Basil Jaak acababa de ser llevado a la oficina cuando vio al hombre de mediana edad riéndose y saliendo desde el interior.
Cuando el hombre de mediana edad pasó por Basil Jaak, se detuvo deliberadamente, burlándose de él—Hay gente con la que no te puedes meter. Solo espera a que te arresten.
Basil Jaak preguntó fríamente—¿Fuiste tú quien me tendió una trampa?
El hombre de mediana edad rió con arrogancia—¿Tendido una trampa? Te denuncié. Si quieres decir que te tendí una trampa, está bien, ¿pero qué te va a servir? ¡Aún así te jugaré hasta la muerte!
Un escalofrío pasó por los ojos de Basil Jaak. No se molestó en hablar con escoria como él; en cambio, lanzó un golpe directamente a la cara del hombre de mediana edad.
¡Bang!
El hombre de mediana edad cayó al instante, dos de sus dientes delanteros destrozados por Basil Jaak.
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