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Suerte y perseverancia

Pequeña aclaración: Cada volumen es independiente del otro. Sigue su propia línea de historia y no se ve afectado por los volúmenes anteriores. Bueno, salvo por algún poder o habilidad que se viene arrastrando por el conocimiento y la personalidad del protagonista que va evolucionando. Volumen 1 Cross over entre nasuverso y Madam ou no Vanadis Volumen 2 viaje por Juego de Tronos, Señor de los anillos y Dark Soul 3 Volumen 3 Mushoku Tensei y Danmachi. Volumen 4 Naruto y muchos otros. -o- Kain, antiguo vástago del equilibrio. Renació en el mundo de Fate y vivió durante varios siglos. Sin embargo, al encontrarse con su viejo enemigo, el dios Hilden, lucho y perdió. Ahora su alma viaja a través del multiverso buscando el poder y la forma de volver a aquel mundo por la venganza. -o- Reglas del juego: 1.- No hay power up indiscriminados 2.- Todo se estudia y se gana hasta dominarlo 3.- El alma influye sobre el cuerpo, por ende, el cabello y los ojos siempre serán los mismo (ojos color lazuli y pelo blanco). 4.-La fuerza es proporcional al conocimiento adquirido, la técnica y la fuerza del alma. 5.- El nivel del mundo es proporcional al alma. Eso quiere decir que si el alma del protagonista es fuerte, irá a un mundo de mayor nivel.

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Pas assez d’évaluations
858 Chs

Mundo Shinobi - Gravedad - 305

El viernes llegó y Kain se levantó temprano para realizar sus entrenamientos diarios. Dejo durmiendo a Aoi en su cama y se vistió con un kimono verde pasto y un hakama negro. Después fue a la biblioteca dentro de su larga habitación, busco el kunai con forma de tridente y se transportó hasta la habitación de entrenamiento subterráneo.

Encendió los focos del techo y quedó una enorme habitación de cien metros de largo por cincuenta de ancho. El piso, techo y paredes estaban hechos de piedra lisa. Kain camino hasta el centro de la habitación y se sentó en posición de loto, cerró los ojos y junto las manos como si estuviera meditando.

Entonces comenzó su conteo de chakra y descubrió que había crecido diez unidades de chakra en comparación a la semana pasada. En estos momentos, según cálculos Uzumaki, tenía 5.250 unidades de chakra, lo que sería equivalente a un patriarca en los tiempos antiguos o a un kage, de la era actual. Lo cual a su vez serían el equivalente a 52,5 unidades de fuerza del alma. Sin embargo, esa era otra fuente de energía.

Ahora, por el dominio y capacidad de manifestar la fuerza del alma, Kain había mejorado sustancialmente. Era cierto que manifestar la fuerza del alma fuera de un cuerpo de un mundo de alto nivel era difícil, pero no imposible. Por lo cual, Kain levanto sus manos como si estuviera sosteniendo algo y comenzó a emitir su fuerza del alma. Entonces una luz brillante apareció sobre las manos de Kain como si fuera una larga cuerda y poco a poco fue tomando la forma de una cadena.

Kain abrió los ojos y admiro la cadena que había creado. Era de un metro de longitud, con puntas similares a espinas en cada eslabón. Una cadena para atar, una cadena para suprimir, una cadena para sellar a las existencias físicas y espirituales. Era un éxito en sí mismo, pero esto era lo máximo que podía hacer por ahora. Solo ayer Mito le dijo que le quedaba un año para dominar las cadenas de adamantitas. Sino lo lograba, la defraudaría. Podría sonar tonto sentirse estresado por tal amenaza sin castigo, pero para Kain, Mito era muy valiosa y lo que menos quería, era defraudarla.

Una hora más tarde, volvió a su habitación y fue a darse una ducha. Kain abrió la puerta corredera del baño y escucho como caía el agua de la ducha. Como no vio a Aoi durmiendo en la cama, pensó que debe haber sido ella. Así que se desvistió y fue hasta la ducha. Entonces vio a través de la mampara de vidrio la figura de Aoi. Su cuello delgado, sus senos enormes, su cintura apretada y sus caderas pronunciadas, solo para finalizar con unas piernas largas. Gracias al agua, su cabello caía lacio hasta la cola.

Kain avanzó hasta la mampara y le dio un golpecito a la puerta. Aoi miró a través del vapor y al ver la silueta de un hombre de cabello blanco, llevó su mano derecha a la llave del agua y la cerró. El agua se cortó y Kain ¿abrió la puerta de vidrio. Aoi desde el interior de la ducha estaba completamente empapada y sonreía con dulzura. Kain entró a la ducha y cerró la puerta detrás de él.

—Buenos días— dijo Kain con una gran sonrisa mientras admiraba el cuerpo de Aoi y cerraba la puerta de vidrio.

—Buenos días— respondió Aoi con una sonrisa —¿estabas entrenando?—

—Sí, un poco—

Aoi asintió, miró una repisa a la altura del hombro y saco un jabón de color rosa. Después ella volvió a dar la llave y cayó el agua cálida en forma de lluvia. Aoi llevó el jabón al pecho de Kain y lo paso con suavidad mientras lo miraba a los ojos.

—¿Nerviosa?— preguntó Kain con una sonrisa amable

—Un poco— dijo Aoi con una sonrisa nerviosa —pero también emocionada—

Kain llevo su mano izquierda a la mejilla derecha de Aoi. Le acaricio con suavidad y miró el parpado derecho cerrado. Tenía una prótesis para que diera la apariencia de que solo tenía el ojo cerrado. Sin embargo, no había ojo, a ella se lo habían robado hace cuatro años en la primera guerra mundial.

—Lo siento, me demore demasiado en cumplir nuestra promesa— dijo Kain con una mirada de disculpa

—No, no te sientas mal— respondió Aoi mientras le pasaba el jabón por el abdomen —yo sé que estuviste trabajando, lo vi, sé que has hecho tu mejor. Ahora vamos a cumplir este paso y pronto me darás algo más. Estoy feliz—

Kain tomo una profunda respiración sin saber si estaba haciendo lo correcto. Rei y su embarazo con la reencarnación del Sabio Rey Mono era una incógnita. Por otro lado, Aoi tenía hijos, su amigo Kazuhiko y prometida Kaoru. Sin embargo, ahora ella quería volver a tener otro hijo.

Kain beso a Aoi y llevó su mano al abdomen. Le acaricio el abdomen como si el bebé ya estuviera ahí y después la abrazo. Aoi soltó el jabón y lo abrazo con todas sus fuerzas, para después besarlo con toda su pasión.

Una hora después, Kain se apareció con Aoi en la mesa, adonde lo esperaba Nawaki durmiendo sobre su cojín con dibujos de gato. Parece que era demasiado temprano para el pequeño. Lo cual hizo sonreír a Aoi y caminar hasta el niño. Ella lo tomo en brazos, se fue a su cojín y se sentó. Nawaki de cuatro años solo siguió durmiendo como si nada hubiera pasado y se agarró del cuello del kimono.

Kain se sentó en su cojín, a la cabecera de la mesa y miró a Aoi, dos puestos más allá, por el lado derecho de la mesa. Ella emitía un aura tranquila y en calma, una que no recordaba haberle visto antes.

A los pocos segundos vinieron Rei y Mito cargando unas bandejas con comida y se acercaron a la mesa. Mito vestía un delantal blanco que le llegaba hasta los tobillos mientras su cabello rojo resaltaba ordenado en dos moños. Por otro lado, Rei vestía un kimono celeste con un obi rojo mientras se producía una pequeña colina a la altura del vientre.

—Buenos días, Kain-sama— dijo Rei, acercándose a la cabecera y depositando un cuenco con arroz. Después dejo varios pocillos con verduras y carne.

—Buenos días, Rei-chan— respondió Kain con una sonrisa.

Rei también sonrió para él y se acercó a Aoi. Rei sonrió al ver al dormido Nawaki y tomo con cuidado los pocillos para depositarlos en la mesa.

Al mismo tiempo, Mito avanzó por el otro lado y deposito un pocillo con sopa de miso —buenos días, Kain—

—Buenos días, sensei ¿Cómo se siente hoy?— preguntó Kain

—Muy bien, come mucho, vas a necesitar energía— dijo Mito y le dio una sonrisa cómplice. Después ella se movió a su puesto, deposito otro pocillo, puso otro en el puesto de Rei y otro en el puesto de Aoi. El pocillo de Nawaki lo puso al lado del suyo, ya que el pequeño tenía que ser ayudado en la mañana o se quemaría.

Una vez que todo estuvo preparado, Mito fue a donde Aoi y tomo a Nawaki en sus brazos. Lo llevó a su cojín y lo sentó. El pequeño Nawaki movía su cabeza de lado a lado, más dormido que despierto mientras se rascaba los ojos.

—Abuelita, tengo sueño— murmuro Nawaki

—Sí, lo sé, pero Nawaki debe tomar su desayuno y empezar a entrenar— respondió Mito sujetándolo de los hombros para que no se cayera hacia los lados.

—Quiero dormir—

—Los dormilones no se convierten en hokages—

—Está bien— dijo Nawaki, pero sus ojos parecían completamente en contra de abrirse. Su cabeza seguía ladeándose de lado a lado y no mostraba algún indicio de estabilizarse.

Mito soltó un suspiro y se preguntó a quién se parecía este niño. Seguro no era a su Minoru o a Hashirama. Seguramente era su madre, esa princesita quejona. Sin embargo, en lugar de regañar a Nawaki, lo quedó mirando con cariño y lo recostó en el tatami, con la cabeza apoyada en el cojín.

Kain se sacó su haori blanco y se lo tendió —sensei, aquí— dijo

Mito miró a Kain y sonrió —gracias, parece que este será el hokage más perezoso de la historia—

—Solo es un niño, sensei. Tiene sueños, pero dudo que entienda lo que significa ser hokage. Déjalo soñar y creer que puede alcanzar la nube más alta. Bañarse en lo más profundo del lago del bosque y vencer a todos sus oponentes—

—A Kain le falto ese componente— dijo Mito con el ceño fruncido —siempre fue un pequeño adulto—

—Vaya— dijo Aoi con una sonrisa juguetona —yo recuerdo que Naoko me contó que Kain-sama se burlaba de Mito y siempre trataba le librarse de los entrenamientos—

—Sí, sensei era estricta, incluso si yo recién había aprendido a caminar— respondió Kain

—¿Qué dijiste mocoso?— preguntó Mito con el ceño fruncido

Kain hizo una sonrisa incomoda y respondió —no, nada, sensei era muy cariñosa. La más linda—

Mito bufo hacia un lado y se dedicó a comer.

Kain se rasco la cabeza y sintió a la distancia la presencia de una persona que conocía perfectamente —permiso— dijo

—¿Qué pasa? ¿Huyes?— preguntó Mito

—No, lo que pasa es que llegó el abuelo Orochi— respondió Kain con una sonrisa y se levantó de su cojín. Al mismo tiempo, Aoi se quedó congelada por un momento, con el ojo izquierdo muy abierto y un tanto asustada. Kain paso por al lado de ella, le acaricio los hombros y ella miró hacia arriba. Kain acercó su rostro, le dio un pequeño beso en los labios y le guiño un ojo. Después avanzó hacia la puerta del comedor y salió.

Rei sentada a la izquierda de Aoi, estiro su mano derecha y la puso sobre la mano de Aoi. Esta última la miró a los ojos y Rei la miró con determinación —tranquila— dijo —Kain-sama no dejara que nada malo te pase. También estará Orochi sensei para revisar que todo salga bien—

—Sí— respondió Aoi, tratando de sonreír, pero lo único que se notaba era su nerviosismo

—Kain es mi discípulo— dijo Mito con un orgullo que sonaba a soberbia —no hay forma de que pase algo malo—

Rei y Aoi la miraron y después asintieron con una sonrisa.

Por otro lado, Kain llegó a la puerta de entrada y abrió la puerta corredera. Entonces vio a un anciano de cabello ceniciento, rostro blanco como el papel y mirada cansada. En ese momento el sol se elevaba en un cielo azul despejado. Como siempre, el abuelo Orochi tenía una piel tan pálida que parecía papel, vestía un kimono verde pasto y unas sandalias de madera. Parece que se había encogido por la edad, pero solo era que cada día su espalda se curvaba más. Sus parpados apenas se abrían y eso le daba la impresión de que estaba sonriendo.

—Buenos días, abuelo Orochi— dijo Kain haciendo una profunda reverencia

—Buenos días, mocoso— respondió el viejo Orochi con esa voz sibilina tan propia de él y que, a su vez, estaba transmitiendo a Orochimaru —¿Tienes preparadas las cosas?—

—Sí, todo preparado, desde el lugar de operación hasta el lugar de descanso y la fuerza de seguridad—

—Está bien— respondió Orochi

—Ven, pasa, ahora estamos tomando el desayuno— dijo Kain —¿te gustaría comer algo?—

—No, ya desayuné con Orochimaru. Ese niño tenía una misión en la capital, así que tuvimos que madrugar—

—Entiendo, pero entra y haznos compañía. Una vez que terminemos el desayuno, iremos a la sala de operaciones. Aoi se preparará y comenzaremos con la operación—

—Entiendo— dijo el viejo Orochi y avanzó. Una vez que estuvo dentro de la casa, Kain cerró la puerta y el viejo Orochi se trató de agachar para quitarse las sandalias. Sin embargo, Kain se adelantó y evito que él se agachara.

—Estoy viejo, no inútil— dijo Orochi con cierta molestia

—Déjame hacer esto por ti— respondió Kain con una pequeña sonrisa. Se agacho delante del anciano y le levantó el pie como si estuviera levantando el pie de Nawaki. Le quito la sandalia y la dejo a un lado del pasillo. Después hizo lo mismo con la otra sandalia y se puso de pie.

—Vamos al comedor— dijo Kain guiando el camino. Orochi lo siguió y Kain se preguntó si los adultos podían volver a ser niños. Ya que, en estos momentos, Orochi le daba la misma sensación que Nawaki. Demasiado débil, demasiado frágil, demasiado indefenso. Parece que Orochi había alcanzado la pendiente de la vida en donde más se le notaban los años.