webnovel

Re: zero arco 3, 4, 5.

Pueden seguir aquí después del cp25 Luego subiré el Arco 1 y Arco 2. A partir del CP 329 comienza el arco 5.

delta_zero_1153 · Fantaisie
Pas assez d’évaluations
503 Chs

El Peso del Amor. Parte2

Ante ambos Arzobispos del Pecado, Subaru no veía ni un solo rayo de esperanza para romper el estancamiento de la situación. Es más, la situación había empeorado debido a que Sirius ahora estaba interesada en Subaru.

Aunque Subaru ya no era afectado por el miedo colectivo, no había una mejora notable en su fuerza de combate. Normalmente, Beatrice sería su principal ventaja, pero ahora ella estaba atrapada en una situación desfavorable, ya que su agudo juicio estaba opacado por el terror.

Si al menos sólo tuvieran que enfrentarse a Regulus…

_Subaru: …Ey, Sirius.

_Sirius: Sí, ¿qué sucede, cariño?

Sirius respondió sinceramente a su llamado.

Subaru quedó aturdido por un segundo con la inesperada y seria respuesta, pero—

_Subaru: Tengo algunos asuntos privados con Regulus, así que, ¿podrías esperar pacientemente por un momento? Por favor.

_Sirius: ¿Quieres que espere?

Aprovechar el malentendido de Sirius podría garantizar una oportunidad de victoria.

Sirius parecía haber asumido que Subaru era Petelgeuse debido a su Providencia Invisible, la cual recordaba a la Autoridad de la Mano Oculta de Pereza. Aunque éste era un camino oscuro, Subaru debía dar un paso adelante.

Petelgeuse había sido un espíritu que poseía a otras personas. Si siguiera vivo, seguramente hubiera poseído a Subaru como su siguiente anfitrión.

El problema era que, hasta ahora, Subaru no había mostrado indicios de haber reconocido a Sirius; pero parecía que ella, en su estado mental actual, no había notado ese detalle.

Con eso en mente, Subaru tenía la esperanza de volver a poner en marcha esta situación estancada. Y el resultado fue—

_Sirius: Lo siento, no puedo hacer eso. Por favor permíteme que me rehúse aún si es importante para ti.

Sirius despiadadamente rechazó su súplica.

Al ver la mirada decepcionada de Subaru, Sirius inclinó la cabeza.

_Sirius: Naturalmente, en principio me gustaría obedecerte. Pero tú, que eres tan diligente, seguramente ya has decidido que mientras espero te deslizarás lejos de mis dedos extendidos. Te conozco. Después de todo, hemos estado juntos mucho tiempo. Harás todo lo posible y te esforzarás al máximo para alcanzar los resultados que deseas...

Con toda honestidad, Subaru no podía evitar sentir una profunda admiración por el amor de Sirius.

Aun así, Sirius estaba más bien ciega por considerar que Petelgeuse era muy trabajador. Después de todo, el Culto de la Bruja existía únicamente para causar daño.

_Sirius: Pero... Finalmente, finalmente nos hemos reencontrado. Ya hace un año, un año entero, desde que estuve a tu lado. ¡En este siglo no habíamos estado tanto tiempo separados! E incluso después de un año sin verme... ¿Me pides que me vaya? No quiero. No puedo. ¡En tu ausencia yo siempre quise, quise, quise, quise, quise, quise, quise ser uno contigo!

_Subaru: …

_Sirius: ¡Y para colmo, ¿quieres que siga esperando?! ¡Y ahora tienes un espíritu que nunca he visto antes! ¿¡Dónde la encontraste!? ¿¡Exactamente qué tiene de atractivo una mujer como esa!? ¡Ella es pequeña, su cara es arrogante, y no tiene el pecho ni la profundidad de una mujer! ¡¿Es porque es un espíritu?! ¡¿Cómo eres un espíritu, tu mujer también debe serlo?! ¿El tiempo que pasamos juntos pierde ante una razón tan endeble? Te quemaré.

Su discurso se volvió perverso, tornándose extraño, y un loco resplandor de frenesí desenfrenado volvió a aparecer en su mirada. La muchedumbre también dejó de ser influenciada por el afecto y volvió la ira, saliendo sangre roja de sus ojos y narices.

_Sirius: ¡¿Y la razón por la que necesitas lidiar con Regulus es la semibruja en sus brazos?! ¡Esa asquerosa semibruja! ¡Esa semibruja de pelo plateado! ¡¿Por qué te preocupas tanto por ella?! Ya basta, ¿no debiste haberlo entendido hace mucho tiempo? ¡Esa despreciable, repugnante, odiosa, abominable bruja basura...! ¡Si la revives, la quemaré ante tus propios ojos!

_Subaru: Ya he entendido… que eres incomprensible…

La psicópata dio un sanguinario chillido, revelando su odio hacia Emilia y la Bruja de la Envidia.

¿Acaso el objetivo del Culto de la Bruja no era la resurrección de la Bruja de la Envidia? Si lo era, entonces Subaru no podía comprender el odio de Sirius hacia ella.

Más bien, Sirius no tenía nada en común con el Petelgeuse que ella anhelaba.

Aunque originalmente a él le costaba mucho creer que esos dos hubieran sido compañeros, al final resultó ser que en realidad eran enemigos.

_Subaru: …

La situación entre los tres se estancó de nuevo.

Regulus planeaba matar a Subaru y Sirius.

Sirius defendería de los ataques de Regulus al inexistente Petelgeuse dentro de Subaru.

Subaru quería rescatar a Emilia de Regulus y liberar a Tiina de Sirius, y si era posible, matar a los dos arzobispos.

Sin embargo, únicamente Subaru estaba en una situación realmente difícil.

Mientras Subaru buscaba una solución que no tenía la habilidad de alcanzar, su frente se empezó a cubrir de sudor.

El Retorno por Muerte, seguido de la aparición de Sirius y el debut de Regulus. Y después, una batalla confusa cuerpo a cuerpo contra y entre los arzobispos.

Por ahora este bucle había sido el más largo.

Durante ese período de tiempo, aunque había conseguido información útil, sólo habían ocurrido cosas horribles.

_Subaru: ...Beako.

_Beatrice: Puedes intentar con cualquiera de los dos, de hecho.

Desde su espalda escuchó la asustada voz de su soporte.

Ante esas palabras que confiaban la elección a Subaru, él tomó su decisión.

Y entonces—

_Regulus: —Ups.

_Sirius: —hk.

Regulus y Sirius cambiaron su actitud simultáneamente.

Ambos pusieron sus manos en sus abrigos y, desde éstos, sacaron sus libros.

_Subaru: Eso es...

Un libro familiar de tapa negra y gruesa encuadernación.

Estando tan cerca, era imposible que Subaru se equivocara.

Eso era algo que el Culto de la Bruja obedecía por encima de todo lo demás: el Evangelio.

_Regulus y Sirius: …

Ignorando a Subaru, quien levantó su guardia de nuevo, los dos arzobispos abrieron sus evangelios e inspeccionaron sus escrituras.

Luego, aunque lo hicieron a la vez, sus expresiones eran polos opuestos.

_Regulus: Asumo que el contenido es el mismo para ambos, ¿eso es verdad, Sirius?

_Sirius: Cállate, Regulus. ¿Por qué... por qué ahora? Cuando finalmente, finalmente lo encontré de nuevo…

Regulus esbozaba una brillante sonrisa, y Sirius apretaba sus dientes y hablaba en una voz llena de remordimiento.

Aunque el sinvergüenza y la psicópata tenían sentimientos opuestos, sus voluntades estaban unificadas, ya que ambos miraron a Subaru.

_Regulus: Lo siento, pero ya es hora. Mi tiempo libre contigo ha terminado. Deberías agradecer al Evangelio... bueno, en realidad no. Eso no tiene sentido. Después de todo, ¿qué sentido tiene ser agradecido con el papel? Así que, mejor, deberías estar agradecido conmigo, quien sigue el Evangelio fielmente.

_Subaru: Gracias por tu fe... pero, ¿qué significa eso de que "ya es hora"? ¡¿A qué te refieres?!

_Regulus: Es tal como oíste. Se nos ha dado tiempo libre antes de hacer lo que se debe hacer. Yo tomé ese tiempo significativo para venir por mi esposa.

_Sirius: Me siento incompleta... En frente de esa persona, no debería ser sujeta a semejante trato. Es demasiado cruel. Estoy siendo arrasada por la tristeza, ¿no lo sabes?

Regulus habló con compostura, mientras Sirius expresaba contundentemente su pena. La multitud colapsó, y Beatrice detuvo sus lágrimas.

Sin embargo, tanto Subaru como Regulus se mantenían intactos.

_Regulus: Lo siento, pero tu pequeño y superficial amor no toca mi completo ser en absoluto. Como mucho, me hace sentir un poco sucio.

Diciéndolo con desdén y con Emilia todavía en sus brazos, Regulus le dio la espalda a Subaru.