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Suerte y perseverancia

Pequeña aclaración: Cada volumen es independiente del otro. Sigue su propia línea de historia y no se ve afectado por los volúmenes anteriores. Bueno, salvo por algún poder o habilidad que se viene arrastrando por el conocimiento y la personalidad del protagonista que va evolucionando. Volumen 1 Cross over entre nasuverso y Madam ou no Vanadis Volumen 2 viaje por Juego de Tronos, Señor de los anillos y Dark Soul 3 Volumen 3 Mushoku Tensei y Danmachi. Volumen 4 Naruto y muchos otros. -o- Kain, antiguo vástago del equilibrio. Renació en el mundo de Fate y vivió durante varios siglos. Sin embargo, al encontrarse con su viejo enemigo, el dios Hilden, lucho y perdió. Ahora su alma viaja a través del multiverso buscando el poder y la forma de volver a aquel mundo por la venganza. -o- Reglas del juego: 1.- No hay power up indiscriminados 2.- Todo se estudia y se gana hasta dominarlo 3.- El alma influye sobre el cuerpo, por ende, el cabello y los ojos siempre serán los mismo (ojos color lazuli y pelo blanco). 4.-La fuerza es proporcional al conocimiento adquirido, la técnica y la fuerza del alma. 5.- El nivel del mundo es proporcional al alma. Eso quiere decir que si el alma del protagonista es fuerte, irá a un mundo de mayor nivel.

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Mundo Shinobi - Gravedad - 320

Al sentir el temblor por toda la cueva, Hiruzen y Danzo se pusieron en estado de alerta mientras los cinco anbus los rodeaban para protegerlos. Sin embargo, no paso nada, además de que partes del techo se desprendieron y cayeron sobre lo que antes era el poblado de creyentes del dios Jashin.

—¿Hay algún enemigo en las proximidades?— preguntó Hiruzen al aire

Uno de los anbus era del clan Hyuga, así que activo su byakugan y reviso el perímetro, pero no encontro más que los escombros de las casas, las rocas que cayeron del techo de la cueva y los cadáveres repartidos por todos lados.

—Nada, señor— dijo el anbu con voz firme

—Kain ¿Qué estás haciendo?— preguntó Hiruzen, tomo una profunda respiración y miró los escombros de la casa donde antes vivían los hermanos Oro y Plata. Ahora era una colina de escombros. Detrás de la casa, a unos cien metros, estaba el túnel por el que se adentró Kain y los anbus.

—Vamos— dijo Hiruzen pasando por al lado de los anbus, pero Danzo lo tomo del brazo y lo detuvo.

—Hokage-sama— dijo Danzo —envié a sus anbus y esperemos aquí. No podemos arriesgarnos más que esto. Ya es bastante irresponsable que hayamos salido de Konoha sin avisarle a nadie—

Hiruzen volteó su rostro y tiro de su brazo para soltarse —¿ya te olvidaste quien nos ayudó a vengarnos?— preguntó

—No me olvido, pero si es algo complicado, no estamos en condiciones de responder— insistió Danzo

Hiruzen agacho el rostro mientras miraba la nada y respondió —sin Kain no hubiéramos podido encontrar a esos tipos. Llevamos años buscándolos, pero siempre se nos escapan. Al menos por agradecimiento deberíamos hacer las diferencias a un lado. También me preocupan los experimentos de Kain, pero quiero creer, Danzo. Quiero creer que él también es parte de Konoha y trata de hacer lo mejor por el mundo—

—Saru— murmuro Danzo asombrado. Tomo una profunda respiración y asintió —está bien— dijo —iremos a ver que está pasando en el túnel, pero si las cosas se salen de control, debes retirarte mientras yo y los anbus protegemos tu retirada. Eres el hokage—

—Entiendo— respondió Hiruzen soltando un suspiro.

De esa manera, Hiruzen y Danzo corrieron en la oscuridad llevando antorchas en la mano izquierda y adentrándose por el túnel que se adentraba en la tierra. Todo era de piedra con finas capas de escarcha. Por delante el túnel parecía una enorme boca oscura que los llevaba a un precipicio sin fin. No obstante, veinte minutos después, llegaron al final del túnel y se encontraron con una enorme cueva. El techo era tan alto que la luz de las antorchas no alcanzaba a iluminar y se veía como si las tinieblas lo cubrieran todo.

—Ahí está— grito el anbu del clan Hyuga mientras miraba con su byakugan.

—Guía el camino— ordeno Hiruzen.

El anbu corrió por delante y el resto lo siguió hasta que dieron con Kain. Este último estaba tirado boca abajo en el suelo. Destacaban su cabello y el haori blanco con el vajra a la izquierda y el abanico a la derecha.

Hiruzen se acercó rápido, le dio vuelta y vio que tenía una enorme herida en el pecho que poco a poco se estaba cerrando. Sin embargo, quedaba la mancha de sangre solidificada en el suelo de piedra. El rostro de Kain estaba pálido como si fuera papel. Hiruzen acercó sus dedos a la nariz y al sentir la tenue respiración, soltó un suspiro de alivio.

—Anbu, primeros auxilios— ordeno Hiruzen con un rostro serio

—Sí, señor— respondió otro anbu mientras Hiruzen se colocaba detrás de él y vigilaba el procedimiento. Lo primero que hizo el anbu fue aplicar un jutsu para que Kain recuperara el calor corporal. Después imbuyo su mano en un chakra verdoso que volvió su mano tan filosa como un bisturí y retiro la sangre solidificada.

—Es innecesario, señor— dijo el anbu al ver como quedaba la hendidura de la herida desde el hombro izquierdo hasta la esquina derecha del estómago. Al mismo tiempo, Hiruzen miraba por encima del hombro del anbu y corroboraba lo que decía con sus propios ojos. El anbu continuo —la herida se está sanando sola. El único problema en estos momentos es la pérdida de sangre. Recomiendo reposo por dos semanas y sin ejercicio—

—Entiendo, puedes descansar— respondió Hiruzen

—Señor— dijo el anbu del clan Hyuga —ellos, los otros tres, están—

—¿Muertos?— preguntó Hiruzen poniéndose de pie y mirando en la dirección que apuntaba la cara del anbu —llévame allá—

El anbu camino hacia donde estaban los cuerpos despedazados mientras Hiruzen, Danzo y los otros anbus lo seguían. Solo el anbu médico se quedó al lado de Kain.

Hiruzen llegó frente a los cuerpos despedazados y se quedó congelado pensando en quien podría haber hecho esto a los anbus y el estado lamentable en el que estaba Kain.

—¿Qué piensas, Danzo?— preguntó Hiruzen mirando las partes regadas por todos lados en un enorme manchón de sangre que se había solidificado por el frio.

—Fue un corte limpio— dijo Danzo, agachándose y estirando su mano para tomar un brazo. Danzo tomo un brazo, la sangre crujió como hielo y se desprendió del suelo. Danzo acercó el brazo a su rostro mientras iluminaba con la antorcha y miraba el corte. La superficie por donde paso la hoja estaba fría y lisa, sin muestras de haber desgarrado la carne. Fue el corte más perfecto que haya visto en su vista —está persona, debe haber estado a cargo de los hermanos—

—¿Cómo sabes que no fueron más?— preguntó Hiruzen

Danzo corroboro lo que entendió a simple vista y reviso otros brazos y piernas —el corte fue hecho de la misma forma y arma— dijo —debe haber sido una naginata o algo parecido—

Hiruzen soltó un suspiro, miró al anbu del clan Hyuga y le preguntó —¿Algún movimiento del enemigo?—

—Nada, señor— respondió el anbu con su byakugan activo —hay un túnel al final de esta cueva, pero no alcanzo a ver a donde sale. Sin embargo, como le digo, no logro ver rastros de jutsus, chakra o algún enemigo utilizando técnicas de camuflaje—

—Entiendo, debemos esperar hasta que Kain se despierte para poder volver a Konoha— murmuro Hiruzen, después tomo una profunda respiración y continuo en un tono de voz firme —guarden los cuerpos en sellos de almacenaje y que alguien cargue a Kain. Esta misión ha terminado—

—Sí— respondieron todos a coro.

Una hora después, Kain se despertó en el refugio que le había hecho a Nagisa para que descansara. Se dio cuenta de que él estaba acostado en la cama mientras Nagisa estaba sentada al borde de la cama.

Hiruzen y los que sobrevivieron estaban alrededor de la hoguera. A cinco metros de donde estaba la cama.

—¿Qué paso?— murmuro Kain llevándose la mano derecha a la cara

—Eso me gustaría saber— dijo Hiruzen en un tono serio mientras calentaba su cuerpo al calor de la hoguera.

—Ooh ¿Saru?— murmuro Kain, hizo una pequeña sonrisa y continúo hablando en voz baja —era una mujer, usaba un yari. Ella, no sé cómo lo hizo, pero me cortó a la distancia. Estábamos a diez metros el uno del otro, pero aun así lo hizo—

—¿De verdad?— preguntó Hiruzen, se levantó de su asiento y se acercó, pero antes de que pudiera llegar a la cama de Kain, Nagisa se interpuso en su camino.

—Hokage-sama— dijo Nagisa con el ceño fruncido y mirándolo como si fueran enemigos —Kain-sama está herido ¿No puede esperar a otra momento?—

Hiruzen hizo una sonrisa incomoda mientras sentía que el labio superior le tiritaba —Nagisa-chan, soy el hokage, tu superior, se supone que tienes que respaldar todo lo que haga—

—Usted me envió a trabajar para Kain-sama. En ese caso, mi deber es proteger a Kain-sama—

—Esa no era la intención, creo haberte dicho—

—No importa, Kain-sama está herido, así que no lo moleste—

—Está bien, Nagisa— dijo Kain soltando un suspiro y se sentó en la cama. Llevo su mano derecha al pecho y trazo el corte que le había hecho aquella mujer, pero ahora solo quedaba una marca. Eso lo sorprendió más que cuando las arañas explosivas lo atacaron ¿Esa energía purpura era de gravedad? Sin embargo, como logro cortarlo a la distancia. Kain miró su mano derecha y recordó la poderosa arma que llevaba centurias sellada dentro de su alma. El viejo Xiao había dicho que sería contraproducente para su crecimiento, lo cual era cierto, pero ahora era innecesario. Sin embargo, cuando vio al viejo Xiao aquella vez en el valle del fin, le dijo que no rompería el sello por él. Kain debía hacerlo por sí mismo. Kain tomo una profunda respiración y negó, todavía no tenía ese nivel de fuerza, así que lo mejor sería dedicarse a lo que si podía. Tenía que encontrar a Kaoru, pedirle prestado su anillo y sacar ambas lanzas. Era momento de retomar la técnica de Scathach y volverla a ocupar. Parece que en este mundo estaban apareciendo formas de vida más peligrosas.

Kain levantó su rostro y vio a Hiruzen siendo regañado por Nagisa. Kain sonrió y dijo —Nagisa, deja tranquilo a Hiruzen— después miró a Hiruzen, con el pelo corto, alborotado y una barba de chivo en el mentón. Vestía como shinobi de Konoha, con ropa oscura y la chaqueta verde pasto de la villa —¿Qué necesitas saber?—

Hiruzen llevó su puño a la boca y tosió —bueno, considerando que tienes un protector— dijo —lo mejor será que conversemos en Konoha— llevó su mano al bolsillo izquierdo de su pecho, abrió el botón y del bolsillo saco un pequeño pergamino. Después se lo lanzo a Kain y este último lo atrapo entre sus manos. Hiruzen continuo —esto te ayudara a multiplicar tu tiempo, pero ten cuidado, es algo que sensei creo y podría llegar a matarte si no tienes cuidado—

—Entiendo, tendré cuidado— dijo Kain tomando el pergamino de no más de veinte centímetros de ancho. Lo extendió hacia arriba y leyó el titulo —kagebunshin no jutsu, suena bien—

Danzo miraba desde la hoguera mientras extendía sus manos para calentárselas al fuego. No le gustaba para nada que Kain tuviera una técnica que desarrollo su sensei, pero como su información logro ayudarlo a tomar venganza, lo perdono. Danzo espera que, con esto, Tobirama pueda descansar en paz en el otro mundo.