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Suerte y perseverancia

Pequeña aclaración: Cada volumen es independiente del otro. Sigue su propia línea de historia y no se ve afectado por los volúmenes anteriores. Bueno, salvo por algún poder o habilidad que se viene arrastrando por el conocimiento y la personalidad del protagonista que va evolucionando. Volumen 1 Cross over entre nasuverso y Madam ou no Vanadis Volumen 2 viaje por Juego de Tronos, Señor de los anillos y Dark Soul 3 Volumen 3 Mushoku Tensei y Danmachi. Volumen 4 Naruto y muchos otros. -o- Kain, antiguo vástago del equilibrio. Renació en el mundo de Fate y vivió durante varios siglos. Sin embargo, al encontrarse con su viejo enemigo, el dios Hilden, lucho y perdió. Ahora su alma viaja a través del multiverso buscando el poder y la forma de volver a aquel mundo por la venganza. -o- Reglas del juego: 1.- No hay power up indiscriminados 2.- Todo se estudia y se gana hasta dominarlo 3.- El alma influye sobre el cuerpo, por ende, el cabello y los ojos siempre serán los mismo (ojos color lazuli y pelo blanco). 4.-La fuerza es proporcional al conocimiento adquirido, la técnica y la fuerza del alma. 5.- El nivel del mundo es proporcional al alma. Eso quiere decir que si el alma del protagonista es fuerte, irá a un mundo de mayor nivel.

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Apócrifo - Gods land - Capítulo 94

Después de conocer al pequeño aventurero tomate, Kain siguió con su vida normal y durante una semana no tuvo nuevas noticias de él. Kain quiso suponer que eso era algo bueno y trató de descartar los malos pensamientos. Por otro lado, ese día viernes en que notó la falta de noticias, Kain estaba haciendo su rutina diaria. Se levantó temprano y acompaño a Riveria en el desayuno. Después de eso, esta última hablo con una Isabel medio dormida y le encargó a su hija. No tenía más de tres años y estaba demasiado pequeña para dejárselo a Kain, decía ella. Una vez eso arreglado, Riveria se fue y Kain fue a ver a sus hijos.

Primero fue a la habitación de Baltazar y golpeo varias veces, pero como en otras oportunidades, el muchacho no contesto. Kain dio vuelta la manilla y al abrir la puerta, lo encontró durmiendo en su cama. Para empezar estaba en una mala posición, cruzado y con la cabeza para los pies. El mismo Kain no sabía cómo terminaba en esa posición, pero de todas maneras se acercó para despertarlo.

-Muchacho- dijo Kain mientras lo sacudía -muchacho, levántate a tomar tu desayuno-

-¿No puedo seguir durmiendo?- pregunto Baltazar

-¿Llamo a tu madre?-

-Papá es tan malo- dijo de mala gana, se rasco los ojos y bostezo mientras trataba de levantarse. Apoyo una de sus manos en el borde de la cama, esta se deslizo y casi se cae de cabeza contra el suelo. Gracias a Kain no pasó nada.

-Gracias- dijo Baltazar en los brazos de su padre

-De nada, muchacho- respondió Kain volviéndolo a subir a la cama -por otro lado, me sorprende que durante todos estos días no te haya pasado nada. Siempre bajas las escaleras medio dormido-

-Es practica-

Kain negó divertido y le dio una leve palmada en la cabeza -muévete- dijo

Baltazar se refregó la cabeza como si hubiera sido un gran golpe, pero no fue así. Solo imitaba a su padre cuando lo regañaban, de esa forma no lo seguirían atacando.

Después de sacar a Baltazar de la cama, Kain camino hasta la habitación de Eina y toco la puerta varias veces. Esta vez tuvo que esperar sí o sí, dado que penetrar en la guarida del dragón, solo sería para encontrar su fin. Fuera de bromas, Eina era quisquillosa con su habitación y Kain lo encontró razonable, después de todo, ya tenía diecinueve años. El mismo Kain encontraba extraño que todavía viviera con ellos, pero según Eina, el alquiler era muy caro. A lo que Kain le ofreció hace poco tiempo comprarle una casa, pero ella se negó. Al final, solo pudo pensar que Eina era una mujer de familia y se sentiría sola viviendo por su cuenta.

Unos segundos más tarde, Kain escucho desde el otro lado de la puerta, un suave y casi apagado -pase-. Así que Kain giro la manilla y abrió la puerta. Muy diferente de la habitación infantil de hace años, esta era la habitación de una dama. Con muebles barnizados, paredes pintadas de un amarillo suave. Una cama con dosel, con un cobertor blanco y esponjoso sobre la cama. El piso estaba alfombrado y en una esquina había un tocador blanco cargado de pinturas y perfumes.

-¿Vas a desayunar?- pregunto Kain

Eina en ese momento miraba su reflejo en el espejo del tocador y sentada sobre el taburete, meditaba sobre ciertas cosas. Así que cuando Kain le pregunto, ella solo respondió un escueto -mm-

Kain se acercó a ella, le puso las manos en los hombros y le beso el cabello -¿Qué pasa? Te noto demasiado pensativa- pregunto

Eina sonrió ante el gesto y poso sus manos sobre las de Kain -nada, papá- respondió

-Vamos, tienes a tu viejo, si tienes dudas, puedes preguntarme-

-¿Papá era descuidado cuando joven?-

-Bueno, debo haberlo sido, después de todo, mi princesa siempre me está recordando que soy un padre demasiado descuidado-

Eina se ruborizo y le respondió -no es eso, eso, eso solo lo digo porque papá me hace enojar, pero, pero hablando en serio ¿papá era descuidado cuando joven?-

-Sería difícil responder eso- dijo Kain, se movió a un lado y le hizo señas para que le dejara un espacio en el taburete. Como resultado de sentarse, el taburete crujió.

-¡Papá, estas muy pesado!- grito Eina -si lo rompes, lo pagas-

-Ok, ok, lo pagare- dijo Kain a la defensiva -pensé que te interesaba saber que si era descuidado cuando joven-

-Es verdad, pero papá está muy gordo, casi rompe mis cosas-

-Mujeres- murmuro Kain mientras tornaba los ojos al techo -bueno, volviendo al punto. Es difícil decir que era descuidado. Siempre he sido un hombre que se preocupa por todas las necesidades que pueda tener su familia. Así que por ese lado no lo creo, pero si es por luchar, puede que sí. Después de todo, ninguna lucha es sensata y segura. Todas implican un riesgo por muy pequeños que sean, incluso en las que tienes todas las posibilidades de vencer. Incluso un día vi a un tipo vencer a un monstruo y casi convertirse en polvo por las heridas que le dejo la magia-

-¿Es necesario luchar?-

-Quisiera decirte que no, corazón de mi vida, pero sería una mentira. Incluso los que no tiene que luchar físicamente, tienen que luchar con su intelecto. A lo mejor, los comerciantes no sangran o mueren, pero sus luchas monetarias pueden significar la hambruna o la prosperidad de su familia. Y eso es sin considerar a sus trabajadores, clientes y proveedores. ¿Entiendes? Incluso si no quieres luchar, te veras obligada a luchar, como ahora. Eina quiere lograr su independencia con sus propias manos y no quiere que papá le compre una casa. Así también, los aventureros van al calabozo y tratan de ganarse un futuro mejor con sus propias manos-

-¿No hay forma de evitarlo?- pregunto Eina con una voz débil mientras posaba su cabeza en el hombro de Kain

-No, bebé, no la hay, mientras las personas quieran un mejor futuro, no la hay. Al menos, yo no lo he visto en ningún lado-

Eina paso veinte minutos apoyada en el hombro de su padre, meditando en la situación de alguien más y dándole vueltas a las palabras. No obstante, de repente llego Isabel con Galadriel (hija de Riveria) en sus brazos y dijo -Eina, vas a llegar atrasada-

-Lo siento- respondió ella en un apuro y comenzó a colocarse el resto de su ropa. Después de eso, Eina tomo un rápido desayuno y se fue corriendo al trabajo. Kain la quedo mirando desde el portón de su casa y soltó un suspiro, esperando que no le pase nada por ir apurada.

-o-

En la tarde de ese mismo día, Kain hizo dormir a Galadriel en una cuna bajo el amparo del manzano. La agradable sombra y la brisa de la tarde le daban un ambiente agradable. Por otro lado, Kain no se atrevió a descuidarse y le coloco un pequeño chal encima mientras la mecía. Al mismo tiempo, en la mesa había un botella de vino y varios platos con embutidos y quesos. En estos momentos Kain estaba por su cuenta mientras esperaba que hicieran la cena. De repente tuvo las ganas de sacar su pipa y tabaco, pero considerando a la pequeña musa, se negó a fumar. Después siguió contemplando la tarde y como a eso de las ocho de la tarde, Eina llego con una inesperada visita. El joven tomate venía todo sonrojado a la cola de Eina mientras ella lo jalaba de la mano. Kain sonrió y se los quedo viendo. Por su parte, Eina solo entendió la situación cuando llego frente a su padre y sintió vergüenza de ir de la mano de un muchacho más joven que ella.

-Papá- dijo con voz temblorosa -quisiera pedirte algo-

Kain levantó las cejas en un gesto de completa diversión, lo que causo que Eina se pusiera más roja aun. Ahora Kain pensó que ella y el joven de cabello blanco, al que el tipo feral llamaba "tomate", hacían buena pareja.

-¡Papá! Me están dando ganas de golpearte- dijo Eina en un tono amenazante

-Baja la voz- señaló Kain a un lado de la mesa, donde estaba la cuna -tu hermana está durmiendo-

-Lo siento- susurro Eina mientras se tapaba la boca.

-Hola, muchacho- dijo Kain con una sonrisa mientras le tendía la mano -no sabía que conocieras a mi hija-

-No, bueno, usted sabe- dijo de forma evasiva, como si no pudiera aguantar más la timidez -yo tampoco sabía que era su hija jajajajaja-

Kain asintió y se concentró en Eina -¿Qué necesitas?- pregunto

Eina algo más calmada y sumisa, dijo en voz baja -¿papá lo puede entrenar?, él es joven y no sabe nada del calabozo. El otro día casi se mata, entonces, entonces pese que papá lo podría ayudar-

Kain sonrió al ver a una Eina tan tímida y soltó un largó suspiro, pensó que ya había llegado la época de su princesa. No obstante, un grito lo saco de sus pensamientos

-No es eso, papá- grito Eina roja hasta las orejas -no es lo que piensas, estoy segura que estás pensando alguna estupidez. Le voy a decir a mamá si me sigues molestando-

Por un lado, Kain se entretenía con esta Eina a la defensiva, pero no le gustó mucho por los gritos descontrolados. Gracias a ellos, Galadriel se despertó llorando.

-Lo siento- dijo Eina apenada mientras Kain cargaba a Galadriel y la mecía en sus brazos

-Solo controla el volumen de tu voz- dijo Kain, después los invito a tomar asiento mientras él trataba de calmar a la pequeña elfa. Solo cabe decir que tenía unos pulmones de acero.

Diez minutos después llamaron a Eina y el muchacho de pelo blanco se quedó incomodo y solo, sin ninguna barrera que lo protegiera de Kain. Al mismo tiempo, Kain logro calmar a Galadriel y la devolvió a su cuna.

-¿Cómo te llamas, muchacho?- pregunto

-Bell- respondió

-Bueno, Bell ¿tienes diosa?- en ese momento Kain tomo su copa y le quiso dar un sorbo, pero su vino salió despedido en forma de roció al escuchar la respuesta.

-Sí, se llama Hestia-

Kain tosió por un buen rato y después miró al muchacho con ojos inquisitivos -¿eres como tu diosa?- pregunto

A lo que Bell no supo que responder.

-A ver, muchacho- dijo Kain en un tono firme mientras se limpiaba la boca con una servilleta -el mundo es demasiado pequeño, creo. Mira, tu diosa estuvo viviendo en la casa de mi mujer hace unos meses y no dejo una muy buena impresión. Por eso te pregunto ¿eres igual a tu diosa?. No te voy a mentir, tu diosa es cómoda, floja y un barril sin fondo. Si pudiera pasar todo el día durmiendo, lo pasaría. No lo tomes a mal, pero es la verdad-

Bell agacho la mirada y no supo cómo refutar eso. Ante tal acto de poco valor, Kain solo pudo soltar un suspiro y evaluar al muchacho por sus rasgos. Por donde lo veas, se veía débil, asustadizo y poco decidido. Sinceramente, Kain no veía por donde su hija se pudo enamorar de este pequeño rufián. Ahora, recordando el pasado, el trio de idiotas no tenía mejor apariencia que este muchacho. Incluso, el más tímido de los tres termino siendo su yerno.

-¿Es importante como sea mi diosa?- pregunto el muchacho en un tono bajo

-No- respondió Kain sin darle la mayor importancia -pero es como la familia, habla mucho de uno. Ves a Eina, si la conoces, ¿Qué opinión tendrías de mí?-

-Alguien responsable y confiable-

-¡¿Ves?! De eso hablo, ahora, no te voy mentir, no me agrada tu diosa, no la soporto, pero eso no significa que no te vaya a entrenar. Mira, empezaremos esto como un favor que me pidió mi hija. Te enseñare un poco para ver hasta donde puedes llegar, y si eres digno, te enseñare hasta el final de mis conocimientos-

-¿Podre llegar a nivel 9?-

Kain negó -eso depende totalmente de ti, muchacho- dijo -yo te muestro el camino, pero tú lo avanzas con tus propias fuerzas. Aquí no hay un métodos milagrosos, ni una medicina mágica, ni un método rápido. Todo, absolutamente todo, depende de ti. Depende de cuanto estés dispuesto a sacrificar por tu sueño. Ahora ¿Qué me dices? ¿Te atreves?-