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Resident Evil Los Iluminados

Laura es una simple joven que va a vacacionar en un pequeño pueblo ubicado en España, todo parece ir bien, hasta que un día un grupo de ocultismo llamado "Los Iluminados" levanta su iglesia en el pueblo y extraños sucesos comienzan a ocurrir. Su vida cambia repentinamente y cuando parece ser el final de su historia, un desconocido norteamericano la rescata y promete ayudarla a salir de ese lugar maldito.

LoorayLopez · Bandes dessinées et romans graphiques
Pas assez d’évaluations
23 Chs

CAPITULO 14

Levanté mi mirada y pude ver al español y los dos norteamericanos, estaban confundidos. ¿A quién estoy abrazando?.

Me despegué de aquella persona y sequé mi rostro con mi mano para mirarla.

- ¿Tío? - Pregunté asombrada y el asintió. - ¿Cómo lograste huir?

- Los que me secuestraron no eran muy listos, los aldeanos son bien raros. - Comentó.

- ¿Cómo llegaste aquí?

- Seguí un sendero que un extraño encapuchado me recomendó, me compré este fusil de asalto y en el camino encontré unos archivos. - Explicó y quitó de su chaqueta unos papeles para luego entregármelos.

Yo los tomé y los leí:

El poder de los Estados unidos reside en tres áreas. El departamento de Justicia, los cuerpos administrativos y el ejército. Para hacerse con ese poder, nosotros los iluminados, debemos influir en las mentes de los asesores del presidente.

Aunque los Estados Unidos adivinasen nuestro juego, el daño seria mínimo, todavía seríamos capaces de someter al país tal y como planeamos. Utilizando su poder sin fronteras en nuestro provecho, será fácil dominar el mundo.

Si, por cualquier motivo, nuestro plan no se desarrollara como debiera, recurriríamos a nuestro plan B. Enviaríamos a nuestros hombres infectados para que se infiltren y propaguen el terror y el caos como un virus.

Solo es cuestión de tiempo que el país se vuelva inestable, y en momentos de máxima vulnerabilidad, golpearemos con fuerza. En cualquier caso ya nadie puede impedir que dominemos el mundo.

- ¿Sabes qué significa? - Interrogó mi tío.

- Villanos de película. - Murmuré y continué leyendo otro documento.

Parece ser que hay una intrusa entre nosotros.

Sospechamos que está conectada con Sera.

También creemos que fue ella quien extirpó el huevo que se le inyectó a Sera antes de que hiciese eclosión, y la que lo movió a coger la muestra antes de la llegada del agente americano.

Es evidente que va detrás de la muestra.

Debemos detenerla antes de que establezca contacto con Sera.

También existen motivos para creer que está trabajando para alguien. Necesitamos capturarla con vida para interrogarla.

La intrusa debería ser capaz de responder a todas nuestras preguntas. Una vez la hayamos capturado, Sera dejará de ser una preocupación para nosotros.

En cuanto recuperemos la muestra, podréis deshacernos de él como os plazca.

Al terminar de leer ese archivo miré en dirección a Luis.

- ¿De qué me perdí? - Preguntó mi tío nuevamente.

- De muchas cosas. - Contesté.

- ¿Quiénes son ellos? ¿Y tus padres?

- Es una larga historia, mis padres ya no están. - Dije cabizbaja y él me abrazó.

- Esos malditos bastardos. - Musitó él.

Al dejar de abrazarnos me acerqué a los demás y los miré mientras ellos me observaban apenados.

- Lo lamento tanto, Laura. - Dijo Ashley y yo simplemente medio sonreí.

- Ahora, este es su plan. - Dirigí mi mirada al rubio y suspiré para luego entregarle un archivo. - Esto parece una película yankee... - Entonces me acerqué al español. - Esto es para ti, todo el pueblo te tiene bajo la mira al igual que a la mujer de vestido rojo.

Luis y Leon leyeron los archivos mientras que mi tío se acercó.

- ¿Me vas a presentar a tus amigos? - Cuestionó

- Eh, claro pero los dos rubios son norteamericanos, el otro es español y no son mis amigos. - Respondí. - El hombre rubio se llama Leon y es un agente especial de los Estados Unidos, trabaja con el presidente y prácticamente me salvó la vida, la chica rubia es la hija del presidente, se llama Ashley y es muy chillona, así que te recomiendo que tapes tus oídos, y el español es Luis, lo encontramos por ahí y resultó ser un investigador que trabajaba para los iluminados, pero terminó traicionándolos.

Mi tío los miró a cada uno y asintió.

- Chicos, él es mi tío, su nombre es Carlos. - Comenté en inglés.

- ¿Y qué haces con ellos? - Preguntó mi tío.

- Pues tratando de sobrevivir, después de todo enviarán un helicóptero para sacarnos de aquí.

- Un gusto verlo vivo, señor. - Interrumpió Kennedy y estrechó las manos a mi tío, este lo aceptó.

Luego de un breve momento, entre comentarle lo que había ocurrido conmigo y en lo que nos habíamos involucrado mi tío por poco enloqueció, pero se puso contento de que yo estuviera con vida.

Así que habíamos continuado el trayecto con Leon, Luis y Ashley, yo aún no podía creer todo lo que estaba pasando, si salgo de esta necesitaré una terapia.

No tardamos en llegar al punto de extracción, pero no vimos nada ni a nadie, el sitio estaba desolado o eso parecía.

- No hay nadie, parece que ningún insecto ha cruzado por aquí. - Comentó Carlos.

- ¿Qué vamos a hacer ahora? - Preguntó Luis.

De pronto un enorme insecto volador apareció llevando a Ashley, que gritó pidiendo ayuda, todo pasó tan rápido que no la pudimos rescatar.

- ¡Maldición! -  Vociferó Leon.

De pronto oímos sonidos parecido al zumbido de abeja.

- Genial. Más de ellos. - Susurró el agente.

Miramos a nuestro alrededor, estábamos rodeados por unos enormes insectos voladores y nos pusimos en alerta.

Disparamos contra ellos, eran demasiados. Uno de esos insectos atacó a Carlos, pero Leon actuó de manera rápida y le propinó una patada, liberando a mi tío. En ese instante otro insecto me estiró de la pierna e intentó llevarme, pero mi tío lo disparó y caí al suelo. Cuando traté de levantarme, otro me atacó pero Luis lo disparó matándolo.

- Gracias. - Suspiré agitada y Sera me guiñó el ojo para luego seguir disparando.

Yo solamente sonreí ignorando su gesto y me puse de pie, ayudando a mis acompañantes a disparar contra los insectos.

Minutos luego de haber acabado con todos, nos pusimos a pensar en qué hacer. En mi punto de vista preferiría pegarme un tiro y morir de una buena vez, o de lo contrario sufriría un infierno intentando encontrar a una chica que probablemente esté muerta y por el cual depende el hecho de que yo pueda salir de este lugar.

- Ella debe estar viva. - Habló Leon esperanzado.

- ¿Y qué si no lo está? - Interrogué. - Leon, mira, yo sé que ella es tu misión pero esto está fuera de nuestras manos. ¿Cómo podemos localizarla?

- Nada es imposible, solo tenemos que pensar.

- Leon tiene razón. - Interrumpió Sera. - Ashley debe estar viva, a lo que me refiero es que, Saddler la necesita y esas criaturas han sido enviadas por él para llevarla de vuelta.

- Entonces, si Ashley está viva, ¿dónde podría estar? - Pregunté.

De pronto fuimos interrumpidos por el teléfono del agente gringo y este contestó.

- Me pregunto si puede verme, Sr. Kennedy. - Oí la voz de Ramón Salazar.

- Si le tocas un pelo, te machacaré. - Dijo Leon.

- Primero veamos si consigues llegar hasta aquí. - Desafió el enano.

- Salazar, eres un hijo de perra. Te mataré. - Interrumpí furiosa y él solo sonrió malévolamente.

- En ese caso, los estaré esperando. - Dijo y finalizó la video llamada.

- Mierda. - Murmuré con rabia.

- Ahora que ya sabemos quién la tiene, no tenemos que perder tiempo. - Comentó nuestro acompañante español.

Así que nos pusimos en marcha mientras yo conversaba con mi tío de cómo las cosas iban. Habíamos ingresado a otra sección del castillo por donde Luis nos guió y vimos a la chillona que estaba retenida por dos iluminados que con sus filosas lanzas la tenían de rodillas apuntándola al cuello.

- ¡Ashley! - Clamó Kennedy.

- Leon. - Dijo Ashley con lágrimas en los ojos.

- ¿Qué no acabaron con uno de sus guardaespaldas? - Pregunté al agente y él me miró confundido.

- Tal vez nos equivocamos. - Musitó.

Nos adentramos más y vimos al enano español sentado en una silla muy peculiar, su trono.

- Mr. Kennedy. ¿Acaso no sabe cuando es tiempo de arrojar la toalla? - Preguntó aquel idiota riendo y presionó un botón.

El agente se sorprendió un poco y sentimos el suelo abrirse, era una trampa.

Carlos no logró caer en ella porque él estaba más alejado, así que rápidamente se tiró al suelo para sujetarme de la mano.

Luis se sujetó de la orilla y Leon cayó pero se sujetó con una cuerda especial que él traía consigo. Mi tío logró ponerme en la superficie y los dos nos acercamos para dar una mano a Sera hasta ponerlo a salvo.

- ¡No! -  Se enojó el enano y lo miré. - No más juegos, matadlos. - Ordenó en español.

Uno de los iluminados se acercó a nosotros con su lanza y nos atacó, mi tío y Luis se pusieron a dispararlo era difícil acabar con él.

Yo me acerqué al borde y ayudé a subir a Kennedy. Pronto me fijé que abajo no era un vacío, sino que tenía lanzas filosas que, al caer, nos habrían atravesado el cuerpo.

- ¡Rápido! Tenemos que prepararnos para el ritual. - Oí decir al enano mientras se retiraba con otro iluminado y Ashley de prisionera.

Vi a Leon ponerse de pie y correr en dirección a Salazar pero el iluminado le tiró su lanza y yo salté sobre el agente para salvarlo mientras que nuestros enemigos lograron huir llevando a la hija del presidente con ellos.

- Ah, ¿cuál es tu maldito problema, hombre? - Cuestioné un tanto enojada. - Controla tus impulsos.

Nos pusimos de pie y al parecer el otro guardaespaldas desapareció.

- ¿Y la chica? - Interrogó mi tío.

- La llevaron, harán un ritual o algo así. - Reporté.

- Genial.

- Este pendejo se quiso morir. - Señalé a Kennedy.

- Tenemos que movernos o será tarde. - Interrumpió Sera. - Creo que sé a dónde podrían ir.