Mientras tanto, Zeres finalmente había salido del edificio al que había entrado hace unas horas. Jude, que lo estaba esperando afuera, tiró su cigarrillo al lado tan pronto como vio a Zeres acercándose al coche.
Jude examinó a Zeres mientras este entraba silenciosamente y acomodaba su largo cuerpo en el asiento. Su cabello húmedo y ese nuevo conjunto de ropa... Jude ya podía intuir lo que había sucedido y solo pudo negar levemente con la cabeza.
—¿Entonces? ¿Conseguiste la información que querías? —preguntó Jude con cuidado al notar la expresión de mal humor de Zeres.
Zeres cerró los ojos con fuerza y apoyó la cabeza contra el reposacabezas, como si estuviera totalmente agotado.
—Sí. —Fue su breve respuesta, antes de soltar un profundo suspiro.
—¿Qué pasó allí dentro? No me digas… ¿la mataste?
Zeres guardó silencio por un momento, pero finalmente abrió la boca de nuevo y habló.
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