Continuando sus viajes con el grupo, Arthur comenzó a participar cada vez más cuando aparecían bestias. Se estaba acostumbrando a su fuerza para que no sucediera otro incidente como la primera vez. Parte del problema era la densidad de las propias rocas que provenían del planeta. Por supuesto, el material y la densidad variaban según el planeta de cada uno, por lo que le llevaría un tiempo acostumbrarse a su fuerza al lanzarlas.
Ahora, ya no mataba bestias de un solo golpe con las piedras, los Viajeros como estos necesitaban acostumbrarse a luchar para crecer, sería un error que él se ocupara de la bestia él solo. Además, el grupo no parecía ser del tipo que haría eso. Incluso si Arthur les dijera que podría derrotar bestias como estas con tanta facilidad, no habrían querido que lo hiciera de todos modos.
El grupo empezaba a caerle bien, ya que encontraba divertidas sus discusiones y hasta Pike comenzaba a ver a Arthur como un valioso activo, con su habilidad para lanzar piedras.
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