Ambas, Yun Xin Er y Lin Xing Xue, aún no eran sus mujeres, pero él estaba seguro de que más tarde le permitirían tomar fotos románticas con ellas.
—¿Cuál debería elegir? —Xiao Tian dudaba si debería tomar fotos primero con Lin Xing Xue o con Yun Xin Er.
Lin Xing Xue miró a Xiao Tian por un segundo antes de seguir cortando las fresas.
—¿Va a tomar una foto conmigo ahora? —Quedaban solo dos personas con las que no se había fotografiado: Yun Xin Er y ella. Aunque sabía que Yun Xin Er ocupaba un lugar más alto en el corazón de Xiao Tian que ella, realmente esperaba que Xiao Tian la eligiera.
Y como si Dios quisiera concederle su deseo, Xiao Tian caminó hacia ella con una sonrisa en su rostro.
—Pequeña Xue, vamos a tomar una foto juntos.
Lin Xing Xue no respondió y solo sonrió suavemente. Se sentía complacida cuando Xiao Tian la eligió por encima de Yun Xin Er.
Al principio, Xiao Tian solo tomaba fotos normales con ella, pero cambió de opinión al ver la expresión en su rostro.
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