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Suerte y perseverancia

Pequeña aclaración: Cada volumen es independiente del otro. Sigue su propia línea de historia y no se ve afectado por los volúmenes anteriores. Bueno, salvo por algún poder o habilidad que se viene arrastrando por el conocimiento y la personalidad del protagonista que va evolucionando. Volumen 1 Cross over entre nasuverso y Madam ou no Vanadis Volumen 2 viaje por Juego de Tronos, Señor de los anillos y Dark Soul 3 Volumen 3 Mushoku Tensei y Danmachi. Volumen 4 Naruto y muchos otros. -o- Kain, antiguo vástago del equilibrio. Renació en el mundo de Fate y vivió durante varios siglos. Sin embargo, al encontrarse con su viejo enemigo, el dios Hilden, lucho y perdió. Ahora su alma viaja a través del multiverso buscando el poder y la forma de volver a aquel mundo por la venganza. -o- Reglas del juego: 1.- No hay power up indiscriminados 2.- Todo se estudia y se gana hasta dominarlo 3.- El alma influye sobre el cuerpo, por ende, el cabello y los ojos siempre serán los mismo (ojos color lazuli y pelo blanco). 4.-La fuerza es proporcional al conocimiento adquirido, la técnica y la fuerza del alma. 5.- El nivel del mundo es proporcional al alma. Eso quiere decir que si el alma del protagonista es fuerte, irá a un mundo de mayor nivel.

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Apócrifo - Gods land - Capítulo 29

Eran las dos de la madrugada y Kain estaba sentado sobre su sillón mirando la oscuridad mientras su pipa emitía un brillo ígneo cada vez que aspiraba el humo. Este era, junto con beber, uno de sus pocos vicios que mantuvo en el tiempo. Por otro lado, cada vez que se pone a fumar, se acuerda de Catalina y sus largas conversaciones nocturnas. Permanecían abrazados durante horas contemplando el cielo estrellado mientras fumaban. No obstante, hoy no está contemplando nada, ni mucho menos relajado. En estos momentos solo llevaba puesto un pantalón mientras el silencio de la casa lo envolvía. El único sonido que se extendía por toda la habitación, eran las caladas que le daba a la pipa. Mientras divisaba el punto ígneo de la pipa y veía como el humo se elevaba hasta perderse en las tinieblas, pensaba en lo que le había dicho Isabel y cuál debería ser su camino.

Después de haber hecho el amor, Isabel le dijo que esperaba casarse en algún momento, a lo mejor no ahora, pero en un futuro próximo. Sin embargo, en lo referente al mismo tema, ella le dijo que no necesitaba ser la esposa principal, pero que debería llegar a un consenso con las otras mujeres. Kain le respondió que no había un apuro por tratar ese tema.

Isabel se enojó, le dijo que era demasiado ingenuo. Él le había contado de su situación con Hephaestus, y ella en base a eso, le dijo que debería corresponder los sentimientos. La diosa de la forja lo espero muchos años, solo para que él actúe indeciso y no de un paso al frente, eso en sí era un vergüenza. Así que Isabel le dijo que ya qué había probado la mercadería, debería pagar un precio. Kain se quiso golpear por haberle hablado de Hephaestus. No obstante, sabía que la chica de la guild tenía razón.

Así que incapaz de dormir por la noche, ahora estaba fumando a oscuras en la sala de estar. Pensaba en Hephaestus y su proposición de hacer algo espectacular para impresionar a los otros dioses. También pensó en Hera, la diosa que cada vez que lo hacían se volvía más ardiente y apasionada. Dentro de todo, se preguntó que pasaba con ella. Parecía que estaba haciendo algo, pero por alguna razón no le quiso comunicar que era. Otra vez se preguntó si era solo un gigolo para la diosa o algo más. Al final, dejo ir todos esos pensamientos junto a la calada que le dio a su pipa y una gran bocanada de humo que lanzo al aire. Dejo que el tabaco de la pipa se consumiera y después boto los restos en un cenicero. Con su mano izquierda lanzó el hechizo Emitir Luz e ilumino la sala. Fue a uno de los muebles y saco una botella de vino y una copa. Volvió a su asiento y se sirvió la copa hasta la mitad. Tomo la copa con su derecha y agito el contenido para después inhalar el encantador aroma del vino. Después le dio una largo sorbo y dejo la copa en la mesita de centro, cerca de la pipa y el cenicero.

Una vez que se extinguió la magia, Kain quedo mirando la oscuridad. Entre medió de eso se preguntó si estaba bien seguir adelante. En cuarenta años se iría, entontes ¿Qué pasaría con estas mujeres?. Las diosas podían subsistir por su cuenta, pero que pasaría con Isabel. Ahora que lo pensaba con más detenimiento, pensó que no fue tan buena idea haberse dejado llevar por el impulso del momento. Pero Isabel era tan hermosa y su cuerpo tan tentador. Kain se rasco la cabeza un gesto exasperado, pero lo hecho, hecho esta. Con un movimiento suave estiro sus dedos hacia adelante y acercó su mano hasta alcanzar la lisa y suave textura de la copa. Contorneo al silueta y después la tomo para acercarla a su boca. Dio otro largo sorbo y la devolvió a su posición.

Al final no encontró más solución que avanzar por este camino, era eso o arrancar, pero él no se permitiría ser tan poco varonil. Las cartas estaban tiradas, él explico su posición, ahora lo único que le quedaba era avanzar y seguir adelante. Al menos, ninguna de sus difuntas esposas hubieran estado contentas de que él se muestre cobarde e indeciso.

-o-

Al día siguiente, Kain se levantó temprano en la mañana. Para ese momento, Mikoto ya estaba levantada, así que lo fue a buscar para que la supervisara en su entrenamiento de la forja. No obstante, Kain le aviso que hoy no tenía tiempo para enseñarle. Le dijo que tenía cosas que hacer y que podía ocupar el taller como ella quisiera. Solo le aconsejo que pusiera un ojo sobre la pequeña alborotadora.

Como a eso de las nueve de la mañana, Kain salió de su casa e hizo su camino hasta la mansión de Hephaestus. Una vez que llego, los chicos de la seguridad lo dejaron pasar mientras le daban una reverencia. Kain pensó que de nuevo, debió ser cosa de Hephaetus. No le dio mucho pensamiento y entro a la propiedad. Avanzó por el camino de adoquines mientras atravesaba el bosque que antecedía a la mansión. Una vez que llego a la gran puerta de madera sólida, golpeo un par de veces pero nadie salió a recibirlo, así que opto por bordear la casa y espero encontrar alguna entrada.

Mientras Kain avanzaba por el costado de la mansión, pudo ver como la cúpula blanca y sus pilares se elevaban por sobre los árboles de los alrededores. No obstante, Kain la ignoro y siguió avanzando por el costado de la mansión mientras buscaba alguna puerta o ventana abierta, pero no encontró nada. Así que utilizo su visión espectral e identifico a los que estaban en la mansión en ese momento. Una de las sirvientas estaba en la parte trasera del primer piso y la otra estaba en el segundo piso. Sin embargo, Kain no pudo encontrar a Hephaestus. Se dio la vuelta y miró hacia el bosque con dirección a la cúpula blanca que se veía a lo lejos. Kain sonrió ya que encontró a Hephaestus en ese lugar, su alma era como una llama multicolor que delineaba su figura. Una vez identificado su objetivo, camino por el bosque evitando las ramas y arbustos hasta llegar frente a la cúpula, una maravillosa construcción hecha de roca solida con hermosos pilares y un piso que se elevaba unos cuarenta centímetros del suelo. En su centro tenía una gran mesa de mármol y varias sillas de madera lustrosa y barnizada.

Por otro lado, Hephaestus estaba sentada sola mientras apoyaba sus codos sobre la mesa y sostenía una fina taza de porcelana a la altura de su boca. Suspiraba y cada cierto tiempo, daba pequeños sorbos a la taza. Parecía ida en sus pensamientos y meditando algo que le quitaba el sueño.

Kain se acercó sin emitir ruido (apoyado por su magia) hasta llegar a dos metros de ella. Podía ver como su trasero se apegaba al respaldo de la silla y su torso se extendía para alcanzar la mesa. La sola visión le pareció sexy, ya que hacía ver el trasero de Hephaestus más grande y redondo. No obstante, sacudió tales pensamientos, ya que no había venido con esas intenciones. Si después había un tiempo sexy era otro asunto.

Kain avanzo hasta ganarse detrás de Hephaestus y le dio un beso en la mejilla derecha. Hephaestus al sentir y escuchar el beso dio un salto en su asiento provocando que parte de su té saliera de su taza.

-Tonto- dijo mientras le dirigía una mirada preocupada -casi me matas del susto- después se largo a reír como ángel

-¿Cómo estás?¿Que te tiene tan preocupada?- le pregunto Kain mientras acercaba una silla. Después se sentó y quedo lo suficientemente cerca para que sus rodillas se tocaran.

Hephaestus se limpió los residuos de té en su mano, después giro un poco su silla para quedar frente a frente y lo miró a los ojos -yo- dijo con cierta duda -solo pensaba en algo con demasiada insistencia. Quizá solo estoy apresurándome-

Kain negó con una sonrisa, estiro su mano izquierda y se la puso sobre la rodilla derecha -dime- respondió -¿Qué te preocupa?-

Hephaestus miró hacia una esquina y pregunto con un tono triste -¿Por qué no te quieres casar conmigo?-

Kain asintió y tomo una gran respiración -así que era eso- respondió -no me has dejado de gustar ni nada por el estilo. Es solo que, con el pasar de los años se vuelve un poco difícil pensar en el matrimonio como una cosa feliz. Tú me conociste, tuve varias esposas, pero ahora estoy solo. Si te soy sincero, yo pudo sobrellevarlo, pero la que me preocupa eres tú. Puedo acompañarte durante un tiempo, pero me tendré que ir ¿Aun así quieres casarte conmigo?-

Hephaestus coloco su mano derecha sobre la que mantenía Kain en su rodilla, la acarició con anhelo y la elevo a la altura de su mejilla -quiero- dijo -todos estos días han sido maravillosos. Cuando hacemos el amor, cuando nos despertamos por la mañana, cuando conversamos por horas, todo ha sido maravilloso. Incluso si es un breve instante, déjame amarte hasta el final-

Kain asintió y se puso de pie, Hephaestus también lo acompaño en el gesto mientras le sostenía la mano derecha. Kain agacho su mirada para que sus ojos coincidieran. Ella tenía una mirada llena de esperanzas. Gracias a el tratamiento de Kain, ahora Hephaestus tenía un ojo negro y el otro rojo. Por otro lado, sus pelo rojo intenso seguía corto, con algunos risos poco definidos. Kain le paso la mano derecha por la mejilla y se agacho para besarla. Hephaestus se paró sobre la punta de sus pies y se afirmó de su camisa. Los labios coincidieron con un pequeño toque, que después se convirtió en un beso apasionado mientras intercalaban sus labios y exploraban la boca del otro.

Después de unos minutos, Kain dio un paso atrás y se hinco sobre su rodilla derecha. Levantó su mirada para mirarla a los ojos y saco un anillo de oro con un gran rubí rojo. Le tomo la mano izquierda y dijo -Hephaestus, diosa de la forja ¿Te quieres casar conmigo?-

Hephaestus derramo una lágrima mientras sonreía y asintió dos veces. Kain sonrió y le puso el anillo en su dedo anular. Después se puso de pie y ella le dio un fuerte abrazo. Kain le devolvió el abrazo mientras la escuchaba sollozar. Le pasaba la mano por la espalda mientras sentía que su camisa se humedecía a la altura de su pectoral izquierdo.

Después de eso, Kain se sentó en su silla y Hephaestus se sentó sobre su regazo. Mientras escuchaban a los pájaros cantar alrededor del bosque, permanecieron abrazados.

-¿Qué te gustaría que hiciera para impresionar a esos idiotas?- pregunto Kain

Hepahestus levantó su rostro y lo beso en el cuello -cualquier cosa estará bien- dijo -solo tienes que hacer algo para que esos idiotas queden impresionados-

-Está bien, haré algo único que nadie más pueda copiar. Al menos, en esta tierra, pero debes esperarme. Me tomara unos dos años templar esas espadas-

-¿Qué tipo de armas serán?-

Kain sonrió y le dio un tierno beso en la nariz -es sorpresa- dijo -así que solo espéralo. Por otro lado ¿te gustaría que tuviéramos familia?-

Los ojos de Hephaestus se agrandaron con una expresión de incredulidad, de repente sonrió nerviosa y le dijo -¿adoptar un niño? no me parece mala idea-

-No te hablo de eso- respondió Kain con una sonrisa rebosante de confianza -te hablo de tener nuestro propio hijo-

-Pero, eso, eso es imposible- dijo Hephaestus poco a poco bajando la voz -a menos que tengas una divinidad asociada a la maternidad, es, técnicamente imposible-

Kain le pegó una sonora nalgada y le dijo -estoy hablando en serio-

-Pero-

-Mujer, si te digo que se puede, es que se puede. Déjame que te explique: ustedes vienen a este mundo utilizando un cuerpo falso. No obstante, es un cuerpo que emula todas las características de un ser humano ¿o me vas a decir que ustedes no van al baño?-

Kain la quedo mirando y Hephaestus se puso roja.

-Deberías haber buscado un mejor ejemplo- le dijo en un tono lleno de reproche

Kain soltó una risita mientras aprovechaba de pasarle la mano por las firmes nalgas -es solo un ejemplo- dijo -bueno, la cuestión es que su divinidad les impide que sus ovarios "mueran" como lo hacen los de las chicas normales. Por otro lado, los protegen de cualquier enfermedad y de quedar embarazadas. Así que si sello tu divinidad por un par de horas y comes una medicina que multiplica por varias veces tu posibilidad de quedar embarazada, puedes quedar esperando un bebé-

Hephaestus solo quedo mirando a Kain sin saber que responder. Su cerebro no lograba procesar lo que había escuchado.

Por su parte, Kain solo la abrazo y espero a que ella digiriera la información.

-¿Es, es verdad?- pregunto Hephaestus con una voz baja, como si todavía estuviera en shock. Dentro de su corazón habían muchas esperanzas, pero necesitaba escucharlo de los labios de Kain. Al menos, una vez más.

-Es verdad- respondió Kain, le beso el cabello y la siguió abrazando -es verdad y tiene una probabilidad del setenta por ciento. Ese treinta por ciento de incertidumbre viene porque no sabemos cómo vaya a actuar tu divinidad una vez que el ovulo este fecundado. Puedo colocar un sello de protección, pero deberemos estar monitoreando todos los días y casi a cada minuto que es lo que pasa. No será fácil-

Hephaestus se apartó un poco y le tomo la cara a Kain con las dos manos. Después lo comenzó a besar y sus manos se dirigieron a la camisa para abrírsela a la fuerza. Los tres primeros botones saltaron para todos lados y Kain tuvo que tomarla de los brazos y detenerla.

-¿Qué pasa tan de repente?- le pregunto Kain sorprendido. No esperaba que esta mujer se volviera tan voraz de repente.

-Estamos haciéndolo, querido- respondió Hephaestus, de nuevo dirigió sus manos a la cara de Kain y trato de atraerlo a ella.

-Espera, espera- dijo Kain nervioso -tus guardias están a una decena de metros de nosotros. Vamos a tu habitación, ahí lo haremos tanto como quieras-

Hephaestus asintió, se puso de pie y le tomo la mano izquierda para apurarlo. Kain solo la siguió de camino a la mansión.

Después de un par de horas de tener sexo duro y puro, Hephaestus por fin entendió que se había precipitado. Kain tenía que hablar con Miach para que preparara la medicina, sin contar que necesitaban primero encontrar los materiales y recién ahí, podrían pensar en tener un hijo. Ella se sintió fatal como si la hubieran engañado. Después de escuchar a Kain tenía tantas esperanzas que ya escuchaba al bebé llorar. Por su parte, Kain paso una hora tratando de consolarla. Por otro lado, pudo decir que tuvo uno de los mejores sexos que allá tenido en mucho tiempo.

Una vez aclarada la situación, Kain le hablo a Hephaestus de todo lo que había pensado la noche anterior. De manera satisfactoria, Hephaestus no se opuso, claro, igual tuvo alguna disconformidad porque Kain tenía una relación con Hera, pero por lo demás no tuvo problema. Ahora, Isabel se ganó un lugar en su corazón, sobre todo por alentar a Kain a responder a sus sentimientos. Por otro lado, Kain le informo que no debería esperar mucho para que lo intentaran de verdad. Él iría en los próximos días al calabozo y encontraría todo lo que necesitara. Le dijo que se preparara, ya que puede que necesiten varias sesiones de amor para lograr su cometido. A lo que Hephaestus respondió con un beso caliente que los llevo a hacerlo otra vez.