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Suerte y perseverancia

Pequeña aclaración: Cada volumen es independiente del otro. Sigue su propia línea de historia y no se ve afectado por los volúmenes anteriores. Bueno, salvo por algún poder o habilidad que se viene arrastrando por el conocimiento y la personalidad del protagonista que va evolucionando. Volumen 1 Cross over entre nasuverso y Madam ou no Vanadis Volumen 2 viaje por Juego de Tronos, Señor de los anillos y Dark Soul 3 Volumen 3 Mushoku Tensei y Danmachi. Volumen 4 Naruto y muchos otros. -o- Kain, antiguo vástago del equilibrio. Renació en el mundo de Fate y vivió durante varios siglos. Sin embargo, al encontrarse con su viejo enemigo, el dios Hilden, lucho y perdió. Ahora su alma viaja a través del multiverso buscando el poder y la forma de volver a aquel mundo por la venganza. -o- Reglas del juego: 1.- No hay power up indiscriminados 2.- Todo se estudia y se gana hasta dominarlo 3.- El alma influye sobre el cuerpo, por ende, el cabello y los ojos siempre serán los mismo (ojos color lazuli y pelo blanco). 4.-La fuerza es proporcional al conocimiento adquirido, la técnica y la fuerza del alma. 5.- El nivel del mundo es proporcional al alma. Eso quiere decir que si el alma del protagonista es fuerte, irá a un mundo de mayor nivel.

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Pas assez d’évaluations
935 Chs

Mundo Shinobi - Chunin - 263

Paso otro año en Konoha, la villa siguió creciendo y Kain igual. Ahora con trece años, medía un poco más de 1,60 cms. Su cabello blanco caía liso hasta los hombros con gran elegancia mientras vestía su kimono verde pasto, un hakama negro y encima llevaba el haori con el vajra y el abanico en la espalda.

En estos momentos eran los primeros días del verano, a solo semanas del treceavo cumpleaños de Kain. No obstante, en vez de estar con su familia, amigos o discípulos, Kain caminaba por la avenida principal con dos encapuchados siguiéndolos de cerca. Ambos eran anbus, uno con mascara de mono y el otro de perro. Algo que destacaba en ellos es que tenían gruesas serpientes de cristal enroscadas alrededor de su cuello y manos. De esa manera no podían utilizar sus manos y si querían huir, serían estrangulados hasta la muerte.

Kain avanzaba de los más tranquilo, con una sonrisa amable mientras el dúo lo seguía. La gente lo quedaba mirando y la policía militar se acercó muchas veces a preguntarle lo que pasaba. A lo que Kain respondía de muy buen humor que le iba a devolver algo al hokage. No parecía enfadado, pero los Uchihas de la policía militar estaban intrigados por la situación.

Kain siguió caminando hasta que llegó al municipio y ahí fue detenido por los guardias, indicándole que tenía que esperar; hokage—sama estaba en medio de una reunión.

Kain mostró la palma de sus manos en un gesto de trasparencia y dijo —pueden hacer alarde de intentar detenerme o ser amables y hablar con Hiruzen. El problema no es mío, después de todo, yo no soy dueño de los anbus—

Los guardias lo quedaron mirando y se hicieron aun lado. Kain asintió, paso por al lado de ellos y les dio unas palmaditas en los hombros. Después subió por el edificio hasta el quinto piso y llegó una gran sala de reuniones.

Kain golpeo dos veces y giro la manilla de la puerta —permiso— dijo y la abrió. Entonces llegó a una gran sala de reuniones con una mesa redonda en donde Hiruzen estaba sentado y rodeado de sus subordinados de todos los clanes. Kain sonrió al ver a Danzo a su derecha y Koharu y Homura a su izquierda. Solo Danzo era asesor, los otros dos eran asistentes del Hokage. Hiruzen no los hizo asesores porque les faltaba merito, pero como les tenía confianza, los mantuvo a su lado. Kain no sabía si apreciar o desconfiar del corazón de Hiruzen.

—Estamos en medio de una reunión, Kain— dijo Hiruzen vistiendo sus ropas blancas de kage con su sombrero sobre la mesa. Al haber sido nombra patriarca y reconocido como hokage, los tatuajes en la comisura de sus ojos se volvieron más largos, alcanzando a los pómulos, similar a como si le hubiesen crecido los colmillos.

—Me doy cuenta, hokage-dono— dijo Kain siempre sonriendo, avanzó y detrás de él entraron los dos anbus.

—¡Kain!— dijo Hiruzen levantándose de su silla y preocupándose por los dos anbus subyugados.

—¡¿Qué es esto, Kain Uchiha?!— protesto Danzo también poniéndose de pie y con una expresión molesta —¿Acaso es un acto de rebelión?—

—¿Por qué sería una rebelión, Danzo?— respondió Kain sin perder la calma —en los estatutos de Konoha está claro que, si alguien entra a la casa de una persona sin su permiso, tiene derecho a llevarlos delante de la justicia y exigir un juicio ¿Qué piensas que son los estatutos pensados por tu sensei? ¿Un chiste?—

Danzo frunció el ceño y miró a Kain con odio.

—¿De qué se trata esto, Kain?— preguntó Hiruzen

—Veras, Saru— dijo Kain manteniendo la tranquilidad, pero poniendo una mirada filosa, demostrando su molestia —hoy entraron estos dos tipos a mi casa y trataron de revisar las habitaciones. Los capture y los traje delante de ti ¿Creo haberlo dicho con anterioridad?—

—¿Por qué vienen con esas cosas en el cuello y las manos?—

—A los ladrones se les ata, Saru, es de lógica ¿no? Ahora, respóndeme algo ¿Qué le digo a Nawaki cuando me pregunte por qué personas extrañas se meten a nuestra casa? ¿Qué le respondo a Nagisa o Tsubaki que recién están superando su anterior trauma? ¿Qué no pueden estar tranquilas en Konoha porque los anbus llegan, se meten a su casa y revisan lo que se les da la gana?—

—¿Seguro estas escondiendo algo?— grito Danzo

Kain lo miró con frialdad y le dijo —tu eres el menos indicado para decirme eso—

—Suficiente Kain y Danzo— dijo Hiruzen soltando un suspiro —suelta a los anbus, esto no volverá a suceder—

—Eso espero, porque la próxima vez no volverán caminando—

—¡Kain!—

—Lo digo en serio, Saru— dijo Kain con seriedad —hay niños y mujeres en mi casa, no los puedo exponer al peligro ni decirles que es normal que los anbus estén merodeando ¿Desde cuándo perdimos la confianza?—

Hiruzen tomo una profunda respiración y preguntó —¿Qué estas desarrollando?—

—Cosas que a futuro traerán progreso a la humanidad, no solo a las personas comunes— respondió Kain manteniendo la calma

—¿No me puedes decir?—

—Bueno, si envías a Biwako-san y Hideaki-chan, puedo dejarlos entrar a ver— respondió Kain con una sonrisa traviesa

Hiruzen frunció el ceño, porque era claro que lo estaba molestando de forma descarada, pero como metió a su hijo (Hideaki), no podía regañarlo.

Kain soltó una risita divertida, hizo un ademan con su mano derecha como si cortara el aire y las serpientes de cristal se desvanecieron dejando manchas de agua —hablando en serio, sería bueno que fuera Biwako—san, sensei la tiene en gran estima y sería un buen estímulo para Nawaki—

—Al final, no me vas a decir— dijo Hiruzen

—Todo está bien, Saru, fui criado por mi tío y siempre que hice algo loco, me regañaba. Siempre decía "debes pensar si esto va a ayudar a la aldea o traerá destrucción". No creas que eres el único preocupado por las cosas que hago, pero créeme, jamás podría a Konoha en peligro—

—Está bien, solo por esta vez haré la vista gorda, pero si vas a realizar algún experimento importante, avísame para estar preparado—

—Claro, claro, por los viejos tiempos— respondió Kain con una sonrisa en los labios —dicho eso, me voy, ya entregué a tus subordinados—

Kain se dio la vuelta y todos lo vieron salir de la habitación. Entonces los subordinados de Hiruzen soltaron un suspiro de alivio.

—Como se esperaba de hokage-sama— dijo un hombre del clan Nara —puede controlar bien a ese monstruo—

Hiruzen entrecerró los ojos y lo miró con frialdad —Kain no es un monstruo, Kain es un héroe— dijo —no lo olviden, gracias a él, sus hermanos y hermanas no fueron enviados a la guerra. Por otro lado, te recuerdo que, gracias a él, fuiste enviado a entrenar con Sunagakure en lugar de ir al frente—

El muchacho agacho la cabeza, avergonzado y el resto no se refirió a la situación. Parece que la amistad de la que hablaba Kain, era más que solo un acto. No obstante, Hiruzen realmente se preocupaba de lo que estaba haciendo Kain a solas en su taller. No sabe si era el potencial, los comentarios de Danzo o la paranoia, lo que lo estaban impulsando.

Danzo puso su mano sobre el hombro izquierdo de Hiruzen y le susurro —Hiruzen, si vamos a dejarlo ir tan fácilmente, al menos encárgale la custodia de Jin—

Hiruzen miró a Danzo a los ojos, este último asintió y Hiruzen también asintió en señal de acuerdo. Los exámenes chunin serían la próxima semana y como un acto de buena fe entre las villas, los exámenes se realizarían en Konoha. Todo esto generaba una gran presión en Hiruzen, pero lo que más le producía incomodidad era Jin, un monstruo al que de solo recordar cómo se movía y su fuerza, le producía escalofríos. Claro, sin contar que además había sido nombrado Raikage al mismo tiempo que Hiruzen fue nombrado hokage.

—Está bien— respondió Hiruzen —hablare con Kain, pero en otro momento. Parece que está bastante enojado por este tema—

Al mismo tiempo, Kain salió del municipio y tres niños lo esperaban en la vereda que pasaba por fuera. Uno de ellos era Nagisa de cabello naranja, vestida con un kimono amarillo claro que le llegaba un poco más debajo de la cintura. Llevaba una correa negro y pantaloncillos que le llegaban hasta los muslos. Al mismo tiempo, utilizaba zapatillas shinobi con tacones de dos centímetros que la hacían ver un poco más alta. Otro era Kenzo, de cabello oscuro, vestido con un kimono azul oscuro, pantalones y zapatillas shinobis de color negro. Y la última persona era un muchacho vestido con un traje verde de cuerpo completo y una pañoleta amarilla atada al cuello. Todo lo que destacaba en su rostro eran unas enormes cejas gruesas. Sin embargo, se veía llenó de energía y lo demostraba haciendo flexiones de brazos en la calle.

Nagisa ponía un rostro algo complicado mirando lo que hacía Duy mientras Kenzo ya se había inmunizado ante su entusiasmo por el entrenamiento.

Duy Might era un niño sin chakra, al igual que Shishio Nara, pero diferente de este último, jamás se había rendido en ser shinobi. En estos momentos Shishio manejaba la tienda y otros dos locales en la capital Keishi, de la nación del Fuego. Por otro lado, Duy había repetido tantas veces el curso que todos pensaban que iba a ser expulsado, pero el año pasado cuando Kain lo encontró entrenando, lo ayudo a pasar el examen para ser genin y lo unió al equipo de Kenzo y Nagisa.

—Sensei, sensei— dijo Nagisa alzando la mano y llamando a Kain. Este último sonrió al ver esa hermosa sonrisa y maravillarse como había crecido. Parecía mentira que el año anterior había estado recluida en su habitación y apenas podía conversar con otras personas ajenas a la familia.

—¿Rei les dio mi mensaje?— preguntó Kain a medida que se acercaba

—Sí, Rei—san nos dijo que sensei estaría en el municipio, que vino a realizar un trámite—

—Oye, sensei, vámonos, estamos perdiendo tiempo valioso— dijo Kenzo con los brazos cruzados y de malhumor

—Sensei— dijo Duy mientras estaba haciendo flexiones en la vereda, se impulsó de golpe y quedó de pie —ya realicé suficiente calentamiento, estoy listo para lo que sea—

—Oooh, eso es bueno, la próxima semana es su gran momento, espero que estén preparados—

—Sí— respondieron los tres.

Kain miró a los tres, desde el Uchiha, pasando por la Uzumaki hasta llegar al niño que cualquiera pensaría que es un civil. Los tres están llenos de habilidades y energías, y solo por eso, van a participar en los exámenes chunin.

—Bien, vamos a entrenar— dijo Kain girando a la izquierda y avanzando en dirección al distrito Uchiha —van a luchar contra mi clon de sello, prepárense—

Los tres pusieron mala cara y los siguieron de cerca.

—Sensei ¿Quiere que nos graduemos de jounin?— preguntó Kenzo

—No, solo quiero verlos sufrir un rato ¿No les parece divertido?— preguntó Kain mientras soltaba una risita siniestra

—Sensei, le diré a Kaoru-nee— se quejó Nagisa

—Dile y yo le pediré que los entrene. Aunque Kaoru parece una linda imouto, es muy fuerte—

Kenzo y Nagisa se miraron el uno al otro y recordaron a la hermosa onee-san que llamaban, moe-moe-chan. Entonces trataron de superponer la imagen de lo que ellos recordaban con lo que Kain decía y no lograban hacerlo cuadrar.

—Yo estoy listo para lo que sea sensei— dijo Duy con una llama inagotable ardiendo en sus ojos

—Así se habla, Duy ¿Por qué ustedes dos no pueden ser más optimista como Duy?— preguntó Kain frunciendo el ceño —cualquiera quisiera tener un sensei tan bueno como yo—

—Bueno, resulta que no me gusta debatirme entre la vida y la muerte— respondió Kenzo en un estado molesto

Kain torno los ojos al cielo y negó con la cabeza. Después de todo, este muchacho solo hablaba por el cansancio físico, pero nunca había hecho una misión de asesinato o había luchado con un oponente que lo llevará a sus reales límites. Ese era el encanto de Konoha, lo que al mismo tiempo preocupaba a Kain mientras pensaba en el desarrollo de las futuras generaciones. A lo mejor, el mundo no iba a necesitar guerreros tan poderosos desde jóvenes. A lo mejor, esto mismo permitía perpetuar el sueño llamado Konoha.