha.

Kain miró a Sakumo, pero su amigo estaba de pie, de brazos cruzados y conversando con los otros guardias. Al mismo tiempo, Hyoga asintió y camino por el patio lateral junto a Yuki.

Sakumo y Reika miraron a Kain. Esta última frunció el ceño al ver de vuelta a Kokoro, pero se puso más seria al ver a Hana y Mana.

Al mismo tiempo, Sakumo levantó su mirada y abrió los ojos amplios al ver a las gemelas. Casi se le salen los ojos de las cuencas de la pura impresión.

Kain negó con la cabeza, él avanzo mientras Kokoro, Hana y Mana lo seguían. Kain se detuvo al lado de Sakumo y le dijo —contrólate, das pena. Parece que nunca hubieras visto una mujer—

Sakumo ignoro a Kain por completo. Él miró a Hana y Mana, llevó su mano a la boca para toser como si estuviera afinando la voz, sonrió y estiro su mano —hola, soy Sakumo, mejor amigo de Kain—

Sin embargo, por el tipo de sonrisa que puso Sakumo, Kokoro frunció el ceño mientras Hana y Mana soltaron risitas coquetas. Sakumo no se dio cuenta de lo tonto que parecía y pensó que ellas se reían fascinadas.

Kain lo ignoro, miró al resto de los guardias y dijo —ellas son mis amigas, se quedarán por hoy con nosotros. Mantengan la vigilancia y si paso algo, el más mínimo cambio, me avisan—

La gran Reika Uchiha miró a Kain con el ceño fruncido y asintió molesta.

Kain negó con la cabeza y murmuro —ellas son solo amigas—.

Sin embargo, Reika agacho la mirada y miró en otra dirección.

Kain avanzó hasta la puerta de corredera y la abrió. Dentro estaba el espacio que antecedía al pasillo con piso de madera que conducía al interior. Kain entró e invito a Kokoro, Hana y Mana al interior. Ellas entraron, dejaron sus zapatillas shinobis en la entrada y acompañaron a Kain por el pasillo.

—Kain-sama ¿Es usted?— preguntó Tsubaki, quien avanzo por el pasillo lateral, doblo en la esquina y se detuvo al ver a Kain acompañado de Kokoro, Hana y Mana.

—Ooh, Kokoro-chan, de vuelta tan pronto. Seguro que te quedo gustando Konoha— dijo Tsubaki con una sonrisa bromista

Kokoro se ruborizo, miró a otro lado y sonrió. Ella miró hacia adelante y vio a la pequeña Tsubaki (en comparación con ella) sosteniendo a Mugen —Ane-san ¿Cómo está Mugen?— preguntó

—Bien, bien, recién bañado y comido. Te lo prestaría por un momento, pero sería correr un gran riesgo— respondió Tsubaki

—¿Por qué?— preguntó Kokoro mientras avanzaba

—Bueno ¿Qué hacen los bebés después de comer?—

—¿Jugar, dormir?—

—¿Qué otra cosa?—

Kokoro lo quedó pensando y abrió los ojos amplios —oooh, ahora te entiendo. Eso sería un gran riesgo— dijo, sonrió y continuo —pero él es demasiado lindo ¿Puedo cargarlo durante un rato?—

Tsubaki sonrió y negó con la cabeza —bueno, bajo tu propio riesgo— dijo

—Gracias, Ane-san—

Tsubaki se acercó a Kain, le dio un pequeño beso en los labios y él recibió primero al bebé Mugen. Tenía la piel clara y el cabello más rojo que hubiera visto Kain. Muy bonito, pero por su mes de vida, ralo y suave.

—¿Cómo estás muchacho?— preguntó Kain

Mugen miró a su padre con una expresión triste e inteligente.

Kain miró a su hijo a los ojos, hermosos ojos azules expresivos. Kain sintió nostalgia al mirarlo y sonrió. Le dio un beso en la frente y le susurro —todo está bien, hijo mío—. Kain lo abrazo y lo sostuvo durante unos segundos. Después lo aparto, lo beso en la frente y miró a Kokoro —cuida de él con tu vida ¿Entendido?—

Kokoro miró a Kain, se sorprendió por la profundidad y calma con que la miraba. Asintió y abrazó a Mugen contra su pecho.

Kain miró a Hana y Mana, ambas miraban al hijo de Kain con curiosidad. Ellas habían sido enseñadas en medicina igual que Kain, desde que tienen uso de razón. Así que según lo que les había contado Kokoro, encontraron al hijo de Kain inusualmente grande, pero por lo demás, saludable.

Kain miró a Tsubaki y le preguntó —¿Qué sucede, cariño?—

Tsubaki miró a Kain y después miró al resto de las chicas.

Kain entendió y sonrió —dame cinco minutos, déjame acomodar a Kokoro, Hana y Mana y hablamos. Por cierto— Kain abrazó a Tsubaki, miró a Hana y Mana —ella es mi esposa Tsubaki— miró a Tsubaki —ellas son Hana y Mana, mis estudiantes directas—

—Hola— dijo Tsubaki con una sonrisa tímida

—Hola, señora— dijeron Hana y Mana, quien dentro de todo solo eran un año menor que Kokoro. Ellas hicieron una profunda reverencia y enderezaron la espalda.

Kain miro a Tsubaki y le dijo —lleva a Kokoro contigo, acomodare a Hana y Mana en una habitación—

—Entendido, te esperare en la habitación. No te demores, tengo algo importante que hablar contigo—

—Lo sé, lo veo— respondió Kain, se acercó y le dio un beso en cada ojo. Tsubaki sonrió ante el gesto y se acercó a Kokoro. Tsubaki se llevó a Kokoro y Mugen mientras Kain tomaba a Hana y Mana a una de las habitaciones vacías.

De camino, Kain vio a Mito.

—Ooh, mocoso ¿Trayendo más esposas? ¿Tú lujuria no conoce los limites?— preguntó Mito con una sonrisa que no lo era y las manos en jarras.

—No sensei, no traigo esposas— respondió Kain

—Vaya, no niegas lo otro, es bueno saberlo—

Hana y Mana soltaron una risita. Mito las miró y ellas la miraron a la cara. Hana y Mana hicieron una pronunciada reverencia —mucho gusto, sensei— dijeron

Mito miró a Kain y este último sonrió.

—Ellas son mis estudiantes, pero no de sellos. Sin embargo, tú eres mi sensei, así que lo dicen por respeto—

Mito soltó un bufido y le dijo —espero que si tienes un discípulo de sellado me avises de ante mano—

—Lo haré, sensei. Incluso antes de decirle a mi estudiante, lo conversare contigo—

—Ahora ¿Qué pasa con estas niñas? Son tus estudiantes ¿Verdad? ¿Les vas a dar una habitación en esta casa?—

—Sí, cerca de mi habitación, para que no incomoden al resto. Es solo algo momentáneo—

—Mocoso ¿Qué clase de sensei eres?— preguntó Mito con el ceño fruncido. Mito miró a Hana y Mana y les dijo —si van a estar aquí, respeten las reglas de la casa y jamás, jamás, jamás, traicionen a Kain. No las perdonare—

—Sí, señora—

—Pueden decirme sensei. Yo no soy sensei de medicina, pero sigo siendo el sensei de su sensei—

Hana y Mana realizaron una profunda reverencia y dijeron —gracias, sensei—

—Así está mejor— dijo Mito con una pequeña sonrisa. Ella miró a Kain y continuo —ve con Tsubaki, ella tiene algo importante que contarte de las niñeras. Parece que todo es más complicado y viendo que estas niñas se van a quedar, vamos a tener que ampliar esta casa. Ella te dirá lo que ya conversamos—

—Genial, ya lo tienen todo listo—

—¿Qué te puedo decir? Últimamente pasas muy ocupado—

Kain hizo una mueca incomoda y asintió.