Mundo Shinobi - Clones verdaderos - 511

Después de la cena, Kain se quedó conversando con Mito. Les dio las doce de la noche. Había varias botellas de vino abiertas sobre la mesa.

Kain tomo una profunda respiración y le preguntó a Mito —¿Qué sucedió en la nación de Los Remolinos?—

Mito lo miró a los ojos y después miró hacia otro lado como si no quisiera recordar eso —no lo sé— dijo con voz suave, pero sin hacer contacto visual. Ella miró a Kain a los ojos y continuo —solo sé que mi padre y sus consejeros estaban trabajando en un nuevo jutsu de invocación—

—¿Cómo lo que yo hago?—

—No, para nada. En esa época esperaban invocar un espíritu guardián para nuestro pueblo. Los conflictos eran interminables y mi padre pensaba que pronto los problemas nos alcanzarían. Así que necesitaban algo que fuera una fuerza disuasiva. Algo así como los demonios Tengu de ciudad Tengu—

—Entiendo ¿Qué recuerdas?— preguntó Kain

Mito se mordió el labio inferior, miró hacia otro lado y después miró la copa que tenía entre sus manos. Ella miró el vino de color rosa dentro de la copa y la acercó a sus labios. Ella le dio un largo sorbo y volvió a mirar a Kain —solo recuerdo que ese día estaba precioso, eran los primeros días de primavera. El día anterior, oto-sama me había dado permiso para viajar a las islas de entretenimiento del Círculo Dorado, al sur. Yo estaba feliz. Además, un joven jounin me estaba cortejando. Oto-sama estaba feliz, pero tenía sentimientos encontrados. También le gustaba Hashirama como yerno, pero al ser extranjero todos sus consejeros se opusieron. Hashirama-sama ya era de renombre y junto a Madara-sama dominaban el campo de batalla. Todos sus encuentros eran legendarios. Los más jóvenes de la rama principal estaban locos por ir al continente y probar su fuerza. Incluso el muchacho que me estaba cortejando—

Kain asintió y le preguntó —¿Qué más?—

Mito lo miró a los ojos y continuo —yo estaba practicando mi cadena de adamantita. Oto-sama estaba muy orgulloso por mi progreso. En aquella época era raro que las mujeres heredaran el clan, pero oto-sama dijo que no sería extraño con mi habilidad. Dijo que yo era mucho más hábil que él, solo me faltaba tiempo— Mito mostro una gran sonrisa —con esas palabras yo puse el doble de esfuerzo. Yo me especializaba en sello de absorción y supresión. Nunca me gustaron las invocaciones ni las criaturas que emergían de ellas. Todos parecían monstruos salidos de pesadillas: Pájaros gigantes, perros con múltiples cabezas, un ciempiés con patas de color naranja que al simple contacto derretía las cosas. Así de poderoso era su veneno—

Mito guardo silencio mientras sonreía y recordaba aquellos días. Sin embargo, su sonrisa se desmorono y miró a Kain a los ojos —recuerdo a un sirviente venir corriendo. Era la muchacha que organizaba mi ropa. Ella tenía un rostro preocupado. Me interrumpió y yo me enoje, pero a ella no pareció importarle. Me enoje más, pero ella me empezó decir algunas cosas raras como que tenía que dejar mi lugar de entrenamiento. En ese momento, los cielos se oscurecieron y la tierra tembló. Entonces alguien me tomo en brazos y saltó con mucha fuerza. Avanzó decenas de metros de un saltó y yo me di cuenta de que nos movíamos con dirección a la costa. Entonces miré a la persona que me llevaba y me di cuenta de que era mi oto-sama. Todavía puedo recordar su rostro. Tenía el cabello largo y la barba cana. Él y mi madre me tuvieron a una edad avanzada. Sin embargo, sus ojos siempre amables, estaban serios—

Mito soltó un suspiro de aflicción, parece que era un recuerdo cargado de sentimientos. Ella continuo —él siguió corriendo, le pregunte un montón de veces, pero él no respondió. Solo cuando llegamos a la costa, al muelle pesquero, me miró y apoyo su mano en mi hombro. <<Huye >> me dijo y después se dio la vuelta sin decir nada y corrió de vuelta hacia la capital. Yo me quede de piedra, pero después me enoje, me enoje mucho. Estaba furioso y le grite a mi oto-sama que él era un mentiroso, que él no creía en mi tanto como él decía. Solo me llenaba de elogios para tenerme tranquila. Sin embargo, en ese momento, un enorme tentáculo se elevó a la distancia. Era tan largo que parecía que iba a tocar el cielo, y cayó. Todavía lo puedo recordar, la sombra me cubría. Y en ese momento alguien me tomo en brazos y corrió con todas sus fuerzas para alejarme de la zona de impacto. Después de eso, todo se fue a negro y solo recuerdo despertar en una balsa. Las personas que me habían salvado eran Hashirama y Madara—

Mito se quedó callada durante un par de minutos y después de soltar un largo suspiro, como si ella soltara todos sus lamentos, continuo —sino hubiera sido por Hashirama-sama, yo hubiera vuelto a la isla a ver lo que sucedió. Hashirama-sama fue muy amable, recibió todos mis golpes y jamás me lastimo a pesar de que yo le dije cosas tan duras solo para romper su espíritu y que me dejara ir a ver la isla de Los Remolinos. Madara solo miraba como yo lastimaba una y otra vez a Hashirama-sama, pero por su actitud no iba a intervenir—

Kain soltó aire por la nariz a modo de risa. Ahora entendía porque su padre llamaba a su tío un masoquista. Al parecer, Mito no lo quería en un principio.

—Ahora que lo pienso, yo estaba loca. Esa visión monstruosa, debe haber sido una ilusión. Algo así. No puede ser real ¿Cierto?— preguntó Mito y ella miró a Kain mientras gesticulaba una sonrisa nerviosa —¿cierto?— repitió como si quisiera que Kain confirmara sus pensamientos.

Kain la quedó mirando, ella había reencarnado, así que sus recuerdos no deberían ser tan perturbadores. A lo mejor como una pesadilla que tuvo hace tiempo, pero ella no debería estar tan aterrada.

—Ya lo veremos, pero no te preocupes, no es necesario acercarse a ese lugar— dijo Kain

Mito agacho la mirada y sonrió con nerviosismo, ella asintió con suavidad y se quedó pensando en lo que había contado.

Por su parte, Kain observaba la imagen que proyectaba la unidad satelital, Janos, desde los cielos, por encima de la región donde debería estar lo que antes era la nación de Los Remolinos.

Toda la región estaba cubierta por una enorme nube con forma de torbellino como si fuera un enorme huracán. Al mismo tiempo, no era posible utilizar ningún tipo de visión ya que las nubes creaban un campo magnético impidiendo que Janos pudiera captar algo.

—Kain— dijo Mito. Kain le puso atención y Mito continuo —si algún día vas a la nación de Los Remolinos, llévame contigo—

—Por ahora no es necesario pensar en eso— dijo Kain

—Entrenare— dijo Mito con una expresión seria —yo, entrenare, por eso, tengo que ir, tienes que llevarme contigo. Yo tengo que saber lo que paso con mi oto-sama—

—Entiendo— dijo Kain y asintió —pero por ahora puedes tomarlo con calma—

—Si vas ¿Me dirás?— preguntó Mito con una expresión seria

—Sí, te diré, empezaremos a entrenar juntos y cuando tenga una idea de lo que hay en ese lugar, te diré. Entonces, cuando estemos preparados para enfrentar lo que sea que exista en ese lugar, iremos juntos—

—Es una promesa—

—Es una promesa—

Mito soltó un suspiro como si ella se hubiera quitado un peso de encima. Ella tomo la copa de vino rosado, la llevó a sus labios y bebió todo el contenido.

Kain quedó mirando a Mito y al instante apareció un recuadro en su rango de visión con los signos vitales. La tensión en su cuerpo había subido por las nubes —vamos a dormir— dijo

Mito miró a Kain, ella asintió y se levantó de su cojín.

Kain también se levantó y los dos caminaron a la habitación. Ellos tenían futones individuales. Todavía no habían cruzado esa línea y Kain le estaba dando espacio a Mito para que lo pensara bien. Era su nueva vida, su nueva oportunidad, ella podía tomar la decisión que ella quisiera. Kain no la retendría, él entendía mejor que nadie el libre albedrio y como se sentía que te quitaran la capacidad de elección.

Kain se acostó en su futon y Mito en el suyo. Ellos apagaron la luz y se dispusieron a dormir.

Sin embargo, media hora después, Mito se levantó en la oscuridad y se acercó al futon de Kain.

—Kain, Kain— susurro Mito

Kain abrió los parpados y miró la silueta de Mito —¿Sí?— preguntó

—Déjame dormir contigo— susurro Mito

Kain soltó un suspiro y abrió las tapas. Mito se acostó en el futón y Kain la tapo. Ella se acomodó entre los brazos de Kain y le susurro —gracias—

—De nada— respondió Kain y le beso la cabeza. Él observo el recuadro que le mostraba los signos vitales y vio que Mito tenía el pulso acelerado. Kain dijo —yo estoy aquí, no hay nada que temer—

—Gracias— susurro Mito y se acurruco contra el pecho de Kain

Al día siguiente, Mito se despertó con los primeros rayos del sol. El ambiente dentro de la habitación era cálido y más cálido dentro del futón. Sin embargo, de forma instintiva, sentía que afuera de la casa debe haber estado helado y ese simple pensamiento, le hizo disfrutar más el calor del futón. Ella sintió como alguien le peinaba el cabello y de forma instintiva, ella acercó su rostro. Entonces ella sintió el cuello y le dio un beso.

—¿Ya te despertaste?— preguntó Kain

—Sí, pero no me quiero levantar— dijo Mito

—No es necesario— dijo Kain

—Quédate conmigo— dijo Mito mientras pasaba su mejilla por el cuello de Kain

—Eso espero, pero si te insinúas tanto, puede que ya no me contenga más— dijo Kain con un tono juguetón

—Yo, te estoy esperando desde el primer día— dijo Mito con relativa seriedad y abrió los parpados. Ella levantó su rostro y lo miró a los ojos.

Kain la quedó mirando a los ojos, decidió acercarse para besarla, pero ella puso su mano y le tapó la boca. Kain frunció el ceño.

—Espera, tomare un baño primero— dijo Mito, ella se destapo y corrió hacia el baño.

Kain se quedó acostado en el futón y se sintió extraño, pero soltó un suspiro y miró el techo de la habitación. Se fijo en la superficie plana y amplia con varios focos empotrados. La luz del día entraba por las ventanas. Era escasa, pero lo suficiente como para ver el entorno de la habitación. Él se levantó del futón y abrió las cortinas. Eso fue más que suficiente para que se iluminara por completo la habitación. Ayer había llovido, pero hoy el cielo estaba completamente despejado. Era el clima cambiante de esta región. Por lo general, a la altura de las praderas el clima era templado, pero sobre la meseta de los sabios era bastante frio.

Kain miró hacia el patio, vio el pasto verde y el bosque dorado. Los pequeños ojos obsidiana seguían mirando desde la seguridad del bosque, pero no podían entrar. Al recordar lo que le dijo Orochi y mirar a estas criaturas, Kain recordó que había monstruos aterradores en este mundo. Mito se lo confirmo anoche. Este mundo, como dijo el sabio serpiente, en un principio estaba al final de su existencia, pero aquellos extraterrestres revitalizaron a la humanidad.

Kain levantó su mano, miró su palma y cerró sus dedos —por eso nació el chakra— dijo y eso a su vez había atraído a otros monstruos para luchar por las almas. En estos momento había tres panteones, pero puede que haya un cuarto en donde los Uzumaki convocaron a dicha entidad del mundo onírico. Kain susurro —necesito conversar con Xiao—