webnovel

Prólogo

[N/A: Esta es una obra ficticia. Cualquier parecido con algo o alguien de la realidad es pura coincidencia. Nada de lo que ocurra en este libro ocurrió en la realidad. Todo lo que salió de la mente del autor, o sea yo.]

Noche

Ubicación: En algún lugar de la ciudad de Nueva York.

— ¿Estás segura de que esto es lo que quieres?—una mujer rubia con aspecto maduro le preguntó a la joven dama frente a ella.

La joven dama durante unos instantes no respondió y solo observó la ciudad circundante.

— Si estoy segura — sonrió de tal forma que su sonrisa parecía una cosa muy aterradora. Sus dientes blancos se mostraban con alegría.

— ¿Entonces qué harás?— La mujer vestida de criada hizo la pregunta final.

— ¿Creí que lo sabrías?— con una sonrisa traviesa le preguntó a su mucama.

Al oírla, esta sonrió con picardía.

— Solo quería confirmar— y sin más dilatación dejando esas palabras, la mujer desapareció de ese lugar sin dejar rastros. Su velocidad era simplemente anormal, pero para su joven dama no parecía raro, más bien era algo cotidiano.

Tras verla desaparecer, la jovencita llena de vida le agradeció susurrando.

— Gracias, Flavia.

Entonces pensó: ¡Oh, no puedo esperar! Me pregunto cuán rápido crecerás. No puedo esperar para verlo, cariño.

Y sin dilatación saltó del edificio en que se encontraba y directo como un meteorito se estrelló contra el suelo, causando un accidente que, por suerte, no mató a nadie, pero sí dejó muchos heridos.

#

Era de mañana cuando por fin decidí levantarme. Mi madre me había llamado y como era habitual lo hizo de tal manera que no había lugar a negarse después de todo que te tiren un cubo de agua fría, casi helada todos los días para despertarte, era por decir de forma amable algo inhumano, pero recordando la personalidad de mi madre bien podría ser comprensible.

Tras suspirar, me puse de pie y una vez más me pregunté: ¿En serio no le molesta tener que encargarse de esta cama mojada todos los días?

No tenía respuesta para esa pregunta.

Me dirigí al baño y esta vez cepillo mis dientes con pasta y no con picante. El día anterior había sido algo muy molesto debido a eso.

Si tan solo pudiera devolverle el golpe a esa pequeña rata, mi vida sería mucho más feliz.

Mi hermana pequeña, a pesar de tener una edad considerablemente adulta… Casi todavía seguía realizando bromas que no eran muy hermosas, que digamos, pero por ser la predilecta de mis padres, no tenía el derecho de tocarla.

Todavía recuerdo las palabras de mis padres el día en que me quejé.

¿De qué hablas? Es tu hermana pequeña, tiene el derecho de molestarte, además ya estás en la universidad, sé un adulto culto y déjala ser, ya se le pasará. Y si por algún motivo le haces algo, estarás castigado dos meses.

¿Lo podéis creer? Mira que decirme eso a mí… Simplemente inhumano.

Como sea, termine y baje a desayunar.

Al llegar al comedor, veo a mi madre sirviendo los platos, mi padre leyendo el periódico y mi hermanita menor estaba muy concentrada en su teléfono.

Al verme llegar, mi madre me sonrió alegre y me dijo que me sentara. Yo hice eso mismo, no sin antes desearles buenos días.

A pesar de que mi familia es bastante rara y a veces son algo bastante molestos, puedo atestiguar lo mucho que nos queremos (aunque yo no siento nada). Estoy muy feliz de haber nacido en esta familia.

Mientras me servía el desayuno, miré a mi madre de reojo. Tenía el pelo oscuro y un par de bellos ojos verdes. Su figura era bastante curvilínea para su edad y muy hermosa. Debido a su edad ya se le empieza a notar un poco de grasa en la barriga, pero eso no hace más que volverla más atractiva. En palabras resumidas, mi madre es una MILF sin dudas. Y se llama Alicia.

Mi padre, llamado Alan, en cambio, si aparentaba tener la edad que tenía, tenía una barriga cervecera y una barba bien cuidada. Era calvo y tenía los ojos de color café. Era alguien muy común, pero si hubiera algo que destacar era su fiereza. Es el tipo de hombre que no se doblega ante nada y siempre está listo para pelear. En palabras simples, un hombre de puños muy diferente de mi madre que prefiere las palabras.

Y por último, miré a mi insufrible hermanita menor, la autoproclamada reina de la casa, Elizabeth. Tenía el cabello morado producto de un tinte que se había dado para volverse más sexy según ella era la moda y aunque no le quedaba mal prefería su color natural, pero sus ojos tenían algo único en ellos y era que presentaban heterocromía; uno de sus ojos era igual que el de mi madre y el otro igual al de mi padre. Era raro, pero eso solo le daba un toque muy característico y único. Si no fuera por su horrible personalidad, sin duda sería perfecta. (Me compadezco del hombre que se llegue a casar con ella)

En ese instante, mi hermana alzó la vista y me miró con ira.

— Estabas pensando en cosas groseras, ¿verdad?—me leyó la mente, eso es…

— Oh, no para nada, solo pensaba en lo bien que te veías sin hablar.

Al oírme, ella resopló y volvió a mirar su teléfono.

— Humpf.

Mi familia era impresionante, sin duda.

Y en verdad los amo (a pesar de no sentir nada) los quiero muchísimo.

#

En la distancia, muy lejos, estaba un hombre de aspecto añejo y muy jorobado, que parecía tener graves problemas en la columna.

Este hombre estaba en silencio y, por alguna razón, sus ojos tenían un profundo tono rojo que casi parecía sangre.

En segundos, el hombre previamente callado y quieto fue hecho pedazos. ¿Cómo era posible? ¿Era una ilusión? ¿Acaso todo era un sueño? ¡No, no, no!

Todo era real. Su muerte horripilante y sorprendente al mismo tiempo era completamente real. Por imposible que fuera era real.

Aunque el hombre murió, ningún ruido fue escuchado, ni un grito, ni un quejido… Nada, no se escuchó nada.

¿Si alguien normal hubiera visto tal escena que hubiera pasado? ¿Se habría vuelto loco? ¿Hubiera muerto del miedo? ¿Se desmayaría? ¿O no hubiera sentido nada?

La respuesta a esas preguntas la tenía la joven que, sin ser notada, estaba muy cerca del hombre viejo.

Ella sonrió y murmurando dijo:

— ¡Espérame, amor, ya voy para allá! Pronto estaremos juntos— y dicho eso se pudo ver cómo el espacio y el aire parecían distorsionarse de tal manera que parecía un portal a otro mundo.

La mujer pasó por ese lugar y… Desapareció.

#

Decidí, después de desayunar, faltar a clases y, en cambio, ir y caminar. No tenía un destino… Solo quería caminar.

Mi vida era bastante difícil. Aunque tenía una familia amorosa y amigos interesantes y muy dedicados, también tenía enemigos y personas que buscaban hacerme daño y hoy no tenía ganas de enfrentarme a eso.

No era que tuviera miedo, no lo tengo en realidad, solo que hoy quería descansar.

Debido a mi débil constitución y una enfermedad que era la causa principal, mi actividad física era mucho menor al promedio. Tenía debilidad abundante, prácticamente pedía ser golpeado y los que gustan de sentirse superiores a los demás humillando a los débiles, sin duda no perdían la oportunidad.

En la escuela sufría acoso y, a pesar de que mis amigos sabían, ellos no hacían nada para ayudar, pero no lo malinterpreten. Mis amigos habían ofrecido su ayuda muchas veces, pero yo la había negado alegando que era mi lucha y que si no podía resolverla por mi propia mano, no podría llamarme hombre.

Y era cierto, aunque no he logrado que termine, sin duda ha disminuido en gran medida. Yo nunca he aceptado el acoso y debido a eso muerdo a quien intenta morderme.

Mis padres no sabían nada de esto y yo prefería que siguiera así. Aunque era horrible, eso no era todo… Había algo más o mejor dicho alguien más. Odio a esa persona más que a nada, pero no he podido hacerle nada por el momento… Mis padres trabajan para los suyos y no quiero que una riña entre nosotros pueda arruinarles el empleo que se han esmerado en tener.

Así que por eso he estado mucho tiempo en silencio.

En todo caso, dejemos eso atrás por ahora. No sé por qué, pero tengo un buen presentimiento. Creo que mi vida podría cambiar muy pronto. Aunque tal vez solo sea mi deseo hablando de más.

Sonreí como idiota mientras me imaginaba que acababa con Alexander, mi mayor enemigo.

Seguí caminando hacia algún otro lugar.

#

Bajo el agua, recorriendo con gran ferocidad el amplio mar azul, una mujer nadaba como si su vida dependiera de ello.

¿Pero qué hacía esa mujer? Llevaba horas nadando y su velocidad era increíble, sobrepasaba sin duda a las motos acuáticas que eran utilizadas por los lugareños.

Ella estaba persiguiendo algo, una criatura, pero no cualquier criatura era un monstruo marino, o más conocido como el monstruo del lago Ness.

¿Pero cómo era posible? ¿Ese monstruo no era un mito? ¿Y cómo es que un ser humano le está dando caza? ¿Acaso el mundo se ha ido a la mierda?

Si era posible o no, solo un hombre podría decirlo. Él estaba de pesca y vio a la mujer pasarle por el lado mientras brincaba como un delfín con un pez en su boca. La mujer estaba desnuda mientras lo hacía. Ese hombre creyó ver una sirena. Más tarde, las historias contarían ese increíble momento.

Ahora, el monstruo marino, eso ya es otra cosa. Vivida o no, mito o realidad, la mujer perseguía algo que tenía una increíble velocidad de navegación y era del tamaño de un avión. Así que es… Real… O tal vez no.

Como sea que fuere, ese monstruo era escurridizo, huía como si su vida dependiera de eso y en realidad lo hacía.

La mujer cazadora planeaba comérselo y no es broma cuando digo que ella podía hacerlo.

Al ver que su presa comenzaba a aumentar la velocidad, la mujer sonrió y decidió acabar con esto, ya que llegaba tarde a su cita y su amado la esperaba.

Sin pensarlo ni un momento, saltó hacia arriba, salió a la superficie y voló en el aire como un pez volador; al caer no se hundió de nuevo. Esta vez quedó de pie y comenzó a correr por encima del agua y en menos de 3 segundos alcanzó a la bestia.

Al verla, esta abrió los ojos y temió su destino.

La chica sonriendo mostró sus dientes y sin pensarlo dos veces abrió la boca de una forma tan grotesca e inhumana que muchos no soportarían ver y se lo comió.

Se tragó a la leyenda, tan fácil como si nada. Un monstruo marino gigante muy grande fue devorado de un solo bocado.

Impresionante, pero más impresionante aún fueron las palabras de la mujer que murmuró:

— Todavía tengo hambre— si alguien hubiera visto tal escena y la hubiera escuchado decir tal barbaridad probablemente quedaría tonto de por vida, después de todo esta chica devoró a una criatura que prácticamente tenía toneladas de carne y a pesar de eso no estaba llena y ni siquiera se le notaba la barriga abultada.

— Bueno, vamos a ver a mi cariño.

#

Y de nuevo terminé en este lugar.

No sé por qué, pero siempre que ando perdido en mis pensamientos y no presto atención, llego a parar a este sitio.

No sé por qué, pero aun así no me hace sentir triste o asustado, más bien me hace sentir feliz. Este lugar me hace sentir en paz, como si fuera mi sitio de nacimiento, como si fuera una ubicación especial.

¡Ja, ja, ja, qué tontería, verdad! ¡Un maldito bosque es mi parte preferida en el mundo! ¡Ja, ja, ja, pero qué tontería!

Por alguna razón sentí nostalgia y añoranza. Lágrimas corrieron suavemente por mis ojos.

Y por alguna razón empecé a llorar.

¿Qué raro, no? ¡Es raro! ¿Por qué estoy tan triste?

No sabía el porqué.

#

Y mientras nuestro pelinegro lloraba sin descanso, sentía que el alma se le iba del cuerpo. En la distancia, tres lindas chicas lo observaban. Cada una con una emoción distinta.

La primera dama, la que provocó un accidente, sentía una gran sensación de amor y posesividad, quería tener a nuestro héroe para ella sola.

En cambio, la mujer que devoró el monstruo marino sentía felicidad de verlo y tenía una lujuria y algo de amor ligado, deseando hacerlo suyo y llevarlo al nirvana.

Y por último, la chica que hizo trozos a un viejo y distorsionó el espacio. Lo observaba con deseo y amor.

Aunque las tres chicas tenían emociones parecidas, no las sentían igual y no las concebían de la misma manera.

Eran diferentes al igual que sus emociones, pero había una emoción en particular que todas ellas sentían y esa era la locura.

Al fin, después de tanto tiempo, cumplirían su deseo y harían de ese hombre llorón su más querido y amado esposo.

Sin saberlo, la vida del pelinegro iba a cambiar y a su vez el mundo lo haría también, ya que un nuevo monstruo iba a nacer. La existencia, más grande de todos los tiempos.