Mundo Shinobi - Mundo impuro - 375

Kain y Aoi viajaron a la nación del Rayo con la ayuda de Guardián y Vástago. Ellos aparecieron en el estacionamiento de un estadio. Un lugar de concreto y gran cantidad de pilares de cemento. El lugar estaba deshabitado y silencioso. Corría un aire fresco que acarreaba el aroma a humedad de los campos y bosques cercanos. Este lugar estaba ubicado a cien kilómetros de Kumogakure.

Aoi miró los alrededores y a pesar de que vio los planos e imágenes a través de su unidad de apoyo, Akari, se sorprendió al verlo en persona. El cemento era tan sintético y limpio que no parecía una construcción hecha por seres humanos. Todo era tan artificial y perfecto que daba miedo.

Kain tomo la mano de Aoi y los dos avanzaron por el estacionamiento mirando al fondo, más allá del techo, por donde entraba la luz del exterior. El cielo estaba despejado, pero de vez en cuando se veían algunas sombras cubrir la luz.

Kain y Aoi caminaron durante cinco minutos y encontraron en el límite del estacionamiento un vehículo de los que producían las industrias Takahashi. Era un modelo oscuro, limpio y lustroso con los bordes redondos. De apariencia limpio y cómodo.

—Un regalo de Kaito, el padre de Ryoichi y Ryoko— dijo Kain de forma ligera

—Veo, pero ¿Qué venimos a hacer aquí?— preguntó Aoi mientras seguía a Kain y miraba el vehículo oscuro.

—Estamos aprovechando todo el trabajo duro— respondió Kain, llevo a Aoi al lado del copiloto del vehículo. Le abrió la puerta y la invito a sentarse en el interior. Aoi estaba un poco asustada, era la primera vez que se subía a una de estas máquinas.

Kain cerró la puerta de Aoi, rodeo el vehículo y subió al asiento del piloto. Kain acomodo el asiento, el retrovisor y después saco la llave del vehículo de un sello en el interior de la manga de su haori. Después puso la llave en la cerradura lateral bajo el volante, miró a Aoi, sonrió y giro la llave. Al instante siguiente, el motor se encendió generando un leve temblor por todo el vehículo.

Aoi reacciono al instante y se apoyó en la silla y la puerta.

Kain miró a Aoi y le dijo —tranquila, no pasa nada. Tuve un par de meses para entrenar con Ryoichi—

Aoi miró a Kain, pero sus palabras no la hicieron sentir mejor. Ella quería bajarse de inmediato. Sin embargo, Kain sacó el freno de mano, paso cambio y acelero poco a poco. El vehículo se movió lentamente hasta que gano velocidad. Aoi puso tanta fuerza en su agarre que daño el asiento y dejo sus dedos hundidos en la puerta.

Kain soltó una risita y la miró, después continúo conduciendo con suavidad. Aoi seguía nerviosa, pero el relajado movimiento por las calles del estacionamiento la tranquilizaron y se acostumbró después de dar un par de vueltas, aunque no soltó la silla ni la puerta.

—Prepárate, ahora vamos a salir— dijo Kain

Aoi giro su rostro a la izquierda y vio a Kain sonreír. Él condujo el vehículo a los límites del estacionamiento y cuando salieron de las sombras, solo quedaron largos campos de pastizales, un cielo azul con algunas nubes blancas y una larga carretera que llevaba a las montañas, con dirección suroeste, hacia Kumogakure.

Aoi miró por el parabrisas los vastos campos de pasto, los árboles y los lagos circundantes.

—¿Te gusta cómo se siente?— preguntó Kain mientras conducía

Aoi miró a Kain, quien conducía con una mano en el volante y la otra en la palanca de cambio. Ella miró el vehículo, con asientos de cuero café claro, limpio y cómodos. La vibración persistía, pero no era incomoda.

—Sí— respondió Aoi

Kain sonrió —eso es bueno— dijo —construí esta carretera utilizando la tecnología de Vástago camuflada con un jutsu y algunos sellos de mano. Pensé que, si iba a construir una ciudad en la nación del Rayo, debía tener excelentes y amplias carreteras—

—Esto no está detallado en la información de avance del proyecto— dijo Aoi

—Claro, porque esta carretera no corresponde al proyecto "Torre de Poder". Esta con el nombre "conexión Kumogakure"—

—Entonces ¿Esto era eso? No lo entendía en un principio, pero es más genial de lo que parece—

—Por supuesto que es genial— dijo Kain —lo pensamos con Ryoichi. Si íbamos a construir vehículos de velocidad, íbamos a necesitar autopistas que permitieran tal movimiento. La capital de la nación del Fuego tiene calles demasiado incomodas y el pavimento es de lo peor. La otra vez viajamos con Naomi y los demás y me sentí enfermo de tanto movimiento y giros innecesarios—

—¿Esta carretera conecta con Kumogakure?—

—Sí, en un principio los viejos de la villa estaban en contra, pero después de informarles sobre la logística y el rápido desplazamiento al interior de la nación, amaron el proyecto. Bueno, tampoco tenían mucho que decir. Jin, la familia Hoshino y el daimio estaban de mi lado, así que solo podían aceptarlo. Sin embargo, tampoco era un mal trato para la nación del Rayo. Ahora están pensando en dejarme la construcción de locomotoras y montar una sola línea ferroviaria desde la ciudad que voy a construir hasta la capital de la nación del Rayo. Eso debería traer mucha prosperidad y un gran movimiento de dinero—

—Veo— respondió Aoi

Kain miró a Aoi por un momento y le dijo —mira hacia atrás—

Aoi hizo lo que le pidió a Kain y vio por el parabrisas trasero el estadio. La gran construcción circular de cinco pisos se elevaba grande e imponente. Daba la impresión de ser una fortaleza hecha de concreto, pero se supone que no albergaria personas. Solo sería un lugar para llevar a cabo los exámenes chunin de este año.

Aoi miró durante varios minutos hasta que se cansó de mirar el estadio y se sentó correctamente. Ella miró a Kain, después miró hacia adelante, por el parabrisas, y vio como la carretera atravesaba los campos. La carretera tenía cuarenta metros de ancho, con una superficie plana y separada por una zanja de cinco metros a cada lado. El viaje se volvió tan tranquilo que le bajo el sueño y sin darse cuenta, Aoi se durmió.

Aoi despertó un par de horas después, cuando Kain le hablo.

—Aoi, Aoi, estamos llegando— dijo Kain

Aoi abrió los ojos lentamente y se sorprendió, por que vio la carretera por delante, pero a los lados de la carretera había montañas y sobre esas montañas había puentes y construcciones de edificios.

Aoi se acercó al parabrisas y miró hacia arriba. Entonces activo su byakugan y dirigió su visión hacia los edificios. Estaban habitados por shinobis y había guardias en los puentes que señalaban el vehículo de Kain. Muchos de ellos soltaban risas y por el movimiento de sus labios, decían que les gustaría comprar un vehículo para probar la carretera. Otros hablaban de lo cómodo que fue para los comerciantes utilizar la carretera, pero se quejaron de que el camino no iba a ninguna ciudad en especial. Solo a esa extraña construcción en medio de los campos, a mitad de camino a la capital.

—Trata de no ocupar tu byakugan a menos que sea necesario, Aoi— dijo Kain mientras conducía. Aoi miró a Kain y este último continuo —Kumogakure me tiene confianza, pero no puedo asegurar que la relación es estable. Todavía hay mucha gente nerviosa que espera lo peor. El uso de jutsus, doujutsus y habilidades de combate puede generar fricción—

—Lo entiendo, Kain-sama— dijo Aoi

Kain sonrió, separo su mano de la palanca de cambio y tomo la de Aoi. Ella entrelazo sus dedos con los de Kain y quedaron tomados de la mano.

El viaje por la carretera duro otra hora, hasta que, por fin, Kain alcanzo un túnel que atravesaba una montaña. Viajaron en la oscuridad. Aoi esperaba que Kain utilizara su sharingan para ver en la oscuridad, pero en lugar de eso, presiono un botón en el tablero frontal y la luz de los focos delanteros se encendió. Con esa luz ilumino el túnel. Viajaron así durante media hora, hasta que vieron la luz de la otra salida y Kain comenzó a disminuir la velocidad. Una vez que salieron del túnel, vieron la luz del día y un estacionamiento de veinte metros de largo, veinte metros de ancho y diez de profundidad.

Kain detuvo el vehículo cerca de la muralla y apago el motor. Él se bajó del vehículo, cerró la puerta, fue al asiento del copiloto y le abrió la puerta a Aoi. Esta última se bajó y Kain miró el interior. El asiento del copiloto tenía el lado izquierdo destrozado mientras la puerta tenía los dedos marcados sobre la superficie. Aoi miró lo que miraba Kain y se ruborizo, pero Kain solo se rio de lo que sucedió.

—¿Vamos? Jin y su hermana deben estar esperando— dijo Kain

Aoi asintió y los dos caminaron a las puertas de salida.

Kain abrió una ventanilla de metal y dijo —Hola, soy Kain Uchiha, necesito que me abran la puerta. Hoy vengo a darle clases de ninjutsu medico a los shinobis de Kumogakure—

Alguien camino del otro lado de la puerta y se asomó. Era un hombre moreno con el cabello rubio. Llevaba puesto el chaleco táctico blanco de la villa —Kain-sama, deme un momento. Abro de inmediato la puerta—

Kain y Aoi esperaron un par de minutos y la puerta fue abierta. Del otro lado esperaban tres shinobis, pero al ver a Aoi pusieron miradas serias.

—Ella es mi esposa— dijo Kain con una sonrisa amigable

Sin embargo, para ninguno de los guardias fue un alivio. Aoi era un usuario de doujutsu, un shinobi muy peligroso.

Kain soltó un suspiro y les dijo —vamos, no pongan esas caras. Vayan a buscar a Jin o Kokoro, yo los espero—

Uno de los guardias, el mayor, el cual era moreno, cabello gris y barba de candado, dio un paso al frente y asintió —está bien, Kain-sama, solo recuerde el compromiso entre usted y la villa—

—Claro, Mitsui, tranquilo viejo, nadie quiere problemas—

Mitsui asintió y hablo con los dos guardias que lo acompañaban. Mando a uno de los guardias al municipio y a otro lo mando a buscar sillas.

Kain y Aoi caminaron hasta Mitsui y él los guio a una oficina, cerca de las murallas.

Aoi miró a la izquierda y vio como la calle descendía, pero el asfalto no era parecido al que había ocupado Kain para construir la carretera. Se veía agrietado y llenó de baches. A los lados de la calle había veredas y varios edificios militares. Muchos shinobis cruzaban de lado a lado. Algunos levantaron la mano en señal de saludo y Kain levantó su mano en respuesta.

—¿Cómo va todo, Mitsui?— preguntó Kain

—Muy bien, Kain-sama, disculpe las molestias, pero usted sabe cómo son de quisquillosos esos viejos del municipio— respondió Mitsui —si fuera por mi lo dejaría pasar, pero yo solo soy un mandado—

—Lo sé, Mitsui, tú tranquilo—

—Gracias por su comprensión— dijo Mitsui, se detuvo, miró a Aoi e hizo una reverencia —mucho gusto, señora. También usted, le pido las disculpas del caso—

Aoi miró al hombre de cabello corto y barba de candado gris. Ella sonrió y respondió —no se preocupe, Kain me dijo que era un poco complicado—

Mitsui enderezo su espalda, miró a Aoi y mostro una expresión complicada.