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Sin Título

Parte III

Al llegar al galpón y bajar de la furgoneta, un suspiro por ser el último jueves de trabajo no fue más que incierto.

Mientras cobre mi parte del dinero y salgamos de aquí, debería ser suficiente.

Por alguna extraña razón hay cierta sensación de vacío o debilidad al hacer cosas que se considerarían malas. Y que peor aún, se sabe que es a escondidas.

Es como si fuese muy niño para cosas mayores y generalmente es normal tener dudas como esas; y casi como, si por obligación, o quizás el saber que algo saldrá mal en cualquier momento es suficiente para repara en ello.

Tengo la libertad de escoger antes de ser influenciado, o quizás sea el creer saber lo que ha de querer una vez estándolo, pero cierto es que no tengo ningún objetivo a soñar.

En pocas palabras, dejaré hasta aquí las contradicciones ya que no tengo metas por querer lograr; una vida por saber aprovechar.

Otro flagrante adolescente ensimismado que se siente diferente al resto...

Una vez que todo el equipo estaba completo, entramos al galpón y los camiones de carga ya estaban entrando a la zona.

El movimiento era rápido y el ambiente animoso, talvez por terminar el trabajo y dar todo por hecho.

Cuando entraron los doce camiones, los conductores bajaron y abrieron las puertas del primer camión.

Estando entre ellos, estaba el principal personaje de este encuentro.

Carón: Hoy es el último día, así que vamos a tratar de hacerlo rápido.

Carón: Primero, los conductores descargarán la mercancía y se las entregarán mientras ustedes hacen una fila y reciben el paquete. Y segundo, se las entregarán al equipo que se encuentra en el yate de carga en el puerto de atrás.

Carón: El movimiento en las calles es seguro pero no pierdan tiempo y apresuren el paso.

Con aquellas palabras empezaron a descargar la mercancía mientras la alzaban y tiraban sobre el hombro del receptor.

A diferencia de las anteriores veces, el ambiente es menos tenso.

Guffy: Empiezan a adaptarse.

Mikael: Naturalmente.

Los chistes entre ellos es lo que no falta y la enérgica charla mientras trabajan hábilmente es motivo de contagio.

Aunque en su mayoría sean chistes obscenos y no apto para menores de edad.

Es difícil verle la emoción al doble sentido y más si eres inusualmente inocente en aquellos temas.

Guffy: ¿Qué planes tienes después de terminar esto?.

Mikael: No lo he pensado aún. Creo que trataré de buscar un trabajo de medio tiempo para mi sustento.

Ese es uno de los planes naturaleza y más simples de cualquier persona de la sociedad común.

Guffy: Te tengo más ofertas por si estás interesado.

Mikael: No espero estar a tus expectativas pero lo decidiré en su momento.

Sería lo más prudente...

Mientras la charla casual se desenvolvía, llegó mi turno y me preparé para recibir el costal.

Uno de los hombres tiro el costal a mi hombro derecho y lo sostuve con ambas manos mientras me retiraba al puerto trasero.

El sonido se alejaba con cada dos pasos y poco a poco el agudo silbido del silencio caía sobre mis ambos oídos.

Ciertamente es incomodo pero interesante sentir aumentar un zumbido tan agudo y fuerte en los oídos al no tener nada que escuchar.

No sé a que se debe por lo que solo trataré de ignorarle.

Pero además de eso está el sonido de mis pasos y respiraciones rítmicas.

Aunque estoy apunto de llegar a los yates de carga, mis tensiones musculares por sostener un peso durante un periodo corto, empieza a tener cierto cansancio.

No es que yo sea especialmente musculoso o de muy poca masa muscular, pero hay algo que tomar en cuenta: el desplazamiento del peso.

El costal está sobre mi hombro derecho, pero gran parte del peso sigue estando suspendido en el aire y siendo el esfuerzo poco aprovechado. Por lo que cambiaré de método usando la espalda como palanca, inclinando ésta levemente a mi izquierda, fijé mi brazo como soporte y el resto del antebrazo.

Ciertamente dividir la carga por distintas partes del cuerpo sería aprovecharle bien las funciones; y aunque básico, poco también se repara mayormente en ocasiones sobre aquello.

Parece que he llegado al puerto...

El transportista recibió el costal y luego dejé el lugar sin reparar en observarle o intercambiar miradas.

Y así poco a poco nuevamente regresé al silencioso o mejor dicho, exasperante zumbido en los oídos.

Parece que esta rutina se repetirá durante el resto de la noche.

¿Debería perderme en mis pensamientos y meditaciones?.

No sería un mal pasatiempo...

Justo en el camino de regreso observo a Guffy quien estaba en la misma dirección e igualmente pensativo y bostezante.

Trataré de acercarme hasta que se percate de mi presencia.

Guffy: No me sorprenderás con eso, mi hermano.

Parece que fallé sin siquiera intentarlo...

Es mucho más agudo de lo que pensé al prever mis intenciones apenas sintiendo mi presencia.

Mikael: Parece que no dormiste bien anoche.

Guffy: ¿Bromeas? Me divertí mucho en el distrito flotante.

Mikael: No me engañas con algo como eso, no tienes cara de recordar momentos divertidos.

Después de pensarlo un rato, el descarado soltó una sonrisa falsa y sarcástica.

Realmente no tiene remedio.

Al llegar nuevamente al galpón y formar fila nuevamente repetir el mismo procedimiento, no pensé más que en lo fría y larga que sería la noche luego de ver los camiones llenos de droga aún restante.

Aunque no sea parte del trabajo de los conductores, aquellos también levantan unos costales y nos ayudan a terminar el trabajo.

Es entendible si quieren hacer el traslado lo más rápido posible desde sus perspectivas.

Cuando cargué el siguiente costal, repetí nuevamente el procedimiento y di los primeros pasos al puerto.

Parece no hay nada mejor este monótono momento.

O eso pensé hasta que las miradas de los conductores eran pálidas y largas.

Algunas se desformaban y otras eran inciertas, las venas se brotaban y el sudor apareció de un momento a otro.

Los ojos de algunos se volvieron saltones y otros temblaban ante lo inesperado.

Pero, ¿Por qué todo se ha vuelto tan turbio?.

El miedo invadió el lugar justo después de haber escuchado el sonido de armas de fuego cargadas y listas para disparar.

Repentinamente estábamos rodeados de agentes federales y fuerzas especiales.

Aquellos trajes negros e imponentes entraban por todas partes y las sirenas aumentaban en número desde la distancia.

Efectivamente, nos cayó la ley...

Carón: ¡CORRAN!.

Después de aquel grito de alerta, todos intentaron correr o esconderse pero era completamente inútil; ya no había escapatoria.

Carón saca su arma y comienza disparar a los primeros agentes delante de él con una mirada fría y rígida mientras corre para cubrirse pero recibe un disparo que lo hace caer directamente al suelo.

Algunos conectes y conductores que ven el hecho entraron en pánico.

Los que antes tenían apariencia de ser mayores y experimentados en este mundo tan cruel, ahora parecen niños asustados e indefensos.

Al menos Carón parecía más capaz por lo visto hasta ahora.

...: ¡Arrodíllense y pongan las manos sobre la cabeza!.

Fueron las palabras de los agentes mientras nos apuntaban con sus armas.

Algunos inmediatamente, incluyéndome, nos arrodillamos mientras que otros permanecían inamovibles.

Talvez el procesar lo ocurrido los ha dejado pasmados del miedo.

Tras pasar pocos segundos escuchamos dos disparos consecutivos: dos de quienes no se arrodillaron fueron disparados directo a la cabeza.

Los agentes en consecuencia se acercaron y nos patearon en la espalda mientras caíamos agresivamente contra el suelo; siempre apuntándonos con el dedo en el gatillo esperando cualquier signo de acción de nuestra parte.

Algunos lloraban vergonzosamente y otros parecían aún incrédulos del hecho en cuestión.

Ciertamente una natural tendencia humana de rechazar rotundamente la realidad que no quieres aceptar según tus perspectivas y deseos.

Desde lo que he visto hasta el momento, Guffy ha mantenido la calma y se mantiene observante de su entorno

Me pregunto si es su primera vez en una experiencia como ésta...

...: ¡¿Qué estás mirando conecte de mierda?!.

Luego de escuchar eso viniendo del agente justo detrás de mí, me patea la cabeza agresivamente mientras golpeo la frente contra el suelo.

Inmediatamente sentí un liquido caliente salir de mi frente.

No me sorprendería que fuese sangre...

Agente 01: Aquí el capitán... el interior del galpón fue abordado sin problemas.

Agente 01: ¿Cómo está la situación afuera?.

Dice un agente que se encuentra delante de mí hablando a través de un radio.

...: La mercancía y los conectes fueron retenidos y la zona es segura, podemos proceder con el plan.

Siendo un rápido intercambio de información, una camioneta entro al galpón y procedieron a colocar esposas en nuestra muñecas; y a la vez, una bolsa de tela negra que nos cubriera la cabeza.

Luego de subir a la parte trasera de la camioneta, cerraron la puerta y automáticamente empezó a rodar.

Y siendo ahora el silencio reconfortante para lo sucedido hasta entonces...

Es casi imposible de creer que hasta hace unos minutos la mayoría estaba riendo y compartiendo con chistes.

De un momento a otro casi todo puede acabar de maneras inesperadas; o eso pensarían ellos quienes están callados y temerosos por el destino que nos espera.