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Suerte y perseverancia

Pequeña aclaración: Cada volumen es independiente del otro. Sigue su propia línea de historia y no se ve afectado por los volúmenes anteriores. Bueno, salvo por algún poder o habilidad que se viene arrastrando por el conocimiento y la personalidad del protagonista que va evolucionando. Volumen 1 Cross over entre nasuverso y Madam ou no Vanadis Volumen 2 viaje por Juego de Tronos, Señor de los anillos y Dark Soul 3 Volumen 3 Mushoku Tensei y Danmachi. Volumen 4 Naruto y muchos otros. -o- Kain, antiguo vástago del equilibrio. Renació en el mundo de Fate y vivió durante varios siglos. Sin embargo, al encontrarse con su viejo enemigo, el dios Hilden, lucho y perdió. Ahora su alma viaja a través del multiverso buscando el poder y la forma de volver a aquel mundo por la venganza. -o- Reglas del juego: 1.- No hay power up indiscriminados 2.- Todo se estudia y se gana hasta dominarlo 3.- El alma influye sobre el cuerpo, por ende, el cabello y los ojos siempre serán los mismo (ojos color lazuli y pelo blanco). 4.-La fuerza es proporcional al conocimiento adquirido, la técnica y la fuerza del alma. 5.- El nivel del mundo es proporcional al alma. Eso quiere decir que si el alma del protagonista es fuerte, irá a un mundo de mayor nivel.

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Capítulo 39 - Alma Oscura

-Kain, no me gusta que sigas utilizando oscuridad. Tiene una tremenda eficacia, pero aun no controlas su poder ¿y si empeoras?- se quejo Elizabeth mientras veía caer los caballeros anillados.

-o-

Después de la segunda semana de buscar la resonancia entre su alma y la oscuridad. Kain se sintió mejor, mucho mejor. No podía decir que se había librado de influencia de la oscuridad, pero ahora estaba en un estado estable. Cuando él sintió que lo peor ya había pasado, le dijo a Elizabeth que fueran a visitar a Shira. Que le contaran que habían matado a Midir y le pidieran una audiencia con Filianore. Elizabeth estuvo un poco dudosa al principio, sin embargo, después de que Kain insistiera, ella accedió. De esta manera, Kain y Elizabeth hicieron su camino a través del pantano y subieron la escalinata que daba a la torre de Shira. Avanzaron a paso lento y a mitad de camino, se encontraron con caballeros anillados. Kain esta vez le dijo a Elizabeth que se lo dejara a él. De esta manera él le demostraría que estaba bien. Elizabeth accedió sin saber lo que pasaría.

Kain empezó a emitir grandes cantidades de magia de oscuridad y poderosos maleficios. Los caballeros anillados, a pesar de estar bautizados por la oscuridad y vivir en ella, poco pudieron hacer. Una vez que Kain los golpeo, sus cuerpos se volvieron arena. Elizabeth presencio esto con horror. Era un poder que los mismos dioses temerían. Sin embargo, entre medio de sus pensamientos se formó una conexión. Entendió porque el dios Gwyn creo esta ciudad y porque nunca quiso que los pigmeos salieran de ella. Lo más probable es que los pigmeos hubieran entendido mejor el mundo, su poder y hubieran gobernado por sobre los dioses.

-Kain, no me gusta esta magia- dijo Elizabeth.

Sin embargo, a pesar de las quejas, Kain estaba encantado. Mientras más utilizaba la oscuridad, más entendía cómo funcionaba. La oscuridad era algo como la destrucción, pero a un nivel elevado. Tomaba los cuerpos, los separaba en partículas tan pequeñas que los devolvía a su estado original. La oscuridad no era algo malo, solo un elemento difícil de controlar y entender. Por regla general, todos los seres vivos buscan la unión y la vida. Pero la oscuridad era diferente, era la opuesto a la vida y buscaba separar y retornar todo a su estado original. Por ende, cuando la oscuridad golpeaba a alguien o algo, lo separaba y lo convertía en polvo.

Kain salió de sus pensamientos y le respondió -no te preocupes, poco a poco voy dominando este elemento. Una vez que lo domine, la luz solar, el caos y el cristal no serán nada-

Elizabeth frunció el ceño, reviso que Kain estuviera bien y le dijo que caminaran. No quería discutir con él, así que prefirió creerle. Kain por otra parte, soltó un suspiro y la siguió. Era difícil explicar algo que solo uno puede entender. Bueno, también estaba la teoría y la capacidad de resonar con la magia. Ese libro le abrió una tremenda puerta. Le abrió la mente a nuevas ideas. Ahora solo le faltaba tener la capacidad de emitir más energía. Kain se preguntó, ¿Cómo puede Ciri resonar con el espacio y el tiempo?. Ciertamente había algo especial con su cuerpo. Kain una vez que se acordó, sintió que debió ser más directo y pedirle una muestra de su sangre. Pero dándole otra vuelta al asunto lo desestimo. Si él hubiera hecho eso, no sería mejor que las personas que la perseguían.

Mientras Kain pensaba en Ciri, llegaron frente a la torre de Shira. Golpearon un par de veces, pero ella no les contesto. Kain frunció el ceño, abrió la puerta y al entrar, no encontró nada. Shira se había ido y solo quedaba una especie de capilla. Kain apretó su puño y molesto, pateo una silla. Esa mujer quería apartarlos de Filianore desde un principio. Ahora su única pista se había esfumado. Kain se sentó en la pequeña escalinata que antecedía a un altar y pensó en cuales eran sus opciones.

Elizabeth lo vio, se sentó a su lado y al rato le dijo -Kain, no te preocupes. No es el fin, solo nos retrasa. ¿Qué tal si intentamos subir al monasterio que esta sobre la montaña?-

Kain quedo en shock. Se pregunto porque no se le ocurrió algo tan obvio. Por qué no había explorado cada rincón, como lo hacía antes. Entonces levanto la vista, miro a Elizabeth, le dio un apasionado beso y le dijo que caminaran. Que había que encontrar respuestas.

-o-

-Que ofensivo- dijo Kain mientras miraba una estatua. Era la estatua del dios Gwyn y el insignificante pigmeo (al menos así lo retrataba la escultura). Mientras el gran y benevolente dios Gwyn estaba de pie de manera imponente. El pigmeo, estaba agachado, pequeño, débil y temeroso como un animal.

-¿Así fue el hombre que creo este mundo?- pregunto Elizabeth en shock. Lo que le enseñaron a ella, fue que los dioses eran benevolente y magnánimos. No que eran tan soberbios para mostrarse hacía mismos tan altivos. Era como, que ellos pensaran que el resto de los seres vivientes eran insignificantes. Pero después, Elizabeth miro a Kain. Él le demostró el poder de la oscuridad. Ella vio cómo los poderosos y casi invencibles caballeros anillados, cayeron como si estuvieran hecho de barro. Elizabeth algo cabizbaja, miro al suelo y se sintió engañada. Los grandiosos dioses que le mostraron en su niñez, solo eran humanos con más fuerza y más conocimientos, pero al fin y al cabo humanos.

Kain vio esto, la abrazo y le susurro en el oído -déjalo ser Eli. Recuerda que lo hacemos por el mundo, por el ciclo de las almas y para que no hayan más sacrificios-

Elizabeth asintió, se paró en la punta de sus pies y le dio un pequeño beso. Ella se aferró a Kain y le dijo -gracias-

-o-

En la cima de la montaña que antes era resguardada por Midir, había un camino. Este estaba hecho de piedra natural, medía cuatro metros de ancho. Por otro lado, fuera de ese camino habían quinientos metros de precipicio a cada lado. Elizabeth y Kain avanzaron por ese camino para llegar a una gran capilla que había al final del camino. Era un enorme templo de quince metros alto. Estaba adornado con finos detalles y una enorme puerta de por lo menos, cinco metros de alto. Antes de la iglesia, había un altar y a su lado, un caballero anillado con dos enormes espadones. Kain camino para matarlo, pero fue detenido por Elizabeth. Ella le dijo que era su turno de luchar.

Elizabeth dejo a Kain, desenfundo su espada, pasos su dedos por la hoja e imbuyo la imbuyo de magia. Tomo una posición de combate y el caballeros anillado, clavo ambas espadones en el suelo. Él hizo una reverencia y retomo sus espadas para luchar. El caballero corrió a una velocidad vertiginosa. Levanto ambos espadones y los estrello de frente contra Elizabeth. Esta última esquivo y siguió mirando cómo se movía el caballero anillado. Estudio sus movimientos y una vez que estuvo segura, comenzó su contraataque. Ella espero una gran apertura. Cuando esto paso, se movió por debajo de las espadas y le clavo la espada costillas. El caballero dio un grito, pero retomando su postura, dio un golpe y Elizabeth tuvo que alejarse. Su espada se quedó incrustada en el caballero, pero eso no indicaba el fin. El caballero arremetió otra vez con sus poderosos espadones. Elizabeth esquivo, retiro su espada del caballero, esquivo otra vez y le clavo su espada en la garganta. El caballero dio un grito ahogado, se agacho, escupió una bocanada de sangre y juntando sus últimas fuerzas dio un último golpe. Elizabeth fue tomada por sorpresa. Los espadones del caballero anillado se prendieron con fuego. Este hizo acopio de voluntad y le dio un rápido ataque. Este golpeo de lleno en el peto de la armadura y Elizabeth salió volando. Ella rodó por el camino, se deslizo y quedo colgando del borde.

Mientras Elizabeth colgaba. Miro hacia abajo, habían por lo menos, trescientos metros antes de encontrar alguna saliente. Si caía, no viviría para contarlo. Entonces ella comenzó a llamar a Kain por ayuda. Este llego en poco tiempo y la tiro de las manos. Una vez que Elizabeth estuvo segura, soltó una bocanada de sangre. Kain la reviso y se dio cuenta que tenía una enorme herida. El último golpe del caballero anillado fue tan poderoso, que rompió la armadura de caballero de plata. Kain creo una aura dorada que envolvió a Elizabeth y ella se sano al instante.

Una vez que Elizabeth se recompuso, miro su armadura. Tenía un enorme corte en el pectoral. Se la quito y le pregunto a Kain -¿se puede reparar?-. Kain negó y Elizabeth dejo salir un suspiro lleno de pesar.

Después de eso, miraron el altar. Decía en lenguaje antiguo "Lanza de la iglesia". Entonces Kain miro la iglesia con su vista espectral. Ahí habían un gigante, un alma poderoso, dos almas débiles y un poco más allá un alma muy fuerte.

Kain miro a Elizabeth y le dijo -lo que haya en la iglesia es mío. Ya peleaste y es muy peligroso que te enfrentes a alguien sin tu protección-. Elizabeth asintió mientras seguía acariciando su armadura. Ahora solo le quedaba los guantes, el faldón y las botas. Sin embargo, ella sentía como si hubiera perdido a un amigo. Kain al verla así soltó un suspiro y la jalo del brazo mientras ella seguía metida en sus pensamientos. Cuando llegaron a la iglesia. Kain le pidió a Elizabeth que lo esperara afuera. Ella asintió y se sentó en la escalinata que la antecedía.

Kain abrió las enormes puertas de la capilla, avanzo tres pasos y miro la salida una vez más. Estaba bloqueada. Ahora no se veía la puerta, sino una muralla de concreto. Por otro lado, una voz retumbo por toda la iglesia y le dijo a Kain, que no podía molestar a Filianore. Era un decreto del dios Gwyn y ningún mortal estaba autorizado a verla. Kain mostró una sonrisa, camino por un pasillo custodiado por estatuas de caballeros anillados. Después entro a la recepción de la capilla. La cual era un enorme templo, con un altar al final y doce columnas que se distribuían sosteniendo el edificio. Kain vio que frente al altar estaban; el juez Argo, un hombre con ropas exóticas y dos personas que llevaban un atuendo blanco acompañado de un velo.

El juez Argo, alto e imponente dijo -vete, ya me has causado suficientes molestias. De lo contrario, la lanza de la iglesia te dará caza-. Kain sonrió y siguió avanzando. Entonces el juez Argo dictamino -Penumbra, Lanza de la iglesia, cumple tus votos y lleva a cabo tu misión-. El hombre hizo una reverencia y le contesto en un lenguaje extraño. Kain lo miro mientras avanzaba. Penumbra tenía el cabello largo hasta los hombros, llevaba un atuendo blanco e iba descalzo. También manejaba una katana y un escudo.

El hombre puso una sonrisa y se fue acercando, mientras que los otros guerreros que llevaban un velo, corrían para atacar a Kain. Este último levanto la mano derecha y mientras avanzaba, lanzo dos flechas de oscuridad. Estas golpearon a los guerreros y se volvieron arena. Penumbra viendo esto y tomo resguardo detrás de los pilares. Fue avanzando por detrás de ellos y cuando estuvo cerca de Kain, hizo un milagro. Este género lanzas eléctricas que se alzaban desde el suelo buscaban al adversario.

Kain sonrió, esquivo el ataque y le dijo -te devolveré el favor- entonces tomo la oscuridad con su mano derecha, la lanzo al suelo y empezaron a salir lanzas de oscuridad. Estas persiguieron por veinte metros a Penumbra, hasta que lo alcanzaron y lo empalaron. Penumbra gritaba de dolor mientras sus extremidades se iban convirtiendo poco a poco en arena. Al final murió y solo quedo Kain y el juez Argo. Este último viendo el resultado, comenzó a invocar espíritus con arcos, espadas y lanzas. Pero no lograron alcanzar a Kain. Este último se resguardo detrás de los pilares y cuando acabo la lluvia de flechas, creo cinco cristales imbuidos en oscuridad. Kain se los lanzo a Argo, penetraron en la carne y explotaron en el interior. Argo dio un monstruoso alarido y después se fue cayendo hasta convertirse en una enorme pila de arena.

Después de matar a todos, Kain avanzo hasta el altar. Detrás de él había una puerta y más allá, al final de un pasillo, estaba una mujer rubia. Ella llevaba un vestido largo, verde oscuro, con un chal que le cubría los hombros y una diadema que le adornaba la frente. Estaba en una posición firme mientras sostenía una extraña alabarda en su mano derecha. Sin lugar a dudas, la mujer era hermosa, pero sus ojos destellaban resentimiento. Kain camino por todo el camino hasta que quedo a tres metros de ella.

La mujer lo miro con despreció y le pregunto -¿A qué haz venido?. Nunca fuiste y nunca serás bienvenido aquí-

-¿Tu eres Shira?- pregunto Kain

-¿Qué quieres?-

-Quiero ver a Filianore, sé que ella ayuda a ocultar el alma oscura-

-Sabes que no puedes molestarla, sabes que ella está aquí por su propia voluntad, ¿Por qué te colocas en su camino?-

-No sé de qué hablas. Dime ¿me dejaras ver a Filianore?-

-Nunca- grito la mujer. Apunto con su alabarda y miro a Kain con un rostro lleno de resentimiento. Por otra parte, Kain levanto su mano derecha y le lanzo un orbe de oscuridad. La mujer fue impactada por la magia y cayó al suelo. Mientras ella exhalaba su último aliento, gimió de dolor y miro a Kain a los ojos. Ella dijo -tan irracional como siempre, por eso te odie desde un principio. Odio a los de tu baja estirpe- y la mujer soltó un último suspiro mientras se volvió arena.

Kain nunca entendió porque le hablaba como si se conocieran, pero como ya murió, no le dio más vueltas al asunto.

-o-

Después de matar a Shira, Kain llego hasta el final de un pasillo, subió por un elevador y se encontró con un puente. Este conectaba con una recamara. Kain camino hasta la mitad del puente y diviso toda la ciudad Anillada. Después de contemplar la devastación , Kain siguió progresando por el puente y llego a un jardín que antecedía la puerta. Este jardín estaba descuidado, crecían malezas por todo el suelo, por otro lado, habían unas enredaderas que cubrían la recamara por todos lados. Kain se acercó a la puerta y paso sus manos, tenía tierra y al removerla puedo ver diferentes tipos de grabado. Uno en especial le llamo la atención. Estaba en medio de la puerta, como un signo de protección. Era una espada de hoja serpenteante y una calavera en el guarda manos, era la segadora de almas. Pero ¿Por qué? Se pregunto Kain. ¿Qué hacía este signo aquí?. Acaso Janos Audron vino de este mundo. Acaso viajo por todo el espacio-tiempo para llegar a Nosgoth. Kain se dio el trabajo de limpiar toda la puerta. Sin embargo el resto de los dibujos eran normales o al menos, no significaban nada para él.

Kain negó y aplico fuerza para abrir las puertas. Un chirrido acompañado de una polvareda, dieron el inicio a un hermoso espectáculo. En una cama, al final de la habitación, había una hermosa mujer. Tenía los cabellos ondulados, más largos que su cuerpo. Su rostro era sereno y ovalado. Su piel parecía de porcelana, sus labios eran rosados y su figura esbelta. Alrededor de la cama estaba todo descuidado. Las enredaderas habían penetrado en el edificio y cubrían tanto el piso como el techo. Sin embargo, esto no disminuía la belleza de la diosa. Kain la admiro, hasta que cayó en la cuenta de que la mujer llevaba algo en sus manos. Era un huevo blanco, su interior estaba vació y era negro como el mismo abismo. Kain se acercó a la diosa y trato de tocar el huevo. Este se empezó a desmoronar y después de eso, se desarmo. Kain dio dos pasos hacia atrás esperando alguna reacción, pero eso jamás sucedió.

La diosa al pasar un minuto se despertó. Levanto su bello rostro y por alguna razón no abrió los ojos. Sin embargo dirigió su rostro a Kain mientras esbozaba una sonrisa. Era cándida, serena, una que traía la esperanza a los corazones. Ella estiro su finos dedos y dijo -por fin viniste. Te estuve esperando por mucho tiempo-

Kain recobrando sus pensamientos dijo -lo siento, no te conozco diosa Filianore. Sin embargo he venido a pedirte algo-. Poco a poco se fue acercando hasta quedar a un metro de ella.

-No lo digas así- dijo la diosa con su voz clara y cristalina -aunque todavía no es el tiempo, saber que no me conoces duele. Dime ¿Qué puedo hacer por ti?-

-Quiero el alma oscura, dime ��Dónde la puedo encontrar?-

Filianore estiro su mano y creo un portal que parecía un espejismo de agua, ella dijo -sí vas por aquí, encontraras a los pigmeos. Dudo que te quieran dar su alma oscura de buena gana, pero te lo pido. Al menos, se suave y procura que no sufran-

-Gracias- respondió Kain -esto es por algo más grande que el alma oscura y los dioses-

-Lo sé. Le dijiste a mi padre en su momento, pero nadie te quiso escuchar-

-¿Qué puedo hacer por ti?-

Filianore estiro sus finos dedos, acaricio el rostro de Kain y le dijo -nada, ya has hecho suficiente. Dime ¿eres feliz?-

Kain quedo pensando por un momento y después de recordar todo lo que ha vivido respondió -sí, he sido feliz, sin embargo, sigo buscando nuevos momentos de felices. Después de todo, la felicidad son solo pequeños y breves momentos, que vienen y se van-

Filianore soltó una risita y le respondió -solo bastaba que me dijeras que sí. Hay cosas que no cambian ni en el pasado, ni en el presente, ni en el futuro. Ahora ve, ya no me queda mucho poder y a lo sumo podre durar un día o dos. Recolecta el alma oscura y abandona la ciudad. Este lugar volverá a la oscuridad-

Kain asintió con dudas y dejo el suave tacto de Filianore. Se adentro al portal y llego a una época donde nada puede subsistir.

-o-

Cuando Kain salió del portal, se llevo un susto. Miro al portal y este no se había desecho, por lo que intuyo que esto no era una trampa. Miro alrededor y descubrió una habitación derruida. Mas que un edificio, parecía una cueva. Todo estaba agrietado, tanto el inmobiliario como la construcción. El suelo estaba cubierto de arena y corría un aire cálido. Kain siguió avanzando por la habitación y llego a la salida. Ahí se encontró con un paisaje desolador.

Kain estaba en la cima de una enorme duna, todo alrededor estaba cubierto de arena. Habían algunos trozos de murallas, pero solo eran retazos incrustados en la arena. Kain empezó a caminar, encendió su vista espectral mientras revisaba los alrededores. No diviso nada, ninguna alma, ninguna fuerza en las proximidades. Siguió bajando por la duna y cuando llego a un sector más plano. Se encontró con un pigmeo al que le faltaban las piernas. Este último se arrastraba utilizando sus manos y por alguna razón, llamaba a Filianore. Le pedía que lo protegiera, que lo resguardara de la capucha roja. Kain lo quedo mirando, trato de usar su vista espectral, sin embargo, no funciono. Al igual que los residentes de la ciudad anillada, no podía ver su alma. Kain opto por matar al pigmeo, pero este no dejo ninguna piedra alma. Solo se desvaneció entre motas de polvo dorado. Antes esta revelación, Kain frunció el ceño y siguió caminando.

Después de recorrer cien metros, Kain se encontró con un hombre. Ya lo conocía de ante mano, pero ahora, no quedaba nada de lo que había sido. Gael, el tío de Eliana. Ahora era un gigante más grande y más fornido que Kain. Por alguna razón estaba devorando los cuerpos de algunos pigmeos. Una vez que termino de comer el corazón de uno de ellos, miro hacia atrás y descubrió a Kain. Le dio una sonrisa aterradora. Su barba que antes era blanca, ahora era roja por los restos de sangre. Gael avanzo como si fuera un animal de cuatro patas, arrastraba su vieja espada y gritaba que le dieran más almas. ¡Que necesitaba más almas!.

Una vez que Gael llego cerca de Kain, lo miro bien y lanzo una risotada al aire. Él le dijo -muchacho, haz llegado en el momento perfecto. Debes ayudarme antes de que me vuelva loco. Mátame…¡Aaaah!- él soltó su espada y se tomó la cabeza con ambas manos -mátame, antes de que pierda la cordura, AAAAAAAHHH-

Kain creo una katana de cristal y trato de decapitar a Gael, pero este fue más rápido y salto quedando a tres metros. Kain creo otra katana y las imbuyo en luz solar. Gael por su parte, corrió como un animal mientras arrastraba su espada y empezó atacar a Kain. Sus golpes eran torpes, lentos, pero provistos de una fuerza abrumadora. Donde golpeaba Gael, dejaba un cráter. Kain trataba de buscar el momento perfecto para matarlo sin dolor. Esto último era su deseo y también lo hacía por Eliana. Sin embargo Gael no se contenía, a cada momento inyectaba más fuerza en sus golpes. Después de aburrirse de solo esquivar, Kain empezó a cortar a Gael. Por otro lado, después de recibir múltiples heridas, Gael comenzó a emitir una aura roja. Cada vez que lanzaba un gran golpe con su espada o se daba un gran impulso, dejaba un aura rojiza en el aire.

Kain noto que poco a poco los cielos se empezaron a cerrar. Empezaron a aparecer nubes y estas su vez, emitían fuertes truenos que resonaban por toda la tierra. Kain mantuvo su concentración, pero sentía que algo le estaba pasando en Gael. A pesar de que Kain lo cortaba y apuñalaba, Gael no se debilitaba. La lucha continuo y las katanas de Kain, habían resistido varios golpes de Gael. Esto lo dejo contento, ya que su resonancia con la magia estaba dando sus frutos. Kain se emocionó en algún momento y le propino a Gael, una poderosa estocada en el corazón. Gael quedo quieto en ese momento, escupió sangre y cuando la miro, dijo -es negra, mi sangre es negra. Rápido, muchacho. Rápido, toma mi sangre y llévasela a mi señora. Ella necesita el pigmento-

Kain lo quedo mirando, asintió y creo un vasija de cristal. Gael utilizo la antigua tradición de Lothric y se arrodillo, para después cortarse el cuello al igual que lo hacían los caballeros antaño, para jurar su lealtad a los príncipes. Gael lleno la vasija y se quedó arrodillado en el suelo mientras esperaba que Kain la tomara. Este último sello la vasija, miro a Gael y le pregunto -¿ahora que harás?-

Gael levanto su rostro, había recuperado su lucidez y le pregunto -¿tú necesitas el alma oscura?- Kain asintió y Gael continuo -entonces, mátame. De esa forma, la última alma oscura será tuya-

Kain apretó su agarre sobre sus espadas y le pregunto -¿Qué pasara con Eliana?-

Gael soltó una risotada mientras le corría la sangre por el cuello y la boca -Eliana, es un buen nombre- dijo- ¿Así se llama mi señora?- Kain asintió y Gael continuo -cuídala, yo no soy digno de su cariño y cuidado. Yo fui un arma. Me convertí en una para no perder mi cordura, pero ahora mis huesos están viejos y no deseo convertirme en una bestia. Ahora, amigo mío, mátame y lleva esa vasija a mi señora. Dile que Gael murió de viejo y feliz de haberla conocido-

Kain camino hasta ganarse detrás de él y lo decapito en un solo movimiento. La cabeza rodo y al cabo de un rato, Gael se volvió partículas de polvo dorado. Una piedra-alma cayo en la arena y Kain la recogió. Era oscura, llena de energía, hasta el punto de hacer dudar a Kain. Su alma estaba restaurada un poco más de tres quintos. Si usaba esta alma, puede que su alma se regenerare otro tanto, pero eso significaría defraudar a Elizabeth. Al final Kain desistió y camino de vuelta al portal.

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-¿Cómo te fue?- pregunto Filianore, su rostro ahora estaba más opaca. Kain le mostro el alma oscura y ella continuo -te debes ir. En ese pequeño lapso, paso un día entero. Tu amiga te vino a buscar pero no la deje ir. Al final ella es una buena mujer ¿no lo crees?-

Kain tosió algo incomodo al ser cuestionado por algo así y le dijo -gracias por tu ayuda, si algún día nos encontramos, te devolveré este favor-

-Si nos vemos una próxima vez, ten el valor de dar el último paso. No importa si el destino nos lleva a un mal final-

Kain la quedo mirando sin saber que decir. Al final solo asintió y dejo la habitación de Filianore.

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-¿Dónde estabas?- pregunto Elizabeth. Tenía un rostro molesto y por su actitud, Kain penso que había hecho algo mal.

-Fui por el alma oscura, mira- dijo mostrándole la roca-alma oscura como la noche -la tengo aquí-

Elizabeth algo más tranquila miro la alma oscura, pero no la toco. Su sola presencia la lleno de miedo. Ella le pregunto -¿Por qué no la has metido en cristal?. Lo hiciste con las otras-

-Te lo mostrare, vamos-

Entonces Kain y Elizabeth hicieron todo el camino hasta la que antes era la guarida de Midir. Kain saco el alma oscura, metió algo de su energía y la hizo resonar con toda la oscuridad que había en esa cueva subterránea. El alma oscura se elevó por los aires y absorbió toda la oscuridad. Después de eso empezó a emitir un aura similar al fuego, pero esta no quemaba. Kain tuvo que aprisionarla en cristal y después de salir de las catacumbas. Camino hasta el pantano de oscuridad que continuaba devorando la biblioteca de la Ciudad Anillada. Ahí saco el alma oscura una vez más y la hizo resonar. El pantano de oscuridad fue absorbido y desapareció. Cuando esto paso, quedaron al descubierto un millar de langostas que vivían debajo del pantano. Ellas miraron a Kain y Elizabeth con furia. Sin embargo Kain no les puso atención. Él se dedicó a mirar el alma oscura. Noto que ahora era tan fuerte como las almas profanadas. Entonces, la sello en cristal de nuevo.

Después de eso, Kain vio que un millar de langostas venían en su dirección. Miro a Elizabeth y la tomo de la mano, corrió hasta un acantilado y salto a él. En medio de la caída se escuchaban los gritos de Elizabeth y el zumbido de las langostas. Kain saco un trozo de metal retorcido y concentrando su energía en él, desapareció en el aire.

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-Maldito, maldito, maldito- gritaba Elizabeth mientras le daba de puñetazos a Kain mientras él solo se reía. Después de correr, lanzarse por un acantilado y aparecer en Ariandel. Ella quedo preocupada, sin embargo su amante se comenzó a reír cuando la vio. Esto desencadeno su ira y lo único que pudo hacer fue golpearlo.

Mientras Kain y Elizabeth "peleaban" en las afueras de la capilla de Ariandel. Eliana abrió la puerta de la capilla y corrió a proteger a Kain. Ella se ganó delante de él para defenderlo. Después le pregunto a Elizabeth porque le pegaba. Esta última dijo que le dio un susto de muerte. Eliana encontró el argumento absurdo y le dijo que la violencia no era la solución. Elizabeth se puso a llorar y le dijo que ella no era la mala. Que Kain fue un salvaje que salto por un acantilado. Ella dijo entre llantos, que casi la mata del susto. Eliana a su vez la abrazo y ahora le daba una mirada acusatoria a su anterior protegido. Kain por su parte, se rio y se disculpó y admitió que todo fue su culpa. Eliana soltó a Elizabeth, camino hasta Kain y le dijo que se arrodillara. Este último hizo lo que ella le pidió. Entonces Eliana se acercó y le tiraba una oreja, después le dijo en un tono autoritario que no debería hacer tales travesuras. Kain trato de guardarse sus risas, la tomo en brazos, le dio un beso en la mejilla y después fue hasta Elizabeth. Se disculpo por la repentina acción y le dio un beso. Eliana los veía abrazados y se sonrojo. Camino a la capilla le pregunto a Kain porque se besaban. Kain le contó que era la forma en que interactuaban los amantes.