Por un momento, Emilia no entendió el significado de lo que se le había dicho.
Inconscientemente contuvo la respiración. En respuesta, el joven que estaba frente a ella —Regulus— levantó una mano mientras sonreía.
_Regulus: Aah, lamento haber hecho esto tan repentinamente. Puede que te haya sorprendido un poco. Honestamente, me disculpo por eso. Parece que aún tengo que decirlo, yo soy un hombre capaz de disculparme. Hay gente desagradable en este mundo que no reconoce sus propios pecados y culpa a esto y aquello, demasiado inmaduros para admitir que cometen sus propios errores. Piensan que no se equivocan en nada, incluso si se vacía y se examina todo lo que han hecho desde su nacimiento hasta este mismo momento. Creo que se vuelven así al equivocarse, pero ¿cuán arrogantes pueden ser? Si tan sólo pudieran examinar un poco más lo que hay bajo sus pies y compararse con la inmensidad del mundo, y llegar a comprender realmente lo insignificante que es su existencia, entonces no terminarían así. Es sólo una simple disculpa. ¿Eso es lo que ellos llaman tener personalidad? Refleja su carácter. ¿No lo crees?
_Emilia: Entonces, ¿disculparse es importante?
_Regulus: ¡Exacto! Así es, disculparse es importante. Qué alivio. Es obvio, y tú pareces entender ese punto, así que estoy bastante aliviado. En este mundo, inesperadamente son muchas las personas que no pueden entender algo tan obvio. Me disgustan. Pero en este caso, parece que no hay problema en ajustar los entendimientos entre marido y mujer acerca de las disculpas. Me siento aliviado, parece que podré llevarme bien contigo de ahora en adelante. Y bueno, ya me disculpé. El problema era que estaba siendo un poco impaciente…
Después de haber hablado tanto, los ojos de Regulus miraron a Emilia de arriba abajo. Como su cuerpo sólo estaba envuelto en una sábana, ella se puso un poco tensa bajo esa mirada.
_Regulus: Sí, la timidez es importante incluso entre esposos. En este punto creo que estás muy bien. Una vez más, acerca de la pregunta de antes, preferiría que no me malinterpretaras. Yo, más que nada, no estaba comprobando si eres virgen o no desde un punto de vista mundano. Lo he dicho muchas veces, yo soy tu marido y tú eres mi esposa. No está bien que un matrimonio carezca de fuertes lazos de afecto y cortesía. Conectado con la larga, larga cadena llamada amor, dedicar todo a su pareja es obvio. Por lo tanto, que nunca hayas sido tocada por otro hombre… es de lo que necesitaba estar seguro.
_Emilia: ¿Asegurarse de que no fui tocada por otros…?
_Regulus: Obviamente, comprobar si conservas tu virginidad o no con evidencia segura es una tontería. Pero, como una especie de referencia, creo que tiene un valor muy significativo. Así que, deliberadamente, incluso sabiendo que sería una experiencia que no disfrutarías, lo pregunté. Quiero que entiendas que esto se debe a mi amor por ti. ¿Qué le importa cómo es tu virginidad a algún desconocido que no amas? Lo estoy comprobando porque te amo.
Regulus hablaba fluida y continuamente de la razón de ser de sus pensamientos. Golpeada por estas olas de palabras, Emilia sintió algo espeluznante en Regulus y su tono tranquilo.
Sin saber por qué, algo en su apariencia despertaba incesantemente un sentimiento de déjà vu en Emilia, y el contenido de lo que escuchó derramarse como agua no fue retenido en su memoria. Pero ella era consciente de una cosa.
Lo que él consideraba importante, el término «virgen». Eso era—
_Regulus: Y entonces, preguntaré de nuevo. —Oye, ¿eres virgen? ¿O no?
_Emilia: Emm, ¿qué quieres decir con "virgen"? Lo siento. No lo había oído antes.
_Regulus: …¿Qué?
Después de recibir una pregunta preparada con palabras endulzadas, Emilia respondió como disculpándose por no saber.
Emilia sabía que Regulus tenía un fuerte apego a la palabra, pero no sabía muy bien lo que significaba.
Quizás se refiere a una chica joven, pensó ella.
Preguntando en voz baja y escuchando la respuesta de Emilia, la expresión de Regulus se nubló.
Él cerró los ojos y la boca. Al verlo pensar profundamente así, su apariencia causó que Emilia se preocupara aún más, pero el silencio no duró tanto como se lo imaginaba.
Abriendo los ojos de par en par, Regulus extendió su mano abierta hacia Emilia. Y,
_Regulus: Excelente. Eres mi chica ideal.
_Emilia: ¿Eeh?
Sosteniendo la mano de Emilia, Regulus tenía una sonrisa brillante en su rostro.
Era una expresión verdaderamente feliz, a diferencia de la sonrisa de antes. Él tenía el tipo de expresión que un niño sonriente podría hacer después de recibir un juguete que realmente quería de sus padres cariñosos.
Regulus estrechó la mano de Emilia hacia arriba y hacia abajo, asintió muchas veces.
_Regulus: Sí. Así es como debe ser. La virginidad del cuerpo esto, la virginidad del cuerpo aquello, no es realmente adecuado para mí como referente, siempre lo había pensado así. Sin embargo, el verdadero sentido de pureza es lo que está en tu corazón. ¡Es un hecho que tu cuerpo sigue siendo virgen! Lo realmente importante es que tu mente también permanezca virgen. Siento como si hubiera alcanzado una verdad. Asombroso. Has traído algo nuevo, a mi yo previamente satisfecho.
_Emilia: …
_Regulus: Sí, sí, lo entiendo. Ten la seguridad de que te daré la bienvenida como mi esposa. Además, con todo esto me di cuenta de algo importante. De ahora en adelante, al recibir a una nueva esposa, no será suficiente preguntarle sobre su virginidad. Disminuye el valor de una esposa si no están al nivel de un niño que carece de conocimiento de lo que es la virginidad. Un corazón adúltero no servirá. Es impropio de una esposa mía.
Soltando la mano de Emilia, Regulus dio un paso atrás luciendo muy satisfecho.
Emilia todavía no comprendía muy bien el significado de sus comentarios. En primer lugar, lo que él quería decir con "marido" y "esposa" era un misterio para ella. Emilia tenía entendido que una pareja debería tener un padre y una madre, pero los comentarios de Regulus indicaban que había múltiples esposas. Eso era algo muy alejado del sentido común de Emilia sobre la naturaleza de las parejas casadas.
¿Quizás él está hablando de un concepto diferente que se pronuncia igual?
_Regulus: Wow, y tu apariencia no puede dejarse así. Haré los arreglos para un cambio de ropa inmediatamente. —¡Número 184! Ven aquí.
_Emilia: …
Ignorando a la perpleja Emilia, Regulus repentinamente pronunció un número. Entonces, desde el otro lado del pasillo, apareció la mujer que antes había salido de la habitación en la que estaba Emilia. Una mujer joven, de largo cabello rubio y modales educados, llegó al lado de Regulus y lo saludó recatadamente en el acto.
Regulus asintió a sus gestos, y...
_Regulus: Para ella… Una muda de ropa para Número 79. Tan pronto como eso esté preparado, celebraré la boda. Esta chica está en la misma posición que todas ustedes. Vete y cuida de ella.
_Número 184: …
_Regulus: Sí, ya no eres propensa a reírte. —Buena chica. Buena esposa.
Regulus le habló como si estuviera satisfecho a la mujer que asentía en silencio.
Después de eso, acercándose a Emilia, quien aún parecía confusa, pasó un dedo por el costado de su pelo plateado y le acarició la cabeza.
_Regulus: Entonces, nos vemos más tarde.
_Emilia: Sí…
El instinto de Emilia gritaba fuertemente que debía evitar llevarle la contraria.
Aceptando la breve respuesta de Emilia, Regulus desapareció al otro lado del pasillo, con el sonido de las pisadas alejándose.
Regulus simplemente había estado allí, actuando tranquilamente. Pero, aun así, su presencia hizo que Emilia sintiera una extraña presión, como si él fuera una amenaza tan peligrosa como la del Gran Conejo.
_Número 184: Por aquí.
La mujer al lado de Emilia de repente le habló. Ella había estado mirando la espalda del hombre que hacía tiempo había desaparecido. La voz de la mujer que Emilia acababa de escuchar por primera vez era tan bella, que recordaba a los instrumentos de cuerda. Sin embargo, era como si toda emoción de la voz, al igual que su expresión, se hubieran congelado y endurecido.
_Emilia: Oye, disculpa. Quiero preguntar bastantes cosas…
_Número 184: Debes cambiarte de ropa.
_Emilia: La ropa es importante, pero dime… ¿sabes dónde está este lugar? Yo estaba en una plaza en Priestella con una persona del Culto de la Bruja… Ey, espera.
Ignorando a Emilia mientras trataba de preguntar, la mujer comenzó a caminar inmediatamente. Yendo tras ella rápidamente, Emilia siguió haciendo preguntas tratando de entender la situación, pero no obtuvo ninguna respuesta.
Guiada por la mujer que tenía enfrente, Emilia llegó a una habitación que había al lado de donde ella había dormido anteriormente. También parecía una habitación sencilla, en la que los muebles se habían metido a la fuerza en su interior.
_Emilia: Esto debe haber sido, originalmente, una habitación un poco diferente…
_Número 184: Honorable Esposo trajo esta ropa que fue escogida con cuidado y por lo tanto debes vestirla, Número 79.
_Emilia: Cuando dices "Número 79", ¿te refieres a mí? Creo que Regulus también me llamó así hace un momento. ¿Y tú eres…?
_Número 184: Yo soy Número 184. Su esposa, como tú.
_Emilia: ¿Como yo?
Sólo cuando la puerta se cerró, la mujer que se llamaba a sí misma Número 184 entabló una conversación. Su voz seguía tan carente de emociones como antes, y apenas parecía posible conversar.
_Emilia: Sobre la palabra "esposa", la he escuchado unas cuantas veces, pero, ¿significa lo mismo que su "cónyuge"? No creo que me haya convertido en la cónyuge de Regulus…
_Número 184: Aunque tú no lo creas, él sí lo cree. Y si él lo cree, significa que lo que tú creas es irrelevante.
_Emilia: ¿No es extraño? Para convertirte en cónyuge, tienes que casarte con tu pareja, ¿verdad? Yo… no me he casado con Regulus y no tengo ninguna intención de hacerlo. El matrimonio es entre un hombre y una mujer que dicen que seguirán estando juntos y que seguirán gustándose el uno al otro después de casarse. Yo… no puedo hacer una promesa como esa con nadie todavía…
_Número 184: Si te refieres a una boda, se celebrará ahora mismo. Con eso, el asunto quedará zanjado.
Parecía que Número 184 no quería escuchar las palabras de Emilia. Aunque parecía que dialogaban, en realidad no lo hacían y Emilia estaba cada vez más confundida.
Mientras tanto, Número 184 se acercó a Emilia y estaba tratando de quitarle la fina manta que cubría su cuerpo.
_Emilia: Ah, espera, ¿qué estás haciendo?
_Número 184: Debes cambiarte al vestido de novia de inmediato. Afortunadamente, tu ropa ya está preparada. Al desvestirte para acostarte en la cama, se revisó tu talla, así que puedes estar segura de que el vestido te quedará bien.
_Emilia: ¿Fuiste tú quien me desnudó?
_Número 184: ¿Acaso creías que fue nuestro Honorable Esposo? Por favor tranquilízate. Él no tiene el hábito de ver la piel de las mujeres, y en primer lugar no tiene ningún interés en las mujeres. Después de que tu virginidad haya sido asegurada, él no hace nada.
_Emilia: ¿Tú también estás hablando de esa "virginidad"?
_Número 184: …Increíble. ¿En serio no estabas fingiendo?, ¿realmente no lo sabes?
Por primera vez, algo parecido a una emoción surgió ligeramente en la expresión de Número 184. Ante esa mirada de sorpresa, Emilia abrió los ojos de par en par, y luego sonrió un poco.
_Emilia: Qué bien, también puedes sorprenderte. Entonces puedes hablar mientras sonríes. Creo que te queda de maravilla.
_Número 184: …Honorable Esposo no lo desea. También te daré este consejo: al Honorable Esposo le gusta tu aspecto habitual.Es mejor no reírse, enfurecerse o cambiar tu expresión. Si es posible, incluso no abrir la boca sería mejor, creo.
_Emilia: ¿Estás diciendo que no hablemos? ¿Por qué?
_Número 184: Porque no sabes qué cosas violan los derechos del Honorable Esposo.
Quitándole finalmente la manta a Emilia, Número 184 le entregó un conjunto de ropa interior. Después de recibirla, Emilia la sostuvo contra su cuerpo, y el tamaño parecía encajar perfectamente.
Pobre Subaru como vas enséñarle a perder la virginidad ja ja ja ja!!