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Suerte y perseverancia

Pequeña aclaración: Cada volumen es independiente del otro. Sigue su propia línea de historia y no se ve afectado por los volúmenes anteriores. Bueno, salvo por algún poder o habilidad que se viene arrastrando por el conocimiento y la personalidad del protagonista que va evolucionando. Volumen 1 Cross over entre nasuverso y Madam ou no Vanadis Volumen 2 viaje por Juego de Tronos, Señor de los anillos y Dark Soul 3 Volumen 3 Mushoku Tensei y Danmachi. Volumen 4 Naruto y muchos otros. -o- Kain, antiguo vástago del equilibrio. Renació en el mundo de Fate y vivió durante varios siglos. Sin embargo, al encontrarse con su viejo enemigo, el dios Hilden, lucho y perdió. Ahora su alma viaja a través del multiverso buscando el poder y la forma de volver a aquel mundo por la venganza. -o- Reglas del juego: 1.- No hay power up indiscriminados 2.- Todo se estudia y se gana hasta dominarlo 3.- El alma influye sobre el cuerpo, por ende, el cabello y los ojos siempre serán los mismo (ojos color lazuli y pelo blanco). 4.-La fuerza es proporcional al conocimiento adquirido, la técnica y la fuerza del alma. 5.- El nivel del mundo es proporcional al alma. Eso quiere decir que si el alma del protagonista es fuerte, irá a un mundo de mayor nivel.

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Capítulo 42 - Apócrifo - Viajera del tiempo y el espacio

En el origen, lo portales son infinitos. Se pueden contar durante toda la eternidad pero nunca llegaras a una cifra exacta. Ahora, con lo que se refiere a los mundos en sí. Cada uno tienes sus propias peculiaridad, niveles de fuerza y formas de magia. Por ejemplo, en el mundo en donde Kain conoció a Artoria, el mana y los elementos se movían libres, en grandes cantidades. No le costó mucho a Kain adaptarse y en gran parte, esto se debía a su alma. No estaba en su estado óptimo, pero al ser más fuerte que un alma normal, fortaleció su cuerpo. Le permitió tener lo que se podría decirse, una mayor salida de energía. Esto le permitió alcanzar un fuerza física cercana a los tres mil kgs.

Ahora claro, no todos los mundos son así. En el segundo en donde nació, Kain estuvo poco tiempo. No sabe si el mundo era así o su alma era la que estaba muy dañada, pero apenas corría mana. Los elementos naturales eran lo mismo. Todo estaba a un mínimo, lo suficiente para que exista la vida, pero no mucho para que ninguna raza destaque.

En el tercer mundo en el que vivió Kain, los elementos naturales estaban restringidos, flotaban con muy poca fuerza y el mana, apenas era perceptible. Ahí se encontré con una criatura extraordinaria. Una especie de no muerto, que dominaba el hielo, pero que dentro de los estándares del primer mundo, era muy débil. Ahora, para los estándares del mismo mundo, era muy fuerte, pero considerando que cerca de su ubicación había un Valle de los Valar, podría no haber pertenecido a ese mundo o a quien lo fabrico.

Para el cuarto mundo, todo era caótico y muchos de los cuerpos no tenían la capacidad de mover los elementos, ni el mana. Aunque claro, quien tenía el poder, podía dominar de manera abrumadora sobre los otros seres. Por ejemplo los elfos, seres amados por los dioses y la naturaleza. Aunque sus vidas eran largas, su dominio de los elementos estaba restringido. Algo que era de uso libre era el chamanismo, brujería y nigromancia. Un rey podía maldecir a toda una raza, obligarlos a vivir eternamente, solo por desobedecer un pacto. Los otros a su vez, como no tenían las formas ni la capacidad de contrarrestar esto, estaban obligados a aceptar esta situación. Era un mundo caótico.

Ahora, el quinto mundo es el epitome de la fuerza. Todo está regido por la fuerza del alma. Los cuerpos eran un treinta por ciento más débiles que los cuerpos normales, pero tenían una capacidad de supervivencia superior. Pueden recibir heridas letales, pero así como se dañan, así se sanan. La estructura de los cuerpos es tan débil que el menor indicio de corrupción, por parte de algún elemento, cambia la composición física. Esto en muchos casos puede transformar a los seres humanos en monstruos.

Se han dado casos de seres humanos que se han convertido en vegetales, setas, para ser más específicos. No obstante, ese no es el único caso. Uno cercano fue el rey Oceiros, que al practicar demasiado un tipo de magia y no ser destruido, muto en una especie de drag��n descamado. Ahora también están los casos como los de las catacumbas de Carthus. Un lugar en donde los no muertos perdieron su carne, pero aun así, solo con sus huesos, siguen moviéndose sin ninguna limitación. Un último caso sería los demonios, de lo que alguna vez fue Izalith. Ellos en un principio fueron humanos, pero al recibir la bendición de la diosa y recibir la fuerza del caos, mutaron. Los últimos vestigios muestran a criaturas con cuerpos demoniacos. Esto no se produce por la maldad del corazón, los pecados ni nada que tenga que ver con el bien y el mal. Es solo la influencia del caos sobre las almas, y posterior, sobre el cuerpo.

-o-

¿Haz pensado en el momento perfecto para hacer algo? Con la magia es lo mismo. La emisión de energía se podría dividir en infinitas partes, pero para términos prácticos solo consideraremos tres. Emisión, concentración y dispersión. El primero de los estados, marca el punto de partida, donde la energía está, pero se encuentra dispersa. El segundo es donde se concentra en un punto determinado y te permite ejercer la "magia". El tercero, es el estado en donde la energía vuelve a donde se origino o se transfiere a otro cuerpo. Esto se produce por la incapacidad de hacer resonar la energía con la magia (elemento) o sencillamente, no la ocupaste en el momento propicio.

Supongamos por un momento, que tenemos un clavo y dos engranajes que se unen en un punto medio. El clavo está en tu mano y tienes la posibilidad de bloquear ambos engranajes una vez que se unen. Si lo haces, tu mano quedara estirada, el clavo introducido entre los dos engranajes y estos últimos, no se podrán mover. Esos se podría considerar el estado de concentración, en donde la energía resuena con el elemento y genera la magia.

El estado de emisión, es cuando tu brazo está en el proceso de estirarse. No hay un contacto, no hay reacción, pero la energía está, es solo que no ha llegado a su punto requerido. Por otra parte, el estado de disipación, es cuando la fuerza no se conecta con el objetivo o se conecta mal. El clavo no se engancho al engranaje y por ende, tu brazo se contrae hasta el punto de partida. Otro posible caso de disipación, es que el clavo quede enganchado a uno de los engranajes y este ultimo se lo lleve. Sería como transferir energía a un objeto, la cual no regresa.

Una vez que se entiende el proceso de emisión de energía, podemos decir que es único en cada organismo. La velocidad de emisión de energía varia de persona a persona. Uno son mas rápidos que otros y esto se debe a los canales que transportan la energía. Cada canal genera un diferente nivel de fricción, esto hace que la capacidad de emitir energía se vea restringida y por lo tanto, cada persona tenga su propia velocidad de hacer magia. Existen diversos objetos que ayudan a expandir estos canales y aumentar tu velocidad de emisión, pero aun así, cada canal tiene su propia velocidad.

Ahora, volviendo a nuestra pregunta ¿Has pensado en el momento perfecto para hacer algo? El instante de concentración, es el momento perfecto, en donde la energía corporal resuena con el elemento. Por otra parte, Cuando hablamos de resonar, tenemos que decir qué todo los elementos tienen su propio sonido. Como la tonada de un instrumento. Cuando la energía genera ese sonido, resuena con el elemento y se manifiesta. Es como si la energía de tu cuerpo tratara de tocar una melodía que atraiga al elemento que existe en el aire y lo atrajera a tu mano para que lo ocupes.

-o-

-¿Qué haces Kain?- pregunto Eliana mientras entraba a la biblioteca de Kain

-Estoy escribiendo mis apreciaciones sobre la magia- dijo mientras continuaba escribiendo

-Esa cosa de resonar con la magia-

-Jajajajaj, así es Eliana, esa cosa de resonar con la magia-

-¿No te aburres?-

-No, no me aburro. Ahora vives en este mundo pintado, hay pocas cosas que te puedan dañar, y a lo mejor por eso no lo entiendes, pero ser fuerte es importante-

-Puede ser, ¿vamos a pasear?-

-Fú, ok, vamos a pasear-

-o-

Mientras Eliana y Kain caminaban por un pastizal, miraban como estaban empezando a crecer árboles, solo eran pequeñas ramas que apenas sobresalían de la tierra, pero era una vista esperanzadora. El mundo estaba creciendo, expandiéndose a cada paso y abriéndose camino hacia el mañana. Mientras tanto, Kain y Eliana conversaban con respecto a la magia.

-Haz podido hacer un gran orbe de caos- pregunto Kain mientras avanzaba por la montaña. Iba unos pasos por detrás de Eliana

-Sabes que no me gusta- respondió Eliana mientras avanzaba por la montaña. Ponía mucho cuidado en no pisar los brotes de árboles

-Fú, Eliana, sabes que no se trata de que te guste o no. Por favor práctica, no quiero tener que andar encima de ti para que cumplas con tus deberes-

-Ok, ya lo sé-

-Al parecer no lo recuerdas, porque cada vez que te pregunto me respondes lo mismo-

-¿No te aburres?-

-No, no me aburro. Eliana, eres una diosa que vivirás muchos años, debes volverte autosuficiente-

-¿Te vas a ir?- pregunto Eliana dándose la vuelta y mirando a los ojos con preocupación

-No ¿Qué te hace suponer eso?-

-No lo sé, cada vez que te escucho decir lo mismo, me da la impresión de que en cualquier momento te iras-

Kain se acercó y la abrazo, le dio un beso en la frente y le dijo -no me voy a ir, pero no puedes esperar a que te acompañe para toda la vida. El mundo es muy grande, lleno de cosas por descubrir, algún día tú te vas a querer ir y yo necesito saber que al menos te podrás defender-

Eliana asintió mientras escuchaba los latidos de Kain. Era un ritmo lento, calmado, que emitía el calor del verano. La hacía sentir como un gato frente a un pastizal soleado. Le daba la calma y le producía un sueño agradable. De repente paso un viento helado y la saco de su ensoñación, miro alrededor, no había nada, pero sintió la incertidumbre en su corazón. Miro hacia arriba, vio los intensos ojos lazuli de Kain. Este último le sonrió y le pregunto -¿quieres seguir paseando?-. Eliana asintió, tomo la mano de Kain y lo llevo por toda la montaña. Caminaron durante horas, hasta que llego el medio día y volvieron a su casa.

-o-o-

-o-o-

En un oscuro callejón, estaban dos personas. Un hombre y una mujer. El hombre es negro, tanto así que se mimetiza con la oscuridad y lo único que se distingue a la distancia es su polera ploma. Su nombre es Simón, mide uno noventa y es una especie de cazarrecompensas de un futuro lejano. Clandestinamente junta información para un grupo de resistencia, pero en estos momentos está despidiendo a una amiga. Ella por otra parte es blanca, de ojos verdes y pelo blanco. Ambos se conocieron hace dos meses, en este mismo lugar.

Simón en aquella época había recibido la golpiza de su vida. Un grupo rival lo intento amenazar, mandaron un robot para matarlo, pero se las apaño. Termino muy mal, con varios huesos rotos y cortes profundos en sus brazos. Nada de gravedad, más allá de la pérdida de sangre. En ese momento sentía que le faltaban las fuerzas, pero de repente se creó una explosión de luz y apareció esta mujer, Ciri, que dentro de todo parecía una guerrera medieval. Vestía una hermosa armadura de escamas y solo su rostro era visible debajo de esa capucha. Ella lo vio tirado en el suelo, le empezó a hablar en un lenguaje extraño. Simón no la entendía, pero pensó que se estaba muriendo. Dios le había mandado un ángel para que lo rescatase de esta tierra, o al menos lo escoltara al infierno. Él no se encontraba un buen hombre, vivía en el sub mundo. Era claro que había hecho cosas que se merecían un castigo, así que le puso el pecho a las balas y se dijo así mismo, que algún día iría al infierno. Pero demonios, lo haría con una sonrisa, las más masculina y feroz que pudiera poner.

Al final Simón no murió. Vivía en el sub mundo, así es, en ese lugar podías ser feroz, violento y hasta cruel, pero debías saber agradecer cuando alguien te salvaba el culo. As�� que ha estado cuidando durante dos meses a Ciri, al menos así lo vio él. Sin embargo, la chica medieval le salvo el culo varias veces. La primera vez quedo impactado. Vinieron cuatro robots, de esos que solo los envían a matar al puto presidente. Simón se dijo así mismo que estaban muertos. Pero la chica medieval, apunto con sus manos y lanzo cuatro enormes balas de color celeste. El hecho es que hizo añicos a las máquinas y lo salvo.

Con el tiempo, Simón le fue enseñando el lenguaje, se engancho a ella y cuando la quiso cortejar, ella lo rechazo. ¿Desde cuándo no le pasaba esto?. ¿Desde el puto orfanato? Mas o menos, el hecho es que ella le explico que estaba embarazada, se había separado de su hombre de forma temporal, pero era cosa de tiempo para que se reencontraran. Bueno, ella pudo decir eso, pero Simón vio la duda en sus ojos. Al final Simón se metió sus sentimientos por donde nunca nace el sol y siguió adelante.

-Cuídate chica medieval- dijo Simon -ten cuidado con mostrar tus poderes, sobre todo en esta época, te podrían meter en un probeta y diseccionarte-

-jajaja, lo tendré en cuenta Simón, cuídate- dijo Ciri con una hermosa sonrisa

-Mmm-

Ciri hizo un ademan con las manos y creo un portal. Paso por él y abandono ese mundo.

-o--o-

Ciri apareció en otro lugar, una especie de bosque. A lo lejos se veía unas enormes murallas y en su centro, un enorme castillo de un color blanco prístino. Era hermoso, tan grande y majestuoso como Anor Londo, pero de un color esperanza. Ciri miro su anillo, le dio un beso, se concentró y saco sus cosas. Se cambio la ropa que le había regalado Simón y se puso su armadura.

-Aaah- exclamo con alivio -este sentimiento, ahora sí, aunque esa ropa era ligera, no me sentía segura-

Ciri termino de colocarse su armadura, se ciñó su espada y empezó a caminar por el bosque. Camino durante un kilómetro y llego a un camino de tierra, era amplio y se podían ver algunas carretas a la distancia. El camino estaba separado por zanjas. Este sentimiento era agradable, era familiar, era como su mundo. Aunque no tan civilizado, era un mundo relativamente pacifico. No era el mundo de las almas, en donde todos habían perdido las esperanzas. Sin embargo mientras ella pensaba en eso escucho un grito. Salió corriendo y a cincuenta metros del camino, en medio del bosque había una carreta. Unos hombres estaban tratando de violar a una mujer, habían matado a todos los acompañantes y ahora que tenían el botín, se iban a dar un festín.

-Detente- grito Ciri -¡déjala!-

-Jejeje, mira lo que tenemos aquí. ¡Muchachos!, ahora tenemos otro botín-

Ciri frunció el ceño ante las palabras de estos tipos, solo eran diez, pero eran demasiado engreídos. Ciri corrió a toda velocidad, desapareció en el aire y apareció de nuevo. Le corto la cabeza al hombre que dijo las anteriores palabras y siguió cortando a los otros.

-o-

Ahora Ciri iba en un caballo, escoltaba a la que sería la sobrina de un importante mercader. Ciri no le dio mucha importancia, pero estaba feliz de no tener que aprender el lenguaje de esta tierra. Por otra parte, Inés, la sobrina del mercader, le conto que se dirigía a Camelot, una tierra gobernada por un rey justo. Ahí la esperaba su tío y su pretendiente. Ciri la fue escuchando, pero llegado su momento, apago su cerebro. Estaba harta de las pretensiones de princesita de Inés. Era como una muñeca que solo esperaba ser salvada, alagada por ser hermosa y mantenida. Ciri pensó que era tonta, con el tiempo su belleza se ira y su maravilloso pretendiente, se buscaría a una esposa más joven. No le dijo nada porque Inés dentro de todo era simpática, pero era la realidad, al menos así lo vio Ciri.

Un caballero de colores negros y lilas avanzaba en el sentido contrario de la carretera. Iba montado en un caballo blanco y su rostro era visible. Tenía la mirada de un servidor, fría y distante, que no reflejaba más que su deber. Él se paró frente a Ciri e Inés. Se quedaron mirando durante un minuto y Ciri fue la primera en hablar.

-Buenas tardes, Soy Ciri- dijo -está detrás de mí es Inés, ¿en qué te podemos ayudar?-

-Por solicitud del primer ministro- respondió el caballero -he sido enviado a escoltar a la srta Inés. Dime ¿Qué paso?-

Ciri iba a responder, pero Inés dio un grito de histeria -¿usted es uno de los caballeros de la mesa redonda?- el caballero asintió e Inés continuo -muchas gracias, no sabría que me hubiera pasado si esta campesina me hubiera seguido acompañando, a pesar de que es educada, no sabe su lugar-

Ciri abrió los ojos como platos, estuvo a punto de patear a Inés del caballo, pero considerando el estatus de esta mujer, se guardó su molestia. Inés por otra parte, no le importaron los sentimientos de Ciri. De un salto se bajó del caballo y camino hasta el caballero, como exigiéndole que la lleve en su caballo. Pero este último le dio una mirada fría, después miro a Ciri pero esta negó con su cabeza y el caballero acepto. Estiro su mano para ayudar a Inés y la sentó sobre su montura.

El caballero se dio la vuelta para emprender su camino de regreso, pero antes de eso dijo -mi nombre es Galahad. Ven conmigo a Camelot y en el camino cuéntame que paso. Tu recompensa será de acuerdo a tus servicios-

-Sir Galahad- dijo Inés -esta campesina no necesita recompensa, ya tiene uno de mis caballos, eso es más que suficiente-

Galahad le dio una mirada fría y le dijo -eso lo decidirá el rey-

-o-

-Bonito lugar- dijo Ciri admirando el hermoso castillo de Camelot con sus grandes torres y hermosas calles.

-Gracias- respondió Galahand, no parecía ni complacido ni enojado. Ciri apostaba que solo lo dijo por cortesía

-Ciri, pareces una campesina, bueno, no puedo culpar a alguien de tu baja procedencia- añadió Inés en un tono pedante

Ciri torno los ojos al cielo, no sabe cuántas veces esta mujer, que en un principio parecía simpática, le ha dicho la misma mierda. Si no estuviera Galahad, ya la hubiera matado.

Después de pasar por las caballerizas del castillo, Galahad entrego a Inés a unos caballeros. Ellos se preocuparían de ir a dejarla con su tío. Por otra parte, Galahad llevo a Ciri hasta unos aposentos dentro del castillo. Le dijo que serían temporales, por mientras debería espera a que el rey tenga tiempo para recompensarla. Ciri agradeció esto, le pregunto en dónde podía intercambiar un poco de oro por la moneda local. Galahad la llevo a la tesorería y le cambiaron un lingote de oro. Después de eso Ciri fue al mercado de Camelot, miro varias plantas, pensó que a lo mejor, Kain estaría encantado de comprar todas estas cosas, pero después se sintió nostálgica. Decidió sentarse en una plaza y paso toda la tarde contemplando el cielo. Era lo único que le recordaba a él.

-o-

Ciri paso una semana paseando por Camelot, algunos nobles la molestaron, pero gracias a la ayuda de los caballeros de la mesa redonda, no llego a mayores. En Camelot, si no fuera por los nobles, todo sería muy correcto y ordenado. Por otro lado, para los ciudadanos, su rey era su orgullo, comportarse de mala manera solo sería una manera de deshonrarlo. Para mucha gente, el rey Artoria, era el epitome de la justicia y la rectitud. Sentían que dios los había bendecido en gran manera con su existencia. Bueno, casi todos los ciudadanos pensaban así. Los nobles no tenían una buena impresión, cuestionaban la palabra del rey y siempre estaban tramando cosas.

-Es un lugar complicado- exclamo Ciri sobre su cama -debo irme lo antes posible. Meterse en los problemas de este reino sería un error-

Tok Tok, sonó la puerta. Ciri estaba desnuda, así que les pidió tiempo. Después de ponerse sus ropas, abrió la puerta y se encontró con tres mucamas. La mayor de ellas, una mujer sus cuarenta, hablo -mi señora, se ha decidido que su cita con el rey será mañana. Necesitamos revisar que esté en condiciones-

-ok, eeehh, ¿A qué se refiere?- pregunto Ciri con duda

-Que tengas tu ropa arreglada, estés limpia y no apestes como la mayoría de los caballeros- respondió la mujer con un tono estricto

-Puedo hacer eso sola. Además me baño todos los días-

-No se preocupe, tengo mucha experiencia, yo la atenderé en persona-

-Fú, ok, lo que sea, pero solo pasa tu-

La mucama hizo un ademan y las jóvenes mucamas se fueron.

-o-

Mientras Ciri estaba en una batea con agua caliente, la mucama le jabonaba la espalda, hacía todo tipo de comentarios. Como que tenía una piel hermosa, demasiado impecable para un caballero. Ciri sonrió ante este tipo de comentarios, se rio, pero nunca le conto su secreto.

-Dime ¿Cómo es tu rey?- pregunto Ciri

-El mejor que podríamos tener- respondió la mucama

-Eso no me dice mucho-

-Sir Ciri, no se preocupe, él nunca te hará daño a menos que usted trate de hacer algo fuera de la ley. Ya se lo dije, nuestro rey es el mejor- Ciri no comento nada más, pero la mucama continuo -últimamente anda de muy buen humor. Se le ve más enérgico, puede que sea por el joven príncipe de otra tierra-

-Ooooh, cuéntame-

La mucama se acerco mas a Ciri y le dijo -hace unos años, vino un príncipe, fue traído por el mago de la corte. No se sabe mucho, pero se cuenta que tiene una relación especial con el rey. Las malas lenguas dicen que son mas que amigos-. Ciri se volteo y la miro a la cara, la mucama tenía una mirada lasciva y asintió encantada.

-O-

Al otro día, Galahad se paró firme en el salón del trono frente al rey y a una multitud de nobles. Saco un pergamino y hablo en un tono solemne -Cirilla Fiona Elen Riannon. Por tus servicios, tu gallardía y tu desinteresada acción, al salvar a la sobrina del primer ministro. Te concedemos un premio de cien monedas de oro, un caballo y la nacionalidad del reino. Felicitaciones, ahora eres ciudadana de Camelot-

-Gracias, por sus consideraciones- dijo Ciri en un vestido verde de dama noble.

Desde el trono, una voz femenina, que trataba de sonar masculina se escuchó por todo el salón -que este premio, no sea solo una recompensa, sino también un incentivo a permanecer con un carácter justo y recto-

Ciri miro al supuesto rey. En el futuro hay muchas mujeres como esta, que a pesar de haber nacido de una manera, tratan de hablar como hombres. Ciri no entiende porque fabrica esta personalidad, pero para ella es claro, el rey Artoria, debería ser la reina Artoria.

-Gracias por sus sabias palabras rey Artoria- respondió Ciri hincándose sobre su rodilla derecha

Artoria sonrió de manera inusual y le dijo -mi mago me dijo que tienes alguna habilidad con la magia ¿Por qué no conversamos mientras tomamos el té-

-¡¿Eh!?- exclamo Ciri con incredulidad mientras levantaba su rostro para mirar al "rey"

-No te preocupes- dijo un hombre de ropas y cabello blanco. De repente apareció al lado de Ciri y le dijo -yo solo lo sé. Además, te sorprenderás si acompañas a mi rey-

-¡¿Eh?!- Ciri no pudo pensar en otra respuesta. El hombre a su lado tenía una mirada picara, algo desvergonzada, como si estuviera preparando una broma. Ciri no supo que decir, pero Artoria los presento -Fú, ese hombre es Merlín, que en algún momento de locura lo nombre mago de la corte-

-Jejejejeje, no tienes que decir eso Artoria, me vas a hacer sonrojar- respondió Merlín

-No te estoy alabando-

-o-

Los tres, Artoria, Merlín y Ciri caminaban por los majestuosos pasillos del castillo. El rey por alguna razón, llevaba unas túnicas más simples, de un color azul con bordados dorados. Parecía un tierna chica, en lugar del solemne rey que vio en la mañana. Para Ciri era claro que era una mujer, pero no se enteraba, porque toda la gente pensaba que era un hombre. Al final soltó un suspiro y de repente escucho al mago hablándole en susurros.

-Por favor no digas nada- dijo Merlín -es mejor así, la relación del rey y el reino es un poco complicada-

-Ok- respondió Ciri -pero dime ¿Cómo supiste que sé magia?-

Merlín levanto la barbilla, poso su mano contra su pecho y dijo -porque soy genial-

-Me gustaría que conocieras a mi hombre, ¿a ver si todavía vas a mantener tus bromas?-

-Oh, pero lo conozco-

-¿AH?- exclamo Ciri con fuerza

-Shiii- le dijo Merlín -no grites tan fuerte, después te explicare. Ahora, escucha con cuidado-

-¿Qué sucede Merlín?- pregunto Artoria, tenía el ceño fruncido y lo quedo mirando mientras esperaba una respuesta.

-Nada, tranquila, solo sociabilizando con mi amiga aquí-

-No la molestes-

-No la molesto-

Artoria miró a Ciri y le dijo -si este viejo te hace algo, dime y lo pondré en su lugar-

Ciri hizo una reverencia y le respondió -sí, su majestad-

Artoria la vio y soltó un suspiro. Se dio la vuelta y comento -falta más gente como Kain-

Merlín mostró una gran sonrisa y dijo -¿Qué pasa mi tierna Artoria? Ya lo extrañas, solo hace unos meses que tú y mmmmmmm-

Merlin no pudo continuar, ya que Artoria corrió, le tapó la boca con ambas manos y lo amenazo -cállate, que puedas ver los sueños no te da derecho a ver en los míos, te acusare de lesa majestad y te mandare a la horca-

-mmmmmmmm- Merlín trato de defenderse, pero ninguna palabra salía de su boca

Ciri por otra parte los miraba, parecía una relación familiar. De repente se largó a reír, pero se disculpó -lo siento su majestad-

-No hay problema- respondió Artoria tratando de recobrar su porte de rey -solo no escuches a este viejo-

Artoria siguió caminando, como si nada hubiera pasado, pero sus mejillas ruborizadas la delataban.

Por otro lado, Merlin miro a Ciri y le dijo -no digas nada por favor, incluso si descubres con quien estas hablando. Podría afectar muchas cosas, incluso tu encuentro con él-

-¿De qué hablas?- pregunto ella confundida

-Del destino, cuando sabemos del futuro, con o sin intensión lo cambiamos-

-No te entiendo-

-Ya lo entenderás, solo te pido que tengas consideración de mis palabras ¿bien?-

-Bien, espero que no me estés metiendo en problemas-

-No, para nada. Pero créeme, te sorprenderás-

-o-

El rey no se callaba nunca. Ahora que Merlín se mantenía tranquilo, Artoria se acerco a Ciri. Le dijo que compartirían con alguien especial, "un amigo". Le hablo de él, le dijo sus buenos puntos y sobre todo, le dijo que no lo juzgara por su mal carácter, a pesar de que se ve intimidante, es una buena persona. Ciri la escuchaba, pero después de diez minutos de la misma conversación, ya estaba cansada. Artoria se callo, se sintió algo avergonzada después de darse cuenta de lo que decía y camino delante de ellos.

-Ella está preocupada de la imagen de su amigo- le dijo Ciri a Merlín

Merlín asintió con una sonrisa incomoda y le respondió -bueno, la mayoría de los caballeros no tienen una buena opinión de él-

-¿Es tan malo?-

-Fú, más o menos. En su reino, no quedan más de ¿diez familias nobles?. Nunca se ha corroborado, pero parece que ha matado a la mayoría, también es muy fuerte y arrogante-

-¿eso es lo que piensas tu?-

-Es mi amigo, es una persona justa, nunca ha matado a nadie inocente. Lo puedo jurar-

-Entonces no parece tan malo-

-Así es, pero no todo el mundo piensa así. Sobre todo los nobles-

Cuando terminaron de caminar, llegaron al final de pasillo, casi al otro lado del castillo. En ese lugar había un jardín, tenía cuatro naranjos y los bordes estaban llenos de flores. En el centro había una mesa, cuatro sillas y un muchacho. Lo acompañaban dos sirvientas, todo era risas, hasta que llego Artoria y le dio una mirada acusatoria. El muchacho sonrió tranquilo, pero las sirvientas, se pusieron nerviosas. El rey Artoria le pidió que se fueran y después le presento a Ciri.

-Esta persona se llama Sir Cirilla- dijo Artoria en un tono amable -por consideraciones de este viejo, te la presento-

El muchacho miro a Ciri, sus ojos eran afilados, casi penetrantes. Por otro lado, Ciri sintió que bajaba la temperatura y solo cuando el muchacho aparto su vista, sintió que el mundo se volvió a mover. El muchacho miro a Artoria y sonrió, esta última soltó un suspiro y se sentó al lado de él. Ambos parecían tener un entendimiento mutuo, pero para Ciri no era agradable estar cerca de dos amantes, que más encima la ignoraban.

-Vamos- dijo Merlín -siéntate aquí- y le ofreció un asiento.

El muchacho converso con Artoria, sirvió dos copas de vino y después le paso una. Ella aun parecía molesta por su actitud, pero ante este gesto suavizo su expresión. Cuando probo el vino, cerro los ojos y después le dijo -debes presentarte, ¿recuerdas?-

El muchacho soltó un suspiro, pero igual lo hizo -mucho gusto Cirilla, Kain Lemuria- dijo sin darle la mayor preocupación, ni siquiera hizo una reverencia.

-Mucho gusto- respondió Ciri

Después de eso, Kain siguió conversando con Artoria e ignoro a Merlín y Ciri. Esta última lo miraba, revisaba sus memorias, pero no recordaba donde lo había visto. Su actitud era una mierda, pero los gestos y su forma de hablar le recordaban a alguien.

-Sorprendida- le susurro Merlín

Ciri lo miro y le contesto -siento como que lo he visto en alguna parte, pero no lo recuerdo-

-Sus ojos-

Ciri lo miro bien. Esa tes pálida, casi élfica. Ese pelo largo, blanco, casi brillante. Sus ojos de un color lazuli intenso. Y después de mirarlo por un instante, reacciono -él es, pero no-

-¿Qué no puede ser Cirilla?- pregunto Kain, tenía una sonrisa en su rostro, pero sus ojos no decían lo mismo.

Merlín se rio y le dijo -no es nada, solo estábamos admirando al príncipe de Lemuria-

-Jajajaja, trata de no admirarme mucho- después de eso, Kain los volvió a ignorar y siguió conversando con Artoria.

Ciri por otra parte, le susurro a Merlín -¿estás seguro?-

-Es la misma persona, solo ha cambiado su personalidad y color de piel- dijo -también me sorprendí cuando vi tus sueños, no parecían igual, pero son la misma persona. Solo hay una persona en todo el mundo que tiene esa espada-

-Te refieres a…-

-No lo digas, así es, esa espada-

-Es un imbécil en esta época-

-Solo no se conocen, por eso no te pone atención. Aunque fueras la mujer más hermosa del mundo, no te pondría atención. Además, tiene muchas esposas, solo eres una mujer bella delante de sus ojos-

-¿Cuántas tiene el hijo de puta?-

Merlín sonrió -más de diez-

Ciri apretó su puño, pero no dijo nada, ya conversara con él cuando se vean.

-Dime ¿quieres que te ponga atención?- pregunto Merlín

-¿Para qué?- respondió Ciri algo frustrada

-Bueno, siempre es más agradable que ser ignorado-

-Bueno-

Merlín se paró, llamo a las sirvientas, les pidió un vino, uno de los mejores y después dijo -Artoria, Kain, ¿A qué no saben que celebramos?- lo quedaron mirando, y como Merlín obtuvo su atención, dijo -Ciri aquí, está embarazada-

Artoria se acercó y le dio un abrazo -felicitaciones, ¿Cuántos meses tienes?¿es difícil?¿Qué se siente?-

Kain por otra parte, la quedo mirando, sus ojos se encendieron con electricidad. Asintió varias veces y por alguna razón, su mirada se volvió cálida. Ciri lo quedo mirando, esos ojos si los recuerda, esos ojos cariñosos, llenos de cuidado. Él estiro su mano, hizo aparecer una caja y la movió cerca de ella -esto son cosas que te ayudaran. Es mi buena voluntad para la vida que viene a este mundo. Espero que seas feliz. Ser padre o en tu caso madre, es una gran tarea y una terrible responsabilidad, espero que lo hagas bien-

Ciri asintió entre lagrimas, no supo que responder, pero el cálido abrazo de Artoria, le dio consuelo. Este no es su Kain, pero espera encontrarlo en un futuro cercano.