Al ver a Zora llorar de dolor, todos sintieron lástima por ella. Sin embargo, Xaviera todavía confiaba en su posición como la Señora Mamet para no admitir la verdad, haciendo que Zora contuviera su ira.
¿Cómo podía ser Xaviera tan arrogante? Ella era la que había hecho mal, ¡pero usaba la condición de Señora Mament para oprimir a la víctima, mostrando su depravación moral y completa falta de conciencia!
—Señorita Hughes, no llores. Tu maquillaje se está corriendo. No eres tan guapa para empezar, pero ahora estás aún más fea —bromeaba Xaviera.
Zora rápidamente se secó las lágrimas, sacó un espejo de maquillaje y revisó su cara, temiendo que a Caleb no le gustara su apariencia desaliñada. Sus ojos estaban rojos, pero su maquillaje estaba intacto, lo que la hacía ver incluso más lastimosa. Fue entonces cuando Zora se dio cuenta de que había sido burlada.
Antes de que Zora pudiera responder, Xaviera dijo con desenfado:
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