—¿No te importa si traigo a dos bellezas más, verdad? —preguntó Kayson con confianza.
—Bueno, si son bellezas, cuantas más, mejor, ¿no? —respondió Basil entre risas.
Kayson le lanzó a Basil una mirada molesta y llevó a Wendy a sentarse por su cuenta.
Cuando la mirada de Amanda se encontró con la de Basil, inconscientemente bajó la cabeza, con un rubor tímido subiéndole a las mejillas.
—Ejem... —Basil abrió la puerta del asiento del conductor y subió, girando la cabeza para preguntar a las bellezas detrás de él:
— ¿A dónde les gustaría ir?
Los ojos de Kayson brillaron, y ella preguntó con media sonrisa:
—¿De verdad podemos ir a donde queramos y elegir libremente?
—¡Por supuesto! —asintió Basil.
—Entonces vamos a... —Kayson hizo una pausa antes de decir indiferente:
— ¡Ciudad del Hot Pot!
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