Hipocrecia parte IV

Relajando su excitación, en lo alto jadea de placer, su mirada apunta hacia arriba, sus manos aplastan la pared.

Sobre él, sus rodillas se contraen, cerrando la entrada, mirando hacia abajo, descubrió mayor placer, transpirando de sudor, sus manos reprime sus gemidos, lo hizo con todas sus fuerza.

Ahmmm - dentro de ella se libera.

Volviendo en si, la vio - "¿cuanta veces lo hicimos?... quiero cambiar de posición" - con la boca abierta quiere hablar, pero lo piensa.

_ Ah... ¡uf!... ¡uf!... - son jadeos de cansancio excitante - ...¡uf!...¡¿ter... mi... nas... te?!...¡uf!... ¡uf!.

"Quiero seguir".

_ ¡Uf!... - sacando sus fuerzas, sus manos desplazan a empujarlo - ... Ah... ¡uf!... el imbécil no entiende, lárgate.

Caido sobre la manta del suelo, no dijo nada.

_ Si no entiendes por palabras malas entonces... POR FAVOR PODRIAS IRTE DE AQUÍ.

Su flequillo cubre sus ojos, chasqueando dijo - si.

¿Huh?...¡¿funcionó?.

Con la luz de la luna entera, César busca su prenda inferior y calzados, la miro dijo con nervios - Gracias.

Recordando esas palabras sintió mucha furia, dando sus malas palabras dijo - EL IMBÉCIL, LE GUSTA QUE LO TRATEN MAL, SI NO - sus labios sensuales describen con malicia - NO HUBIERA INSISTIDO EN TENERME, PARA EL COLMO - voz más molesta, que rechino sus dientes - ERA CASTO.

Por más que hable, la ignoro - reojeandola - bueno ya cumplí mi objetivo, me comí a una perra, mejor me alejo no me gusta discutir - camina hacia el campamento - que hipócrita que soy, ella me hizo recordar a la primera mujer que me ofreció sus ofertas - entrando en sueño - pero no tenía dinero, y me trato mal, aunque está vez lo disfrute gratis... jeee... que interesante, mientras lo disfrute lo seguiré haciendo - ubicándose cerca de la fogata, se cubre con una manta, su gran disfrute lo hizo dormir en sedestación.

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Tocando su hombro - César despierta.

Shin despierta a César.

Muy abrupto se levanta - ¡¡¡YA AMANECIÓ!!! - presintiendo las malas miradas, imagina que ellas ya lo saben.

De nuevo toca su hombro - César, haz dormido tan profundo que no tuvimos chance en despertarte, así que no te asustés, el carruaje está en movimiento - Shin habla - sabes que nos falta una manta.

_ ¿Qué tiene que ver eso?.

_ Es que - decepcionado - la señorita Pandora Do. lo quemo en la fogata, pero si vas a reclamar, no podrás porque ella también duerme - Shin está preocupado, porque sabe que César es algo egoísta.

_ ¿En dónde?.

_ Ahí - señala.

Tragando saliva, desvió mirar - no pasa nada, llegando a su pueblo lo pagará.

_ ¡Oh! si, tienes razón - muy tonto sonríe.

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Desde que César y Pandora Do. pasaron la noche juntos, se mantuvieron despiertos, eso ayuda al grupo que se volvió agradable y más agradable porque ella ya no murmura. ¿Qué habrá pasado entre ellos? - observandolos - nada pasó, en ninguno hablan, ni se miran, eso no cambia prefiero que este así.

Shin se siente a gusto que César no hablen con las chicas, ni que ellas ya no prestan atención a César.

Sonriendo de tranquilidad - esto es bueno.