Atisbando
Ye Xueyin pudo ver lo que estaba pasando en la habitación de Shi Fei porque antes, Xiao Tian no cerró la puerta correctamente. Aunque la puerta estaba solo un poco abierta, era suficiente para que ella lo viera todo.
—¿Por qué no cierran la puerta bien cuando están follando en su habitación? ¿Se olvidaron de comprobar la puerta antes? —Ye Xueyin se tapaba la boca con las manos. Su mente le decía que dejara de mirarlos y regresara a su habitación, pero no podía apartar la vista de ellos y su cuerpo tampoco respondía a sus pensamientos.
—Ah... Ah... Ah... Ah... Ah... —Shi Fei gritaba de placer.
En este momento, Shi Fei estaba a cuatro patas con Xiao Tian metiéndole su gran y larga polla en su húmedo coño por detrás. Por la expresión en su rostro, cualquiera podría decir que estaba en el séptimo cielo.
Shi Fei parecía una joven dama que acababa de descubrir lo placentero que era el sexo. Una joven dama que se había vuelto adicta al sexo.
Chapitre verrouillé
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