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Suerte y perseverancia

Pequeña aclaración: Cada volumen es independiente del otro. Sigue su propia línea de historia y no se ve afectado por los volúmenes anteriores. Bueno, salvo por algún poder o habilidad que se viene arrastrando por el conocimiento y la personalidad del protagonista que va evolucionando. Volumen 1 Cross over entre nasuverso y Madam ou no Vanadis Volumen 2 viaje por Juego de Tronos, Señor de los anillos y Dark Soul 3 Volumen 3 Mushoku Tensei y Danmachi. Volumen 4 Naruto y muchos otros. -o- Kain, antiguo vástago del equilibrio. Renació en el mundo de Fate y vivió durante varios siglos. Sin embargo, al encontrarse con su viejo enemigo, el dios Hilden, lucho y perdió. Ahora su alma viaja a través del multiverso buscando el poder y la forma de volver a aquel mundo por la venganza. -o- Reglas del juego: 1.- No hay power up indiscriminados 2.- Todo se estudia y se gana hasta dominarlo 3.- El alma influye sobre el cuerpo, por ende, el cabello y los ojos siempre serán los mismo (ojos color lazuli y pelo blanco). 4.-La fuerza es proporcional al conocimiento adquirido, la técnica y la fuerza del alma. 5.- El nivel del mundo es proporcional al alma. Eso quiere decir que si el alma del protagonista es fuerte, irá a un mundo de mayor nivel.

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Apócrifo - Gods land - Capítulo 28

El almuerzo pasó sin mayores contratiempos, pero Kain pudo sentir que Isabel emitía un extraño sentimiento de fragilidad, como si temiera que ya no fuera necesaria. Miach al parecer igual lo sintió, ya que parecía incomodo entre medio de ellos dos. No obstante, la comida siguió su curso y todo salió bien. Después de eso Miach y Kain continuaron con sus estudios.

Para eso de las cinco de la tarde, Miach se fue dejando a Kain con un montón de material para estudiar. Con todo lo que Kain había escrito, llevaba fácilmente nueve cuadernos llenos de tapa a tapa. Kain pensó que si seguía a este ritmo, iba a tener que crear una biblioteca exclusiva para todo lo que Miach le enseñara. Pero dejando eso de lado, Miach se fue un poco más temprano de lo usual. Como una persona amable, sabía tener tacto, y era claro que Kain e Isabel necesitaban tener una conversación.

Así que Kain acompaño a Miach hasta la puerta y lo despidió. Después entro a la casa y empezó a buscar a Isabel. Ella estaba en la sala de estar, sentada en uno de los grandes sillones mientras tomaba té y leía un libro. Era una novela, algo que ella misma trajo. Por otro lado, las cartas que leyó la dejaron tan estresada que no quiso revisar ningún documento que hubiera en la casa. No obstante, las cosas no salieron tan bien y se encontró con un mueble lleno de ropa de mujer. Estaba del lado contrario al que dormía Kain. Así que Isabel supuso que era de otra mujer que pretendía Kain. Ella, lo sabía. Sabía que Kain tenía otras mujeres, pero verlo por ella misma era un poco chocante. Al final termino preguntándose ¿en qué lugar se encontraba ella?

Kain entro a la sala de estar y se sentó en el sillón del frente. La textura de cuero café amortiguo la caída y se hundió con suavidad. Kain quedo mirando a Isabel, con solo una mesita de centro que los separaba.

-¿Qué viste que te causo tanta impresión?- pregunto Kain en un tono serió -no creo que hayan sido los reactivos que deje en la bodega, debajo de la escalera-

Isabel cerro el libro con lentitud y lo puso sobre su regazo mientras apoyaba ambas palmas sobre él. Levantó la mirada y le quiso decir algo, pero no encontraba las palabras. Sentía que si estallaba con la indignación que sintió al encontrar la ropa de otra mujer, no llegaría a nada. Ella sabe que él tuvo esposas, ya lo dijo el mismo Jason. Sin embargo, no sabía nada de amantes actuales. Así que trato de encontrar las palabras y el modo correcto. En dos oportunidades quiso abrir la boca sin mayor progreso. No obstante, al final pregunto con dudas -¿yo…yo soy solo otra mujer para ti?-

Kain tomo una gran respiración, apoyo su codo izquierdo sobre el reposa brazos. Estiro su dedo índice y corazón para posarlos sobre su boca, en una pose contemplativa y pensó. Paso un minuto antes de que profiriera cualquier palabra -yo voy a estar en Orario por unos cuarenta años- dijo -después de eso me iré-

Isabel hizo una mueca de confusión y le pregunto -¿Qué significa eso?-

-Qué ese es mi límite de tiempo en la ciudad. Podemos estar juntos hasta ese momento-

Isabel no lograba procesar la información y se preguntaba ¿Cuál era el problema?. Si tenía que irse, ella lo podía acompañar. Si había cariño, uno puede recorrer el mundo para ver a la persona que ama. Así que ella no le encontraba el problema alguno.

Kain al ver a la confundida Isabel, soltó una exhalación al cielo y dijo -tendré que irme de Orario y nadie me podrá acompañar-

Isabel sonrió llena de incredulidad -¿Por qué?- pregunto -no te entiendo-

Kain negó -es tal y como dije- respondió -después de eso, ya no nos podremos ver más-

Isabel estuvo callada por alrededor de un minuto y después comenzó a sollozar -¿Por qué me dices esto ahora?- pregunto -¿Solo estabas jugando conmigo?-

Kain miró hacia la derecha y vio el ventanal que daba a la calle. Agacho la mirada mientras pensaba y al final levanto su rostro para decirle -te digo porque tú quieres que esto sea serió. Debes saber varias cosas de mi-

Entonces Kain le comenzó a relatar parte de sus cosas, como que había estado casado, que tenía hijos mayores que ella. Que tiene un acuerdo con los dioses de Orario y por eso no se puede quedar mucho tiempo, mucho menos perturbar el balance de la ciudad. También le dijo que estaba en una relación con Hephaestus y Hera, y que dos elfas que conoció en el camino de ida le enviaban cartas. Le dijo que a lo mejor, cuando ellas vengan a Orario, ellas llegaran a vivir aquí, a esta casa.

Por su parte, Isabel no se lo tomo a bien. Lloro por una hora mientras se abrazaba a sí misma y reposaba en el sillón de cuero. Después de ese tiempo, comenzó a sollozar mientras miraba por el ventanal y veía como el sol daba los primeros signos de querer esconderse. Por otro lado, Kain solo permaneció sentado esperando a escuchar cual sería la decisión. Al final, todo fue su culpa por ir detrás de una niña que no tiene mundo ni experiencia. Por su reacción, Kain esperaba que saliera corriendo y no la volviera a ver más.

Pasarón unos pocos minutos e Isabel se levantó de su sillón. Kain salió de su estado de contemplación mientras esperaba su reacción. Ella camino bordeando la mesita de centro con unos pasos lentos y se paró delante de Kain. Este último intuyo que le quería dar al menos una bofetada antes de irse, como un presente por jugar con ella. Kain soltó un suspiro y se puso de pie, al menos debía poner la cara. No es como si a él no le gustara Isabel, pero fue muy superficial desde un principio. Solo le gusto una chica linda y la quiso conocer. Pensó que como era humana y viviría por menos tiempo que los demás, no habría tanto problema. Parece que sus cálculos erraron.

Kain espero durante un minuto a que ella se desquitara, pero lo que no esperaba es que ella lo abrazara. Durante diez minutos estuvieron así. De repente ella pregunto en un tono de voz bajo -¿me vas a amar mientras estés aquí?-

Kain miró al techo como si estuviera la respuesta en el cielo de la sala de estar. Pudo ver el blanco del techo y el candelabro con patas de araña. Lo pensó durante un momento y respondió -no eres mi única chica-

-Lo sé- dijo ella con una voz débil.

-Hephaestus también se quiere casar conmigo-

-Lo sé- repitió ella con el mismo tono de voz bajo

-Puede que lleguen las chicas elfas y se vengan a vivir aquí-

-También lo sé- respondió Isabel, pero esta vez lo dijo con un tono de voz un poco exasperado. Estiro su mano derecha y lo pellizco. Ante el dolor, Kain miró hacia abajo y vio que ella tenía una cara enojada llena de reproche -responde la pregunta- dijo en un tono mandón.

A pesar de que Isabel tenía un rostro enojado, Kain la encontró linda. Se agacho y le dio un pequeño beso en los labios. Entonces sonrió y le dijo -sí, por mientras, te amare a cada instante-

-No es tan fácil- dijo Isabel en un fuerte tono -aparte de ellas, nada más de mujeres ¿entendido?-

Kain sonrió, Lilia en su momento le dijo algo similar. Kain pensó que a lo mejor había encontrado a otra de las buenas.

-Por supuesto- dijo Kain -ninguna mujer más, solo ellas ¿así está bien?-

-Por ahora- amenazo Isabel -ahora- continuo con una voz más baja y mimada -ámame y no me dejes ir-

Kain no la hizo esperar y le beso esos tiernos labios rosa. Al mismo tiempo, Isabel estiro sus manos y se colgó del cuello de Kain mientras sentía que le pasaba las manos por las caderas. Pensó que Kain era un chico sucio que lo único que buscaba era aprovecharse de ella. Tuvo dudas durante un momento, pero se convenció de que Kain era el bueno, era el tipo en el que se podía confiar. Entonces, poco a poco fue olvidando sus preocupaciones y se sumergió en el deseo.

-Llévame a tu habitación- le susurro Isabel

Kain le daba pequeños beso, uno tras otro, pero se detuvo para responder -¿estas segura? No me detendré-

-Estoy segura-

Con eso dicho, Kain se llevó a Isabel a su cuarto en el segundo piso. Ambos se desvistieron y cayeron en la cama. Por una parte, estaba Isabel recostada. Miraba hacia otro lado, con sus mejillas sonrojadas y su trenza extendida por la cama. Sus senos se veían suaves, de un textura esponjosa y abundante. De piel pálida y rosada en las partes claves. Su estómago estaba plano, pero era algo a base de dietas, así que no estaba duro. No obstante, era una textura suave y blanda. En su entre pierna había una escasa cantidad de cabello que seguía la dirección de sus apretados labios. Todo era muy tierno y suave. Kain paso sus manos sintiéndola por cada parte. Beso desde el cuello hasta las piernas sin nunca jamás aburrirse de la sensación. También le gustaban las expresiones de Isabel, cada una era autentica y caliente. Llena de la agonía de no saber lo que estaba sucediendo, pero llena de expectativas. Cuando Kain poso la boca sobre su sexo, ella clamo a los cielos. A Kain le gustaba verla excitada, le gustaba que ella tratara de apartarlo porque sentía que la estimulación era demasiada. Kain la hizo acabar con cada una de sus caricias que se extendía por las nalgas y las piernas en conjunto con su lengua.

Kain se limpió la boca y se acercó a la boca de Isabel. Por su parte, ella jadeaba con intensidad mientras sus pulmones subían y bajaban en un rápido movimiento. Se sentía exhausta, viciada, caliente y temerosa. No conocía este sentimiento, pero la hacía sentir más allá de lo que antes hubiera experimentado.

Isabel de repente sintió un cálido aliento en la oreja que la hizo estremecer y apretar sus piernas. Al poco rato escucho una pregunta -¿Puedo?-

Ella movió su rostro y miró a Kain a esos intensos ojos lazuli. Entonces entendió la pregunta, ella asintió y estiro sus manos para abrazarse al cuello. Cerro los ojos como esperando que todo pasara, pero no ocurrió nada.

Kain le todo la mejilla derecha y le dijo -abre los ojos-

Isabel hizo caso y los abrió con cierto miedo.

Kain le susurro -no tengas miedo, mírame a los ojos. Quiero que me mires a los ojos cuando te haga el amor-

Isabel asintió y lo miró a los ojos. Podía sentir un largo calor tubular que rosaba su entrepierna hasta llegar un poco más allá del ombligo. Era una cosa tan cálida y larga que se sorprendió, pero no se atrevió a mirar.

Kain la estimulo en el clítoris durante un rato hasta hacerla jadear otra vez y condujo la punta de su pene a la pequeña abertura.

Isabel al sentir que algo entraba en ella, cerro los ojos y sintió un gran dolor. Derramo algunas lágrimas, pero no lloro. No obstante, Isabel sintió que el avance por su interior se detuvo. Sintió el cálido tacto de una mano grande sobre su mejilla derecha y abrió los ojos. Le corrían las lágrimas por la comisura de los ojos.

-¿Te duele mucho?- pregunto Kain

Isabel asintió -pero está bien, es solo la primera vez ¿cierto?-

Kain negó y respondió -será por varias veces, pero con el tiempo pasara-

-Entonces sigue- dijo Isabel con sus ojos acuosos -no se puede evitar-

Kain sonrió y le dio un beso en la nariz. Después puso un poco más de presión y siguió entrando en ella hasta alcanzar la parte del fondo. Después se detuvo y la beso durante un tiempo. Una vez que Isabel calmo un poco su dolor, Kain le estimulo el clítoris y siguió moviéndose hasta acabar dentro de ella. Posterior a eso, se acurrucaron en la cama y descansaron abrazados.