_Subaru: Pero me estoy cuestionando seriamente si funcionará…
_Emilia: ¿En serio? Pero yo pensaba que nuestro plan era muuuy bueno. Apuesto a que la actuación de Anne y Lewes-san engañó completamente a Garfiel y Frederica.
_Subaru: ¿Estás segura? …Siendo sincero, la pobre capacidad de actuación de Lewes-san y el pánico escénico de Annerose en el último minuto me parecieron absolutamente impactantes.
_Annerose: Cállate, Subaru.
Los tres se sentaron en la mesa del comedor, esperando para ver cómo había resultado su plan, y entonces Annerose interrumpió las reflexiones de Subaru. Las mejillas de Annerose se sonrojaron por la vergüenza, lo cual la hizo lucir de su edad por una vez.
El plan de Annerose para remediar la relación fraternal era bastante simple.
Se trataba de la propuesta de Emilia, sumado a la parte que Subaru no lograba comprender — es decir, cómo meter a Garfiel y Frederica en la misma habitación con el mismo objetivo.
Annerose usó un recuerdo compartido entre los dos para solucionar fácilmente ese problema.
Los pasteles de carne que Frederica cocinaba ocasionalmente habían sido su especialidad desde el tiempo que pasó en el Santuario. No estaban seguros de que Garfiel también supiera hacerlos, pero,
_Annerose: Frederica lo mencionaba a menudo. Su abuela le enseñó a cocinarlos, y que recordaba cómo su madre los cocinaba para ella. Seguramente Garfiel también fue criado con esa cocina, así que creí muy probable que hubiera heredado la receta de Lewes-san. Por lo que he visto, Garfiel es un niño de abuela.
_Subaru: No tengo nada en contra de eso. El problema no es sobre cómo averiguaste eso de manera tan perspicaz.
_Annerose: Hmmp.
Annerose hizo pucheros, pero Subaru no permitiría que eso borrara su error.
Lograron atrapar a Frederica y darle una excusa para que entrara a la cocina sin ningún problema. El problema era cómo disiparon las sospechas de Frederica y el motivo que le dieron.
_Subaru: El problema es tu supuesta enfermedad con la que morirías si no comes pasteles de carne. Discúlpate con el pastel de carne.
_Annerose: Fue solamente un lapsus verbal. No hay nada que me obligue a disculparme…
_Emilia: Él tiene razón, también estoy un poco insegura respecto a eso. Vale, entonces nos disculparemos juntas.
_Annerose: ¡S-Supongo que no tengo opción! ¡Supongo que si Emily lo dice no tengo opción!
El rostro de Annerose se sonrojó cuando se puso de acuerdo con Emilia.
Subaru apartó la mirada de la encantadora atmósfera yuri y miró a Lewes, quien se sentaba dócilmente justo en ese momento.
_Subaru: Lewes-san, parece que te sientes un poco culpable por haber atrapado a Garfiel en tu trampa de manera tan perfecta.
_Lewes: Por supuesto que no… ¡Nononono, espera! Explica eso, esa frase que estás utilizando para exacerbar mi culpa. Deja de hacer eso, me duele en el alma.
La malintencionada declaración de Subaru le devolvió a Lewes un poco de su actitud habitual. Luego se dio cuenta de que Subaru lo dijo para energizarla, y,
_Lewes: Ahora, después de que todo ha pasado, no estoy segura de regocijarme por haberlo hecho. Claramente quiero que se reconcilien. Pero…
_Subaru: No tienes que preocuparte por eso. Habrían terminado de la misma manera si no hubiéramos intervenido. Así que el resultado es el mismo. Solo hicimos que ese resultado ocurriera un poco antes… Creo que es mejor que las cosas ocurran tan pronto como sea posible.
_Lewes: ¿Y eso por qué?
_Subaru: Porque si no, estarías desperdiciando tiempo en el que podrías estar divirtiéndote. Los humanos tenemos la certeza de que moriremos, así que es mejor que actuemos mientras aún tengamos tiempo, ¿no?
_Lewes: …
Los ojos de Lewes se abrieron de par en par, y dejó salir un impotente suspiro.
_Lewes: Eres uno de esos, ¿no, Su-bo? Un chico que no se cuestiona sus principios ni por un segundo.
_Subaru: Nop, no es eso. Es muy difícil encontrar a alguien que se atasque cuestionando cosas minúsculas como lo hago yo. Solo trato de no reflexionar mucho sobre ello diciéndome a mí mismo que está bien no hacerlo, y espero seguir con ese precepto.
_Lewes: ¿Está bien, no reflexionar?
_Subaru: Sí. Tenemos gente que queremos que se reconcilie, y la reconciliación los hace a todos felices. Así que está bien no reflexionar, vamos a reconciliarlos. Cuando haya alguien con quien quieras estar, guarda las preocupaciones para más adelante y ve con esa persona diciendo "¡EMT!". Eso es lo que he estado considerando últimamente.
Aunque, por supuesto, no podía aplicarlo con todo.
Subaru en verdad era una persona débil, que agonizaba innecesariamente por cosas triviales, aun teniendo un tiempo limitado y solo un puñado de opciones disponibles.
Le habría gustado al menos dejar de cuestionarse las decisiones que tomaba.
_Lewes: Tienes razón. Cuando te vuelves viejo como yo, tienes tantas cosas por enseñar y aprender que es abrumador. Dudo que se me hubiera ocurrido algo así si me hubiera quedado en el Santuario hasta el fin de mis días.
_Subaru: No sueles aburrirte de estar vivo cuando en verdad vives la vida. Pero supongo que todos ya se habían dado cuenta de eso sin necesidad de que yo lo dijera, ¿no?
_Lewes: Entonces supongo que también disfrutaré el tiempo limitado que me queda. Comenzaré por alegrarme por la reconciliación de mis lindos nietos, y esperaré que vengan a buscarme para mimarlos.
_Subaru: Honestamente, no puedo imaginarlos permitiendo que alguien los mime.
Frederica era excesivamente seria, y a Garfiel le gustaba llevar la contraria.
Ninguno de ellos aceptaría amablemente los mimos de su abuela. Pero, como los dos —más bien, los tres— deseaban el amor familiar más que cualquier otra cosa, eso acabaría siendo algo bastante encantador.
_???: Me disculpo por entrometerme en la discusión. —Mi grosería.
Un mayordomo que apareció silenciosamente en la habitación susurró en el oído de Subaru.
Los ojos de Subaru se abrieron de sorpresa mientras Clind se situaba junto a Annerose.
_Annerose: ¿Qué ocurre, Clind? Te dije que ahora estaría disfrutando de un momento feliz con Emily.
_Clind: Me duele mucho interrumpirla tanto. —Angustia interior. Sin embargo, debo informarle que Roswaal-sama ha regresado. —Un anuncio.
_Annerose: ¿Regresó? Otra vez vuelve en el momento perfecto, es como si lo calculara...
Murmuró Annerose insatisfecha, y frunció el ceño.
Mientras Subaru sollozaba silenciosamente por cómo incluso los familiares de Roswaal se sentían así por su comportamiento, Annerose se levantó de su asiento.
_Annerose: Parece que mi tío ha vuelto, así que me excusaré para darle la bienvenida. Emily, Subaru y Lewes-san, les pido que se relajen mientras regresan los hermanos. —Particularmente Emily y Subaru. Estarán ocupados.
_Emilia: ¿Hmm? Está bien, lo entiendo. Esperaré aquí.
Emilia asintió con seriedad, y Annerose la miró cariñosamente. Luego miró a Subaru, atravesándolo con su mirada y aura negativa.
Subaru frunció el ceño al darse cuenta de la desigualdad en su trato, mientras Annerose salía de la habitación con Clind.
Entonces Subaru se dio cuenta de las tazas de té agrupadas frente a él, Emilia y Lewes, y casi dejó salir un chillido.
_Subaru: ¿Alguien vio a Clind sirviendo este té?
_Emilia: No, no lo vi. Clind-san hizo un excelente trabajo, como siempre.
_Lewes: Hmm, un verdadero profesional. Este té está a la temperatura perfecta para mi gusto.
_Subaru: Pues mi té también está a la temperatura perfecta para mí, pero… ¿Cómo está el tuyo, Emilia-tan?
_Emilia: Me gusta caliente, así que el mío está muuuy caliente.
_Subaru: ¿Qué demonios es Clind-san?
Annerose le dijo que simplemente lo aceptara, pero a Subaru se le estaba haciendo difícil. Quizá esa era la diferencia fundamental entre vivir en un mundo paralelo, y haber nacido y crecido en uno.
...Eso era lo que pensaba mientras miraba a Emilia y Lewes, quienes también parecían estar confundidas por Clind. Y entonces,
_???: Demonios, así que aquí se 'scondían todas las mentes maestras.
Escasos minutos después de que Annerose y Clind salieran, un hombre-tigre rubio abrió la puerta y entró.
Parecía haberse dado cuenta de que Subaru y los demás estaban obviamente detrás de aquella treta, pero la expresión en su rostro era muy compleja. En cualquier caso,
_Subaru: Parece que alguien se dio cuenta de que somos los villanos.
_Garfiel: Puedo decir que caí de lleno en su trampa. Me vi patético.
_Emilia: ¿Cómo ha ido, cómo ha ido? ¿Hablaron de lo que tenían que hablar?
Garfiel chasqueó sus colmillos mientras se acercaba, y Emilia lo abordó con entusiasmo. Lewes también esperaba escuchar las próximas palabras de Garfiel; pero, a diferencia de Emilia, agachó la cabeza porque era una situación incómoda para ella.
Garfiel miró a las dos señoritas, y suspiró,
_Garfiel: Seh, gracias por la 'xcesiva e innecesaria mediación. Mi hermana y yo… Sí, tuvimos una charla. No tienen por qué preocuparse.
_Emilia: ¿En serio? Entonces, ¿por qué no vinieron juntos, tomados de la mano?
_Garfiel: ¡¿Crees que somos capaces de hacer esa mierda tan vergonzosa?! Aunque nos hayamos reconciliado, unos hermanos no se toman de las manos tan fácilmente. Ni de broma.
_Emilia: A mí no me parece vergonzoso, sino maravilloso.
Emilia no parecía estar bromeando, sino que, desafortunadamente, parecía que en verdad pensaba eso. Garfiel no tenía nada más que decirle a Emilia, así que miró a la vacilante Lewes.
_Garfiel: Abuela.
_Lewes: …¿Qué ocurre, Gar-bo?
_Garfiel: Lamento haberte preocupado. Ahora 'stoy bien, y mi hermana también. No tienes por qué preocuparte.
Garfiel lo dijo mientras se frotaba la nariz, y Lewes se quedó en silencio. Su boca se relajó, y apareció en su rostro una sonrisa de anciana que no encajaba con su apariencia juvenil.
_Lewes: Ya veo. Eso es un alivio. No es bueno poner a tus mayores bajo tanto estrés. Acorta nuestra esperanza de vida.
_Garfiel: No parece broma cuando lo dices tú, abuela; mejor cuídate.
Lewes volvió a su comportamiento habitual. Garfiel suspiró por la nariz.
_Garfiel: En cualquier caso, Capitán. Y también Emilia-sama, lo siento por hacer que hicieran todo 'sto.
_Subaru: No te preocupes por eso. Emilia-tan y yo solo estábamos matando tiempo al mejorar las relaciones interpersonales de esta mansión. No es nada que merezca una disculpa. ¿Verdad?
_Emilia: ¿Sólo estabas matando tiempo, Subaru? Éste era un problema grave para ellos, tienes que tomártelo más en serio. ¡Jmpf!
_Subaru: ¿¡Quu!? ¿¡Mi modestia resultó contraproducente!?
Emilia no logró darse cuenta de la consideración entre líneas que estaba teniendo Subaru con Garfiel. O eso pensaba él; pero entonces, una sonrisa se dibujó en el rostro de Emilia, y,
_Emilia: Jiji, era broma. Sé lo que estás haciendo. No estás siendo honesto en absoluto, Subaru.
_Subaru: Rayos… EMK ataca, y con sus compuestos místicos… Debe estar tratando de matarme...
(EMK (Emilia-tan Maji Koakuma). Emilia-tan es Verdaderamente una Diablilla.)
_Garfiel: Y mi disculpa se fue a la mierda, oy.
Dijo Garfiel, sorprendido. Subaru y Emilia cruzaron una mirada, antes de mirarlo de nuevo y,
_Ambos: —Nos alegra haber ayudado.
Los dos respondieron a su disculpa.
Garfiel, insatisfecho, frunció el ceño mientras Lewes se encogía de hombros con exasperación. Subaru le mostró a Emilia una seña de victoria mientras ella observaba a aquel dúo.
_Subaru: Por cierto, Garfiel. Obviamente lo más importante era la reconciliación, pero… ¿y el supuesto desencadenante de todo: el pastel de carne? Sinceramente, lo estaba esperando con ganas.
_Garfiel: Un pastel no se hace así de fácil. El truco es cocinarlo lentamente en un horno para conseguir ese sabor suntuoso. Tan suntuoso que pondría a dormir a un Baumbem, es un dicho que encaja jodidamente bien.
_Subaru: ¿Qué demonios es un Baumbem? ¿Acaso es como un baumkuchen? Aunque estoy seguro de que, si no le prestas atención a un baumkuchen por un buen rato, se pone malo antes que suntuoso.
Según Garfiel, faltaban dos horas para que el pastel estuviera listo.
Lo que significaba que coincidiría con la hora habitual de la cena, y lo añadirían como un plato allí.
_???: —Debo decir que eso suena muy co~nveniente.
Al quedarse sin nada para distraerse del hambre, Subaru centró su atención en cómo matar dos horas de tiempo —pero entonces, oyó una voz familiar.
Los cuatro miraron hacia la persona que habló, unánimemente amargados.
_???: Va~aya vaya. Salgo de la mansión para atender unos asuntos, y~ se me recibe con esta bienvenida tan poco a~cogedora.
_Subaru: No es que no esté agradecido por tu trabajo. Pero, desearía que considerases que esta expresión que ponemos adrede es la cosecha de lo que sembraste. Además, ellos y yo seguimos siendo amables. Mira a Garfiel, le va a estallar una vena.
Una vena se hinchaba en la frente de Garfiel mientras sus ojos comenzaron a inyectarse de sangre.
Había llegado el hombre que mantenía una fresca expresión incluso ante la mirada de Garfiel, y cuya identidad era fácilmente deducible por su característico patrón al hablar: Roswaal L. Mathers.
Roswaal fue la mente maestra detrás de los eventos en el Santuario y, al confesarlo, perdió la simpatía de casi todos. El enfado de Garfiel era particularmente fuerte, y era imposible predecir cuándo explotaría.
Naturalmente, Subaru también tenía sentimientos encontrados hacia Roswaal. Y después de escuchar la confesión de Roswaal, su incertidumbre no había hecho más que aumentar.
Subaru sabía que Roswaal no era el único responsable de todo lo ocurrido en el Santuario y la Mansión.
Por alguna razón, Roswaal únicamente le había revelado esa información a Subaru. Él no sabía por qué, pero no sentía prisa por revelarle la verdad a los demás.
La responsabilidad caía completamente sobre Roswaal — o al menos, el 90% de ella. El 10% restante caía sobre algún otro.
Subaru prefería no causar preocupaciones innecesarias en este momento,
_Emilia: Subaru, ¿estás bien? Tienes una expresión muuuy extraña.
_Subaru: ¿De verdad? ¿Cómo es?
_Emilia: Pues… Tus ojos hicieron algo así y se tornaron todavía más desagradables.
Emilia usó sus dedos para jalar las esquinas de sus ojos hacia arriba, imitando la expresión de Subaru. Incluso cuando trataba de simular algo tan desagradable, su encanto lo anulaba. Tal era el encanto de Emilia.
_Subaru: ¿De verdad? ¿Tan adorable se ve mi cara?
_Emilia: ¡Que no es adorable!
Emilia hizo pucheros al tiempo que Garfiel, enfadado, se sentaba. Mientras observaba a Lewes preparar té para Garfiel, Subaru decidió hablar con Roswaal — el único que quedaba de pie.
_Subaru: En cualquier caso, bienvenido de vuelta. ¿Terminaste lo que saliste a hacer?
_Roswaal: Ahha~, la amabilidad de Subaru-kun me penetra~. Y sí, sin problema. Visité varias aldeas en mi dominio, y nuestra nueva residencia.
_Subaru: Dejando a un lado la residencia, ¿recorriste el territorio? ¿Por qué?
_Roswaal: Po~r el alboroto de que la mansión del Lord se quemó por completo~. Si no demostrase mi buena salud, algún maleante podría empezar a planear fe~chorías. Es mi deber velar por la paz y la seguridad de mis tierra~s.
_Subaru: ¿Aunque el Lord de estas tierras es el peor maleante y planea las peores fechorías?
_Roswaal: Qué crue~l. Mis ciudadanos no sufrieron ningún daño y los aldeanos de Arlam ignoran la verdad. ¿No crees que tu persistente actitud hostil nos causará problemas en el fu~turo?
_Subaru: Gkrg.
Siempre estaba un paso por delante.
Con esa afilada punzada de crítica, Roswaal recobró la serenidad que tenía antes. Si Subaru revelara públicamente que Roswaal fue el responsable de todo este asunto, no haría más que ponerlos en desventaja en lo que respectaba a la Selección Real y a la administración del territorio. Y por eso, incluso la gente de Arlam seguía creyendo que Roswaal era un buen Lord.
Petra, que sabía la verdad, era la única que tenía una opinión diferente. Pero entendía sus circunstancias actuales, y que lo único que ganaba revelando la verdad era autosatisfacción. Por lo tanto, era poco probable que ella hiciera algo extremo. La inteligencia a veces fuerza a las personas a tomar decisiones crueles.
_Subaru: Pero eso no justifica lo que hiciste. Si lo olvidas, cuando Emilia-tan esté en el trono serás llevado a la guillotina.
_Roswaal: Terrorífico. Si~n embargo, incluso entonces po~dría tener la oportunidad de cumplir mi objetivo~.
_Garfiel: No 'stamos hablando de tus malditos objetivos. Harás llorar a Ram si sigues con esas ideas, pedazo de mierda.
Sorprendentemente, Garfiel intervino ante las provocaciones de Roswaal. Roswaal levantó las cejas por la repentina injerencia, y decidió levantar las manos como si nada.
_Roswaal: Cielos, e~stá bien. De todas formas, no~ deseo particularmente pelear con u~stedes. ¿Por qué deberíamos convertir esto en una di~scusión si sólo vine para anunciar mi regreso? Encuentro esto bastante improductivo~.
_Emilia: Es porque estás diciendo cosas para enojar a Subaru y Garfiel. Y sé que lo estás haciendo a propósito. Ya basta, deja de provocar a la gente. No eres un niño.
_Roswaal: …
Roswaal trataba de solucionar el problema de manera condescendiente, pero Emilia lo presionó para que no continuara con eso, colocándose la mano en la cadera. Roswaal abrió los ojos de sorpresa mientras Emilia continuaba.
_Emilia: No tienes que estar tan preocupado, todos recordamos lo que hiciste y lo que prometiste. No tiene sentido actuar mal y preocupar a todo el mundo a propósito. Realmente no tienes remedio.
Emilia sonaba como si estuviera regañando a un niño desobediente.
Pero parecía imposible descartar sus declaraciones como incorrectas o fuera de lugar, y Roswaal continuaba en silencio, sin refutar nada. De hecho, la forma en que entrecerraba los ojos y hacía una mueca extraña, daban la impresión de que Emilia había dado en el blanco.
Aunque Subaru no creía que Roswaal tuviera seriamente esos sentimientos tan infantiles.
_Subaru: Eso en verdad mejoró el ambiente. Como era de esperar de Emilia-tan.
_Emilia: ¿…? Mm, gracias. Además, debe haber más razones que esa para que hayas recorrido tu dominio. Roswaal, ¿qué más hiciste?
_Roswaal: Ajaja~, te has vuelto más perspicaz. Patrullé la región por las razones que dije, para demostrar mi salud, y… para preparar a los habitantes del Santuario para su migración.
_Garfiel: ¡Las preparaciones para la migración!
Esas palabras hicieron que Garfiel rompiera su silencio. Lewes regresó rápidamente a su lado mientras él golpeaba la mesa con sus palmas.
_Garfiel: Eso significa preparar el lugar al que van a ir, ¿no?
_Roswaal: Ciertamente. Su período como refugiados convierte a Arlam en el mejor lugar para recibirlo~s. Pero la aldea puede recibir hasta cierto límite. Si su población alcanzase el doble de su cantidad original, no podrían sostenerse. Podrían expandir la aldea, por supuesto, pero nos encontraríamos con el problema de la barrera~.
_Garfiel: ¿Barrera? Cabrón, pusiste más de esas malditas cosas por todo el pu—
_Subaru: Espera, Garfiel. No es una barrera como la del Santuario. Hay un montón de mabestias rondando las montañas de la zona. Por eso, hay una barrera alrededor de la aldea para mantenerlas alejadas. Roswaal se refiere a esa barrera.
Esa barrera fue lo que desencadenó la debacle del ataque de las mabestias.
Era completamente inviable convivir con las mabestias, y era difícil expandir la Aldea de Arlam, debido a que se necesitaba esa separación.
_Roswaal: Subaru-kun lo ha explicado a la perfección, e~se es el problema. Po~r eso, la gente del Santuario debe ser distribuida parcialmente a Arlam y luego individualmente a otros luga~res. Independientemente de dónde sean recibidos, no pueden permanecer juntos como las personas del Santuario infinitamente. Siento un dolor desgarrador al verlos dejar el ni~do.
_Lewes: Insolente y hablador…
Lewes no pudo aguantarse los insultos ante las lágrimas fingidas de Roswaal.
Roswaal mostró una sonrisa y continuó,
_Roswaal: Por eso hice una ronda rápida por el te~rritorio. Aunque, por razones de distancia y tiempo, so~lo visité los lugares ce~rcanos. Al ver que tenemos muchos problemas que necesitan solución, envié mensajeros a los demás pu~eblos.
_Subaru: Sí, en serio. Si no regresas a tu labor rápido, creo que Otto morirá por karoshi. Es cuando mueres aplastado por el peso de la responsabilidad y el trabajo.
_Roswaal: Qué insólita forma de morir. Muy intrigante~.
Subaru estaba de acuerdo, pero no profundizó en el tema.
"Roswaal ha regresado, así que Ram debería estar más animada", es lo que pensaba Subaru justo antes de ladear la cabeza, sintiendo que algo no encajaba.
_Emilia: A decir verdad, Anne dijo que saldría a recibirte, pero… ¿ella no está contigo?
Al parecer, Emilia se había planteado la misma pregunta. Roswaal levantó su dedo.
_Roswaal: Es porque tenía una petición para ella~. Ah sí, Pensaba en hacernos cargo de uno de esos problemas que requieren solución.
_Emilia: ¿Un problema que requiere solución?
_Roswaal: El del salón de banquetes. Creo que usted ya está lista para ello, Emilia-sama.
_Emilia: ¡—!
Los hombros de Emilia se sobresaltaron.
Pero la conmoción sólo duró un instante. Su expresión inmediatamente se volvió seria, y miró a Subaru mostrando una fuerte voluntad en sus ojos amatista.
Subaru sintió un cosquilleo bajar por su espalda, y ladeó la cabeza, preguntando.
Pero nadie le dio una respuesta clara.
_Emilia: Está bien. ¿Va empezar ahora mismo?
_Roswaal: Podemos empezar cuando esté lista, Emilia-sama. Y aún tenemos tiempo antes de que el pastel termine de hacerse. Yo diría que éste es el momento perfecto para hacerlo.
_Emilia: Esto es algo muy importante, ¿pero no se siente muuuy improvisado?
_Roswaal: Nos resulta difícil agendar un momento determinado. Teniendo en cuenta que estará ocupada a partir de mañana, ¿no deberíamos aprovechar esta oportunidad?
_Emilia: Sí… está bien. Lo haré.
Roswaal asintió, completamente satisfecho.
Ambos parecían haber llegado a un acuerdo, pero Subaru no tenía idea de lo que estaban discutiendo. Seguramente, Garfiel y Lewes tampoco lo sabían.
_Subaru: Oigan, dejen de hacer acuerdos entre ustedes. ¿De qué están hablando? Más les vale que no estén intentando que Emilia-tan haga algo raro de nuevo.
_Roswaal: E~so sería un terrible malentendido, Subaru-kun. Y relájate. Este asunto no solo involucra a Emilia-sama, también a ti, y mucho~.
_Subaru: ¿A qué te refieres con que también estoy—
¿Involucrado? Antes de que pudiera terminar la frase, Roswaal acercó su rostro. Subaru retrocedió involuntariamente, quedando su espalda contra la pared, y con el dedo de Roswaal posándose en su nariz.
_Roswaal: —Estamos discutiendo sobre la ceremonia para tu investidura como ca~ballero.