—Señora Williams, ¿qué hace aquí? ¿Por qué está llorando? ¿Qué está pasando? —preguntó la señorita Julieta ya que la señora Williams no podía responder y simplemente estalló en lágrimas de nuevo.
—Perdió a su compañero —respondió secamente y volvió a consolar a la mujer desesperada.
Todas las otras criadas estaban de pie alrededor y todas mostraban una mirada sombría y de desprecio hacia Tina.
—¿Quién se cree que es? ¿La señora de la casa? Humph.
—Rezo porque el Alfa no la elija como su compañera. Este Mansión realmente se volverá insoportable.
—Temo por el Alfa más que nada. No puedo evitar pensar que ella es una perra manipuladora y nublará el juicio del Alfa —susurraban con voces apagadas.
Tina escuchó los susurros y los fulminó con la mirada. La señorita Julieta también se dio cuenta de esto y les hizo señas para que salieran de la habitación.
Mientras salían, entró el Alfa por la puerta con su beta, zeta y Aurora a la zaga.
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