—Basil Jaak lanzó una mirada desdeñosa a Gustave y bufó con desdén —¿Realmente tienes el valor de ponerte un vestido de granada con tu figura plana?
—Tú... —Gustave estaba tan ahogado que no podía hablar y deseaba poder cortarle la lengua a Basil Jaak.
—No tengo tiempo para jugar contigo, ¡terminemos con esta competición! Una vez que termine, puedo volver a dormir —agitó su mano Basil Jaak.
Una de las razones por las que Basil Jaak despreciaba a Gustave era debido a su mala impresión de esta niña rica y mimada. La otra razón era su falta de interés en las carreras de coches. Si no fuera por el título de "buen ciudadano" que mencionó Yetta Astir, Basil Jaak nunca se molestaría con estos niños.
—¡No creas que eres invencible solo porque venciste a Joyce! Déjame decirte, nuestra competencia no es puramente sobre la velocidad —replicó descontenta Gustave.
—¡Solo explica cómo vamos a competir! —urgió Basil Jaak.
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