Basil Jaak llegó al lugar de la construcción y, siguiendo la disposición de Jessica Flack, había organizado a algunos guardias del departamento de seguridad para mantener el orden en el sitio.
Luego, Basil recibió una llamada de Xenia Wendleton.
—Basil, tengo unas noticias buenísimas que contarte, ¿puedes adivinar cuáles son? —Xenia intentó ocultar su emoción, pero para Basil, sonaba bastante evidente.
—¿Pasaste la entrevista? —Basil preguntó con tono apático.
—¡Felicidades, acertaste! —Xenia exclamó sorprendida—. Pero no pareces muy feliz. ¿No estarás en contra de que me convierta en presentadora, verdad?
A regañadientes, Basil dijo:
—¿Cómo podría ser? Ser presentadora es tu sueño, y si no apoyo tus aspiraciones, ¿cómo podríamos seguir siendo amigos?
—Es verdad, solo parece que no estás de muy buen humor —Xenia dijo.
—Hubo algunos problemas en la empresa hoy, ¿quién podría estar eufórico después de un día entero de horas extras? —Basil respondió con irritación.
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