Apócrifo - Gods land - Capítulo 92

La visita de Kain a Freya no duro mucho, ya que ella tuvo una pequeña crisis de pánico y quedo choqueada después de escuchar a Kain. Con esa información, este último tenías unas cuantas hipótesis de que es lo que quiere hacer el primordial en este mundo. Así que solo puede interpretar la reacción de Freya como una de las más tristes y terribles posibilidades. En general, lo más probable es que el primordial haya estado intentado todo este tiempo crear dioses con la posibilidad de crecer (y reemplazar a los ya creados). Para poder entender esto, hay que tener en cuenta que los dioses que bajaron a la tierra junto con Zeus y Hera, son productos terminados que nacieron perfectos y no entienden los conceptos de asimilar y crecer. Muy diferente de los mortales que nacen débiles y se tienen que volver fuertes para subsistir en este mundo. Al final, es su única posibilidad. No importa donde vivas ni quien seas, el poder siempre es necesario. Tanto para el ego, como para la riqueza, la belleza o el control. El poder siempre será necesario, por eso, los seres humanos siguen buscando formas de mejorar. A eso súmale el corto tiempo de vida y el miedo a la muerte y vualá, tienes el más grande motor de evolución de todos los tiempos. La humanidad fue así hasta que bajaron los dioses, la ayuda del falna hizo más mal que bien. Pero entendiendo a una entidad como el primordial, sólo se puede suponer que dejo que el experimento siguiera su curso y a medida que la humanidad fue mejorando, fue quitando las piedras de tope que entorpecerían su avance. Zeus y Hera fueron algunos, Evilus y quizá que entidades a lo largo de la historia.

Mientras Kain llevaba a Baltazar de la mano, medito en todas esas cosas. Salieron de la zona comercial de la torre de Babel y fueron al restaurante de siempre. Baltazar iba preguntando un montón de cosas a medida que aparecían tiendas y personas, mientras que Kain solo respondía de forma ligera. Una vez que llegaron al restaurante, Baltazar dejo escapar un "Ooooh" por lo grande y hermosa que era la infraestructura. Muchas mujeres de la nobleza que veían al pequeño, rieron y lo miraron con cariño. Por otro lado, los viejos gruñones fruncieron su ceño, pero no expresaron sus molestias, después de todo, Baltazar venía con Kain, al cual solo le faltaba comprar el restaurante para tener la última palabra.

-Mesa para dos- dijo Kain a una garzón y la chica asintió.

Los llevaron a una esquina del tercer piso, la cual a esa hora no era un lugar muy popular. Kain entendió las intenciones de la garzón y coincidió en que era una buena elección. Después de todo, este pequeño comería con su ayuda y lo preguntaría todo en el proceso. A lo mejor sentiría curiosidad por las pinturas, o por el ventanal que daba a la calle, o por las hermosas mesas de madera barnizada y lustrosa.

Mientras Kain pidió el plato del día, Baltazar permanecía sentado en la silla del lado mientras pataleaba al aire y miraba todo a su alrededor.

-Este lugar es bonito- comento

Kain sonrió y le dijo -es bonito, pero tienes que portarte bien-

Baltazar siguió mirando alrededor y asintió por defecto. Kain ni siquiera supo si realmente entendió lo que dijo. No obstante, ¿Quién lo puede culpar? Estaba en un hermoso y lujoso lugar, por otro lado, sus cortos tres años no le habían proporcionado la suficiente experiencia como para lidiar con tal fuerte impresión. Sin embargo, fuera de todo pronóstico, Baltazar se portó bien. Comió toda su comida y no molesto a nadie más que a su padre con sus preguntas. Como recompensa, Kain le pidió un flan con caramelo, cosa que Isabel hubiera prohibido, porque según ella, lo vuelve demasiado activo en la noche y no se duerme nunca. Pero esto era otro secreto entre padre e hijo.

-Estaba rico- dijo Baltazar mientras se relamía los labios y pataleaba en la silla, sus pies quedaban colgando, así que solo era un movimiento constante sin repercusiones. Por otro lado, cuando a Kain le toco comer, Baltazar comenzó a cabecear y tuvo que maniobrar con él en sus brazos mientras comía.

-Señor, tenemos unos sillones por ahí- dijo la garzón apuntando a una esquina del tercer piso. Era un juego de tres sillones de cuero individuales colocados unos contra otros mientras formaban un triángulo -lo puede recostar si usted quiere-

Pero Kain negó y de alguna manera, se las arregló para comer mientras mantenía a Baltazar entre sus brazos. Por su parte, el niño durmió de lo más bien y solo se despertó una hora después, cuando su padre estaba sentado en el pasto de un parque. Como estaban a la sombra de un árbol, no sintió la molestia del sol. El niño solo se desperezo, pregunto por su mamá y siguió durmiendo. Al parecer, era el mejor lugar para tomar una siesta.

Mientras tanto, Kain al ver a Ottar, recordó el pasado y como las posibilidades de que fueran familia se escaparon muy temprano. En aquella época Ottar era un niño de Freya y siempre andaba melancólico cuando se separaban. No obstante, se le pasaba después de un par de horas y se ponía a jugar con sus hijos. Sin embargo, para él, Freya siempre fue lo más importante. Como era joven y no tenía ninguna delicadeza, decía todo lo que se le pasaba por la mente. El hecho es que cuando era niño, se llevaba bien con Flora y eran amigos. Pero una semana antes de ir por primera vez a la finca de Deméter, tuvieron una fuerte discusión. El problema fue que Flora le pregunto "¿Quién era la niña más linda?" y por supuesto, Ottar le dijo que Freya. Eso rompió en mil pedazos el joven corazón de Flora y como represalia, le dejo un ojo negro a Ottar. El niño lloro porque no entendía porque su amiga le había pegado, pero eso no importo mucho. A la semana volvieron a jugar de nuevo, pero nunca volvieron a ser tan amigos. Es una pena, pensó Kain. Si solo no hubiera dicho la verdad, a lo mejor hubiera habido un camino para los dos.

A Kain le hizo gracia recordar esa vieja memoria, ya que todo esto se disparó por la sencilla pregunta que le hizo de Ottar antes de irse -¿Cómo esta Flora?-

A lo que Kain se sorprendió un poco, pero se recompuso de inmediato y le dijo que bien. Ottar solo asintió y dijo que le mandara saludos si la veía.

Como a eso de las cinco de la tarde, Baltazar se despertó en los brazos de su padre. A su vez, sentía que hacía mucha calor y necesitaba agua. Así que abrió sus ojos poco a poco y donde vio una cara familiar, dijo sin preocuparse por donde estaba -tengo sed-

Kain saco una botella de su anillo y le dio un poco de agua. Después de eso, Baltazar se quiso poner en pie y mojarse la cabeza. Kain así lo hizo y después salieron del parque con dirección a la guild. Como el sol estaba fuerte, Kain saco un pequeño sombrero de paja y se lo coloco sobre la cabeza.

-¿No quieres que te lleve en brazos?- pregunto Kain

-No, papi- respondió Baltazar mientras le tomaba la mano -quiero caminar-

De esa manera atravesaron las calles de Orario, las cuales a esa hora eran poco transitadas. Baltazar se detenía a mirar a los perros y algunas tiendas con juguetes de colores. De repente miraba a las personas de otras razas y le preguntaba a su padre ¿Por qué tenían orejas de conejo, o colcas de gato o se veían tan malhumorados y cosas así?. Por su parte, Kain le fue respondiendo y enseñando con paciencia.

-Así que no debes señalar a otras personas con el dedo, es feo- dijo Kain

Baltazar asintió y se cansó de caminar -papi, me duelen los pies- dijo

-Ok, ven acá- dijo y lo levantó en sus brazos, profiriendo un gruñido como si el niño fuera muy pesado.

Una vez que llegaron a la guild, el lugar estaba empezando a llenarse de aventureros y las asesoras mantenían un buen ritmo de trabajo. Aina estaba en una mesa con una amazonas, mientras que Eina atendía a un joven aventurero humano. Por su parte, Kain entro a la guild llamando la atención de muchas personas. Tanto hombres como mujeres, después de todo, venía con un niño pequeño en brazos.

En ese momento fue atajado por una asesora de pelo rosa, amiga de Eina. La joven conocía a Kain y sobre todo, conocía al Baltazar. Ella era muy aficionada al joven Dragonroad y lo encontraba lindo, incluso le dijo a Kain que lo quería adoptar como su hermano. Algo que no le hizo mucha gracias a Baltazar, ya que pensó que lo alejarían de su familia. Desde ese día, ella lo persigue y él se oculta.

-Hola Balti- dijo Misha Flott, la cual iba vestida igual que todas las asesoras, con un traje de mayordomo, con una chaqueta sin mangas.

-No- dijo Baltazar y oculto su rostro en el pecho de su padre.

-Oh, vamos Balti, la hermana Misha te quiere ver ¿No me quieres ver?-

-No- dijo y oculto su rostro otra vez. Por otro lado, estaba pataleando con suavidad, pero estaba golpeando a Kain en el estómago.

-Hijo, no muevas tus pies de esa manera, me estas pegando- dijo Kain

-Perdón, papi- respondió Baltazar y le dio un beso en la mejilla. Después se ocultó en su cuello y Misha lo empezó a perseguir. No obstante, el juego duro poco, dado que alguien tosió y Misha se detuvo.

-Misha, creo que estas no son horas para estar jugando. Hay un montón de aventureros que atender- dijo Aina en un tono formal.

-Ugh, eres mala, jefa. Necesita recargarme de energía feliz- dijo Misha en un tono lastimero

-Me parece bien, pero no en horas laborales, vuelva a su puesto-

De esa manera, Misha fue correteada y Baltazar se salvó de ser adoptado, al menos, así lo vio él.

-Gracias mami Aina- dijo

-Ooooh, mi muchacho más lindo- dijo Aina en un tono de voz infantil, se acercó y se lo quito a Kain de los brazos -¿Cómo se portó hoy?-

-Bien, con papi fuimos a ver a unos amigos y comí muchas cosas ricas-

-¿Qué cosas?-

Baltazar comenzó a levantar sus dedos como si supiera contar y le dijo todo lo que comió hoy. Por otro lado, algunas aventureras que conocían a Aina se le acercaron y otras asesoras también dejaron sus puestos de trabajo. Tanto Aina como las asesoras se olvidaron de los aventureros y solo escucharon las aventuras de Baltazar. Por otro lado, los aventureros se molestaron, pero tuvieron que conformarse con Eina y Misha que trabajaban en ese momento a toda su capacidad.

Una hora más tarde, el turno de Aina y Eina termino, y Kain se las llevó junto a Baltazar.

-No deberías haberlo traído- dijo Eina enojada -solo distraes a la gente de su trabajo-

-Pero yo te quería ver- dijo Baltazar como si fuera un cachorro abandonado

Eina no dijo más y solo se lo quito a Aina de los brazos. Después lo cargo durante todo el camino y lo fue regaloneando en secreto. Eina creyó que Kain y Aina no se daban cuenta, pero era obvio que le iba dando dulces. Eina podía ser muy estricta, pero al igual que con Elrond, solo podía amar a sus hermanos. Por otro lado, Kain pensaba en quien será el afortunado que capture el corazón de su hija. Solo pudo suspirar mientras Aina le tomaba de la mano y sonreía con él, compartiendo el mismo sentimiento a melancolía.

-Conocí a una niña muy hermosa- dijo Baltazar.

En ese momento, Kain se congelo y estuvo a punto de darse la vuelta para taparle la boca, pero fue muy tarde.

-Se llamaba Feya- dijo Baltazar.

Al instante, Aina y Eina pusieron miradas furiosas y se enfocaron en Kain.

Así que adivinen ¿Quién durmió esa noche solo y el resto de la semana?