webnovel

Solo Leveling in DXD

Todo se detuvo al instante. Intenté moverme pero no pudo, es como si mi cuerpo estuviera flotando en el vacío. De repente, sucedió algo extraño. [Has cumplido con las condiciones de la "Quest secreta: voluntad inquebrantable", por lo tanto el sistema procederá a instalarse en breve]

LordPhenex026 · Anime et bandes dessinées
Pas assez d’évaluations
112 Chs

Capitulo 62: Antes del fénix (1)

Casi diez días habían transcurrido desde Raiser le otorgó una breve prórroga a Rias, en cuanto se cumpliera el plazo tendrían un Rating Game.

Ella y su peerage siguieron entrenando tal como les recomendó Goku, y se sentía nerviosa porque hacía tiempo que no sabían nada del chico.

Tsubaki les dijo que se fue a entrenar y eso le dejó mucho más tranquila, confiaba plenamente en que Goku podría ganar a su prometido.

Hablando de Tsubaki... la heterocrómica estaba muy preocupada por Goku, no tenía noticias de él desde hacía casi diez días y eso era angustiante.

Cada noche visitaba su casa para ver si había regresado pero nada, todavía no. La casa estaba vacía... tan vacía como su corazón actualmente.

Había estado con Goku en los últimos tres días luego de su reconciliación y le echaba de menos sinceramente. Echaba de menos estar con él.

Ahora mismo también estaba yendo hacia su casa, sería la ultima noche antes del duelo que Goku había acordado con Raiser Phenex.

Con un círculo mágico abrió la puerta y entró lentamente, pero por alguna razón sentía una presencia que emanaba un aura poderosa.

Tsubaki creó varios espejos con su Sacred Gear alrededor de ella para defenderse de un posible ataque, que al parece nunca terminó de llegar.

"Es delito entrar en casas ajenas jejeje"

Una risa infantil sonó detrás de ella y en cuanto reconoció aquella voz, su corazón dio un brinco.

-¡Hola! ¡Ya regresé! -exclamó Goku con una sonrisa mientras alzaba su mano saludando.

Tsubaki apenas se dio la vuelta cuando saltó sobre él abrazándole con nostalgia y suavidad.

-¡Volviste Goku! Estaba tan preocupada y... te echaba de menos -susurró Tsubaki refugiándose en los brazos de Goku, quien sonrió al verla.

-¿Oh? Pero si sólo fueron nueve días hehe -comentó Goku riéndose y Tsubaki infló sus mejillas- Aunque también te eché de menos Tsubaki... y a la deliciosa comida que haces.

Su voz sonó con sinceridad y Tsubaki se percató de ello, por lo cual mostró una sonrisa de amor.

-Entonces te cocinaré algo, ¿sí? -preguntó Tsubaki mirándole con cariño y justo cuando Goku asentía cayó rendido por el cansancio.

Tsubaki le cogió evitando su caída y sonrió al contemplar su rostro pacífico. ¿Qué tanto había entrenado como para estar tan agotado?

Ni se lo podía imaginar.

"Definitivamente... te amo Goku"- Tsubaki dijo con una sonrisa, pronto llegaría el día en que le confesara sus sentimientos verdaderos.

Al día siguiente.

Comenzó a abrir sus ojos ónix recibiendo en ellos la luz solar, hacía un buen tiempo que no sucedía y la verdad es que lo echó de menos.

"¡Mi adorada cama! ¡Te extrañé tanto!"- exclamó Goku abrazando su almohada después de nueve días durmiendo sobre rocas y sobre piedras.

Por eso se desplomó, su cuerpo acumuló demasiado cansancio y necesitaba una pausa.

Lo último que recordaba era haber abrazado a Tsubaki, a quien por cierto no veía en ningún lado. Tal vez había regresado a su casa.

-Bien, hoy es el día de enfrentarse a Raiser -dijo Goku con una gran sonrisa, llegó el momento de mostrar el resultado de sus entrenamientos.

Se levantó de la cama dispuesto a realizar la Quest diaria, no sin antes arreglar su cama como buen chico que era él, con modales y valores.

Llegando al salón se percató de que había una muchacha con los ojos a medio cerrar, rápidamente vio que se trataba de Tsubaki.

Ella pareció darse cuenta de su presencia y después de abrir los ojos le vio. Una sonrisa hermosa se instaló en sus suaves labios.

-Buen día, pensé que te habías ido a tu casa -saludó Goku caminando hacia ella y se sentó a su par en el sillón mientras ella que se erguía.

-Me quedé aquí para velar por ti, temía que no estuvieras bien -contestó Tsubaki con un tono preocupado y el joven frunció el entrecejo.

-¡Eso no era necesario Tsubaki! -exclamó Goku molesto por esa acción- Si lo hubiera sabido te habría llevado a dormir conmigo en mi cama.

No estaba molesto por que ella se preocupara por él, sino porque le antepusiera antes que su propio bienestar. Se veía que ella durmió poco.

Además, jamás hubiera permitido que Tsubaki durmiera en el sofá mientras él descansaba en la cama. ¿Dónde estaba su honor como hombre?

Tsubaki bajó la cabeza al oírle, sabía que se preocupaba en exceso por él y en el fondo era porque no quería perder a quien le gustaba.

Un sonrojo se apoderó de sus mejillas al recordar lo último que dijo Goku. No sería correcto dormir en la misma cama que él...

¿Verdad?

Lástima que otras se habían adelantado.

-Es más, deberías ir a dormir -habló el pelinegro mirando con intensidad los ojos a Tsubaki, y ella apenas consiguió sostener aquella mirada.

-Tranquilo, estaré bien -Tsubaki negó con una sonrisa pero un bostezo la delató- E-eso fue por el hambre... ¡¿G-Goku?! ¡¿Qué estás haciendo?!

Tsubaki exclamó ruborizada al ver cómo Goku la cargaba en sus brazos, por un momento se sintió como una princesa de un cuento de hadas...

-Jejeje a mí no me engañas Tsubaki -habló Goku riéndose entre dientes- Te llevaré a mi cama para que puedas descansar durante un par de horas.

Tsubaki intentó protestar tiernamente pero no pudo, se dejó llevar en los brazos del pelinegro aunque notó que había una cosa diferente.

"Ahora se ha hecho más alto que antes y sus brazos se han vuelto más duros"- pensó Tsubaki- "¿Qué entrenamiento habrás hecho Goku...?"

Habían llegado a la habitación y tardó en darse cuenta pues estaba sumergida en su pensamientos. Goku la recostó en la cama.

-Iré a entrenar y volveré dentro de un rato, me muero de ganas por probar tu comida -confesó Goku esperando terminar pronto la Quest.

-Bien, dormiré -Tsubaki se rió ligeramente y recostó su cabeza en la almohada de Goku- "Hmm, es tan suave y agradable como él"

Y se quedó profundamente dormida tras unos minutos. El pelinegro se acercó a ella y retiró con cuidado sus lentes, dejándolas en la mesita.

"Es hermosa"- pensó sinceramente Goku observando el rostro de Tsubaki, que varias veces se le apareció en la misión de clase.

De hecho, fue ella quien le salvó.

Pero bajando las escaleras no vio que estaba recién fregado y terminó resbalándose de lleno hasta que se cayó al suelo por desgracia.

Goku intentó levantarse pero su cabeza había aterrizado sobre algo suave y esponjoso, al igual que lo que sostenía en su mano derecha.

"Otra vez esto..."- pensó Goku con cara de poker y ni se molestó en retirar la mano. ¿Por qué esto siempre le ocurría a él? ¡Maldita sea su suerte!

Y siempre con la misma persona.

-Ufufu sería mejor que continuáramos en mi casa, ¿no crees Go~kun? -preguntó Aika con una sonrisa pervertida y Goku se levantó de repente.

-Es raro que siempre me pase esto contigo -confesó el muchacho rascándose la nuca.

-Es por el destino -Aika le dio una mirada seductora y le guiñó un ojo- ¿Ya regresaste de tus vacaciones? Oí que te fuiste de Kuoh.

-Sí... -respondió el chico, dudando de sí eso fueron vacaciones o no- ¿Y a ti cómo te ha ido? ¿Empezaste a repasar con Murayama y Katase?

-Sip, ellas dos explican muy bien y... han sido buenas conmigo -contestó Aika esbozando una sonrisa mientras recordaba los días anteriores.

Intentó prescindir de su perversión mientras estaba con ellas y funcionó. Eran buenas chicas y en el fondo sentía que podían ser amigas.

-Me alegra oír eso... bueno, hablaremos luego -Goku iba a seguir bajando las escaleras pero un "¡espera!" de Aika detuvo tales movimientos.

-Vi a la Fukukaichou Shinra-senpai buscándote en tu casa hace unos días -habló Aika sintiendo un poco de curiosidad- ¿Qué son ustedes?

-Somos amigos desde hace un par de semanas -respondió Goku sin más dilación- Ahora sí debo irme, ¡hasta luego! Manda saludos a Natsuki.

"O mejor no"- pensó el chico recordando la frialdad intrínseca que emanaba la pequeña.

-Hasta luego Go~kun... nos vemos luego -se despidió Aika mientras andaba sumergida en sus pensamientos- "Así que son amigos..."

Realmente le gustaba Goku y era un hecho. No una mera atracción física, sino que habían sentimientos románticos de por medio.

Y también era un hecho que no podía competir con la vicepresidenta, ella estaba en otra liga. Y sería algo normal que ella le gustara a Goku.

"Solo me gustaría que Goku-kun aceptara mis sentimientos... Me da igual si hay otras chicas aparte de mí"- pensó Aika con los ojos llorosos.

En el fondo sólo quería sentirse amada por el chico que le gustaba, que Goku tuviera un sitio para ella en su corazón, aunque eso significara tener que compartirlo con otras aparte de ella.

Pero veía eso como algo imposible. Aunque Goku fuera su único amigo, dudaba que él la concibiese de una manera no tan amistosa.

Después de todo nadie desearía fijarse en una chica pervertida, huérfana y sin muchos recursos ni nada destacable como lo venía siendo ella.