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Suerte y perseverancia

Pequeña aclaración: Cada volumen es independiente del otro. Sigue su propia línea de historia y no se ve afectado por los volúmenes anteriores. Bueno, salvo por algún poder o habilidad que se viene arrastrando por el conocimiento y la personalidad del protagonista que va evolucionando. Volumen 1 Cross over entre nasuverso y Madam ou no Vanadis Volumen 2 viaje por Juego de Tronos, Señor de los anillos y Dark Soul 3 Volumen 3 Mushoku Tensei y Danmachi. Volumen 4 Naruto y muchos otros. -o- Kain, antiguo vástago del equilibrio. Renació en el mundo de Fate y vivió durante varios siglos. Sin embargo, al encontrarse con su viejo enemigo, el dios Hilden, lucho y perdió. Ahora su alma viaja a través del multiverso buscando el poder y la forma de volver a aquel mundo por la venganza. -o- Reglas del juego: 1.- No hay power up indiscriminados 2.- Todo se estudia y se gana hasta dominarlo 3.- El alma influye sobre el cuerpo, por ende, el cabello y los ojos siempre serán los mismo (ojos color lazuli y pelo blanco). 4.-La fuerza es proporcional al conocimiento adquirido, la técnica y la fuerza del alma. 5.- El nivel del mundo es proporcional al alma. Eso quiere decir que si el alma del protagonista es fuerte, irá a un mundo de mayor nivel.

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Mundo Shinobi - La falsa paz - 93

Tobirama termino de girar la llave y abrió la puerta de la celda. Miró al pequeño acostado en su cama y frunció el ceño -vine como me pediste, deja de fingir- dijo

Kain soltó un gran bostezo y se sentó. Después levanto sus brazos para estirarlos y miró a Tobirama con una pequeña sonrisa -¿Quién dice que estaba fingiendo? Se te ocurre venir en el momento menos indicado-

Tobirama chasqueo la lengua y miró hacia un lado. El padre de este muchacho era arrogante en un sentido en el que era indiferente hacia los demás. El niño lo es en un sentido de actuar como si estuviera jugando con los demás.

-¿Por qué no hablaste con Mari?- pregunto Tobirma mirándolo a los ojos

Kain se volteó para quedar sentado, con los pies tocando el suelo y le dijo -porque sería peligroso para ella. Me cae bien ¿sabes? Me parece increíble que alguien como tú haya tocado a una mujer tan agradable-

-Ve al grano- dijo Tobirama entrecerrando los ojos

Kain hizo una sonrisa más amplia y metió su mano izquierda en su manga derecha. Entonces busco un sello cerca de la gran costura de su kimono. Inyecto chakra en el sello y este le devolvió un pergamino. Se lo tendió a Tobirama, quien se acercó y lo tomo. El pergamino tenía un hilo rojo que lo sujetaba. Tobirama deshizo el nudo y después estiro el pergamino. Entrecerró sus ojos y se sentó en la litera, al lado de Kain. Entonces comenzó a leer el contenido hasta terminarlo.

Tobirama enrollo el pergamino y se cruzó de brazos -¿Qué quieres?- pregunto

-"¿Qué podría querer hokage-sama?"- pregunto Kain en un tono burlón. Tobirama lo miró a los ojos, por fin demostrando su molestia, pero Kain siguió sonriendo. Sin embargo, al cabo de un rato su sonrisa se desvaneció y le dijo en un tono solemne -felicitaciones hokage-sama, ha demostrado lo útil que puede ser Konoha para la nación del Fuego. Ha eliminado, lo está eliminando o eliminara a un ministro corrupto y a toda su familia. Todo depende de lo que decida el daimio y su listillo ministro de derecha. Claro, además de ganar a unas cuantas familias shinobis habilidosas para Konoha. Los nobles jamás podrán educar a un shinobi como se debe-

-No sé de qué hablas-

-Esos shinobis que atacaron a Yahiko tenían una algo de fuerza, pero eran como gorilas fortachones. Solo tenían la potencia del chakra, pero carecían de un entrenamiento apropiado. En otro documento dice que serían un sacrificio. Sin embargo, se terminaron topando con nosotros, creo que por pura suerte. Pero si no lo hacían, terminarían luchando con el maestro de invocaciones y morirían. Eso a su vez demostraría que las mascotas de los nobles eran inútiles y que solo el entrenamiento militar, hecho por una villa shinobi, era útil. Ahora, gracias a la perdida de los 12 Guardianes, tienes el monopolio de la fuerza de la nación del Fuego. Claro, sin considerar el gran bono de que, de ahora en adelante, los 12 Guardianes serán escogidos en Konoha. Eso te faculta para tener doce espías sobre el señor feudal y mantenerlo bajo control-

Tobirama hizo una pequeña sonrisa y dijo -nada de eso ha dañado a Konoha-

Kain hizo una pequeña sonrisa y dijo -así es, Konoha se hace más y más fuerte. Llena de recursos y prosperidad. Sin embargo...- Kain hizo una expresión de furia y grito -¡apuntar a tío con un arma es una gran traición!-

Tobirama puso un rostro serio, sosteniéndole la mirada a Kain, a pesar de que este lo miraba con furia indecible. Entonces, al cabo de un rato, le pregunto -Eres inteligente ¿Cuánto crees que le queda a mi hermano? ¿Un año, dos años o tres años?-

-Eso es irrelevante- grito Kain dando un zapatazo al suelo. Sus ojos comenzaron a derramar una gran cantidad de lágrimas.

Tobirama soltó un suspiro y miró a Kain algo decepcionado -al final- dijo en voz baja -solo eres un niño-. Tobirama junto sus manos, con el pergamino entre medio de ellas y miró al suelo, como si hubiera algo ahí, pero solo era la oscuridad de la noche. Su rostro estaba en calma y con un tono serio, continuo -la guerra volverá, independiente de si mi hermano vive o muere. El poder control cuando empieza y cuando termina es una forma de minimizar las perdidas. Si Konoha sale victoriosa, este sueño podrá continuar ¿entiendes?-

Kain derramaba lagrima tras lagrima y sin querer dar su brazo a torcer, dijo con voz quebrada -las buenas intenciones pavimentan el camino al infierno-

Tobirama hizo una sonrisa y por primera vez en mucho tiempo, soltó una risita -así es- dijo -me iré al infierno. El rey Yama tiene un lugar para mí en su corte. Sin embargo, antes de ir a ese lugar, pavimentaré un futuro para todos. Cada persona que conozco piensa que carezco de sentimientos, pero ya ves, pienso que el sueño que tuvo mi hermano fue grandioso. Para mi hermano la muerte de mi padre fue un curso lógico. Él no lloro…pero yo sí- entonces se quedó callado durante un largo rato y agacho la mirada -mi padre fue el que me dio un objetivo en la vida. Me crio y me educo ¿Por qué sería indiferente como mi hermano? ¿Solo porque no me gustan sus ideales?- una vez más se quedó callado y negó. Tomo una profunda respiración y continuo -Sin embargo, nunca odiaría a mi hermano por ser indiferente ante la muerte de mi padre, ni en un millón de años. Cuando planteo la construcción de Konoha estuve de acuerdo en todo, salvo una cosa-

-Los Uchihas- murmuro Kain

Tobirama asintió y levantó su rostro para mirar a Kain a los ojos -así es- dijo -ya conoces a Mito y lo irracional que es a veces. Los Uchihas son parecidos. Son demasiado orgullosos, territoriales e inestables. Si algún día pierden el control serán un gran peligro para todos-

-Pero mi tío continuo con el proyecto, incluso si no te gusto-

-Así es, no me gusto, pero igual continuo. Sin embargo, a pesar de los Uchihas, sigo pensando que Konoha es una gran idea. Es un lugar en el que ningún niño perderá a su padre. Sin embargo, el mundo necesita la guerra, Kain. Los años de los Estados Combatientes fueron un gran fogón que calentó una gran olla. Todos fuimos los ingredientes para eso. Ahora se está acumulando el vapor y por algún lado tiene que escapar. La guerra será ese escape y evitará que las cosas terminen de una peor manera-

Kain se pasó la manga de su kimono por los ojos y dijo -que lógica más retorcida. Como si la muerte de cientos de miles de personas hiciera que el futuro fuera un lugar mejor-

-Tu padre y mi hermano son los creadores de la guerra- dijo Tobirama, Kain lo miró furioso, pero Tobirama continuo sin inmutarse -¿No has visto como anhelan los civiles lo que tienen los shinobis? Mientras haya gente poderosa siempre habrá gente que anhelará ese poder y eso a su vez generara disputas. Por otro lado, mientras queden vivas las personas que vivieron en la era de los Estados Combatientes siempre habrá disputa. Es la única forma de vida que conocen ¿Qué tuvo que hacer tu clan para evitar una guerra interna? ¿Acaso no tuvieron que ser apartados de esos viejos envenenados por los años de guerra? ¿Qué hubiera pasado si tu abuela no se hubiera impuesto a todos esos viejos?-

Kain agacho la mirada y Tobirama tomo una profunda respiración.

-No espero que me entiendas, Kain- dijo Tobirama poniéndose de pie -¿Qué te dijo mi hermano sobre el dios shinobi?-

-Que no existe- murmuro Kain -que es solo una fábula que inventaron las demás personas

-Así es, no existe dios, Kain. Solo somos nosotros, los mortales, los que hacemos algo por nosotros y por la humanidad. Tampoco soy dios, Kain, solo trato de hacer lo mejor que puedo con lo que tengo-

Entonces comenzó a caminar y salió de la celda. Kain escucho los pasos y lo miró desde el interior de su celda. Estaba molesto, furioso y decepcionado. Sin embargo, recordó muchas cosas, sobre todo una muy importante; él tampoco es todo poderoso.

Tobirama salió de la habitación con celdas y miró a Kagami que lo estaba esperando a un lado de la puerta -que lo vayan a dejar a su casa. No lo quiero volver a ver a aquí- dijo

-Sí, señor- dijo Kagami en un tono serio.

Ambos dieron dos pasos lejos de la puerta y escucharon un grito furioso desde la celda de Kain. Sonaron furiosos pisotones que hicieron temblar toda la prisión. Kagami miró a Tobirama esperando que este le dijera que hacer. Sin embargo, Tobirama solo cerró sus ojos por un momento, como si los gritos de furia le transmitieran un mensaje secreto y después miró hacia adelante, con una gran resolución en su mirada.

-Vamos Kagami, todavía tenemos mucho que hacer- dijo Tobirama

-Sí- dijo Kagami en voz baja.

Kain salió de la prisión de Konoha como a eso de las siete de la mañana. En ese momento del día se veían pocas personas en la calle, en su mayoría adultos. Los que llevaban la chaqueta verde pasto de Konoha se dirigían al municipio de Konoha. Lo más probable que a reportarse para realizar alguna misión o los respectivos patrullajes. Las otras personas, vestidas con kimonos y ropa de civil, se dirigían al centro de la ciudad, entre los distritos Sarutobi e Ino-Shika-Cho. Kain los miraba avanzar, con la luz fría de la mañana iluminando la calle. Era una luz casi azul, que poco a poco empezaba a tomar tintes más cálidos.

Kain avanzó a paso lento, chuteando piedras y pensando en todas las cosas que había aprendo. Se pregunto si en este momento vivía en una especie de burbuja de cristal, apartado de la realidad del mundo. Para Kain, era claro que en este país los shinobis tenían el sartén por el mango. Con lo que hizo Tobirama prácticamente aseguro el poder de la villa y el control sobre la fuerza militar dentro del país del Fuego. Sin embargo, Tobirama es uno entre tantos. Cosa que de por si alegro a Kain, pero al mismo tiempo le hizo preguntarse por el estado de las otras villas.

Kain llego al final de la calle y se detuvo en una esquina. A su izquierda estaba el municipio de Konoha, con su gran construcción de varios pisos y estructura circular, similar a un tazón blanco. A su derecha estaba la avenida principal, la cual estaba pavimentada desde el municipio hasta el final del distrito shinobi. Esta gran calle bajaba por Konoha, pasando por los distritos shinobis, cruzando el distrito civil, hasta llegar a la gran puerta que señalaba el final de la villa.

Kain alzó la mirada al cielo, limpió y azulado. Soltó una bocanada de aire y pudo ver la tenue nube de vapor dispersarse a los pocos centímetros de abandonar su boca. Siguió mirando el cielo, preguntándose por el destino de la Konoha -¿Quizá que rumbo tomara?- murmuro.

Al mismo tiempo, Kain llamo la atención de los adultos que transitaban por las cercanías. Los pocos shinobis que sabían lo que paso en el bosque de La Muerte, a unos kilómetros de Konoha, se preocuparon por Kain. Ser jounin era un gran logro para cualquiera y alcanzar ese nivel de fuerza a una edad tan temprana era un gran logro. Sin embargo, Kain era un Uchiha, un clan recordado por ser belicoso, opuesto a todo lo que significaba ser parte del extinto clan Senju. Muchos se preguntaron que será del futuro de la villa si un niño así crece sin vigilancia.

Desde una de las ventanas del tercer piso en el municipio de Konoha, a unos doscientos metros de Kain, un shinobi de pelo pincho y cicatriz en forma de X en su barbilla pensaba en poner a Kain bajo vigilancia. Miraba la pequeña silueta parada en toda la esquina de la avenida principal, y pensaba que, de ser posible, le pondría una gran correa igual que a un perro. Así Kain evitaría ser un peligro para sí mismo y para los demás. Ese shinobi era Danzo Shimura de dieciocho años. En estos momentos estaba esperando en una oficina del municipio a su maestro, Tobirama Senju, para darle su informe final. A Danzo, los Uchihas le provocaban cierta inquietud, sobre todo porque había estado vigilando a su capitán (Kagami) por órdenes de Tobirama. Hoy en día, Kagami Uchiha tenía mucho poder dentro de la aldea, solo por debajo del hokage. Sin embargo, últimamente Tobirama le daba misiones y Kagami las modificaba de tal forma que el resultado cambiaba de forma drástica. Su último error fue encargarle la entrega de documentación de gran importancia a Hiruzen Sarutobi, quien estaba trabajando para los anbus de la villa. Debería haberle entregado la información a los anbus de raíz, pero por algún motivo lo cambio. Esto género que gente se entrometiera en toda la operación del Bosque de la Muerte. Además de los cuestionamientos de Hiruzen a Tobirama.

Así que Danzo, a través de la actitud de Kagami, fácilmente lo podría acusar de traidor. Sin embargo, Danzo consideraba a Kagami un shinobi mentor, alguien que lo guio en sus primeros años como shinobi. Se pregunto si todos los shinobis tambaleaban ante sus decisiones o se mantenían firmes, sin importar el resultado. Alguien golpeo la puerta de la oficina y Danzo dejo de mirar a Kain.