La presencia que emanaba y la apariencia que tenía no eran las de una persona ordinaria. Su voz poseía un encanto mágico, ligando las mentes y los cuerpos de quienes la escuchasen. Nadie presente en esta escena era capaz de decir nada más.
_Chica: ¿Hay algo que te incomode, Arzobispo Petelgeuse Romanée-Conti?
La chica lanzó su pregunta al ladear la cabeza.
El simple hecho de ser observado por ella, ser preguntado por ella, o cualquier acción que ella dirigiera hacia alguien, provocaba una euforia tan abrumadora que incluso la muerte no sería preocupante; esa sensación era inevitable.
Aunque Emilia sabía que esto era el pasado, podía sentir cómo su boca se secaba lentamente con el simple hecho de observar a la chica.
…Es, peligrosa.
_Juice: ¡¿Porque tú…?! No, ¡Regulus Corneas! ¡¿Por qué la has traído aquí?!
Juice rechinó los dientes, rechazando las emociones que se acumulaban en su interior.
…Es, demasiado peligrosa.
_Regulus; ¿Crees que es posible para mí, de entre toda la gente, hacer algo como llevar personas a lugares en contra de la voluntad de esas personas? Es por su propia voluntad que estamos en compañía. Tus intentos de hacer que todo esto parezca culpa mía son una asombrosa muestra de prejuicio. Te agradecería que dejases de juzgar gratuitamente a este ser humano que soy yo.
_Chica: Arzobispo Regulus. Está perturbado. Así que no le culpes mucho.
Las comisuras de la boca de Regulus temblaban en un frenético intento de evitar que el éxtasis se manifestara en su cara mientras se inclinaba respetuosamente.
Era extraño.
De por sí, Regulus ya era abrumadoramente foráneo. Que él la obedeciera de esta manera ilustraba cuán anormal era esa chica.
Juice miró a la chica, y sus ojos temblaron de conmoción y confusión mientras agitaba su cabeza.
_Juice: Eso es… muy cruel… Pandora-sama.
La voz entrecortada de Juice provocó una débil sonrisa en la chica.
La sonrisa de esta chica estaba bendecida por el mundo y era precursora de una felicidad aún mayor. Esta chica, Pandora, respondía a todas las miradas puestas en ella con una tolerancia que lo permitía todo.
Ella extendió sus brazos a los lados, como si su pequeño alcance fuera a acunar toda existencia.
_Pandora: Entonces, ¿comenzamos? …Para que se cumpla el más preciado deseo de nosotros, los Ocultistas de la bruja.
Fortuna: ¡¡¡PANDORAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA!!!
Con la joven Emilia protegida detrás de ella, Fortuna extendió los brazos para generar un círculo azul de magia ante ella. Unos carámbanos de hielo se materializaron a una velocidad abrumadora, apuntando directamente a Pandora.
_Pandora: Vaya.
_Fortuna: ¡¡Sé empalada, y pide perdón a mi hermano y al resto!!
Pandora tranquilamente se llevó la mano a la boca. Fortuna golpeó.
Cada carámbano tenía el tamaño del brazo de un adulto, y había casi veinte de ellos. Se formaban tan rápidamente que podían dispararse continuamente uno tras otro; perforando a la chica atónita antes de explotar en vapor blanco.
Los trozos de hielo chocaban sin fin, el humo blanco inundaba las inmediaciones, pero el ataque de Fortuna no daba ni un segundo de tregua.
La joven Emilia observaba boquiabierta a Fortuna delante de ella, con su hermosa cara alterada por la furia mientras alzaba sus brazos.
_Fortuna: ¡¡Y ahora—!!
Siguiendo el movimiento descendente de sus brazos, una bola de hielo lo suficientemente inmensa como para diezmar los árboles del bosque caía en picada desde arriba. Su puntería acertó, ya que esa muerte blanca se estrelló donde estaba Pandora, y perforó el suelo del bosque, marcando la tumba.
Ni siquiera la Emilia mayor sabía qué decir sobre la abrumadora destreza mágica de Fortuna. Incluso suponiendo que Emilia tuviera la ayuda de Puck, ni en sueños podría manejar la magia con tanta habilidad. Ella nunca había tenido bajas expectativas de su madre, pero descubrir que su fuerza era aún mayor de lo que recordaba, la hizo temblar.
Sin embargo,
_Regulus: Oye... no me prestaste atención en absoluto, ¿verdad? No me prestaste atención y, aun así, optaste por realizar un ataque que me afectaría colateralmente, ¿en serio te parece bien? ¿Sabes qué significa? Significa que infringió mi presencia, mi vida, mis derechos.
Inmediatamente después de seguir la proclamada violación de derechos, la masiva bola de hielo voló en pedazo desde abajo hacia arriba.
Los fragmentos de cristales se esparcieron por el aire, y la imagen de Regulus parado ahí como si nada era surrealista, como si fuera un sueño. Y lo mismo podía decirse de la imagen de Pandora, parada a su lado e ilesa.
A pesar de la ferocidad del ataque de Fortuna, Regulus no recibió ninguna herida. De hecho, ni siquiera había afectado lo más mínimo a su ropa, pero Regulus hizo como si se sacudiera el polvo del abrigo que llevaba puesto. Mientras tanto, Pandora se arreglaba el flequillo, ya que fue despeinado por la presión del aire.
Seguramente Regulus, que estaba parado delante de Pandora, la protegió. Aun así, Emilia no tenía ni idea de qué había pasado.
_Echidna: Así que ésta es la Codicia de esta generación. Teniendo en cuenta la casualidad imposible de esta reunión de la que soy testigo, es realmente fascinante.
_Emilia: ¿Tienes idea de qué fue eso?
Emilia se dirigió a Echidna, quien había salido de la sombra del árbol para obtener una mejor vista de la pelea. Echidna miró a Emilia, entrecerrando los ojos.
_Echidna: Puedo intentar hacer una suposición, pero está lejos de ser algo definitivo. Si podemos seguir viendo esto un poco más, quizá pueda averiguar qué está pasando, pero... Parece que las circunstancias no lo permitirán.
_Emilia: ¿Qué…?
_Echidna: Ahí van.
Aunque estaba frustrada, Emilia miró hacia delante.
A pesar de la ofensiva de Fortuna, la pelea había producido cero resultados.
Al ver a Regulus dar un paso hacia delante con una expresión de disgusto, Juice extendió el brazo.
_Juice: ¡Fortuna-sama, le pido que tome a Emilia-sama y se retiren! ¡Ahora mismo no podemos hacerle nada a Regulus Corneas!
_Fortuna: ¡Tú...! Esa mujer está justo ahí, ¡¿y me estás diciendo que me retire?!
_Juice: ¡Considera la situación! ¡¿A quién estás protegiendo en este instante?! 』
_Fortuna: ¡—!
Juice gritó a la beligerante Fortuna. La cara de Fortuna se conmocionó cuando miró detrás de ella, encontrando a Emilia asustada y agarrada de la ropa de su madre.
_Emilia: M-madre...
_Fortuna: ¡Emilia…!
_Juice: Por favor, retírese. Después, rescate a la aldea. Los seguidores que me han acompañado hasta este lugar también comparten mis sentimientos. Seguramente les ayudarán.
_Fortuna: Si hacemos eso, ¿qué harás tú?
Mientras Juice hablaba calmadamente, Fortuna se agachó, sostuvo a Emilia en el pecho y se puso de pie con Emilia abrazada a ella, mirando angustiadamente a Juice.
_Juice: …Por favor no se preocupen. No me estoy quedando atrás sin ningún plan.
Excluyendo la tensión, Juice respondió a la preocupada mirada de Fortuna con una sonrisa.
Al verlo, Fortuna cerró los ojos
_Fortuna: Volveré para ayudarte.
Dicho eso, Fortuna empezó a correr a través del bosque con Emilia en sus manos, quien se sacudía en ese abrazo y asomó la cabeza por encima del hombro de Fortuna.
_Emilia: ¡¡JUICE!!
_Juice: …
Al girarse para mirar a Emilia, Juice alzó la mano y su expresión parecía más aliviada por algún motivo.
Después de esto, y debido al esprint de Fortuna con Emilia hacia las profundidades del bosque, Juice desapareció de la vista de las dos.
_Emilia: ...Qué extraño. A mí me alejaron de aquí, así que no debería haber visto lo que pasará aquí a partir de ahora.
_Echidna: No menosprecies mi arquitectura de estos mundos de la memoria. Tus recuerdos pueden ser el punto de partida, pero son mis algoritmos los que realizan la construcción y toman referencias del Libro de la Sabiduría. Hasta cierto punto, es fácil compensar los eventos que no has visto. Aunque...
Al lado de la desconcertada Emilia, Echidna estaba de pie siguiendo con la mirada el camino de la fuga de Fortuna.
_Echidna: Con tal de superar tu Prueba, lo correcto sería seguirlos. ¿Qué opinas? ¿Deberíamos hacer la transición?
Indirectamente, Echidna anunció que Emilia debería seguir a Fortuna; lo cual era correcto, hablando racionalmente. Si la Prueba era sobre el pasado de Emilia, entonces ella debería darle prioridad a lo que la joven Emilia sentía y veía. Pero,
_Emilia: Echidna... eso sonó como si estuvieras tratando de hacerme ir por ese camino.
_Echidna: ...
_Emilia: Estoy pensando demasiado... no, no es eso. Tu forma de expresarte y tu actitud eran raras.
_Echidna: ...Piensa lo que quieras. Además, en este lugar también hay acción otra vez.
Echidna siguió sin responderle la pregunta a Emilia, su expresión volviéndose neutral a la vez que se distanciaba un poco. Seguramente, su retirada era para evitar recibir daño colateral de la lucha inminente entre Juice, Pandora y Regulus.
Independientemente de la vastedad de los daños, nada afectaría a Emilia ni a Echidna. Pero si algo alterase sus alrededores, no podrían evitar el impacto que tendría en la tierra a sus pies.
_Regulus: ¿Acaso eso no fue guay por tu parte, Petelgeuse? ¿Pero qué permiso crees que tienes para ir haciendo estas cosas? ¿Tienes alguna idea de por qué estoy aquí? Piensa en eso de cualquier manera que puedas concebir, y te darás cuenta de que es obvio que estoy aquí por negocios. No contigo, sino con el otro. Que tú te entrometas en mi camino significa que me estás impidiendo hacer lo que debo hacer. Estás infringiendo mis derechos.
_Juice: Di todo lo que quieras, Regulus Corneas. Pero, estando yo en juego, ¡no debo permitirte que llegues más lejos!
_Regulus: Bien dicho. No podría importarme menos el fundador del Culto de la Bruja, pero qué maravillosamente dicho, y eso que sólo estás en el puesto que estás por las pocas contribuciones que hiciste en el pasado. ¿Cómo puedes pensar que tienes alguna esperanza de vencerme a mí, quien se ha ganado muy bien el puesto en el que estoy?
_Juice: Eso… te lo demostraré ahora.
La ira de Regulus se intensificó durante el transcurso de sus egoístas cadenas de lógica. Juice respondió silenciosamente. Su mano se metió en sus vestiduras con una expresión endurecida por la determinación. A Emilia le parecía la expresión de un hombre decidido a morir.
_Emilia: No... Juice, ¿qué estás haciendo?
La experiencia vicaria de Emilia de su pasado hizo que recordara su apodo. Ante esta situación en la que él estaba decidido a morir, Emilia rápidamente extendió su brazo para intentar detenerlo. Pero la Emilia actual no tenía medios para influir en el pasado. Su mano extendida pasó a través de él, sin sentir ningún contacto con la mano que ella había estrechado en su juventud.
_Regulus: Eso es...
De su bolsillo, Juice sacó una pequeña caja negra. Al principio, Regulus frunció el ceño, pero rápidamente pareció adivinar la identidad de esa cosa, ya que sus ojos se abrieron de par en par. La mirada decidida de Juice atravesó a Regulus, quien mostraba shock por primera vez.
_Juice: Deberías ser capaz de sentirlo. Tus manos también lo sostuvieron una vez.
_Regulus: Soy consciente. Muy consciente, y mi mandíbula está demasiado agitada ante tu estupidez como para hablar. Tal vez lo mantuviste oculto en tu persona pensando que sería tu as o cualquier otra idea que se te ocurriera, pero ¿no te diste cuenta en cuanto lo tuviste cerca? ¡Tú! ¡No estás calificado para tener eso! No era otra cosa, ¡es la cosa quien lo ha decidido! 』
_Juice: ...De hecho, mi compatibilidad con ella es nula. Debido a eso, simplemente he mantenido lo que me fue confiado y nada más. Sin embargo, también sirve por el bien de coyunturas como éstas.
_Pandora: Arzobispo Petelgeuse Romanée-Conti.
Juice respondió silenciosamente al enfurecido Regulus.
Pandora, sin haberse movido un solo centímetro, se metió en la conversación.
Juice alzó la cabeza. El rostro de Pandora mostraba calma.
_Pandora: Buen viaje.
_Juice: …
No había ni hostilidad ni mala voluntad ni buena voluntad en esas palabras, solo eran unas simples palabras de bendición.
Y siendo así, Emilia no podía prever el horror que se avecinaba, y Juice tampoco.
Esa bendición parecía haber masacrado a Juice por completo, quien, soportando el dolor, giró la caja que tenía en su mano, quitando la tapa.
Dentro de la caja que tenía en su mano, había algo negro retorciéndose.
_Juice: Rezo para que me perdones, Flugel-sama.
Dicho eso, Juice empujó ese algo negro y la caja contra su pecho.
En ese instante, ese algo se adhirió al cuerpo de Juice como si fuera una gota de agua, acumulándose poco a poco, para explosivamente envolverlo por completo.
Era como si Juice estuviera siendo absorbido por algún tipo de criatura viscosa. Emilia chilló en silencio mientras ese algo cubría el cuerpo de Juice y lo constreñía.
_Regulus: Imbécil.
Dijo Regulus, expresando por primera vez lo que opinaba de forma concisa.
Miraba despectivamente a Juice, el cual estaba envuelto en ese algo mientras levantaba sus brazos hacia el cielo, con la boca abierta y chillando. No era un chillido de dolor, ni de alegría, sino que era como si otra emoción extraña estuviera desordenando su ser.
_Emilia: …
_Pandora: Magnífico.
Susurró la chica de pelo plateado, Pandora, a la vez que aplaudía.
Sus mejillas se enrojecieron de éxtasis mientras observaba a Juice, quien fue engullido y jadeaba en medio de un torrente emocional.
La pesada respiración de Pandora era, indudablemente, debido a la excitación que le producía esta escena presente ante ella.
_Regulus: ¿Pandora-sama?
Por lo que dijo Regulus, Emilia no era la única que cuestionaba la actitud de Pandora.
Regulus frunció el ceño mientras observaba a Pandora, quien estaba aplaudiendo. Ella le devolvió la mirada con sus mejillas aún enrojecidas, abortando los aplausos para señalar a Juice.
_Pandora: Arzobispo Regulus Corneas.
_Regulus: ¿Sí?
_Pandora: Está viniendo.
En ese instante, Regulus dio un giro, colgó boca abajo y fue lanzado a toda velocidad hacia el cielo.
_Regulus: ¿Qu—?
Con el mismo tipo de comportamiento violento de un niño, como si de tomar un juguete por la pierna para lanzarlo se tratase.
Regulus tampoco tenía idea de qué estaba pasando, emitiendo un tonto sonido cuando llegó al punto más alto del lanzamiento—solo para ser estampado de vuelta contra la tierra. Habiendo obviamente trascendido una velocidad mortal con esta caída, parecía que había sido lanzado con su pierna aún agarrada.
Sin poderlo evitar, Regulus golpeó el suelo con la cabeza.
Por todo el lugar retumbaban los ecos de las explosiones de la tierra y de los árboles cayendo hacia donde impactaba Regulus. El ataque secundario puso a Regulus bajo un montón de restos de árboles y maderas, quedando el bosque en silencio.
Emilia se quedó muda, con la mente en blanco e intentando entender qué había pasado.
No alcanzaba a ver nada. Pero, lo que sí había entendido era—
_???: Estoy seguro de habérselos advertido… CIERTO.
Ríos de sangre surgían de los ojos del hombre mientras miraba más adelante, de rodillas y vistiendo una túnica negra.
Este hombre observaba entre los espacios que había entre los árboles, respirando agitadamente y habiendo convertido su voluntad en una apuesta victoriosa.
Permanecía de pie, liberado de la agonía de ser rodeado de ese algo negro.
Ese hombre —no era Juice. Ese hombre era Petelgeuse Romanée-Conti.
_Petelgeuse: No permitiré que las persigan… ¡¡No avanzarán más—CIERTO!!