capítulo 001

— Vaya que ONU se lució con esta casa —decía la bielorrusa

— Seguro es porque nos quiere mucho —Kazajistán juntó las manos y comenzó a parpadear como una jovencita enamorada— si como no, nos quiere ahorcar a todos —bufó y entró a la casa para explorar.

Rusia no dijo nada y se acercó a su hermana que estaba en la puerta principal admirando el jarrón con decoraciones azules.

— Tiene tantas cosas que se ven tan caras... —la bielorrusa acercaba su mano a ese objeto de cerámica.

— Mejor no lo toques, si lo rompemos, ONU nos hará pagarlo; y eso se ve más costoso que el jarrón hindú que le rompimos a Kirguistán

— DIOS —alejó rápidamente su mano.

— Aunque este lugar parezca "perfecto", le falta comida —el kazajo apareció en la puerta junto a sus hermanos.

— Es obvio, ONU nos dio una casa para convivir; no para vivir aquí el resto de nuestros días —el ruso rodó los ojos.

— Lo dices como si quisiera morir aquí

— Vayamos a ver el resto de la casa -propuso la pequeña alfa.

— Apoyo la idea de Bielo, mientras lleguen los hermanos ingleses esto va a estar aburrido

— Mejor vamos a comprar comestibles, capaz llegan y ya tienen hambre; y más el americano ese

— Aaaw, te preocupas por mí, que lindo de tu parte honey  —hizo aparición el estadounidense.

— Tsk, ya quisieras

— Nope, not really —sonrió.

— USA! —codeó a su hermano, el mayor se quejó— perdón por eso

— No pasó nada, igualmente no es como si me afectara —levantó los hombros con indiferencia.

— ¿Ya han explorado la casa?

— No, estábamos a punto de hacerlo

— No hay comida, solo aviso

— Ok, Bielo y yo iremos a comprar la comida —propuso la neozelandesa

— Está bien, no compren demasiada comida que luego se queda ahí y se caduca

— El resto vamos a explorar la casa

— Esto no parece una casa, más bien parece una mansión o algo así

— La Casa Blanca es más grande

Ignoraron ese comentario y entraron de una vez al domicilio, parecía una de esas películas de los años 70 en opinión del de cincuenta estrellas. Subieron varios pisos hasta llegar al tercero que tenía la misma decoración que el primero solo que con unos toques rústicos

— ONU tiene muy buenos gustos -dijo sonriente

— Más bien parece que se quedó atrapado en los 70's

— Yo digo que hay que respetar sus gustos —siguió caminando— igualmente estamos aquí porque ustedes dos no saben comportarse, no para cuestionar los gustos de ONU

El kazajo se estaba hartando, atrás suyo iban el americano y su hermano, no paraban de pelearse sobre que el diseño de la "casa"

— Creo que pudo elegir algo más rústico

— ¿De qué hablas? Esta perfecta tal y como está —miro molesto al más joven.

— Para nada, no me agrada como quedan las cosas

— Eso es porque tu sentido de la moda esta estropeado

— ¡Tengo más estilo que tú! —se quejó el euroasiático

— Entonces deja de usar siempre ese buzo

— Lo dice el que siempre lleva pantalones militares

— HEY! Me quedan di-vi-nos, acéptalo omega de tercera

— Pues a mí me parecen cómodos los buzos, además no puedes elegir como me visto; no eres mi hermano o mi papá

— Tengo más edad que tú, si quiera tenle respeto a tus mayores, ruso irrespetuoso

— ¡Ténganle respeto a los que viven aquí maldita sea!, no creo poder aguantar esto por mucho tiempo —el kazajo se agarró la cabeza estresado

— Vez lo que haces ruso idiota

— Perdona, no entendí lo que dijiste, no hablo idiotez

— Siquiera yo pronuncio decentemente la "r"

— TU MALDI--

— ¡Y LLEGAMOS A LA PRIMERA HABITACIÓN! —grito el canadiense llamando la atención del resto— mon dieu...no podría aguantar un minuto más de eso —pensó— y bueno ¿quién lo quiere?

Era un cuarto muy grande, con 4 ventanas cuerpo completo, una cama King size, un gran ropero color blanco con un librero, un candelabro de cristal colgando del techo incluyendo un baño con una bañera, ducha y jacuzzi.

— Mío

— Mío

— Fuck —pensó el canadiense, estaba a punto de quemar cualquier cosa por el estrés; posiblemente hayan estado en esa casa solo 30 minutos pero ya quería desaparecer de ahí.

— Es mío capitalista asqueroso

— No, is mine fucking communist

— Si lo quieren ambos, compártanlo, ya no aguanto esto —Kazajistán se agarró la cara estresado— me quiero tirar por esa maldita ventana —señalo la ventana cuerpo completo.

— Apoyo a Kazajistán —levantó la mano el canadiense.

— No sé ustedes pero yo me voy a buscar mi cuarto y encerrarme ahí —el de las alas doradas dio media vuelta y salió de ese cuarto.

— Más les vale a ustedes sobrevivir hasta el almuerzo o hasta que todo esto acabe —los señalo a ambos mientras lo miraba amenazadoramente.

Al ruso le recorrió un pequeño escalofrío por la espalda al verlo señalándolos y el americano notó esto, por alguna razón le molesto que el euroasiático se quedará viendo a su hermano hasta que se retiró.

— Si quieres quédate con la habitación, voy a buscar otra —se retiró en silencio.

— Gane sin pelear, genial —sonrió.