webnovel

Si, bueno... este no es un buen mundo

Nuestro protagonista, un joven hombre excitoso y casi sin conocimiento de animes o mangas, trasmigra a una realidad desde donde tendrá la tarea de viajar/Tomar control de diversos personajes pertenecientes diversos mundos de fantasía cumpliendo misiones propuestas por... ¿Él mismo? Este es un fanfic de cumplimiento de deseos, no esperes una obra maestra. Por favor, agradecería que leas las etiquetas y que no comentes tonterias sin sentido, pues serán eliminadas (^_^) Advertencia: No tengo los derechos de ninguno de los personajes que aparezcan en esta historia, solo de mi protagonista. Cronograma de publicación: 3 capítulos o más por semana Historias tomadas en cuenta: - Getsuyoubi no Tawawa (Tawawa No Monday) - Sono bisque doll wa koi wo suru (My Dress-Up Darling) - Miru Tights - Mieruko-chan - Dark Gathering Mundos relacionados a misiones: - Btooom! - Saimin Seishidou - Otome Dori - Kokujin No Tenkousei NTR Ru - Tachibana-San-Chi No Dansei Jijou - Henshin-Emergence ETIQUETAS: No Yuri, No NTR, Harem, Multiverso, R-18

Culture_Lover · Anime et bandes dessinées
Pas assez d’évaluations
129 Chs

NUEVAS COMPAÑERAS

"Ya veo… eso suena bastante complicado"

Yuuma murmuró luego de que la niña terminara de contar su historia.

Yayoi no solo habló sobre el espíritu maldito llamado 'Kuubou' el cual secuestró el alma de su madre, si no también acerca del Dios que estaba atormentando a la otra estudiante de Keitaro.

Esto causó diversas reacciones en las personas presentes.

Miko y Touko estaban realmente sorprendidas, pues no esperaban que esta pequeña niña tuviera una historia tan trágica y dolorosa. Del mismo modo, la sorpresa vino al saber que Yayoi tenía un plan tan elaborado y arriesgado para recuperar el alma de su madre.

Hana, por su parte, estaba junto Yayoi abrazándola mientras sus ojos llorosos contenían las desbordantes lágrimas. Para ella, el saber que una pequeña niña había estado luchando en solitario contra estas cosas la hizo sentir una gran tristeza.

Keitaro, quién ya conocía de antemano la historia, agachó la mirada y observó detenidamente su recientemente curada mano. 

Sus ojos mostraban un gran conflicto en este momento. 

Solo ahora se dio cuenta, luego de escuchar nuevamente la historia de Yayoi que recordó lo que le había prometido.

Y ahora que prácticamente había eliminado su maldición, también había eliminado su capacidad para ver o sentir espíritus o maldiciones, prácticamente convirtiéndolo en un completo inútil si continuaba junto a ella intentado recolectar espíritus poderosos para sus propósitos.

Incluso si dejaba de lado el asunto de Yayoi y su madre, él le había prometido a su otra alumna que la ayudaría con el tema del Dios acosador, un ser extremadamente poderoso que quería apoderarse de su vida.

¿Acaso el deseo de librarse de todo lo relacionado con el ocultismo fue tan fuerte que nubló su mente y decidió optar por la opción más fácil?

Ahora que lo pensaba, su deseo por librarse de maldición de su mano, el cual siempre había estado en su mente, aumentó repentinamente cuando supo que podría curar su mano, como si el deseo por ello hubiera explotado en su mente, nublando sus promesas pasadas.

Era como si algo hubiera susurrado en su mente.

No obstante, no importa cuánto lo pensara el muchacho sobre si al final quería en verdad hacerlo o no, ya que no había sentido hacerlo en estos momentos. Ya había perdido su poder, y no había una vuelta atrás.

Nuevamente, y de manera extraña, no siguió dándole más vueltas a este asunto, y decidió continuar con su nueva vida recuperada, volver a vivir tranquilamente.

Quizás, solo quizás, si Keitaro se hubiera dado cuenta de esto antes… se habría percatado que algo no iba bien.

Pero… bueno, las cosas pasan por algo ¿verdad?

Mientras Keitaro justificaba internamente sus acciones, Eiko se puso de pie y acarició tiernamente la cabeza de su prima, tratando de trasmitirle sus sentimientos de apoyo.

"Bueno…¿Qué es lo que piensas Yuuma sensei?" – Yayoi preguntó luego de un tiempo en silencio.

"Pues… pienso que toda tu travesía y todo lo que intentas hacer suena a una completa locura Yayoi-chan" – Yuuma sonrió – "Pero es una locura que suena muy… interesante"

En el preciso momento en el que Yuuma habló, una sensación helada pareció recorrer la habitación.

La pequeña niña de ojos extraños se sorprendió, pues ante ella estaba una persona que no encontraba todo el tema del ocultismo desagradable, sino que lo veía de manera 'interesante'.

Aunque era muy joven, Yayoi había conocido a muchas personas y sabía, mas o menos, cuando alguien intentaba mentir o aparentar una forma de ser que no lo era.

Y muy pocas personas habían demostrado ser sinceras con sus acciones.

Para Yayoi, Yuuma era una de esas personas.

Touko, Miko y Hana podían comprender, más o menos, las acciones de Yayoi, pues estaba haciendo lo que hacía con el objetivo de recuperar el alma de su madre. No obstante, sus reacciones estaban muy alejadas a las de Yuuma.

Las reacciones de ellas parecían más a la reacción de Keitaro cuando vio por primera vez su habitación. Esto no era algo que haga sentir extraña a la pequeña niña, pues era algo esperado.

Lo que no fue esperado es ver esa sonrisa en el rostro del hombre frente suyo, una sonrisa que daba a entender, sin miedo a equivocarse, que estaba disfrutando con la idea de involucrarse con seres sobrenaturales.

Si fuera un sujeto cualquiera, quizás Yayoi lo hubiera tomado como un tipo con los tornillos sueltos. No obstante, este sujeto no era para nada normal, por lo que su sonrisa se veía… atemorizante.

'Quizás él… quizás pueda…'

"Yuuma sensei… quería saber si-"

"¿Qué tal si hacemos esto?" – las palabras de Yuuma interrumpieron lo que Yayoi quería decir – "Como Keitaro está fuera del juego por que perdió sus poderes, te ayudaré con tus problemas ¿Qué te parece? De paso que voy poniendo en práctica todo lo que aprenda de las artes sintoístas"

"Yayoi, no creo que-"

"¡Si!¡Creo que esa sería una buena idea!" – antes de que Keitaro terminara de hablar, fue interrumpido por Eiko, nuevamente – "Si es Yuuma-san, quien ayuda a Yayoi-chan, creo que estaremos bien~"

"¡Eiko! ¿Estas segura de esto?" – Keitaro reprendió un poco exasperado, pues ya era evidente que Eiko estaba que lo interrumpía a propósito.

"Ara, Kei-kun ¿No crees que es una buena idea? Como tu decidiste renunciar por tu propia cuenta a tus poderes, ya no eres de mucha ayuda para Yayoi-chan ¿verdad?"

"S-Sí, pero-"

"Además, Yuuma-san no solo sabe sobre cosas paranormales, sino que tiene una gran fuerza que será de mucha ayuda para ayudar a mi pequeña prima mientras que tu recuperas tu vida normal"

En este punto, para todos los presentes en la habitación era evidente que entre estos dos había un tensión evidente, pues el ambiente se volvió un poco incomodo.

Incluso la despistada Hana se dio cuenta de esto.

Yayoi también se habia dado cuenta del comportamiento que su prima tenía. No obstante, de entre todos los presentes, exceptuando a Yuuma, ella entendía más o menos su molestia, pues también estaba experimentando un sentimiento similar debido a las acciones de Keitaro.

"Parece que hay algo que ustedes deben conversar en privado. Me retiro para que arreglen sus asuntos" – Yuuma murmuró – "Cuando decidan algo, háganmelo saber" 

Luego, él se marchó junto a Miko y Hana.

"Parece que yo también me retiraré" – Touko también entendió que debía darles un momento a estos chicos para que hablasen, así que se retiró en silencio.

Al fin solo Keitaro, Yayoi y Eiko quedaron en la habitación.

Les esperaba una gran conversación.

..........

"Sensei ¿Por qué crees que esa chica llamada Eiko estaba tan molesta?"

Caminando por los jardines externos del santuario, Hana preguntó.

"Bueno, no estoy muy seguro, pero creo que es una pelea de enamorados, no es algo que nos interese la verdad" – Yuuma, quien caminaba a su lado, respondió mientras miraba con curiosidad las flores.

"¿Ellos son enamorados? No lo parecen" – Miko contestó.

"¿Verdad que no? pero al parecer lo son" – Yuuma sonrió – "Como sea, vasta de hablar sobre ellos. Sin importar lo que decidan, es momento de hablar de nosotros"

"¡!"

Cuando Yuuma dijo eso, las dos chicas inconscientemente se sonrojaron al ser tomadas por sorpresa.

¿Qué era lo que su sensei quería decir al hablar de 'nosotros' en este momento?

"De todo lo que aprendí el día de hoy, y de todo el conocimiento que he acumulado durante el tiempo que llevo enfrentándome con espíritus, pude deducir algunas cosas que les compartiré, pues ahora ustedes son mis aprendices"

"Ah… se refería a eso ja…jaja"

"Claro, sus aprendices ja… jaja"

Las dos chicas trataron de sonreír para disimular la vergüenza que sentían en este momento, pues las dos habían sentido como sus corazones había saltado de una manera no tan apropiada cuando pensaban en las palabras de su sensei.

"¿Humh?¿Están bien?"

"¡S-Sí!¡Continue sensei!" – las dos chicas respondieron casi al unísono.

Yuuma parecía genuinamente curioso por la forma en cómo reaccionaron sus alumnas, pues en este momento él no estaba intentado acercarse a ella o jugar con el doble sentido.

No obstante, no le dio muchas vueltas al asunto.

"Bien, lo primero que les diré es que en lo profundo de sus cuerpos existe una estructura incorpórea llamada 'Núcleo de Alma' es el lugar en donde se almacena la energía que ustedes logran emitir"

"Dicha energía, la cual yo bauticé como 'Energía Vital' o 'Energía Interna' es conocida por los espiritistas como 'Energía Espiritual'. No obstante, en este basto mundo quizás existan culturas en donde la denominen con otro nombre, así que no deben ser muy inflexibles con la terminología"

Hana y Miko estaban prestando atención a todo lo que su sensei les decía.

"Esta 'Energía Vital o Espiritual' es producto de todo ser vivo, de su metabolismo interno supongo. No obstante, hay cosas inanimadas que, a pesar de no ser catalogadas como 'vivas' son fuente de una gran cantidad de energía, como la tierra, pues al morir todo ser vivo termina en ella"

"Los humanos catalogados como 'normales' tienen una cantidad muy pequeña, ínfima, casi imperceptible, pero que le es suficiente para vivir sin problemas. Los espiritistas, a través de los rituales y mantras del sintoísmo, han logrado manejar esa energía, extraerla del ambiente y almacenarlas en sus cuerpos, obteniendo grandes reservas"

"Los espíritus malignos o fantasmas, por el contrario, obtienen su energía de diferente manera. Ellos también contienen un 'Núcleo de Alma' y al ser seres casi etéreos, tienen mayor densidad Energética y afinidad"

"Normalmente el espíritu se separa del cuerpo fallecido y puede estar deambulando por el mundo hasta que su reserva energética se agote y desaparezca. En el caso de los espíritus negativos, ellos consumen a otros espíritus, o se alimentan de la energía emitida por otros seres vivos sin matarlos. Para cuando se convierten en espíritus dañinos, algunos llegan a consumir el alma de seres vivos, en especial humanos, a través de maldiciones o directamente, volviéndose mucho más fuertes en el proceso"

"¿Alguna duda hasta aquí?"

Las dos chicas levantaron inmediatamente las manos.

"Primero tu Hana"

"Sensei ¿Hasta cuánto tiempo pueden deambular los espíritus en nuestro mundo?" – Preguntó Hana.

"Eso es variable. Si no consume energía y solo deambula, pueden ser un par de meses hasta donde sé (supone), pero si tiene una fuente de alimentación, como un remordimiento en vida, puede ser indefinido (también supone)" – Yuuma respondió.

"Oh…"

"Miko, tu turno"

"Sensei ¿Por qué algunos de esos espíritus tienen formas extrañas?" – preguntó Miko.

"Recuerda que no solo existen espíritus de humanos, sino también de animales, y cuando algunos de esos consumen a un espíritu humano, o viceversa, intuyo que parte del raciocinio y la morfología se trasfiere. Por eso verás espíritus con múltiples formas de perros, simios, insectos… incluso cuando espíritus humanos consumen a otros humanos, sus aspectos cambian totalmente"

Miko asintió en silencio mientras contemplaba esas palabras.

"Bien, ahora les explicaré la clasificación que se me hace más conveniente para describir a los espíritus, desde los más débiles hasta los más fuertes, usando ejemplos que ustedes pueden entender, espero que-"

Antes de que Yuuma continuara, giró su cabeza hacia una dirección. Hana y Miko siguieron la mirada hacia la misma dirección, y vieron que Eiko, Yayoi y Touko salían del edificio principal del templo. 

La sacerdotisa principal traía varios rollos y pergaminos en una especie de caja de madera, lo cual se veía muy pesado de cargar.

Eiko, por otro lado, tenía una mirada cabizbaja, y sus ojos se veían rojizos, como si hubiera llorado.

Yayoi, si bien o parecía haber llorado, no se veía con buenos ánimos.

"Era que me llames si ibas a sacar todas estas cosas Touko-san" – Yuuma se acercó y tomó todas las cosas que Touko estaba cargando – "Parece que Keitaro no vendrá ¿verdad?"

"Kei-chan… está descansando en estos momentos" – la sacerdotisa respondió con un suspiro – "Él decidió darse un tiempo de las cosas relacionadas con el ocultismo" 

Yuuma entendió al instante estas palabras.

"Ya veo…bueno, espero que pueda encontrar su tranquilidad"

"Yo también lo espero" – Touko asintió y luego hizo una señal de agradecimiento – "De nuevo, no sabes cuanto agradezco que hayas ayudado a mi nieto"

"No te preocupes, no fue nada, al final este trato más parece que tu sales perdiendo, pues me estas dando todo esto, rompiendo las reglas de tu clan" – Yuuma sonrió mientras alzaba el paquete de pergaminos en sus manos.

"Por la salud de Kei-chan, esto lo vale…. Ahora tengo que retirarme, debo poner orden en el templo, si no haya nada más, paso a retirarme"

Con otro saludo, Touko se fue, dejando a las dos primas con el grupo de Yuuma.

"Bueno, parece que al final solo ustedes seguirán con la búsqueda de espíritus ¿no es así?"

Eiko y Yayoi miraron a Yuuma en silencio mientras recordaban la conversación que tuvieron con Keitaro, sintiendo nuevamente sus corazones apretados.

Las cosas que él les dijo… las palabras que utilizó… era como si no fuera el Keitaro que habían conocido.

En un inicio Eiko y Yayoi pensaron que posiblemente el cuerpo de Keitaro había sido tomado por un espíritu, tal y como ocurrió con la adivina que salía en la televisión, con la que se habían encontrado el día de ayer.

Pero por más que buscaron, analizaron e interrogaron, se dieron cuenta que era el verdadero Keitaro quien les hablaba.

Cuando él les dijo que solo era un muchacho que aborrecía todo lo relacionado con el ocultismo, y fueron ellas las que habían estado presionándolo para que se involucra más y más… ella se sintieron verdaderamente culpables.

Por ello es que ya no se involucraría con esas cosas ahora que por fin se había librado de la maldición, y le pidió a Eiko que también reconsiderara no seguir con todo este asunto, aun cuando esto dejaba completamente sola a Yayoi.

Fue en ese momento que la niña ya no tuvo más que decir, al igual que Eiko, y ambas se retiraron, mientras contenían las lágrimas.

Todo lo que pasaron en este mes, todas las aventuras que vivieron, todos los fantasmas que capturaron, las persona a quienes ayudaron… al final parecía que el muchacho solo lo hizo por presión, y no por voluntad.

Incluso Eiko, quien estaba obsesionada con Keitaro y creía saber cada aspecto de su vida, sintió que no lo había llegado a conocer del todo bien.

Pero no era tiempo para lamentos… estaban en medio de algo, y necesitaban continuar con todos sus planes.

"Quiero tomar tu oferta Yuuma sensei… quiero que me ayudes a encontrar a Kuubou y al espíritu de mi madre, por favor" – Yayoi habló con gran determinación y extendió su mano.

"¡Bien! es un gusto poder ayudarlas Yaoi-chan, Eiko-san" – Yuuma tomó la mano de la niña y le respondió el saludo, al mismo tiempo que les daba una cálida sonrisa.

Miko y Hana sonrieron ante esta noticia, pues habían escuchado la historia de la niña, y en el fondo de sus corazones ellas deseaban que su sensei la ayudara.

Ellas no preguntaron sobre cómo fue la conversación con Keitaro, no era algo que debían hacer.

Entendían que el chico tendría sus motivos para no seguir involucrándose con cosas relacionadas al ocultismo, así que solo se concentraron en las personas que tenían frente suyo, sus nuevas compañeras.