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Resident Evil Los Iluminados

Laura es una simple joven que va a vacacionar en un pequeño pueblo ubicado en España, todo parece ir bien, hasta que un día un grupo de ocultismo llamado "Los Iluminados" levanta su iglesia en el pueblo y extraños sucesos comienzan a ocurrir. Su vida cambia repentinamente y cuando parece ser el final de su historia, un desconocido norteamericano la rescata y promete ayudarla a salir de ese lugar maldito.

LoorayLopez · Bandes dessinées et romans graphiques
Pas assez d’évaluations
23 Chs

CAPITULO 18

No podía creer lo que acabó de ocurrir. Miré a un costado el cuerpo de mi tío, sentía que mi respiración se agitaba, un muchacho se acercó a mí teniéndome su mano. Era alto, un poco moreno y tenía un corte de barba con bigote.

- ¿Estás bien? - Me preguntó en inglés.

Yo simplemente me levanté y lo empujé para luego correr, agarré el fusil, la mochila y me alejé.

- ¡Hey tú! ¡Espera! - Exclamó.

Me alejé tanto que llegué a un sitio desolado, parecía que hubo guerra por allí ya que algunos muros estaban destruidos. Me recosté detrás de uno de esos muros y comencé a apretar mi cabeza soltando un fuerte grito. Ya lo perdí todo, absolutamente todo.

Tiré el rifle al suelo y deslicé mi espalda contra el muro hasta sentarme en la superficie. Golpeé con fuerza mi codo contra el muro, tenía mucha rabia.

- Maldita sea, maldita sea... - Susurré para mí misma. - Lo perdí, lo perdí... - Sollocé.

Quité la pistola y la apunté al lateral izquierdo de mi cabeza. Respiré profundo y gatillé, el sonido se oyó como un eco, no tenía balas.

- ¿Qué más da? - Me pregunté a mi misma.

Entonces recargué la pistola y la apunté nuevamente a mi cabeza.

- A la mierda la vida. - Disparé.

La bala no llegó a mi cabeza, fue a otra dirección, alguien había empujado la pistola de mi mano y me tomó del cuello. La impotencia se apoderó de mí.

Luché por deshacerme de esa persona. Con fuerza la tiré al suelo y me quedé encima de ella, agarré su pistola para apuntarla rápidamente, era aquel muchacho.

- ¡Hijo de puta! - Exclamé y disparé al suelo cerca de su oído.

- ¡Ahh! - Pegó un grito grave.

Me levanté y dejé caer la pistola encima de su pecho. Me alejé, agarré mi pistola, el rifle y me dispuse a seguir mi camino frustrada.

- ¡Detente! - Dijo el muchacho poniéndose de pie. - ¿Qué fue eso?

- Tú mataste a mi tío. - Lo dije con rabia secando la sangre que cubría mi rostro.

- Lo maté por ti, yo solo intenté protegerte, no tenía opción. - Habló apenado.

- Maldita sea. - Murmuré, sequé mis lágrimas y suspiré. - ¿Quién eres? ¿Qué estás haciendo en esta isla?

- Soy Mazen, estoy aquí en esta isla pasando mis vacaciones. - Contestó.

- Okay, en una isla donde las personas son manipuladas por un parásito. Buen lugar para vacaciones.

- Sí, me gusta el parásito y ayudar a salvar a la gente de la muerte. Igual que tú. Así es como paso mis vacaciones.

- ¿Qué? No sabes nada de mi. - Dije y Mazen miró el fusil que yo tenía en mi mano, entonces suspiré. - Mi nombre es Laura, yo también estaba pasando mis vacaciones, pero no en esta isla, estaba en un pueblo rural en España.

- ¿Y qué te trajo por aquí, Laura?

- Larga historia. - Contesté. - ¿Qué hay de ti?

- Bueno, yo estaba en el ejército egipcio como voluntario, por eso siempre llevo esta pistola conmigo, y la verdadera razón por la que estoy aquí es solo vacaciones, pero no tenía conocimiento de que aquí había una base militar.

- Ah, esto realmente no es una base militar. - Corregí.

- ¿Cómo dijiste? - Interrogó confuso.

- Bueno, como te dije antes, son manipulados por un parásito, por eso mi tío me atacó, pusieron el parásito dentro de él y el huevo eclosionó convirtiéndolo en uno de ellos. - Expliqué.

- Woow, bueno. Realmente lo siento por tu tío. - Se disculpó.

- Como sea. - Dije tratando de olvidar lo ocurrido.

- ¿Que planeas hacer? ¿Estás sóla ahora? - Cuestionó.

- No, bien, ahora sí. - Respondí.

- ¿A qué te refieres?

- Yo estaba con dos hombres

- ¿Puedo unirme a ustedes? - Preguntó.

- Mmmm... - En un principio dudé. - Está bien, pero primero tenemos que encontrar al rubio. - Afirmé.

- ¿A quién?

- Ah, un agente norteamericano. Su nombre es Leon.

- Está bien. Entonces vamos a encontrar a ese maldito hombre.

- Ja. - Musité y lo miré extrañada, él me devolvió la mirada sonriente y suspiré. - Está bien, ¿tienes carga?

- Ajá, un poco. - Respondió y le entregué unos cartuchos mientras que recargué el rifle. - Gracias... Leon, estamos en camino - Dijo Mazen.

Así que decidí que él me acompañara, era un chico muy charlatán y humorista, pero yo no tenía ganas ni de reír.

- Si estabas en España, ¿cómo has llegado hasta aquí? ¿eres una clase de agente? - Cuestionó curioso.

- No, solo soy una estudiante de intercambio... - Dudé un poco pero luego decidí contarle toda la historia confiando en él, después de todo sigo viva gracias a él.

Hablando y hablando habíamos llegado a un sitio que tenía una arquitectura similar al del castillo de Salazar, estaba rodeada por unos infectados que protegían la zona, supongo que ahí debía estar Ashley por eso tanta seguridad.

- ¿Qué hacemos? - Preguntó Mazen.

- Tenemos que ingresar ahí. - Contesté. - ¿Has visto la película de las tortugas ninjas?

- Vivir como un ninja en las sombras. - Sonrió Mazen.

Entonces nos adentramos al sitio tomando rutas alternativas y cruzando entre ellos sin que nos vieran.

Nos ocultábamos entre los pilares para no ser descubiertos, hasta que cruzamos a un salón y oímos una voz gruesa, yo me todo detuve.

- ¿Qué pasa? - Cuestionó el egipcio.

- Aquí. - Señalé y él se acercó.

Curiosos nos fijamos que eran Osmund Saddler y un hombre musculoso con ropa militar y una cicatriz en su rostro.

- ¿De qué están hablando? - Preguntó Mazen.

- Si guardas silencio, podremos escucharlos. - Dije.

Nos adentramos silenciosamente para oír lo que estaban hablando.

- Por lo visto, Salazar no ha conseguido domesticar a ese cerdo americano y sus colegas. Salazar tuvo su oportunidad. Krauser tráeme a la chica. Ah, y aprovecha para deshacerte de ellos. - Ordenó Saddler que estaba sentado en un trono mientras que el tal Krauser estaba de rodillas.

- Considéralo hecho. - Habló el militar poniéndose de pie.

El egipcio y yo nos miramos preocupados.

- Estupendo. Esto cada vez se pone mejor. - Murmuró Mazen.

- Movámonos ahora mismo. - Ordené y así nos alejamos del salón.

Continuamos y vimos a Leon y Luis caminando.

- ¡Muchachos! - Exclamé y Leon se giró tan rápido apuntándonos con su pistola, haciendo que Mazen reaccionara del mismo modo. - Woow, woow, detente. Solo soy yo. - Dije para tranquilizarlos y ambos bajaron sus respectivas armas.

- ¿Estás bien? - Preguntó el agente preocupado acercándose a mi y yo asentí. - ¿Quién es él? ¿Dónde está tu tío?

- Es Mazen y... él... mató a mi tío. - Dije cabizbaja.

Leon reaccionó agresivo contra él y yo lo detuve.

- No, no, hombre tranquilo, mi tío tenía el parásito en su cuerpo. - Suspiré. - Era demasiado tarde y se convirtió en uno de ellos, intentó matarme, pero Mazen solo hizo lo correcto para salvarme.

Miré atentamente a Kennedy, él suspiró nervioso.

- Okay. - Musitó Leon calmándose. - Lo siento. - Movió su cabeza de un lado a otro, noté tristeza en sus facciones.

No pude contenerme, agaché mi cabeza y eché unas lágrimas.

- Tranquila, juntos saldremos de este lío. - El norteamericano apoyó su brazo en mi hombro izquierdo.

Me sequé las lágrimas, tomé aire y suspiré. Luego lo miré y él me dedicó una media sonrisa, yo asentí mucho mejor.

- Vayamos a por Ashley y salgamos de aquí. - Dije decidida.

- Bien dicho. - Asintió Leon.

Nos dispusimos a continuar caminando pero una figura apareció y nos atacó.