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Suerte y perseverancia

Pequeña aclaración: Cada volumen es independiente del otro. Sigue su propia línea de historia y no se ve afectado por los volúmenes anteriores. Bueno, salvo por algún poder o habilidad que se viene arrastrando por el conocimiento y la personalidad del protagonista que va evolucionando. Volumen 1 Cross over entre nasuverso y Madam ou no Vanadis Volumen 2 viaje por Juego de Tronos, Señor de los anillos y Dark Soul 3 Volumen 3 Mushoku Tensei y Danmachi. Volumen 4 Naruto y muchos otros. -o- Kain, antiguo vástago del equilibrio. Renació en el mundo de Fate y vivió durante varios siglos. Sin embargo, al encontrarse con su viejo enemigo, el dios Hilden, lucho y perdió. Ahora su alma viaja a través del multiverso buscando el poder y la forma de volver a aquel mundo por la venganza. -o- Reglas del juego: 1.- No hay power up indiscriminados 2.- Todo se estudia y se gana hasta dominarlo 3.- El alma influye sobre el cuerpo, por ende, el cabello y los ojos siempre serán los mismo (ojos color lazuli y pelo blanco). 4.-La fuerza es proporcional al conocimiento adquirido, la técnica y la fuerza del alma. 5.- El nivel del mundo es proporcional al alma. Eso quiere decir que si el alma del protagonista es fuerte, irá a un mundo de mayor nivel.

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Mundo Shinobi - Cambio - capítulo 33

-¿Qué clase de legado fue ese?- pregunto Orochi

-No te pudo decir, ni yo lo sé. Fue algo que dejo exclusivamente para él-

Orochi asintió y pregunto -¿Por eso los temblores?-

Naori asintió y le dijo -así es, hoy es el último día en que puede hacer tanto ruido. Ya recibimos muchas quejas y el hokage puede hacer la vista gorda, pero nada es para siempre-

-¿Por eso no ha venido?-

Naori asintió en un gesto seco y le pregunto -¿Quieres ir a verlo?-

Orochi asintió y miró a Mito para postrarse una vez más y decir -con su permiso, Mito-sama-

Mito asintió mientras se echaba unos gajos de mandarina a la boca y le dijo Naori -que se calme ese mocoso y haga sus cosas a un tiempo más espaciado. Me está poniendo los nervios de punta-

-Sí- dijo Naori haciendo una pequeña reverencia. Ella sentía que estaba forzando a los demás a aguantar algo molesto solo por el bien de Kain. Ya llegaban dos semanas seguidas de temblores.

Entonces Naori se puso un haori gris de gruesa tela sobre su espalda y guio al viejo Orochi al patio trasero. El lugar era una mezcla de cráteres, tierra y nieve. Orochi y Naori se volvieron a colocar las sandalias de madera y pasaron serpenteando por entremedio de los espacios en donde la tierra aún permanecía plana, hasta llegar hasta el principio del bosque. Entonces encontraron un agujero rectangular en la tierra que descendía a través de una oscura escalinata. Al mismo tiempo, del agujero salían estruendosos choques que rugían como bestias enardecidas. Orochi asintió sabiendo que esa era la marca indiscutible de Kain. Cuando el pequeño lanzaba fuego, siempre las llamas crepitaban produciendo un furioso rugido.

Naori guio a Orochi por los primeros escalones de la oscura escalinata. Mientras descendían le pregunto -¿Tienes problemas con la oscuridad?-

Orochi bufo y le respondió indignado -estaré viejo, pero no senil como para olvidarme de andar en la oscuridad-

Naori bufo indignada ante tal contestación, solo eran sus buenas intenciones. Por dentro pensó que eso era su castigo por preocuparse de un Senju. Por otro lado, los rugidos de bestias se volvieron más feroces como los rugidos de un dragón y el retumbar de la tierra estremecía la cueva. Caían sedimentos por todos lados y daba la impresión de que en cualquier momento se derrumbaría. Al mismo tiempo, Orochi fruncía el ceño por el terrible ruido y notaba que las paredes de tierra estaban cubiertas de sellos.

-Son una protección de Mito-sama- dijo Naori captando la mirada por el rabillo del ojo

Orochi la miró de soslayo y asintió al notar el brillo ígneo en el ojo. Diferente de él que se guiaba por la percepción y su escasa vista, Naori podía ver en la oscuridad gracias a su mangekyo. En otra época estar ante tanta desventaja y con una mujer tan fuerte como Naori le hubiera provocado miedo, pero los tiempos habían cambiado. Ahora ese mangekyo en forma de pétalo de cerezo solo se veía hermoso y eterio. Entonces, una vez más, Orochi noto que estaba muy viejo. Uchiha guiando a Senju, seguro el mundo se había vuelto loco, pensó. Si cuando niño le hubiera contado a su clan que algo así pasaría en el futuro, de seguro lo hubieran tratado de loco. Orochi soltó una risita de solo imaginárselo y siguió avanzando por la oscuridad.

Al final de la larga escalinata, ambos viejos vieron una puerta rectangular que emitía un brillo ígneo como si fuera la puerta del infierno. Era una visión terrorífica, junto a los terribles rugidos furiosos que reverberaban por toda la habitación.

El viejo Orochi y Naori se acercaron a la puerta y vieron una gran habitación rodeada de antorchas en las paredes. Medía unos 100 metros de largo por 50 de ancho. Por otro lado, la habitación estaba vacía y solo había un niño de pelo blanco en el centro. Tanto el piso, las paredes y el techo eran de tierra, todas reforzadas por un experto en el Doton (técnicas de tierra). Lo más probable que obra de Hashirama, pensó el viejo Orochi. Al mismo tiempo, La pared al final de la larga habitación estaba cubierta de sellos de esquina a esquina.

Orochi y Naori avanzaron hasta quedar diez metros por detrás del niño, el cual jadeaba y solo llevaba puesto un par de pantalones. Su cuerpo brillaba gracias al sudor.

Ninguno de los viejos dijo algo, se quedaron expectantes viendo al niño. El cual estaba parado con las manos juntas y la cabeza agachada como si estuviera orando. Entonces sintieron el rápido cambió en su aura.

Kain realizo una seguidilla de sellos de mano a una aterradora velocidad y aspiro aire con todas sus fuerzas, llenando sus pequeños pulmones y después soplo descargando una oleada de fuego azul que rugió como una bestia furiosa.

Entonces el viejo Orochi al ver tan prominente llamarada abrió los ojos lo más grande que pudo y sintió que su corazón se iba a detener. La llamarada viajo en un gran torrente, atravesando los cincuenta metros que lo separaban de la pared del fondo y chocando con una terrible fuerza. Toda la habitación tembló y el espacio se llenó de un terrible rugido bestial. El rugido fue tan poderoso que Naori y Orochi tuvieron que taparse los oídos. La llamarada perduro por casi un minuto y fue engullida por los sellos que había por toda la pared del fondo. Al terminar ese tiempo, se fue debilitando hasta cortarse por completo. Kain quedo jadeando con fuerza y se sentó en el suelo tratando de recuperar el aliento.

Por otro lado, Naori asintió con una pequeña sonrisa en sus labios, mientras que Orochi se agarraba la cabeza con ambas manos. En su rostro había una expresión que decía "gracias a dios, Uchiha y Senju unieron fuerzas. De lo contrario, en unos pocos años ya no quedaría clan". Después de recomponer su mente, vio a Kain acostarse en el suelo y seguir respirando con dificultad.

Kain nunca se percató de su presencia y ellos lo dejaron seguir entrenando, sin preocuparse en transmitirle el mensaje de Mito y subieron la escalinata en completo silencio. Para Naori era más importante que Kain se siguiera perfeccionando. Dentro de su mente, ella era la única que podía transmitirle el espíritu del clan Uchiha.

Casi a la mitad del trayecto de subida, después de escuchar el último retumbar de la tierra y el grito bestial desde las profundidades de la escalinata, Orochi le pregunto en un tono serio -vieja Naori ¿Qué paso para que decidieras darle tales libros al niño?-

-Ya te lo dije, es solo el legado que le dejo su padre- respondió Naori cinco escalones por delante de él

-¡No me mientas!- grito Orochi con una furia nunca vista. Esta aldea había sido hecha para que niños como Kain nunca se convirtieran en máquinas de matar. Sin embargo, él ya se había convertido en una o ya lo habían convertido. Para Orochi daba igual, Konoha había perdido su razón de ser si estaban transformando niños en máquinas de matar.

Naori se detuvo y lo miró con su ojo que emitía un brillo ígneo -no me vuelvas a gritar- dijo en un tono frio

-No me asustan tus ojos mágicos, Uchiha. Ya he enfrentado a tu señor y aun sigo vivo- grito Orochi de vuelta

Naori bufo hacia un lado y le respondió -eso solo fue porque Madara-sama es un hombre respetuoso y no se ensuciaría las manos con un mayor-

-Lo que sea, responde la maldita pregunta- le dijo el viejo Orochi al mismo tiempo que de las mangas de su kimono se asomaban varias decenas de serpientes. Estaban hechas de chakra y eran un jutsu silencioso, asesino y letal. Cualquier que fuera mordido una sola vez, vería a sus ancestros en el otro mundo.

Naori tampoco se intimido ante el amenazador despliegue de poder del viejo. Se mantuvo tranquila y le dijo -no eres el único que se está quedando sin tiempo, viejo Orochi. El futuro viene como si fuera un caballo que jala a sus espaldas el carruaje de la guerra. El niño debe estar preparado para ese momento, de lo contrario, cualquiera vendrá y lo matará-

-¿Tu?- pregunto Orochi en susurro de voz

Naori asintió con una mirada fría

Entonces Orochi desvaneció a las serpientes y se quedó mirando los oscuros escalones.

-Gracias- dijo Naori por preocuparse tanto de Kain

Lo cual provoco que Orochi elevara su rostro y mirara a ese ojo ígneo. Entonces asintió y dijo -seguro que el mundo se ha vuelto loco. Si les hubiera dicho a mis ancestros que algún día recibiría el agradecimiento de una Uchiha, se hubieran reído de mí-

Naori hizo una pequeña sonrisa casi imperceptible y dijo -sí, el mundo está loco-

Entonces, ambos siguieron caminando con dirección a la salida que se veía a un centenar de escalones por delante de ellos. Era un rectángulo brillante en comparación con el oscuro túnel.

-Creo que también me pondré serio en mis enseñanzas- dijo Orochi

Naori iba cinco peldaños por delante de él, pero al escucharlo se detuvo y lo espero. Entonces Orochi llego al mismo peldaño en el que estaba ella y la miró a los ojos. Ella hizo una pequeña sonrisa y de nuevo dijo -gracias- a lo que el viejo Orochi asintió con una sonrisa pocas veces vista. Ambos se tomaron de la mano y caminaron para salir de la cueva. A lo mejor, este era el pequeño gesto de cariño que nunca sucedió en su juventud. Una unión que pudo ser, pero por diferencias en los credos de cada clan nunca sucedió. Solo se convirtió en una historia que nunca se contara. Una serpiente blanca que en su juventud miró a la luna y se enamoró de ella.

Avanzaron con pasos seguros y firmes hacia la luz del mundo, más allá de esta cueva. Entonces al llegar a la salida, una vez más volvieron a ser Naori Uchiha y Orochi Senju, dos personas de diferentes clanes que se trataban con respeto, como dos viejos rivales. Avanzaron por el patio cubierto de nieve y cráteres y un grito furioso los detuvo en la entrada de la casa.

-¡Maldito mocoso!- grito Mito desde el interior de la casa. Sus pisadas se escuchaban intensas como las de un gigante. La puerta corredera que daba al patio se abrió de golpe y salió descalza. Entonces avanzo emanando el aire de un demonio y grito de nuevo -¡Kain! Trae tu pequeño trasero, tu maestra te enseñara a ser menos bullicioso-

Al mismo tiempo pasaba por al lado de los dos ancianos, sin ni siquiera pararse a mirarlos.

Orochi y Naori la quedaron viendo hasta que se perdió en la cueva. Aun así, sus gritos eran claros, Mito estaba cansada de los temblores y sobresaltos, y por esto, Kain iba a ser castigado.

-Un Uzumaki siempre será un Uzumaki- dijo Naori -no importa lo refinado que vista ni el aire que emane, siempre será una existencia irracional-

El viejo Orochi asintió en un gesto involuntario y después acompaño a Naori a tomar una taza de té verde. Una vez que se acabó, se puso su grueso haori y se despidió de Naori. Los dos se miraron con muchos pensamientos en mente, pero al final, nunca dijeron nada. A veces, las palabras sobran.

Por otro lado, Kain volvió una hora después, iba durmiendo en brazos de Mito, la cual tenía un rostro contento. Naori quería pensar que esta mujer era madura y justa, pero por dentro sabía que era demasiado infantil. De seguro ocupo sus clones para atormentar a Kain durante una larga sesión de entrenamiento.

Kain se levantó por la tarde y Naori lo llevo a comer al comedor. En ese momento todos estaban en sus propias habitaciones. Ya habían comido y el único que faltaba era Kain. Este último se sentó con los pies cubiertos por el cálido kotatsu y espero a su abuela. Ella volvió diez minutos después cargando una bandeja con varios pocillos humeantes. Los coloco delante de Kain y se sentó a su lado solo para tener el placer de verlo comer. Para una abuela ver su nieto crecer era su deleite y por mucho que Naori fuera estricta, adoraba a Kain. Él era su todo, al igual que lo fue su hija cuando nació.

-¿Cómo te fue con el entrenamiento?- le pregunto Naori al mismo tiempo que le peinaba los blancos cabellos.

-Mas o menos, abuelita- respondió Kain con la boca llena, Naori soltó una risita y tomo una servilleta para limpiarle los residuos de sopa que tenía en los labios

-gracias-

Naori dejo la servilleta sobre la mesa y continuo -¿Cómo es eso, más o menos?-

-Es que- dijo Kain mientras tragaba arroz. Parecía un pozo sin fondo que atacaba todos los pocillos sin ningún orden -solo puedo descargar un 5% de la técnica? -

-¿Hay algo que no entiendas?-

Kain negó al mismo tiempo que se relamía los labios -mis pulmones son muy pequeños- dijo -puedo superar las primeras barreras de la técnica siendo eficiente con el chakra, pero no pudo superar una debilidad física. Para poder hacer la técnica como se debe, tendré que esperar por lo menos hasta los quince o diecisiete años-

Naori asintió con una pequeña sonrisa. Que loco, pensó <ahora que hicimos una alianza nació el descendiente que nos podría haber dado la victoria contra los Senju>. Sin embargo, Naori negó. En esos años en que Uchiha y Senju luchaban, la mitad del mundo ardía en llamas. Si este niño luchara en ese momento podrían ganar, pero ¿A qué costo? se preguntó. Un mundo hecho pedazos carece de sentido. Ese era su pensamiento cuando apoyo la iniciativa de Madara Uchiha y aún lo sigue siendo.

-La felicidad y la libertad morirían rápidamente en un mundo hecho pedazos. A lo mejor, ni siquiera podrían haber nacido- murmuro Naori mientras le peinaba los blancos cabellos con la mano. Al mismo tiempo, Kain solo se preocupaba de mover los palillos y atiborrarse la boca con comida. Sin siquiera darse cuenta de que su abuela lo miraba con el más puro de todos los cariños.

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