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Suerte y perseverancia

Pequeña aclaración: Cada volumen es independiente del otro. Sigue su propia línea de historia y no se ve afectado por los volúmenes anteriores. Bueno, salvo por algún poder o habilidad que se viene arrastrando por el conocimiento y la personalidad del protagonista que va evolucionando. Volumen 1 Cross over entre nasuverso y Madam ou no Vanadis Volumen 2 viaje por Juego de Tronos, Señor de los anillos y Dark Soul 3 Volumen 3 Mushoku Tensei y Danmachi. Volumen 4 Naruto y muchos otros. -o- Kain, antiguo vástago del equilibrio. Renació en el mundo de Fate y vivió durante varios siglos. Sin embargo, al encontrarse con su viejo enemigo, el dios Hilden, lucho y perdió. Ahora su alma viaja a través del multiverso buscando el poder y la forma de volver a aquel mundo por la venganza. -o- Reglas del juego: 1.- No hay power up indiscriminados 2.- Todo se estudia y se gana hasta dominarlo 3.- El alma influye sobre el cuerpo, por ende, el cabello y los ojos siempre serán los mismo (ojos color lazuli y pelo blanco). 4.-La fuerza es proporcional al conocimiento adquirido, la técnica y la fuerza del alma. 5.- El nivel del mundo es proporcional al alma. Eso quiere decir que si el alma del protagonista es fuerte, irá a un mundo de mayor nivel.

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858 Chs

Apócrifo - Gods land - Capítulo 95

Al otro día en la mañana, se le podía ver a Kain caminando junto a Aina y Eina con dirección a la guild. Kain iba de la mano con Aina y Eina iba colorada escuchando las coquetas conversaciones de sus padres. Después de un tiempo se sintió abrumada, así que camino varios pasos por delante de ellos. Ahora, la razón por la que Kain iba a la guild, era porque habían acordado con el muchacho encontrarse en las dependencias.

En ese momento de la mañana, recién había caído el roció de la mañana y el aire estaba un poco frio. Por otro lado, se veía una gran cantidad de aventureros que iban hacia la torre de Babel.

Cuando llegaron a la guild, el turno nocturno había terminado y solo quedaron Aina y Eina para atender al público. Por su parte, Kain se sentó en una mesa y comenzó a leer algunos libros mientras se tomaba un café, cortesía de Aina.

Media hora después, Bell llego corriendo y se cayó de cara contra el suelo, deslizándose por la cerámica. Kain cerro su libro y fue a ver lo que le había pasado. Una vez que llego a donde había aterrizado, el muchacho se estaba levantando y sacudiendo la tierra de su humilde ropa, incluso entre los aventureros de bajo nivel era humilde. Por otro lado, se reía como queriendo disimular su error, pero más era una actitud temerosa a ser reprendido, que una actitud optimista de reírse de sus propios errores.

-Lo siento- fue lo primero que dijo Bell al ver a Kain -me quede dormido-

Kain negó pensando que tenían que hacer algo con esa débil personalidad y cambió el tema -ven, muchacho, vamos a entrenar- dijo

Bell pensó que a lo mejor lo llevarían a un lugar secreto para enseñarle técnicas especiales, o lo llevaría al calabozo para aprender haciendo, pero todos sus pensamientos estaban muy lejos de la triste realidad. Kain lo sentó en una silla y le dejo veinte libros sobre el calabozo sobre el escritorio. Bell quedo helado cuando vio la pila de libros y vio a Kain sentarse frente de él, al otro lado de la mesa.

-Lee y estudia- dijo Kain mientras tomaba un libro y se dedicaba a leer.

Bell miró a Eina que estaba un poco más allá. Ella vio lo que estaban haciendo y captando su mirada, asintió. Bell también asintió y de mala gana empezó a leer.

Como a eso del medio día, Bell se cansó, dejo su quinto libro de lado y se dejó caer sobre la mesa.

-¿Señor, esto es necesario?- pregunto desganado

-Sí lo es, muchacho- respondió Kain sin apartar la mirada de su libro -según lo que me dijo Eina, tienes el ímpetu, pero te falta conocimiento-

-Ugh, es verdad, pero…esto es demasiado aburrido-

-Muchacho, estudia para que cuando vayas al campo de batalla, sangres menos. ¿O te gustaría aprender en el calabozo, mientras te desangras y tienes que proteger a tus compañeros?-

Bell solo profirió un sonido raro como "Uggh" y siguió leyendo. No obstante, sus ánimos estaban cada vez más por los suelos, Kain capto esto y soltó un suspiro. Pensó que a lo mejor era por la edad o la falta de madures. Así que tomando el mismo incentivo que le dejo a los tres idiotas, trato de convencer a este otro idiota.

-Mira- dijo Kain y saco una planta de su anillo -ves esta plantita- era un tallo verde con una flor que parecía la cabeza de un dragón de agua -bueno, esta cosa insignificante vale diez millones de valis-

Bell abrió la boca dando un grito ahogado y mirando la planta lleno de incredulidad.

-También tengo esto- añadió Kain. Saco cinco ramas de un color azul -se supone que los alquimistas las mueles, sacan el extracto y fabrican reactivos químicos. Si mi memoria no me falla, la onza debe costar unos trescientos veinticinco mil valis. Para que lo entiendas, esto es necesario para trabajar el acero de damasco. Así que los buenos herreros lo necesitan sí o sí-

Bell pregunto -¿Cuántas onzas tiene aquí?-

-Si saco todo lo que he recogido, por lo menos unas 20 onzas y todo eso lo saque del calabozo ¿Qué tal? ¿Eso es suficiente incentivo para estudiar?-

Bell asintió en reiteradas ocasiones y tomo el libro con el doble de determinación que antes. No obstante, muy diferente de los otros idiotas, este idiota no quiso dejar los libros incluso en el almuerzo. Kain pensó que a lo mejor se debía a la diferencia en sus situaciones. Por lo que Eina le conto, este muchacho y su diosa vivían en una capilla, en la sección derruida de lo que antes era la familia Zeus. Al contrario que los otros idiotas, este idiota vivía en la completa precariedad. Tenía que agradecer si tenía dinero para comer y matarse en el intento para obtenerlo. Después de saber eso, no le extrañaba a Kain que este niño fuera tan asustadizo y cobarde, no tenía nada de lo que sentirse orgulloso, mucho menos alguien fuerte que lo haga sentirse seguro.

Como a eso de las diez de la noche, Kain dejo la guild junto a Bel, el cual estaba obsesionado con los libros. Así que Kain tuvo poco menos que arrastrarlo fuera de la biblioteca. La pobreza era un gran motor, pensó.

-Bell- dijo Kain con el muchacho sobre su hombro, lo llevaba como si fuera un saco de papas -mañana vamos a ir al calabozo, te voy a enseñar algunas cosas entretenidas para que no te aburras-

-¿En serio?- pregunto Bell maravillado

-Así es, a diferencia de mis otros discípulos, pareces un poco más sensato y entiendes el poder de la información-

-No, bueno- respondió Bell con una voz débil y apagada -lo que pasa es que me ayudaría mucho encontrar una de esas plantas-

-¿Y cuál es el problema?- le pregunto Kain, lo dejo en el suelo y lo miró a los ojos -el conocimiento está para ser ocupado como una herramienta más, para poder facilitar las búsquedas y aumentar nuestra supervivencia, para mejorar nuestro estilo de vida. No hay nada de qué avergonzarse en buscar un mejor estilo de vida, eso solo es otra lucha en la vida-

-¿Otra lucha?-

-Así es, es una que se libra con la mente. También hay otras luchas que se libran con el corazón- dijo Kain apuntando con el índice al pecho del muchacho -cuando creemos que somos menos que los demás, cuando nos descalificamos a nosotros mismos, cuando te menosprecian los demás. Esa es otra lucha, una por mantenerte firme y entender que eres digno de las cosas buenas, que no es necesario sufrir y vivir con lo poco, que eres digno de obtener la felicidad-

Bell asintió con los ojos acuosos y Kain le dio unas palmaditas en la cabeza. Cuando llegaron a la mitad de la avenida principal, se separaron. Kain se iba en otra dirección, pero de paso, le paso veinte mil valis a Bell para que tuviera para sus gastos.

-o-

Al otro día, Kain se encontró con Bell en la guild y lo llevo al calabozo. Mientras iban avanzando por las transitadas calles de Orario, Kain le pregunto -¿Cuál es tu arma?-

Bell saco de su cinturón un puñal y se lo mostro a Kain. Todo en este muchacho gritaba humildad, pensó Kain. Esto era casi un pedazo de latón con un mango de madera, como para que no se hiriera los dedos de tanto hacer fuerza, ya que no tenía filo. Kain negó con completa desaprobación y le paso una de las espadas cortas más humildes que poseía, era una cosa que guardo como un juguete, pero sería perfecta para este muchacho.

-No lo puedo aceptar- fue lo primero que dijo Bell, negó con sinceridad y le dijo -ya he recibido su buena voluntad, solo estaría aprovechándome-

Kain levantó su ceja y le pego un coscorrón -toma la maldita arma antes de que te de otro de los buenos- dijo molesto

Como resultado, Bell se agacho mientras se agarraba la cabeza con ambas manos -¿Por qué me pega?- pregunto

-Por idiota- respondió Kain -tienes que tener una buena arma, no te he dado algo tan caro, además, eres mi discípulo, si andas por ahí con un pedazo de basura, seré el hazmerreír-

Bell se puso de pie, mientras sus ojos estaban llorosos por el dolor del golpe. No obstante, fuera de sus pretensiones y palabras, parecía un niño con un juguete nuevo. Una vez que tomo la espada, vio el filo de la hoja y como su rostro se reflejaba en el metal, quedó prendado de la espada.

-Mejor ¿No crees?- pregunto Kain con una sonrisa

-Así es- respondió Bell feliz. No obstante, se tapó la boca y lo miró con culpabilidad, había dicho una cosa y ahora actuaba de otra.

Kain negó y siguió caminando. Bell lo siguió mientras llevaba la espada entre sus brazos.

En el segundo piso del calabozo, Kain creo una hoguera y quemo algunas hierbas. Mientras sus efectos se hacían presentes y se extendía el aroma, le fue enseñando las cosas básicas. Bell ni siquiera sabía cómo tomar una espada, mucho menos de posturas de combate, mantener el equilibrio y preocuparse de no quedar atrapado. Kain volvió a suspirar y pensó que tuvo suerte el otro día, cuando lo salvaron de convertirse en el almuerzo de un minotauro.

Una hora después, en un pasillo de subterráneo, cubierto de piedra y tierra, las hierbas hicieron su efecto y comenzaron a congregarse una gran cantidad de goblins, eran por lo menos veinte. Bell casi sale arrancando, pero Kain lo detuvo y encadeno con magia de tierra a todas las criaturas.

Después miró a Bell, el cual sostenía por el brazo y le dijo -los vas a vencer a todos-

-No puedo- dijo el muchacho muerto de miedo -son demasiados-

-Por supuesto que lo sé, tarado. Ni siquiera sabes luchar, no te voy a lanzar a morir-

-¿Eh?-

-Voy a ir soltándolos uno a uno y tú vas a ir combatiendo con ellos ¿entendido?-

Bell por fin entendió a Kain y asintió. Después desenfundo la espada corta, la tomo con ambas manos y trato de tomar la mejor postura de combate posible. Kain solo pudo suspirar ante lo precaria y desbalanceada que era, pero al menos no se veía como un goblin sosteniendo un trozo de metal.

-Bien, el primero- grito Kain y soltó al goblin.

Bell se puso nervioso y trato de defenderse lo mejor posible. El goblin corrió en su dirección y se lanzo de frente. El pobre muerto de miedo, atino a defenderse con su espada por delante y el globlin la mordió en horizontal mientras lanzaba manotazos y lo rasguñaba.

-Vamos muchacho, tienes la fuerza- grito Kain a lo lejos

Bell se armo de valor y empujo hacia atrás al goblin, como este estaba mordiendo la espada, le cortaron ampliando la boca (Why so serious?). Por su parte, Bell sujeto la espada con ambas manos y se lanzó de frente, apuntando al corazón. El globlin solo pudo sentir el dolor de la apuñalada, miró a Bell frunciendo la nariz, en un gesto de esfuerzo. Al instante, el goblin se desvaneció en una niebla oscura y dejo caer una piedra purpura.

Bell recogió la piedra y se voltió para ver a Kain. Este último sonrió, un tanto en burla por los rasguños que tenía el muchacho en la cara y un tanto en alegría por su victoria. Le indico que se acercara y Bell camino a paso lento, sosteniendo la piedra en su mano izquierda y la espada en la mano derecha. Luchar utilizando técnica era mucho más difícil que luchar por instinto, pensó.

Después de que terminara el combate, Kain fue corrigiendo algunos movimientos y "tic nerviosos" que tenía al luchar y poco a poco fue puliendo su habilidad. Para el final del día, Bell termino peleando con dos goblin a la vez y venció, con dificultad, pero venció. Los veinte primeros solo fueron el inicio y para el final del día, Bell ya había vencido a más de sesenta goblins. Por ende, cuando termino su desafío, cayó rendido del cansancio.

Kain lo tuvo que cargar durante todo el camino e ir preguntando por las calles adonde vivía el muchacho. Entre una cosa y otra, llego a una vieja capilla y la recordó de aquella época cuando despertó. Cuando todo lo terrible paso mientras él no podía hacer nada. Entonces encontró a una pequeña diosa de pelo negro y grandes senos, envuelta en un vestido blanco de una pieza. Estaba parada en el dintel de la capilla con un rostro melancólico.

-¿Como esta la diosa glotona?- pregunto Kain en broma

Hestia levanto su rostro y frunció el ceño -el gigante brabucón- dijo

-Oye, yo te lo advertí, tu sola te ganaste en el lado malo de mi mujer con tu flojera-

Hestia bufo y le pregunto molesta -¿No le estarás enseñando tus cosas sucias a mi Bell?-

-Para nada, solo a como luchar. Cuando no está siendo un cobarde inseguro, tiene mucha pasión por el combate. Casi me recuerda a Aquiles-

-Claro que tiene pasión, es el niño de mi familia-

Después de esa pequeña discusión, Kain entro a la capilla, bajo a un subterráneo donde dormían y acostó a Bell en un sofá. Miró la habitación y asintió como entendiendo un poco mejor la situación. Prácticamente, Bell vivía como un indigente. Kain negó y pensó en algunas formas de ayudarlo mientras dejaba una gran bolsa de cristales mágicos en una mesa.

-Eso es del muchacho- dijo Kain -que mañana vaya igual de temprano a la guild, le seguiré enseñando-

-Gracias- respondió Hestia de mala gana, todavía le guardaba un poco de rencor por correrla de la mansión de Hephaestus. Claro, esta última era su amiga, así que no se enojaría con ella, pero Kain era otro cantar.

-Vaya, pensaba que solo sabias dormir y comer, uno ve cosas nuevas todos los días-

-Idiota-