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Suerte y perseverancia

Pequeña aclaración: Cada volumen es independiente del otro. Sigue su propia línea de historia y no se ve afectado por los volúmenes anteriores. Bueno, salvo por algún poder o habilidad que se viene arrastrando por el conocimiento y la personalidad del protagonista que va evolucionando. Volumen 1 Cross over entre nasuverso y Madam ou no Vanadis Volumen 2 viaje por Juego de Tronos, Señor de los anillos y Dark Soul 3 Volumen 3 Mushoku Tensei y Danmachi. Volumen 4 Naruto y muchos otros. -o- Kain, antiguo vástago del equilibrio. Renació en el mundo de Fate y vivió durante varios siglos. Sin embargo, al encontrarse con su viejo enemigo, el dios Hilden, lucho y perdió. Ahora su alma viaja a través del multiverso buscando el poder y la forma de volver a aquel mundo por la venganza. -o- Reglas del juego: 1.- No hay power up indiscriminados 2.- Todo se estudia y se gana hasta dominarlo 3.- El alma influye sobre el cuerpo, por ende, el cabello y los ojos siempre serán los mismo (ojos color lazuli y pelo blanco). 4.-La fuerza es proporcional al conocimiento adquirido, la técnica y la fuerza del alma. 5.- El nivel del mundo es proporcional al alma. Eso quiere decir que si el alma del protagonista es fuerte, irá a un mundo de mayor nivel.

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Apócrifo - Gods land - Capítulo 20

Otra semana paso sin que Kain se diera cuenta y muchas cosas seguían progresando. Así que pensó que él mismo debería empezar a moverse hacia adelante. Se levanto un día lunes temprano en la mañana y fue atrás de su casa. Empezó a remover algunas cosas viejas que estaban estorbando, como tablas, fierros y rejas. Después de limpiar el terreno y mover una pequeña bodega a una esquina, ocupo su magia para aplanar la tierra. Después de preparar la base, la revistió de piedra y comenzó a crear murallas en los cuatro costado. Cada una tenía un metro de espesor. Después abrió un hueco para que cupiera una puerta de medio punto y entro para ver cómo se veía por dentro. Solo le faltaba un techo y una un horno al final del espacio. Como había suficiente espació, Kain colocaría unos mesones de tres metros de largo a los lados. Cerca de la puerta colocaría una estantería en donde dejaría sus herramientas y al otro lado colocaría varias cajas en donde dejaría los materiales. En las murallas colocaría varias repisas en donde ir dejando sus obras maestras (es su propio taller del cazador XD).

Para cuando Kain termino de colocar el techo de doble pendiente, ya eran las nueve de la mañana. Así que se dispuso a tomar un desayuno. Bordeo la casa para ir a la cocina y paso por al lado del jardín de flores. Ahí encontró a una pequeña mirona que ondeaba su mano sobre la pandereta. Miraba a Kain con una gran sonrisa y lo más probable, es que esperaba que Kain se acercara para bajarla. Kain negó con su cabeza y camino a través del patio para llegar a la pandereta. Levanto sus manos y tomo a la pequeña Tsubaki por debajo de sus brazos. La alzo y después la bajo al suelo.

-¿Cómo estas Kain?- le pregunto la pequeña alborotadora

-Señor Kain ¿No acordamos eso?- pregunto Kain con la ceja izquierda alzada

Tsubaki se rio y le dijo -es que se me olvida ¿Qué haces?-

-Iba a comer ¿Y tu?-

-Si me invitas, también iré a comer-

Kain quedo mirando esos pequeños ojos rasgados con pupilas oscuras como aceitunas. Era un rostro entre tierno y divertido.

-¿Y tu mamá?- le pregunto Kain

-Estuvo trabajando hasta tarde y ahora duerme como un bebé, pero ronca como un serruchó. Hace shu-shu, shu-shu, dijo Tsubaki haciendo la mímica de la herramienta.

Kain se rio y le ofreció su mano derecha -¿Qué te gustaría comer hoy?- pregunto

-Chocolate- respondió Tsubaki mientras le tomaba la mano

-No, ayer comiste eso, te vas a enfermar si comes demasiado-

-Eres tan malo- respondió enfurruñada. Kain empezó a caminar y Tsubaki lo siguió a lo largo del patio.

-Oye Kain- dijo Tsubaki

-Señor Kain- respondió Kain -es de mala educación tutear a los adultos-

-¿Por qué?-

-Por que no somos familia y si te encuentras con un extraño se lo puede tomar a mal-

-Mmm, pero tú no eres un extraño-

Kain torno los ojos al cielo sin saber que decir. En ese momento paso una brisa agitando las hojas del manzano -solo porque no me enoje no quiere decir que este bien- dijo

-Eres tan estricto- dijo Tsubaki haciendo un puchero

-Bueno, el mundo también lo es, así que aprende lo bueno-

-Ok- respondió cabizbaja, después cambió a un animo mas brillante y le pregunto -¿Qué hacías mas temprano?-

-¿Qué estaba haciendo hace un par de horas?-

-Sí, eso ¿Qué hacías? Me despertaste con todo ese ruido-

-Hacia una fragua- respondió Kain. Una vez que llego a la casa abrió la puerta lateral que daba a la cocina y dejo que Tsubaki entrara primero. Mientras Kain preparaba el desayuno, le contó más o menos lo que estaba haciendo y como tenía planeado hacer la fragua. Tsubaki le comento que su mamá no la dejaba entrar a la de ella. Así que le pregunto si podía echar un vistazo. Kain le dijo que estaba bien, pero que cuando él no estuviera, no se debería acercar.

Después de eso, Tsubaki comió con Kain y más tarde, le fue a "ayudar". A cambió, le pidió más galletas de chocolate. Para Kain fue bastante difícil trabajar así, ya que tuvo que estar pendiente de ella todo el tiempo. A veces se subía a las cosas o quería mirar algo. No obstante, tener a esta pequeña visitante le daba cierto nivel de dinamismo a su día. Al menos, no sentía que tuviera todo bajo control.

Mas tarde como a eso de las doce del día, Kain preparo una merienda. Se la dio a su trabajadora estrella y él continuo trabajando. Podía haber hecho lo que le faltaba con magia, pero era más entretenido hacerlo con sus propias manos.

Mientras Tsubaki estaba sentada en medio del taller, en un silla y sosteniendo un pocillo con durazno picado, miraba a Kain trabajar. Sus piernas apenas alcanzaban a tocar el suelo, así que en modo de juego, pataleaba con sus pies. Por otro lado, tenía la boca llena de durazno y se echaba una cucharada detrás de otra.

-Kain- dijo ella con la boca llena

-Señor Kain, Tsubaki- dijo Kain mientras martillaba un clavo para sostener una repisa.

-Te diré viejo-

Kain soltó un suspiro y negó con la cabeza -haz lo que quieras niña- dijo

-Bien, señor Kain- dijo Tsubaki

Kain se detuvo y entendió que estaba siendo bromeado.

-Kain ¿Qué hacías antes?¿Eras mago?-

-Un poco de todo- respondió Kain, martillando un clavo hasta que quedara oculto, después continuo -fui comerciante, herrero, un pequeño mago, trabaje como guerrero, estudie algunas cosas-

-¿Que cosas estudiaste?-

-Las cosas que venden en el mercado de Orario, como esas luces o las duchas o las cocinas, cosas así-

Kain martillo fuerte y Tsubaki se tapó los oídos, pero justo en ese momento se le resbalo su pocillo con fruta y se le cayó en el suelo. Cabe decir que se perdió todo. Después de que termino de martillar, Kain miró Tsubaki y soltó una risita. Tomo el pocillo, limpió las cosas del suelo y después llevo a Tsubaki para prepararle otro poco.

Como a eso de la una del día, vino la madre de Tsubaki a buscarla. Tenía grandes ojeras, pero se conservaba bella como siempre. Por otro lado, había tomado la costumbre de venir vestida con un kimono. Muy diferente de su yo de la primera vez que se veía como una mujer promedio, ahora se veía como una dama distinguida.

-Buenas tardes, Mikoto- dijo Kain mientras le abría la reja

Mikoto emitió una sonrisa elegante y respondió -buenas tardes, Kain-sama-

-De nuevo llamándome así, solo Kain esta bien-

-¿Le desagrada?- pregunto Mikoto preocupada

-Para nada, me gusta, pero suena demasiado formal-

Mikoto solo sonrió complacida, mientras que Kain no emitió más palabras. La dejo pasar y la invito a la cocina. Ahí estaba Tsubaki esperándolos.

-Mamá ¿para que viniste?- pregunto

Por su parte, Mikoto tenía un tic en la boca -jojojo- se rio mientras emitía una sonrisa que no lo era -¿Molesto?-

-Para nada, solo tenía curiosidad-

Kain paso por el lado y le invito a tomar asiento, cosa que Mikoto agradeció y termino sentada al frente de su hija. Ambas se miraban como si estuvieran teniendo un dialogo secreto. No obstante, Kain no se quiso entrometer. Así que fue a buscar una jarra con jugo y le sirvió a Mikoto, después se sentó al costado de ambas.

Mikoto aparto la mirada de Tsubaki y miró a Kain -escuche un gran jaleo en la mañana- dijo

-¿Aunque roncabas como un serruchó?- pregunto Tsubaki

Mikoto le dio una mirada furiosa, Tsubaki pudo sentir como el espíritu maligno de su madre le atenazaba el hombro con sus huesudos dedos. Así que prefirió callar.

Mikoto volvió a la normalidad y miró a Kain esperando su respuesta.

-Estoy haciendo una taller de herrería- respondió Kain con modestia

-¡Ma!- respondió Mikoto maravillada, sus ojos brillaban con interés -no sabía que era un herrero-

-Sí, digamos que tengo algo de habilidad. Así que la diosa Hephaestus me encargo algunos trabajos-

-Que maravilloso- añadió Mikoto -debes ser alguien muy confiable para que nuestra diosa te encargue algo-

Kain sonrió y negó -ya te lo dije- respondió -tengo algo de habilidad-

Mikoto iba a decir algo, pero Tsubaki se le adelanto -viejo ¿tienes esposa?-

Kain levanto la ceja izquierda en una expresión de extrañeza. Miró a Mikoto que estaba pendiente de él, como si esperara su respuesta. No quería más chicas y aunque esas sandias que Mikoto tenía por tetas eran tentadoras, prefería mantenerse al margen -tengo un par de novias- respondió

Mikoto tenía un claro tic en sus labios, pero trataba de sonreír. No obstante, Kain pudo sentir que sus palabras le molestaron. Kain no dijo nada al respecto, de esta manera es mejor, así ya no hay malos entendidos. También pensó que esto puede ser Orario, pero la gente de otras tierras no dejara sus viejas costumbres así como así. Esta mujer asiática debe ser de la mentalidad de un esposo y una esposa.

Mikoto se quedó un tiempo más y después se llevó a Tsubaki. No obstante, ese aire cordial y esa gracia de una dama de buena familia, ya no se sentían en el aire. Kain pensó que lo más probable es que ella tenía algunas expectativas, pero como mujer tradicional, se negaba a compartir a su marido. Bueno, para empezar, él no piensa volver a casarse.

Después de comer un rápido almuerzo, Kain siguió arreglando el taller de herrería. Coloco más repisas y después coloco ventanas a los lados y cerca del techo. Una vez eso listo, dedico toda la tarde a crear una gran chimenea de cuatro metros cuadrados. Posterior a eso, siguió con un sistema de aire para alimentar el fuego de la fragua. Paso trasteando y cambiando el diseño durante un buen par de horas. En eso llego Hephaestus cuando ya eran como las cinco de la tarde.

Ella llego con varias bolsas y las deposito sobre la mesa del comedor. Después se puso a buscar a Kain por toda la casa, hasta que fue al patio y ahí le contestaron desde el patio trasero. Hephaestus camino hasta el taller y encontró a Kain todo sucio. Por otro lado, su sistema de fragua ya estaba listo en ese momento. Él mismo se maravilló de su ingeniería, ya que el horno podría aguantar una gran cantidad de calor sin explotar. Lo importante es que podía aguantar el calor de las ascuas especiales. Las de aquel mundo en donde la gente podía templar el rayo y la magia.

-Hola Kain- dijo Hephaestus mientras se asomaba por el dintel

-Hola- respondió Kain, se alejó de la fragua y se acercó a ella. Mientras Hephaestus llevaba su usual blusa blanca, Kain estaba sucio de pies a cabeza, así que no se atrevió a tocarla. No obstante, a Hephaestus no le importo y lo jalo de la camisa para besarlo. Por su parte, Kain se dejó querer y la tomo de las nalgas. Después la levanto y la sentó en uno de los mesones. Se besaron con pasión por unos cuantos minutos, hasta que ya más calientes, dejaron el taller y se metieron a la casa.

Mas tarde cuando terminaron de unir sus cuerpos, los dos estaban en la cama acostados.

-Vas a tener que cambiar las sabanas- dijo Hepheastus -las dejaste llenas de tierra-

Kain le dio una sonora nalgada y le pregunto -¿Quién tiene la culpa? ¿Quién no puedo esperar a que me bañara?-

Ella se restregó contra el cuerpo de Kain y sonrió, soltó una encantadora risita y le dijo -bueno, tenía sed de ti-

Kain le dio un beso en los labios mientras le acariciaba las nalgas con aspereza -yo también tenía sed de ti ¿Cómo ha estado tu trabajo?-

-Bien, el otro día gane mucho acero de damasco, así que quería ver si podíamos empezar con nuestro acuerdo-

-Eso suena excelente- respondió Kain subiéndose en cima de ella.

-¿Ya te recuperaste?-

-No te preocupes por eso, solo importa si estas dispuesta-

-Está bien- dijo Hephaestus con una sonrisa -siempre estoy dispuesta-