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Suerte y perseverancia

Pequeña aclaración: Cada volumen es independiente del otro. Sigue su propia línea de historia y no se ve afectado por los volúmenes anteriores. Bueno, salvo por algún poder o habilidad que se viene arrastrando por el conocimiento y la personalidad del protagonista que va evolucionando. Volumen 1 Cross over entre nasuverso y Madam ou no Vanadis Volumen 2 viaje por Juego de Tronos, Señor de los anillos y Dark Soul 3 Volumen 3 Mushoku Tensei y Danmachi. Volumen 4 Naruto y muchos otros. -o- Kain, antiguo vástago del equilibrio. Renació en el mundo de Fate y vivió durante varios siglos. Sin embargo, al encontrarse con su viejo enemigo, el dios Hilden, lucho y perdió. Ahora su alma viaja a través del multiverso buscando el poder y la forma de volver a aquel mundo por la venganza. -o- Reglas del juego: 1.- No hay power up indiscriminados 2.- Todo se estudia y se gana hasta dominarlo 3.- El alma influye sobre el cuerpo, por ende, el cabello y los ojos siempre serán los mismo (ojos color lazuli y pelo blanco). 4.-La fuerza es proporcional al conocimiento adquirido, la técnica y la fuerza del alma. 5.- El nivel del mundo es proporcional al alma. Eso quiere decir que si el alma del protagonista es fuerte, irá a un mundo de mayor nivel.

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Mundo Shinobi - Mokujin CIA. - 354

El sábado por la mañana, Kain estaba preparando el desayuno en la cocina. Varias ollas emitían vapores llenando el aire de un aroma exquisito. En estos momentos Kain vestía el kimono verde y el hakama negro mientras iba descalzo. Además, utilizaba un listón blanco para sujetar las mangas de su kimono.

Eran las seis de la mañana y el resto de los que vivían en la casa dormían tranquilos. Sin embargo, Kain escucho unos pasos por el pasillo. Ni siquiera tuvo que mirar para identificar el aura. Conocía muy bien aquella presencia, era la eterna amiga que conoció en su niñez y que con el tiempo se convirtió en su sensei y algo más. Kain continúo revolviendo el caldo y escucho como se abrió la puerta de corredera.

—Mocoso, te digo una y otra vez, si quieres comida, puedes decirme que te la prepare— dijo Mito con un tono de voz malhumorado

Kain la miró hacia un lado y vio a Mito vistiendo un kimono verde con un obi negro. Lo que más resaltaba era el vibrante cabello rojo suelto enmarcando un rostro joven. La mirada de Kain paso de los ojos de Mito a la marca con forma de diamante entre medio de las cejas y noto que estaba purpura. Un buen color.

Kain continúo revolviendo la sopa y respondió —yo también te he dicho que no me importa cocinar. Me gustaría que ocuparas esta oportunidad para dormir a gusto. A lo mejor dormir con Kurama y Nawaki, seguro que es adorable dormir con esos dos revoltosos—

—Kurama puede ser, es como tener un perrito— dijo Mito —pero Nawaki, no. Últimamente ha desarrollado la costumbre de orinarse en el futon. Lo tengo que estar lavando todos los días—

—A lo mejor bebe mucho jugo o agua antes de ir a dormir. Bueno, solo tienes que conversarlo con él—

Mito avanzó y se detuvo frente a la cocina con varias ollas gorgoreando al mismo tiempo. Ella tomo una cuchara de palo y la metió en la sopa que estaba preparando Kain. Ella sorbió un poco y le dijo —no está mal—

—Gracias— respondió Kain y la miró a los ojos.

Mito miró hacia otro lado y se ruborizo —ya te he dicho que, ese tipo de cosas cuando estemos solos. No quiero que mis nietos me vean. Se ve feo—

Kain sonrió y miró la olla, le bajo la potencia al fuego y continúo revolviendo —¿Culpa?— preguntó con una sonrisa en los labios.

—No, bueno, eso…— dijo Mito con voz pequeña

—Solo bromeo, sensei— respondió Kain con tranquilidad —sé a lo que te refieres—

Mito frunció el ceño, miró a Kain. Él era diez centímetros más alto que ella. Mito sonrió y le dio un pequeño puñetazo en las costillas.

Kain tolero tal trato y respondió —sensei nunca cambia. Siempre ha sido una mujer que demuestra su cariño con acciones—

—Cuida tus palabras— dijo Mito con una sonrisa en los labios —eso podría ser malinterpretado— y le agarro el trasero a Kain con la mano abierta. Después soltó a Kain, se dio la vuelta y camino a la salida —voy a dormir, que te vaya bien en la reunión—

—Gracias, sensei— respondió Kain con tranquilidad —que descanses ¿Quieres que traiga algo especial para cuando vuelva?—

—Si todo va bien, helado, helado sería bueno— dijo Mito —seguro Nawaki te lo agradece—

—Ok ¿Qué tipo de helado?—

Mito se detuvo en la puerta, su largo cabello rojo caía enmarcaba el rostro joven y bonito —que sea un sabor nuevo, pero nada tan extravagante como ese menta con chocolate que trajiste el otro día. Un poco estuvo bien, pero después de un par de cucharadas me quito el apetito—

—Ok, lo tendré presente—

Mito asintió y camino por el pasillo exterior a su habitación.

Una vez que Kain termino de cocinar, desayuno solo y después de eso, se fue a bañar y cambiar de ropa. Hoy tenía que verse perfecto. Se puso otro kimono verde y un hakama negro. Después tomo el haori hecho de fibra de diamante con el vajra y el abanico en la espalda. Se lo puso, reviso el estado de su cabello en un espejo de cuerpo completo y asintió al ver que todo estaba en orden. Después miró a la cama, se asomaba un cabello naranja y unos brazos finos.

Kain camino a la cama, se acercó y vio el rostro de Nagisa durmiendo con total calma. Su respiración era suave. Ella dormía del lado izquierdo de la cama, pero como Kain se había levantado, se empezó a mover buscándolo y ya iba por la mitad de la cama. Kain sonrió y le dio un pequeño beso en la mejilla —Nagisa— susurro. Ella soltó un gemido y se acurruco. Kain soltó una risita y susurro de nuevo —Nagisa—

—¿Sí?— preguntó Nagisa con voz adormilada y los ojos cerrados

—Me voy, deje hecho el desayuno. Acuérdate que tienes una misión—

—Sí, los deberes— respondió Nagisa medio dormida

Kain negó con la cabeza y se preguntó si ella iba a estar bien por su cuenta. Le dio un pequeño beso en la mejilla y ella sonrió.

Kain se apartó de la cama y miró al techo —Guardián, si de aquí a las ocho de la mañana Nagisa no se despierta, despiértala. Tiene una misión anbu—

—Entendido, Kain— respondió Guardián con voz femenina y metálica —agendado para las ocho de la mañana—

—Gracias— respondió Kain, miró al velador del lado derecho de la cama y dijo —Vástago, sígueme, pero ocúltate en el interior de mi haori—

—Entendido— respondió el pequeño diamante gris con el ojo que emitía un brillo rojo. Voló hasta Kain y se metió bajo el haori blanco, bajo el brazo derecho, a la altura de las costillas. Kain frunció el ceño, porque si apretaba el brazo podía sentir las puntas del diamante sobre sus costillas, pero mientras no presionara su brazo contra las costillas, todo estaría bien.

Kain salió de la habitación y camino a la salida. Se puso sus sandalias de madera y abrió la puerta corredera. Mari Hatake y su hijo Sakumo lo estaban esperando. Ella hizo una pronunciada reverencia, pero Sakumo quedó mirando a Kain a los ojos. Mari vio a su hijo y frunció el ceño. Ella enderezo su espalda y miró a Kain.

—Buenos días, Kain-sama— dijo Mari Hatake con un tono de voz serio. El cabello gris y ondulado enmarcaba su rostro maduro, con algunas arrugas a la altura de la comisura de los ojos. No era tan mayor, pero el tipo de vida que llevó la hizo envejecer más rápido.

—Buenos días ¿Cómo está tu brazo?—

—Bien, pero el dolor fantasma persiste en las noches frías— respondió Mari

—Entiendo, eso es algo mental— dijo Kain —déjame conversar con el abuelo para ver si podemos utilizar medicina, hipnosis o algún tipo de genjutsu para remediarlo—

—Se lo agradecería mucho—

—De nada— respondió Kain —por otro lado, mi agenda hoy es más relajada que la de ayer. Te encomiendo el cuidado de mi casa y a las personas que viven dentro— después miró a Sakumo y le dijo —te encomiendo que realices las pruebas para ser parte de mis guardaespaldas—

—No te preocupes, ya lo tengo conversado. La lista es grande, por lo menos, veinte Uchihas y…—

—¿Y?—

—Bueno, también hay Sarutobi, Hyuga, de la alianza y de otros clanes—

—Tu solo has las pruebas de habilidad, yo recogeré toda la inteligencia sobre los posibles candidatos—

—Entiendo, con un nivel chunin estará bien ¿Verdad?—

—Sí, por ahora queremos armar el cuerpo principal— dijo Kain —después podemos ser más relajados con los estándares. A todo esto, tengo un nombre para que lo consideres, Kosuke Maruboshi—

—Él— dijo Mari

Kain la miró y dijo —solo considéralo, si él dice que no porque soy Uchiha, lo buscare yo en persona. Puede que no haya pasado las pruebas para convertirse en chunin, pero tiene algunas habilidades que pueden ser de utilidad—

—Entiendo— respondió Mari y miró a su hijo.

—Bien, con eso dicho— dijo Kain —me voy, deséenme suerte—

Kain avanzó y Mari Hatake se hizo a un lado y realizo una pronunciada reverencia mientras su hijo, Sakumo, solo miraba a Kain. Este último avanzó por el camino del antejardín y cuando alcanzó la puerta torii, escucho a Mari Hatake regañando a su hijo con algo como "aunque sea tu amigo, sigue siendo tu jefe, muestra algo de respeto".

Kain no quiso mirar como Mari regañaba a Sakumo. Sería una vergüenza eterna para Sakumo quien era un adulto y pronto se iba a casar con Akane que su madre todavía lo esté regañando como si fuera un niño.

Kain supero la puerta torii y giro a la derecha. Avanzó por la vereda con la calle a su izquierda. A cien metros de distancia estaba el cruce de las dos avenidas que cortaban Konoha en vertical y horizontal. En la esquina derecha se veía el salón de té de dos pisos con arquitectura tradicional shinobi. De la chimenea salía humo blanco como muestra de que las ayudantes de Tsubaki y los trabajadores ya estaban trabajando.

Kain avanzó con tranquilidad por la vereda, escuchando la suave brisa matutina agitar las hojas de los árboles mientras los pájaros cantaban. En la vereda del lado izquierdo, al otro lado de la calle, los civiles se movían con dirección al distrito de los shinobis para comprar alimentos, arroz, harina u otras cosas necesarias para comer. Ahora tenían alumbrado eléctrico y el poso de agua fue cambiado por un sistema de alcantarillado decente. Sin embargo, al igual que con la luz, los más viejos se negaban a ocupar las invenciones modernas y dejar las viejas costumbres.

Kain miró a algunos ancianos con kimonos antiguos y desgastados caminar con sus nietos de la mano. Kain sonrió, porque los niños de ahora, al menos, no iban llenos de barro hasta las rodillas como cuando él era niño. Kain se detuvo y se puso a pensar cuantos años habían pasado de eso. Por lo menos siete u ocho años. Todavía se acuerda de ir de la mano de su tío Hashirama y mirar a los niños civiles sucios y con aspecto trabajado. Kain pensó por un momento que el mundo estaba cambiando para mejor.

Kain sonrió y continúo caminando. Llegó al cruce de las calles y avanzó a la vereda del frente. Siguió caminando, pero se dio cuenta de algo. El sector shinobi seguía teniendo la ventaja en infraestructura y comodidad con respeto a los civiles. Las casas eran más grandes, algunas de segundo piso. Amplios jardines y las familias de los shinobis vestían hermosos kimonos coloridos y ropa nueva.

Como la mayor cantidad de tiendas estaban del lado del sector shinobi, la cantidad de gente que deambulaba a las siete de la mañana no era poca. Kain avanzó mirando los almacenes dando vuelta sus carteles para indicar que habían abierto y la gente podía pasar a comprar. La policía militar hacia sus rondas, vestían casi igual que los shinobis normales (ropa oscura y chaqueta verde pasto con el remolino Uzumaki en la espalda), pero en sus hombros tenían una estrella de color celeste con el abanico rojo y blanco en el centro. Por otro lado, las mujeres y hombres del clan Uchiha resaltaban demasiado en comparación con los otros clanes. Incluso el más despreciable y desagradable del clan Uchiha era tan guapo como el más guapo de los otros clanes.

—Padre ¿También habrás sido popular con las mujeres?— susurro Kain, pero negó con la cabeza con una sonrisa divertida en los labios. Un hombre frio y poco comunicativo nunca sería popular ¿O sí? Quien sabe, en las memorias que compartió Naori, Kain vio a Madara Uchiha y parecía un hombre dedicado al deber, sin pensamientos de diversión o ganas de perder el tiempo. Kain negó con la cabeza y continúo avanzando por las calles, cruzo al frente y siguió moviéndose con dirección al distrito Hyuga.