—Daniel, ¿puedes por favor contarme todo lo que sepas sobre el brujo que trajo esos talismanes a nuestra manada? ¿Puedes contarme todo lo que recuerdas de aquellos días? Y también, háblame de Howard. Quiero saber todo acerca de ese desgraciado y dónde podría estar escondido. —dijo Artem.
—Es mucho pedir. —El anciano tomó un sorbo de su café antes de volver a dejarlo. Parecía prepararse para una larga charla.
Daniel exhaló un suspiro y me miró con ojos firmes y confiados. Era viejo, pero aún lúcido.
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