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Suerte y perseverancia

Pequeña aclaración: Cada volumen es independiente del otro. Sigue su propia línea de historia y no se ve afectado por los volúmenes anteriores. Bueno, salvo por algún poder o habilidad que se viene arrastrando por el conocimiento y la personalidad del protagonista que va evolucionando. Volumen 1 Cross over entre nasuverso y Madam ou no Vanadis Volumen 2 viaje por Juego de Tronos, Señor de los anillos y Dark Soul 3 Volumen 3 Mushoku Tensei y Danmachi. Volumen 4 Naruto y muchos otros. -o- Kain, antiguo vástago del equilibrio. Renació en el mundo de Fate y vivió durante varios siglos. Sin embargo, al encontrarse con su viejo enemigo, el dios Hilden, lucho y perdió. Ahora su alma viaja a través del multiverso buscando el poder y la forma de volver a aquel mundo por la venganza. -o- Reglas del juego: 1.- No hay power up indiscriminados 2.- Todo se estudia y se gana hasta dominarlo 3.- El alma influye sobre el cuerpo, por ende, el cabello y los ojos siempre serán los mismo (ojos color lazuli y pelo blanco). 4.-La fuerza es proporcional al conocimiento adquirido, la técnica y la fuerza del alma. 5.- El nivel del mundo es proporcional al alma. Eso quiere decir que si el alma del protagonista es fuerte, irá a un mundo de mayor nivel.

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Apócrifo - Gods land - Capítulo 69

-Empieza a hablar jovencito- dijo Kain en un tono autoritario

Elrond se quedó callado y Marcus jugaba con sus dedos mientras pensaba en una buena excusa. Ambos miraban al suelo como esperando que los regañaran, pero eso no llego, su padre paso por al lado de ellos y les dijo mientras se agachaba para revisar a la elfa -no escucho ninguna respuesta- dijo. Entonces levantó la tela con que la elfa estaba cubierta y la echo para atrás. Era una niña, no mayor que sus hijos, a lo sumo debe haber tenido unos quince años. Kain le acercó los dedos a la nariz y sintió la suave briza de su respiración. Parece que es como habían pensado sus pequeños bandidos, esta niña estaba durmiendo, pero para ser más precisos, estaba desmayada. Seguramente por la falta de alimento y cansancio, tenía varios moretones en los brazos y la cara. A lo mejor, algún bandido la trato de asaltar y se defendió como pudo. Hoy en día un montón de gente mandaba a sus hijos a Orario con la promesa de aventuras y riqueza, pero no se preocupaban de las consecuencias que eso podría acarrear.

Kain soltó un suspiro y se puso de pie -¿Y bien?- pregunto -no los escucho, estoy esperando una respuesta-

El único en hablar fue ponpon, el cual comenzó a ladrar y a saltar mientras meneaba su cola para que Kain lo tomara en brazos. Una vez que lo tomo, el cachorro le comenzó a lamer la barbilla. Parece que estaba increíblemente feliz de ser encontrado, muy en disonancia con los dos niños, que parecían estar congelados.

Kain bordeo a los niños y se puso en frente de ellos, se puso en cuclillas mientras sostenía a ponpon y los miró a los ojos -los estoy escuchando- dijo en un tono estricto -¿Qué paso?-

Elrond empezó a hacer pucheros y a llorar, mientras que Marcus comenzó a derramar lágrimas en silencio. Kain negó con su cabeza y dejo al golden retriever en el suelo. Después abrazó a ambos niños y ellos derramaron todas las lágrimas que se habían guardado.

Después de llorar lo suficiente, Kain apartó a los niños y le preguntó a Elrond -¿Qué paso en ese callejón? Encontré a un montón de gente enredada entre raíces del suelo-

Elrond aun sollozando, le dijo -ellos, querían tener, a mí, hermanito-

-¿Tu lo hiciste?-

-No lo, sé, solo me, enoje y grite-

Kain asintió con seriedad y después miró a Marcus.

-Así fue- dijo Marcus un poco más calmado -un gigante gordo me quiso tomar del brazo y Elrond hizo aparecer esas raíces-

Kain soltó un suspiro y miró a ambos niños, una cabecita roja y otra esmeralda. Se preguntó como dos enanos de cinco años podían ser tan problemáticos.

-Papá- dijo Elrond con una mirada triste -¿podemos ayudar a esa niña?-

Kain asintió con una sonrisa entre divertida y cansada -podemos- dijo -pero como la quieres ayudar, te vas a tener que hacer cargo de ella-

Elrond asintió lento, pero al final hizo una sonrisa y se pasó las manos por los ojos para limpiarse las lágrimas.

Kain también sonrió al verlo y sintió que su hijo era demasiado amable con una extraña. No obstante, solo tiene que educarlo bien para que no crezca como Carmen. De lo contrario, podría ser muy peligroso para él ser tan altruista.

Entonces Kain se puso de pie y fue hasta donde estaba la elfa. La cargo en sus brazos, se dio la vuelta y les dijo -vamos, si tus mamás se enteran en adonde anduviste, me mataran-

Los dos niños asintieron y salieron de la casa.

-o-

-Su majestad, ya casi es la hora de que se vaya a dormir- dijo Ekaterina

Elrond en ese momento jugaba con un caballito de madera, asintió con fuerza agitando sus finos cabellos esmeraldas.

Por una parte, él estaba sobre una alfombra asiendo saltar a su caballito, mientras que ponpon, estaba durmiendo un poco más allá. Por otro lado, Ekaterina estaba sentada en una silla, al lado de una cama, mientras vigilaba a una joven elfa rubia. La muchacha en la cama parecía haber arreglado su semblante después de haber bebido la medicina de Lord Dragonroad. Todavía se veía demasiado delgada, pero ya no tenía la piel pálida y esas grandes ojeras. Sin embargo, en ningún momento se despertó, así que por petición de Elrond, se le paso una de las tantas habitaciones que estaban vacías.

Alguien abrió la puerta y dijo -Elrond, cariño, vamos a bañarnos para que te vayas a dormir-

-Sí, mami Isabel- dijo Elrond, se puso de pie y fue a donde estaba Isabel. Ella lo tomo en brazos mientras escuchaba a Ekaterina decirle "gracias por sus esfuerzos, señora". Isabel solo asintió y no dijo nada, ya que para ella no era ningún sacrificio cuidar del niño. Después llamo a ponpon quien la siguió de buen agrado.

Una vez que cerraron la puerta, Ekaterina se quedó leyendo hasta la medianoche, que fue cuando la elfa se despertó.

La joven elfa se despertó sujetándose la frente y soltando un gruñido, sentía que la cabeza le daba vueltas. De repente se dio cuenta de que estaba demasiado cómoda y abrigada. No recordaba que el suelo de una casa podrida sea tan blando, ni que su capa sea tan suave. Entonces abrió los ojos y se encontró con una lampara sobre su cabeza y un techo blanco.

Se sentó de golpe y miró alrededor. Estaba en una lujosa habitación y a su lado había una de esas elfas de la alta sociedad, de cabello rojo vibrante y enormes senos. Eso le molestó tanto o más que no saber dónde estaba. Sin embargo, por costumbre, bajo su cabeza y le pregunto -¿Su excelencia, adonde estamos?-

Ekaterina cerro el libro que estaba leyendo y lo puso sobre su regazo. Después miró a la joven elfa y le dijo con una amable sonrisa -ni se te ocurra llamarme así delante de su majestad- puso una sonrisa divertida y continuo -podría creer que te estoy intimidando-

La joven elfa abrió los ojos amplios en un sentido de confusión y asintió.

Por su parte, Ekaterina se puso de pie y se acercó a la joven para revisar si estaba bien. Le trato de colocar la mano en la frente, pero fue esquiva. Sin embargo, no se pudo negar después de insistir una segunda vez -parece que ya estas bien- dijo mirándola con cuidado -solo te falta alimentación-

-¿Quién es su majestad?- preguntó la joven elfa

-Él- dijo Ekaterina apartándose, poniéndose en pie y sacando pecho de tanto orgullo que sentía -será el siguiente…- se detuvo y se tapó la boca. Soltó una risita y se abanicó con la mano pensando en el gran peligro que casi corre al revelar la verdadera identidad de Elrond. Después de serenarse, continuo -digamos que él es tu benefactor. Por otro lado ¿Cuál es tu nombre?-

-Ryu-

-Mucho gusto, Ryu, soy Ekaterina, nodriza y cuidadora de su majestad-

-Mucho gusto- respondió sin saber muy bien su posición. No obstante, su estomago respondió con más vigor que ella, haciéndola avergonzar.

Ekaterina sonrió y le dijo -no te preocupes, su majestad es una persona con un corazón de oro y ya me pidió que te atendiera con la mejor de mi capacidad. Primero te traeré un poco de comida y después podrás volver a descansar-

Ryu soltó un par de lágrimas y le preguntó -¿Cuál es su intención? Los nobles no son buenos sin motivo alguno-

-Ya te lo dije, su majestad tiene un corazón de oro y me pidió que te cuidara-

-Corta tus mentiras- grito Ryu -no te creo, lo más probable es que debe ser otro de esos asquerosos nobles-

Ekaterina levantó la ceja y le dijo en un tono frio -si vuelves a decir eso de su majestad, me ocupare personalmente de ti-

Ryu sonrió con tristeza y pensó que por fin Ekaterina reveló sus verdaderos colores. No obstante, los ladridos de un cachorro llamaron su atención. Alguien golpeo la puerta y Ekaterina fue a abrir.

-¿Quién está gritando, Eka? No puedo dormir- dijo Elrond en el pasillo

Ekaterina sonrió y lo tomo en brazos -yo creo que su majestad solo no quería dormir- dijo -la señora Isabel se va a molestar-

Elrond hizo un pequeño puchero y le pidió con una mirada suplicante -no le digas-

-Será nuestro pequeño secreto y si ponpon no ladra mucho, nadie se dará cuenta-

-Ponpon- dijo Elrond mirando hacia abajo -quédate callado-

No obstante, el pequeño golden retriever sentado sobre sus patas traseras, soltó un ladrido, haciendo reír así a Ekaterina. Por otro lado, esta última entro con los dos y cerró la puerta. Después miró a Ryu con altivez y le dijo en un tono cargado de superioridad -él es su majestad, le debes mucho, así que al menos controla tu lengua-

Ryu quedó con la boca abierta sin saber que decir. Una vez que proceso la información, pregunto -¿Cómo? Yo recuerdo que estaba en un mal lugar de Orario-

-Digamos que su majestad es un niño desobediente y salió a jugar con su hermano mayor-

-Shiiii, Shiii, no le digas- dijo Elrond cubriéndose los labios con el índice -que si alguien más se entera, van a regañar a papá-

-Sí, sí, como si ya no lo hubieran regañado. No se preocupe su majestad, su padre ya fue sancionado por la señora Isabel-

-Nadie me dijo-

-Bueno, digamos que es un asuntó entre los adultos. Por otro lado, su invitada esta despierta ¿no le quiere decir algo?-

-Bájame Eka-

-Sí su majestad-

Una vez que Elrond estuvo en el suelo, camino hasta al lado de la cama y levantó su carita tierna e inocente para mirar a Ryu -¿Cómo estás?- le pregunto

-Bien- respondió Ryu algo apagada

-¿Tienes hambre? Papá dijo que no habías comido en un gran tiempo, por eso te pusiste mal-

-No, yo, solo, bueno, gracias-

-Está bien, le pediré a Eka que te de comida- dijo Elrond, después coloco ambas manos formando un cono alrededor de la boca y le susurro -tengo que irme a dormir, si no mi mamá se enojara-

Ryu asintió algo ida en sus pensamientos y Elrond le mostro una tierna sonrisa. Después se dio la vuelta y agito su mano despidiéndose.

Una vez que salió y Ekaterina vio que se metió a su habitación, cerró la puerta. Después miró a Ryu y le pregunto -¿Todavía piensas que es un asqueroso elfo?-

Ryu negó algo impactada -él, él es demasiado puro, como si fuera uno de nuestros árboles sagrados- dijo

-Ya lo creo, pero especular no te hará ningún bien. Solo considera tu buena suerte el haber conocido a su majestad. Por lo demás, debes estar clara que no eres digna de tal bendición-

Ryu asintió algo triste y Ekaterina salió de la habitación.

Ryu miró hacia afuera por la ventana y notó que era de noche. Por otro lado, pensó en el pequeño elfo de cabello esmeralda y sonrió al recordar que le dijo que lo regañarían si no se iba a dormir. No sabe cómo sucedió, pero entiende cuando Ekaterina le dice que no es digna de tal buena suerte. Si existe un elfo capaz de emitir el aura de los árboles sagrado, entonces ella tuvo la suerte de toparse con un santo, o lo más cercano a una deidad.