—Creo que los sepultaré a ustedes dos aquí y ahora...
Las palabras de Quince se desvanecieron en el aire, dejando atrás un trono vacío. La daga de Mello manchada de sangre cayó sobre el trono de piedra con un ruido metálico cuando el cuerpo de Quince desapareció.
—¡Cuidado, Mello! ¡Él está aquí pero no podemos verlo! —gritó Dorian en voz alta. Su habilidad de Cuerpo perfecto estaba activa, al igual que cualquier otra habilidad pasiva que incrementara su poder. Su cuerpo blindado místico en particular mantenía una fuerte barrera a su alrededor.
—Lo sé, Dorian —respondió Mello. Al terminar de hablar, Mello saltó hacia atrás, apareciéndole un par de alas negras mientras flotaba en el aire. Crepitante energía negra lo rodeaba, fluctuando. Al mismo tiempo, apareció una espada larga y brillante, flotando en el aire frente a Mello mientras la convocaba.
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