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Suerte y perseverancia

Pequeña aclaración: Cada volumen es independiente del otro. Sigue su propia línea de historia y no se ve afectado por los volúmenes anteriores. Bueno, salvo por algún poder o habilidad que se viene arrastrando por el conocimiento y la personalidad del protagonista que va evolucionando. Volumen 1 Cross over entre nasuverso y Madam ou no Vanadis Volumen 2 viaje por Juego de Tronos, Señor de los anillos y Dark Soul 3 Volumen 3 Mushoku Tensei y Danmachi. Volumen 4 Naruto y muchos otros. -o- Kain, antiguo vástago del equilibrio. Renació en el mundo de Fate y vivió durante varios siglos. Sin embargo, al encontrarse con su viejo enemigo, el dios Hilden, lucho y perdió. Ahora su alma viaja a través del multiverso buscando el poder y la forma de volver a aquel mundo por la venganza. -o- Reglas del juego: 1.- No hay power up indiscriminados 2.- Todo se estudia y se gana hasta dominarlo 3.- El alma influye sobre el cuerpo, por ende, el cabello y los ojos siempre serán los mismo (ojos color lazuli y pelo blanco). 4.-La fuerza es proporcional al conocimiento adquirido, la técnica y la fuerza del alma. 5.- El nivel del mundo es proporcional al alma. Eso quiere decir que si el alma del protagonista es fuerte, irá a un mundo de mayor nivel.

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Capítulo 25 - Una lamentable no muerto elegido

Dos personas estaban sentadas en una mesa. Uno era Kain, estaba serio, con los codos apoyados en la mesa y las manos entrelazadas.

Por otra parte, la muchacha que salvo, puso su mejor rostro acompañado por una sonrisa audaz. Kain la quedo mirando y pudo notar qué tenía el ceño fruncido y su mano posada sobre su estómago, al parecer se le estaba yendo la anestesia. De repente ella apoyo una de sus manos sobre la mesa, se inclino un poco hacía adelante dejando ver un poco su escote y le pregunto con una voz cautivadora -entonces ¿Quién eres?-. Mientras esperaba una respuesta, ella comenzó a evaluar al hombre delante de ella. Tenía los ojos lazuli, un cabello cano y una piel bronceada. Parecía un buen hombre, si solo no tuviera el ceño remarcado, seria perfecto.

Kain por su parte, miro a la muchacha y algo disconforme con su pregunta, le respondió en un tono firme y cortante -soy Kain. Te he salvado el trasero dos veces- la apunto con la cuchara y continuo -como mínimo deberías agradecer y después presentarte- Kain coloco la cuchara en la taza y se levanto de la mesa.

La muchacha quedo confundida. No sabía porque este tipo estaba tan molesto, pero sin duda alguna lo estaba. Ella pensó que iba a decir, tomo una respiración y dijo -bueno, es verdad que me salvaste. Me llamo…me llamo Yennefer. Ah y gracias por salvarme-

Kain termino de lavar trastos y después de secarse las manos, camino de vuelta a la mesa. Ahí se miraron el uno al otra durante un rato.

Yennefer trato de romper el silencio y le pregunto -¿te dedicas a salvar damiselas?-.

Kain torno sus ojos al cielo. Después negó con su cabeza y pensó: esta muchacha sin duda está en su adolescencia. Era valiente y sobre todo estúpida. Lo más probable es que ni siquiera asimila que casi se muere. Kain tomo una respiración para responderle -niña, será mejor que te quedes aquí y te recuperes. Cuando estés lista, vete-. Entonces Kain se levantó y salió de la habitación.

-o-

Cuando Kain se fue, Yennefer quedo mirando la puerta. Se pregunto si había hecho algo mal. Solo quiso romper el hielo, se preguntó ¿Por qué ese tipo, se comportaba como un idiota?. Ella al levantarse, sintió un dolor punzante en el estómago, camino hasta la cama y se recostó con lentitud. En medio de la cama cerro los ojos tratando de no pensar, sin embargo paso lo que comúnmente pasa, su cerebro comenzó a funcionar a mil por hora y al final llego a una revelación: Podría haberle preguntado algo más inteligente. Soltó un suspiro y se acomodó en la cama para tratar de dormir.

-o-

Kain estaba sobre el techo de la casa. Diviso algunas cosas extrañas y se cuestionó si él se había convertido en un imán para los problemas. Otros tres muchachos combatían mientras avanzaban por las murallas del castillo, se podía decir que luchaban de manera decente. Pero solo lo suficiente como para sobrevivir. El grupo consistía de una ladrona, un guerrero pesado y un caballero. Kain los quedo mirando y se dio cuenta de que empezaron a correr. Desaparecieron en una torre y después siguieron por otro camino. La ladrona como era la más rápida se adelantó. Tomo una escalera que subía, mientras que los otros no la vieron y siguieron avanzando por la parte baja del camino. De repente Kain vio volar a un Wyvern. Este se posó sobre un edificio y quedo frente a la ladrona. Esta última quedo aterrada, trato de avanzar pero los no muertos no la dejaban pasar. El wyvern rugió y lanzo una bocanada de fuego que los quemo. Kain pensó que seguramente debió ser su fin.

Los otros dos habían dejado atrás el edificio en donde estaba el wyvern. Pero también corrieron con el mismo nivel de suerte. Un caballero de Lothric los intercepto y dos no muertos los cogieron por la espalda, una puñalada cada uno y cayeron sin poder hacer nada.

Kain soltó un suspiro mientras negaba con la cabeza. Pensó que uno nunca sabe lo que tiene, hasta que lo pierde. Carmen y él se quejaron que los siete reinos era un lugar corrupto. La tierra media fue un poco mejor, pero tampoco se salvaba. Sin embargo este lugar…este lugar era el infierno. Solo pensar en haber nacido en este mundo, le paro los pelos de punta. Kain retomo sus pensamientos, pensó en tratar de recopilar la mayor cantidad de hechizos posibles y después largarse.

-o-

Kain volvió a la casa. Todo estaba tranquilo, miro a la muchacha que dormía en la cama, noto que su respiración era lenta, suave y silenciosa. Kain mostró una sonrisa mientras se dirigía a la mesa. Se sentó, tomo su anillo y saco varios minerales y objetos que encontró en el castillo de Lothric. Un bastón, una campana, el metal con forma de espiral, algunas titanitas centellantes y escamas de titanita. Reviso la composición de la titanita centellante, estimo cuanto tiempo le tomaría procesar el metal. Soltó un exhalación y después continuo con los artefactos. La campana tenía pequeños fragmentos de cristal incrustados, al introducir su energía se dio cuenta de que el metal resonaba y potenciaba la fuerza de la magia. Como Kain en estos momentos era demasiado fuerte, esto no le servía para nada, pero a lo mejor, para alguien que está recién empezando en la magia, esto era increíble. Kain dejo la campana en la mesa generando un leve tintineo.

Yennefer a su vez, escucho el sonido de una campana. Abrió sus ojos y noto que el cielo se estaba oscureciendo, se pasó su tibia mano por el abdomen, el calor era algo agradable que la hacía sentir reconfortada. Ella después miro a la mesa, vio a Kain revisando unas piedras extrañas, de manera disimulada trato de levantar su vista y vio que la mesa estaba llena de artefactos. Miro con curiosidad, se levantó emitiendo un gruñido, el estómago le punzaba. Cuando se logró levantar, camino a paso lento y se sentó frente a Kain. Este último le dio una mirada y después la ignoro. Yennefer algo molesta también lo ignoro. Ella tomo un mineral, era blanco y brillante como la luz, era precioso en muchos sentidos, sin embargo era duro como un lingote de hierro.

Mientras ella inspeccionaba este extraño metal, le pregunto -son bonitas estas cosas ¿Qué son?-

Kain siguió mirando la escama de titanita que tenía en la mano y le respondió -eso que tienes en tus manos es una titanita centellante. Un mineral que te debería permitir, crear todo tipo de herramientas y armas. La cuestión es ¿Cómo fundirlo?. Según mi apreciación, no lo podría derretir en una fragua normal-

Ella le dio una mirada de soslayo, pensó que sin duda alguna ese rostro pensativo era atractivo. Mucho más lindo que el que siempre pone. Ella negó con su cabeza y le pregunto algo curiosidad -dime ¿Por qué estas tan molesto?-

Kain dejo la escama de titanita en la mesa, apoyo su cuerpo sobre sus antebrazos, entrelazo sus manos y le respondió en el tono de un académico -tiempo y espacio- esas dos palabras dejaron pensando a Yennefer. Kain continuo -son dos poderes increíbles. También es increíble que una mocosa como tu tenga tales habilidades y más impresionante es, que no te hayas muerto-

Yennefer le respondió un poco confundida -bueno, que te puedo decir. ¿Soy afortunada?-

Kain puso un tono de voz firme y la regaño -no seas estúpida. Está bien ser joven y estúpido de vez en cuando, pero no todo el tiempo- Kain la miro a los ojos, golpeo con su dedo con si estuviera puntualizando algo y continuo -tu alma está dañada. ¿Acaso no te diste cuenta que cuando trataste de utilizar tus poderes en el último combate?¿no lo pudiste sentir?-

Yennefer dejo la titanita centellante en la mesa. Lo miro a los ojos, se apartó el cabello de la cara y le pregunto algo asustada -¿es muy grave?-

Kain al ver que esta niña empezaba a entender su posición, le respondió en un tono más calmado -no es tan grave. Es lo suficiente grave como para que no utilices tus poderes durante un año, pero no lo suficiente grave como para que te mueras ahora mismo. Sin embargo, si presionas tus poderes, alcanzaras ese estado-

Yennefer lo miro a los ojos, escudriño la verdad, y lo que dijo, desgraciadamente era la verdad. Ella misma lo sintió, ocupo muy poco sus poderes en ese último combate. Sin embargo, en el último momento le fallaron y por eso fue apuñalada. Después de estar pensando por unos minutos, un rugido de estómago se escuchó. Ella un poco avergonzada miro a Kain y le pregunto -¿puedes convidarme de tu comida?-

Kain negó y Yennefer quedo confundida hasta que Kain le dijo -tu estomago está dañado, reconecte y cocí tus intestinos, pero estos están delicados. Debes descansar y comer cosas livianas-

Yennefer algo disconforme le pregunto -ok, ¿Qué puedo comer?-

Kain la miro con una sonrisa de satisfacción -avena y sopa-

-o-

Había pasado una semana desde que Yennefer llego por segunda vez. Hubo la suficiente comunicación como para saber que ella y Kain no eran enemigos. Sin embargo, él era muy reservado. Ahora Yennefer se paseaba por la casa en círculos, solo llevaba una camisa que le cubría el cuerpo hasta las rodillas, debajo no llevaba nada. Sin embargo, esa era su menor preocupación. Ella se acercó a Kain y le dijo -vamos Kain, déjame comer algo más. Estoy aburrida de la avena, la sopa no me llena y siento que me voy a morir-

Kain le dio una mirada, soltó un suspiro y le respondió -bien. Pero solo un poco, recuerda que tu estomago esta débil-

Cuando Kain se fue a cocinar, Yennefer apretó su puño y dijo -bien- sin embargo la tensión de los músculos le hizo sentir dolor en el abdomen. Ella se fue a sentar mientras se acariciaba el abdomen, tomo nota de no sobre exaltarse. Estar herida era molestó, sin contar que la avena la tenía enferma. Cuando se sentó en la silla, Yennefer miro alrededor, quedo confundida y le pregunto a Kain -¿De dónde sacas la comida?-.

Kain apunto con su dedo y saco la espada Yennefer. Ella a su vez quedo asombrada, la espada apareció de la nada.

Ella tomo la espada, la desenvaino e insistió en su pregunta -¿Cómo lo haces?-

-Secreto-

-Tacaño-

-o-

Otro día había pasado, eran las cuatro de la tarde y esta vez, Kain caminaba con una muchacha en sus brazos. Ella estaba inconsciente y en el mejor de los casos agonizando, su respiración era errática, se veía pálida aun con su piel morena. Kain la recostó en una mesa y canalizando luz sagrada, sano las heridas. La muchacha recupero su semblante. El color de su piel volvió a ser saludable y sus labios recuperaron ese rosado inocente. Ella quedo acostada, su respiración se estabilizo, sin embargo no despertó. La muchacha quedo encima de la mesa mientras Kain se preguntaba, ¿Por qué se seguía metiendo en problemas?.

Después de dos minutos, Kain notó que empezaron a llegar no muertos. Bestias molestas, depredadores, instigadoras de su ira. Kain tomo una respiración y mirándolos con indignación. Levanto su mano para acribillarlos con su mezcla especial, luz y cristal. Los cuerpos se convirtieron en partículas, sin embargo la molestia era ridícula. No lo quiso expresar en palabras para no incomodar a nadie, ya que la misma muchacha que está en la mesa…fue también una de las víctimas.

Kain miro a la muchacha, dormía como si no hubiera problemas. Dormía como si estuviera todo bien y cuando se despierte, todo este mundo será solo un sueño. Ella llevaba una capucha, un cota de malla y ropa raída debajo de ella. Sus únicas armas eran un rodela y un cuchillo. Por otro lado, ella andaba sola, no con sus dos compañeros como la primera vez.

Kain solo se metió por su curiosidad, le picaba saber cómo esta muchacha todavía estaba viva. Él la vio ser quedaba por el wyvern, sin embargo aquí esta, de manera irreal, pero aquí esta. Kain cayó en la cuenta de que este mundo era más misterioso a cada día. Él ha vivido en otros mundos, ha peleado con varias personas y entidades. Sin embargo, en ninguno de esos mundos sabían tanto del alma, en ninguno existían hechizos tan maravillosos y nefastos que afectaban al alma. Soltó un suspiro, pensó en ir de nuevo a ver al príncipe Lothric, pero negó. Un hombre que está ocupado no quiere ser molestado, que más sería uno que espera la muerte. Kain miro una vez más a la muchacha, como no despertaba, la tomo en sus brazos y decidió llevarla.

-o-

-¿Así que al final, sí te dedicabas a salvar damiselas?- pregunto Yennefer en un tono jocoso, algo ocioso pero divertido. Ella evaluó a la muchacha y también la halló de su gusto. Sobre todo le gustaron esos labios perfectamente rosados. Pensó que probarlos no estaría mal.

Kain ignoro a Yennefer, la encontró en su usual camisa, toda desvergonzada, exponiendo su todo al aire, sino estuviera esa camisa muchas cosas se verían. Sin embargo, este no era el momento ni el lugar para pensar en esas cosas. Kain dejo a la muchacha sobre la mesa, reviso sus signos vitales y el estado de sus pupilas. Solo estaba durmiendo, así que Kain la dejo ahí, le coloco una almohada y una manta. Por otra parte, Yennefer lo bombardeo de preguntas.

Yennefer algo más suelta y más sana, camino con un divertido andar y le pregunto a Kain mientras le colocaba el mentón encima del hombro -¿así que de verdad te dedicas a salvar damiselas?-

Kain negó con una sonrisa y le dijo -no, no lo hago. De la última que salve aun me arrepiento- Yennefer frunció el ceño y siguió escuchando. Kain por otro lado siguió sonriendo y contestando -veras, el día que despertaste de tu pequeño incidente, vi a esta muchacha ser carbonizada por un Wyvern. Entonces al verla ahora me dio curiosidad ¿Cómo volvió a la vida?¿Porque no tiene marcas de quemaduras? Y así, con un sinfín de preguntas. ¿No crees que es extraño?-. Yennefer asintió, pero de repente perdió su soporte. Kain se movió y fue a la cocina. Yennefer por supuesto quedo colgada, quería seguir hablando. Sin embargo, no molestaría a Kain, ya que también era importante comer.

Kain como todas las tardes, preparo la comida. No obstante esta vez tuvo que pensar en tres. Ahora la muchacha ladrona está descansando. Sin embargo, cuando se despierte, le dará hambre. El agua se empezó a calentar, el olor de las especias a salir y la carne a chirriar. Kain dio su mejor esfuerzo, ya que esta comida sería especial. Puede que sea su última comida en paz. Puede que el día de mañana todo cambie después de que conversen. Quizá tendrá enemigos o aliados, sin embargo las dos opciones significan mucho ruido y trabajo. Kain pensaba en las posibilidades, por su cabeza rondaban preguntas, una tras otra. Sin embargo su tren de pensamiento quedo suspendido cuando una queja se escuchó.

-Mi cabeza- exclamo en un suave tono la ladrona. Ella se encontró en un suelo cálido pero duro. Sin embargo, no recordaba cuándo fue la última vez que se sintió tan cómoda. Estaba claro que este no era su hogar, si es que se le puede llamar hogar, pero estaba tan cálido, tan confortable que decidió mantener sus ojos cerrados. Por lo menos no escuchaba ningún no muerto en las proximidades, así que se dijo así misma que todo estaba bien. Un aroma la hizo abrir los ojos, ella no recuerda cuándo fue su última comida en forma, pero esto sin duda sería un banquete. Se levanto algo somnolienta y se rasco las costillas de la manera menos sofisticada. Ella miro al frente y se encontró con una dama, no, quizá una diosa. Tenía el cabello ceniciento, ojos verdes como esmeraldas y una cicatriz que empezaba desde su ojo izquierdo hasta llegar al mentón. Todo en ella era perfecto, hasta esas suaves pecas que le cubrían la nariz. La diosa cruzo los brazos y le sonrió.

-Hola- le dijo la muchacha a la diosa y continuo -dime ¿estoy muerta?¿llegue a dónde están los dioses?-

Yennefer negó, le pareció cómico esa ingenuidad con la que preguntaba. Entonces le contesto -no, no estas muerta. Pero si estas bien, sería bueno que te levantaras para que podamos comer-

Entonces la muchacha tomo conciencia de que estaba sobre una mesa, se levantó como pudo y ocupo sus manos para limpiar. Todo estaría bien si su manos no estuvieran más sucias que su ropa. En ese momento, Kain camino y estrello un trapo húmedo contra la mesa. La muchacha se asustó, dio dos pasos hacia atrás y miro al suelo. Yennefer encontró esto mal y le dio un codazo a Kain. Este último torno los ojos al cielo, dejo el paño sobre la mesa y se retiró a la cocina. La muchacha algo asustada levanto la vista de a poco. Ella vio cómo el hombre cocinaba, limpiaba aquí y allá. El aroma la atrajo y la hizo tragar saliva. Se pregunto si esto estaba bien, un debate muy fuerte, pero al final la verdad siempre reluce. Entonces ella intuyo que estaba bien, por algo no la habían echado. Esa verdad golpeo fuerte en su mente y espero tranquila el gran banquete.

Una vez que estuvo todo listo, Kain llevo los platos a la mesa, miro a la muchacha, siguió colocando más cosas en la mesa mientras le preguntaba -¿Cómo te llamas?-

Ella algo nerviosa le contesto -jefe, me llamo Elizabeth-

Kain siguió mientras mostraba una tenue sonrisa -dime, Elizabeth ¿Cómo puedes estar aquí?-

-No sé a qué se refiere, jefe-

-Bueno. Yo recuerdo haberte visto caer bajo una lluvia de fuego. Entonces me preguntaba ¿Cómo puedes ahora estar aquí?-

Elizabeth algo más segura le respondió -bueno. Soy una latente. Veras, cuando nosotros morimos, no morimos en realidad. Volvemos a la vida en la hoguera de huesos y nos levantamos hasta cumplir nuestra misión-

Kain asintió, termino de colocar las cosas en la mesa. Invito a sus dos acompañantes a sentarse y pregunto de nuevo -una última pregunta ¿Cuál es tu misión?-.

-¿Enlazar la llama?-

Kain le quito la vista a su comida y la miro algo confundido -¿me estas afirmando o preguntando?-

-Bueno, la verdad yo no lo sé. Incluso la primera vez que me metí al horno no lo tenía muy claro. Yo solo quería hacer feliz a la hermana Ester. Ella era una monja de Carim que me crio-

Kain negó con la cabeza, dejo las preguntas a un lado y se dedicó a comer. Yennefer también quedo confusa con esta tarea de la que hablaban. Sin embargo, primero estaba su estómago, después las malas nuevas.

-o-

Ahora los tres estaban sentados unos frente a otros. Kain tomo el liderazgo de la conversación y pregunto -¿Qué hacías enfrentando a todos esos no muertos?-.

-Quería matarlos y recolectando sus almas- dijo Elizabeth con una sonrisa amable

-¿Solo con un cuchillo y un escudo?- pregunto Kain mientras fruncía el ceño y le daba un coscorrón.

Elizabeth a su vez, se agarró la cabeza con las dos manos y pregunto -jefe ¿Por qué me pega?-

Kain conteniendo su mano para no darle otra, respondió -por idiota. ¿Cómo se te ocurre enfrentar a tres no muertos? ¿De verdad tienes pensado completar tu misión?-

-Bueno, la verdad es que había una gran alma de no muerto y además, con respecto a la misión. Ya sabes jefe, no estoy muy segura-

Kain soltó una exhalación y volvió a preguntar -¿Qué les pasa a los latentes cuándo mueren?-

Elizabeth con un rostro muy serio y una voz baja, respondió -cuando un latente muere va perdiendo una porción de su alma. Entonces cuando muere demasiadas veces termina igual que los otros no muertos y adquiere un estado llamado "hueco". En el cual no piensa y solo corre detrás de las almas como si fuera un animal-

-¿No tienes miedo?-

-Por supuesto que tengo miedo, jefe. Pero ¿Qué más puedo hacer?-

Kain la miro a los ojos y le dijo -para empezar, no lanzarte contra un grupo de no muertos-

-Ugh, ¡jefe! Usted no sabe, por favor sea más considerado, ser un latente no es tan fácil. Además ¿a quién le puedo pedir ayuda?-

-¿A tus amigos?-

Elizabeth respondió haciendo una mueca de incomodidad -bueno, eso no es tan fácil. Veras, Patrick podría ayudarme pero no quiero que se vuelva hueco por mis errores. Eric por otro lado, no tiene paciencia, siempre me está criticando y me dice que soy tonta-

Kain se refregó el rostro con las dos manos. Miro al cielo sabiendo que después se arrepentiría pero igual lo dijo -te daré el curso básico de mago y espadachín. Por último, para que no te conviertas en una no muerto demasiado rápido-

-¿Gracias?-

Kain saco de su anillo, un bastón y una espada ancha. Como esta muchacha llevaba una daga, empuñar una espada ancha no debería ser ningún desafío. Kain se los paso en las manos. Elizabeth los miro encantada, los abrazo como si fueran tesoros. Kain la quedo mirando y negó con la cabeza, después se levantó de la mesa para irse a lavar los trastos. Yennefer por otra parte, no participo en la conversación, escucho todo lo que dijeron y se preguntó si ella podía capturar algo de ese conocimiento. Miro a Kain y se preguntó si sería tan fácil para ella traspasar sus defensas.

Yennefer se levantó de su asiento, camino hasta ganarse detrás de él y le dijo -mientras le estas enseñando ¿puedo participar?-

Kain se detuvo en medio de lavar un plato, negó con su cabeza. Esta mujer era demasiado imprudente, se preguntó ¿Qué haría si supiera más magia? No lo quiso ni imaginar. Lo más probable es que haga magia hasta caer exhausta. Kain negó de nuevo y le respondió -puedes, pero tu entrenamiento será diferente. Tienes que saber cuál es tu limite primero, si te excedes te puedes morir, ¿te acuerdas que casi mueres?-

-Solo tenías que contestar que sí-

-La vida nunca es tan simple como eso. Incluso las cosas más simples tienen más de una respuesta condicionada-

Yennefer se dio la vuelta, pensó en lo que dijo su ahora maestro, se sintió frustrada pero sabía que tenía razón. Ella misma lo ha vivido. Su vida con su padre ha sido una odisea, se ha preguntado muchas veces si seguir ese camino está bien. Su madre, la que le enseño sobre la magia, también ha tenido subidas y bajadas. A veces se pregunta ¿si va a volver a su mundo? ¿Si se reencontrara con su padre? ¿Si la dejaran de cazar algún día?. Como dijo Kain, todas son preguntas con respuestas condicionadas. Sintiéndose cabizbaja, Yennefer camino, se dej�� caer sobre una silla. Después miro a Elizabeth, que tenía una cara tonta mientras miraba la espada. Ella también le dio una breve mirada y abrió los ojos como platos.

Yennefer estiro sus manos y pregunto -Elizabeth ¿puedo ver la espada?-

-Claro- respondió Elizabeth con un poco de dudas

Entonces Yennefer tomo la espada. La miro por todos lados. La empuñadura, la hoja, el filo. Cada parte de esta pequeña espada era impecable. Miro una vez más a Kain, se preguntó ¿cuántos secretos más se guarda?. Ella se acercó una vez más y pregunto -¿tu hiciste esta espada?-

Kain se secó las manos y respondió -por supuesto. Aunque hay algunas buenas armas en esta tierra. En general, la herrería es una mierda. No dejaría que alguien que aprende de mí, ande por ahí con un pedazo de basura-

Yennefer contuvo la risa. Aunque la respuesta era plausible en muchos aspectos, era demasiado soberbia y orgullosa. Era como si él fuera el mejor herrero del mundo. Ella negó, emitió una sonrisa, se volvió a su asiento y le devolvió la espada a Elizabeth. Esta última tomo la espada entre sus manos, como si la estuviera resguardando de que alguien se la quitara.

Kain volvió a la mesa. Puso un rostro más relajado, sin tanta seriedad como antes. Era un momento cambios y era hora de cambiarse. Apoyo los ante brazos en la mesa y les dijo -sería mejor buscar un lugar más grande. Ahora que esta Elizabeth, necesitamos otra habitación y yo necesito mi cama de vuelta-

Yennefer asintió algo avergonzada. Mientras tanto Elizabeth dijo emocionada -jefe, yo conozco un lugar. Es agradable, ya no hay no muertos. Es seguro y bueno, solo tienes que cuidarte de los otros latentes. Pero solo un poco-

Kain soltó un suspiro y pregunto -¿adónde queda eso?-

-En el santuario-

-¿Adónde queda ese santuario?-

-Es el lugar en donde nosotros los latentes empezamos nuestra misión. Ahí hay un niña super ultra super amigable. Se llama Layla. Ella nos ayuda a canalizar las almas y siempre, siempre nos da palabras de aliento. Yo la considero casi una hermana. Sin embargo, ella siempre me dice que ella está para servirme. Es un poco triste-

Kain le acaricio la cabeza como un efecto reflejo y mientras hacía esto le pregunto -¿Cómo podemos ir?-

-Tenemos que buscar una hoguera-.

Kain se pregunto ¿Qué estaba hablando esta chica? ¿Cómo iba a viajar a través de una hoguera?. Sin embargo su rostro era tan claro que Elizabeth trato de defenderse -¡Jefe! es verdad. Nosotros hemos hecho este viaje varias veces. Bueno, ahora lo hago sola para acumular almas ¿Quizá adonde estarán Patrick y Eric?-

-o-

Mientras Kain iba al frente barriendo a todos los no muertos que habían en las murallas del castillo, Elizabeth y Yennefer conversaban a sus espaldas. Ellas hablaban de las cosas que les gustaba. De cómo había sido su vida hasta ahora. Como estaba siendo trabajar con hombres y de todas las quejas que tenían. Por otra parte, Kain las iba escuchando, solo negaba con la cabeza cuando decían cosas disparatadas, de vez en cuando las interrumpía para preguntar por la dirección, otras veces corregía algunos conceptos que tenían. Ellas a su vez lo escuchaban pero a veces se aburrían de ser corregidas y hasta regañadas. Sin embargo, no tuvieron el valor para defenderse, era difícil refutar a alguien con experiencia, así que lo empezaron llamar viejo. Ambas muchachas lo llamaron así varias veces, pero Kain jamás se molesto, jamás les dijo que lo llamaran por otro nombre.

Con un leve sentimiento a molestia, Elizabeth se lanzó de cabeza contra los leones -jefe ¿no te molesta que te llamemos viejo?-

Kain sonrió de manera amable. Ante ese rostro, las discípulas pensaron que el otro tipo de antes era un impostor. Este era el verdadero Kain. Sin embargo, fue por otra razón que Kain sonrió, él les dijo -mis hijos también me llamaban así-

Ambas muchachas quedaron sorprendidas. Así que ahora Yennefer pregunto -¿tú hijos?¿cuántos años tienen?-

Kain siguió lanzando magia mientras avanzaba, tomo una gran respiración y pensó en ellos. Todo es tan lejano pero cercano a la vez. Él dijo en un tono profundo -ellos murieron hace mucho tiempo-

Yennefer algo cabizbaja respondió -perdón- juntando sus manos mientras se las frotaba, dijo -yo no quería traerte dolor-

Kain negó -no es lo que piensas, ellos murieron de viejos. Ellos llevaron una buena vida y fueron buenas personas. Mi esposa y yo siempre nos preocupamos de eso-

-¿Ah? Es mentira ¿verdad?. ¿Jefe estas casado?-

Kain miro con nostalgias hacia a la distancia, recordó ese hermoso cabello naranja y respondió con una sonrisa llena de anhelo -fue hace tiempo. Ella también murió de vejez- entonces continuo lanzando magia, avanzo hasta llegar a la parte alta del muro del castillo. Allí había hoguera, tenía una espadas con una hoja en forma de espiral, la cual emitía un fuego espiritual. Era diferente de cualquier cosa que Kain haya visto antes. Por lo tanto Kain lo quiso tomar pero se dio cuenta de que su mano pasaba atreves. Muchas opciones pasaron por su cabeza, sin embargo descarto esos pensamientos y acompaño a Elizabeth y Yennefer al famoso santuario.

-o-

-Yo he estado aquí antes- murmuro Kain mientras giraba mirando el edificio. Los cinco tronos. La hoguera en el centro. Los pasajes que conducían a otras partes del edificio. La gran y única diferencia era que ahora había luz. El cielo exterior estaba azul y claro. Tenía algunas nubes blancas pero en su mayoría era un cielo claro.

Elizabeth algo confundida le pregunto -¿es verdad?¿tú haz estado aquí? ¿Jefe, eres un latente?-

-No- respondió Kain de forma categórica -solo anduve en un lugar parecido. No soy un latente-

Kain miro a Elizabeth, pero antes de que pudiera decir algo, su concentración se dirigió a la mujer que estaba detrás de ella. Tenía el cabello rubio, llevaba un vestido largo y negro. También llevaba una tiara plateada qué le cubría los ojos. Aunque su ropa era holgada, se podía ver su contorneada figuras. Sin duda sería una musa, sin embargo tenía ese aire de las personas que han sido criadas para un propósito.

Kain tomo una respiración y se presentó -hola-

-hola- dijo la mujer con un tono de voz suave. No era seductor, sin embargo te hacía sentir inspirado.

-¿Como te llamas?-

-Soy Layla, guardiana del Enlace de Fuego. Sirvo al único elegido que queda-

-¿Eh?. Layla ¿Cómo puedes decir eso?- grito Elizabeth -también están Patrick y Eric-

Layla estiro su mano, le acarició el rostro a Elizabeth y le dijo -ellos no han vuelto en dos semana. No sé qué les habrá pasado-

Elizabeth llena de tristeza, abrazo a Layla y lloro. Todos sabían que cuando un latente dejaba de venir, solo habían tres opciones. Eran devorados por los no muertos, se convertían en bestias o se corrompían. Era triste pero esto le pasaba a la mayoría de latentes. Pero de repente, Elizabeth dejo de llorar y pregunto asustada -entonces ¿yo tengo que vincular la llama?-

Oh mundo de las almas, tu destino depende de alguien que no tiene idea de como te formaste, ni adonde te diriges. Jajajaja.

Yo creo que Elizabeth refleja muy bien la sensación de indefension e ignorancia la primera vez que nos enfrentamos a Dark soul.

Mueres y luchas, pero sin saber porque lo haces y solo al final de un largo caminos, entiendes que trabajas para otros.

Ya veremos cómo acaba esto.

Mañana más...

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